Regret por ConiMin

Tú le mirabas desde lejos, siempre lo hacías, incluso lo sigues haciendo.

Tú le consuelas, siempre lo haces, te utilizas como pañuelo de lágrimas tan sólo para conseguir una que otra sonrisa del menor.

Le miras jugar, le acompañas a comer, sufres con él, sonríes con él, le cuidas cuando se enferma, lo haces con una sonrisa.

Te desgastas con el tiempo sabiendo que no eres correspondido, pero tan solo siendo su amigo eres feliz

Te conformas con todo y los días pasan, de a poco lo haces, comienzas a debilitarte…

Conseguiste que te bese, sabes que fue solo por lástima pero disfrutaste cada de uno de sus roces, cada uno de sus respiros, y puedes sonreír más.

Le miras dormir, y sientes como el café inunda por completo tu garganta y otorga calor a cada una de tus células, acabas de hacerlo tuyo, acabas de recorrer cada una de las marcas dejadas por el reciente actor del grupo, y sabes que tu mirada le lastima, que la de él también.

Intentas convencerte que la relación que acabas de comenzar con él traerá felicidad para ambos, aunque muy dentro de ti sabes que es mentira, sabes que no mejorará nada, pero con solo tenerle a tu lado y poder protegerle eres feliz.

Miras el techo, acabas de despertar, la luna te ilumina y comienzas a acostumbrarte a la oscuridad, escuchas sonidos provenientes de la otra habitación, te tapas con la almohada, observas la cama conjunta a la tuya y ves que está vacía, dejas que las lágrimas por fin se apoderen de tu rostro.

Escuchas que el rosa te halaga, te ayuda a dormir, a mejorar tu ánimo, a cuidar tus tortugas, con eso logras desconcentrarte un poco del menor, quizás descansar.

Miras a tu alrededor, de nuevo solo, esa habitación a cada momento se vuelve más y más grande, más y más espaciosa para ti y tus hijos.

Suspiras de nuevo, miras la hora 6 am. Tercer día que no duermes por esperarle, por querer sonreírle, cumplen un mes juntos, escuchas gemidos, ignoras que es su voz, ignoras que él musita te amos que no son para ti, ignoras como le responden, ignoras que luego le tendrás que cuidar, tendrás que volver a secar sus lágrimas y olvidar tu propio dolor.

Sientes que todo está en un punto sin retorno, te miras en el espejo, has bajado varios kilos, tus ánimos no son los de siempre, miras tus manos que tiritan, duermes menos de dos horas al día, te asustas con cualquier ruido extraño y sientes que no eres capaz de sostenerte en pié por mucho tiempo.

Estás cantando, tu voz falla, ves borroso, te asustas e intentas tomarte de alguien para evitar caer, miras a tu alrededor y no alcanzas a ver más allá de tus manos, no sabes que sucede, finalmente pierdes la conciencia. Despiertas, asustado, como en las noches anteriores, estás en el hospital, cerca consigues ver en una silla a tu mejor amigo y al rosa. Piensas durante horas, sientes que ya no das para más, sientes que ya no quieres seguir a su lado.

No te arrepientes de nada cuando le dices que todo fue una mentira, que él nunca te quiso, y su cara se deforma, le miras y sientes una tristeza enorme, te sentirás vacío lo sabes, pero te hacía más daño continuar a su lado sin sentir ni una pizca de cariño devuelta.

Él te mira, te grita, le acerca y te abraza, solo sientes que es miedo, miedo a quedar sólo, SungMin a tu lado le mira con decepción, sabías que a tu lado él te llevaría a la tierra y podrías decirle que no por primera vez, ante tus ojos pasan todos los momentos que le entregaste, todas las veces que le cantaste para que dejase de llorar por el moreno católico, buscas su mano y se la das, le sonríes por última vez y le das la espalda, caminas con decisión fuera del lugar, seguido por el rosa que se disculpa por el Maknae.

Un día jugando con tu tortuga te das cuenta que el único capaz de soportarte había sido el que ahora estaba frente a ti, levantas tu vista y le ves hablando con su conejo y luego presentándoselo a tu perro y tortugas, sonríes amplio, le miras a los ojos y él se asusta de tu actitud, y desvía la mirada, tu extiendes tu mano y le desordenas el cabello, musitas un leve “Te Quiero” y él se sonroja, sonríes más porque con un poco de confianza te atreves a besarle la mejilla.

Al segundo mes de haberle dejado, habías dejado también de sentirte inútil, triste, melancólico, pero te estabas dando una nueva oportunidad, de a poco el menor se ganaba tu corazón y cubría a punta de cariño las grietas creadas por KyuHyun, y tu solo sonreías, molestabas.

Dos semanas de novios, estabas completamente feliz, no guardabas rencor, nunca lo hiciste, sonreías el 80 por ciento del tiempo, te sientes fuerte, le acaricias con ternura y la mayor parte del tiempo le robas besos y le abrazas; ahora miras a tu alrededor, sonríes y le ves, tiene un brillo extraño en los ojos, te limitas a decirle con la mirada que sonría, él solo la desvía, le ignoras y continúas con tu tarea de decirle a tus compañeros que el rosa es tuyo.

Ahora él te mira desde lejos, él sonríe como tonto al verte de lejos, él te escucha, pero sin poder tenerte, suspira cansado y en su mente se arrepiente de no poder haberte aprovechado y se recrimina por perderte y ser tan infantil.

Ahora está pagando su precio por el amor que no supo aprovechar.