Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

"Brand New Melody" o una dulce melodía de confusión... por NokiAndLuki

[Reviews - 34]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Hi, bueno aquí estoy yo ¡Noki!  Trayéndoles como siempre algo demoroso, pero siempre cumpliendo (mejor tarde que nunca xD ) la conti del fic, por el lado de nuestro pelirrojo feliz y luminoso ¡¡Otoya!!

Aclarar que Utapri no nos pertenece, es propiedad de Broccoli. Esto lo hacemos por pura diversion.

 

Bueno no les quito más tiempo, aquí seguiremos dándole fics en lo que podamos gracias por leer y que continúe el fic…

Capítulo 8: Las melodías para un corazón adolorido

 

De todas las personas en este mundo Otoya claramente era de las que no podían estar quietas ningún instante de su vida, y cuando a alguien así le preocupaba “algo” era más que  obvio.

 

El pelirrojo no paraba de murmurar una y otra vez, aparte de ir y venir desde su cuarto al pasillo, para después volver nervioso a su cuarto. Algunos le miraban preocupado, otros creían que solo era un nuevo juego del chico y otros simplemente trataban de ignorarles, ya que estaban muy metidos en sus conversaciones sobre el concierto de Hayato.

 

— Vaya, ese concierto fue un total fracaso… ¿Crees que Hayato vaya en picada después de esto? — Murmuraba un chico por el pasillo, mientras Otoya volvía a salir de su cuarto.

 

— Sí, es sorprendente… Yo no creo que salga a flote de nuevo — Rió burlesco su compañero.

 

“¿Qué están diciendo?… ¡ellos no saben nada!” — Grito en su mente al verlos caminar… estaba claro que sus emociones desbordaban por todos lados en ese momento hasta sentimientos que tal vez el jamás creía haber tenido.

 

— Tal vez su hermano se aproveche de esto… — Fue lo último que pudo escuchar claramente antes de que…

 

Un fuerte ruido sonó por todo el pasillo, Otoya había golpeado la puerta con su puño, y llamando la atención de los que iban charlando en ese momento

 

— ¡¡Tokiya no es así!! — Gritó, no con rabia ya que a pesar de todo era costoso para él verse así, sino más bien en reproche, después de todo ¿Qué sabían ellos de Tokiya? Él no era alguien que se aprovecharía del momento malo de alguien… y menos de sí mismo, ¡¡Ellos no lo conocían!! Tokiya era amable y bueno, se preocupaba por otros aunque pareciera que fuera un témpano de hielo “¡Ellos no saben! Ustedes…” — Ustedes no cono…

 

— Ya, ya calma… — Una mano morena le agarro por la espalda interrumpiéndole de lleno — ¿Qué pasa con esta reacción? — Ren había aparecido, o tal vez estaba allí hace mucho mirando todo con diversión — Aunque concuerdo con que, gente que no conoce a otra no debería dar acusaciones.

 

Los chicos que estaban murmurando se disculparon una y otra vez antes de desaparecer corriendo ante la mirada fulminante de Ren. Las miradas de los demás alumnos alrededor seguían puestas ahora en ambos, pero no por mucho ya que Otoya fue arrastrado a su propio cuarto por Ren, quien entrando sin permiso alguno y cerrando la puerta tras él para apoyarse en esta, le miraba sonriente.

 

— Lo siento…  — dijo el pelirrojo después de unos minutos de silencio. — Pero ellos estaban hablando mal de Tokiya y…

 

— Yo no estoy pidiendo excusas sobre tú imprevista protección por Icchi… Yo quiero saber otra cosa — Sonrío burlesco, pícaro queriendo descubrir quién sabe qué cosa.

 

Otoya no tenía idea de que quería saber Ren, eso era seguro… No es que fuera un idiota, pero no era la persona más inteligente del mundo, y si bueno era algo lento para las cosas importantes.

 

— ¿Qué quieres saber Ren? — pregunto inocente ante la mirada de su amigo.

 

— ¿Qué me puedes contar tú? — respondió sonriente esperando que el pelirrojo lograra captarle alguna vez.

 

Ladeando su cabeza confundido, vio como Ren se rendía ante la esperada respuesta que nunca llegaría.

 

— ¿Es por Icchi que estas hecho un lío? También debe ser eso que has estado llorando ¿No?

 

— ¡No he llorado! — dijo inflando sus mejillas infantilmente, pero después se dio cuenta de algo grave, estaba mintiendo… Él amaba la sinceridad y se decía a sí mismo que no debía mentir nunca — lo siento…  Sí, creo que he llorado… ¡¡Pero poquito!! — Dijo con un sonrojo en su rostro por la vergüenza — Ya te dije… Tokiya me regaño… — dijo algo triste, pero como propio de él cambio rápido el tema — ¡Ren! ¿Qué haremos? El concierto de Hayato…

 

— Pero si la corderita viene con Mochibichan, no hay porque ir a buscarla… retomando lo otro ¿Qué pasa entre tú y Icchi?

 

— ¿Qué pasa con qué? — Confundido y sin explicación ante las palabras del más alto.

 

— Parece que a ti te gusta Icchi.

 

— ¿¡¡QUÉ!!? — Grito estupefacto, no es que no fuera “verdad” pero… pero… ¿Cómo era tan notorio eso? ¿Cómo se dio cuenta? ¿Lo tenía escrito en la cara? … No era verdad… No era cierto… Todo esto le confundía más, su cerebro estaba haciendo corto circuito y pronto dejaría de hablar con claridad, su rostro ardía de vergüenza, quería cambiar el tema… No, ¡Debía cambiar el tema! Por lo que… — Y ¿El… Concierto? — Volvió a preguntar.

 

— Pero si ya te dije que la corderita estaría bien. Seguro llegara pronto…

 

— ¿Uh? — Confundido por la palabras del más grande. “Corderita”  creo que se refería a Nanami así o eso creía…

 

El cerebro de Otoya no procesaba lo que Ren decía, ¿Que pasaba con Nanami? ella estaba bien, ya lo sabía, pero no se preocupaba por ella, si no por Tokiya, ¿qué le pasaba a Ren?, porque no decía “vamos a ir a ver a Icchi”… Tal vez Tokiya estaba triste por el concierto.

 

— ¿Qué hay de Tokiya?— dijo sin pensar en voz baja, pero por la expresión de Ren era lógico que le había escuchado.

 

— ¿Icchi? ¿También estaba allá? Bueno era el concierto de su hermano, era lógico que iría, pero él puede venirse bien solo ¿No crees? O… es que ¿estás más preocupado por él? — Sonriente concluyo con su picara pregunta. ¿“hermano”? ¡Ah! ¡Ren no sabía!

 

Otoya abrió los ojos asustado, creyendo que si Ren seguía preguntando cosas, terminaría diciendo todo. Se había olvidado que el mundo no tenía idea de que Tokiya y Hayato eran las mismas personas y claro que si él lo delataba, Tokiya no solo estaría molesto con él, si no que tal vez hasta le odiaría.

 

Pero como un regalo caído del cielo, el celular del pelirrojo sonó, tenía un tono especial, no el de cuando le llamaba cualquiera, esta era una de las canciones de Hayato (pero no la tenía porque fuera un fans, la tenia para reconocer a la persona que le llamaba).

 

— ¡OH! Huelo y veo un fan… — dijo burlándose al escuchar la canción, que hizo que le pelirrojo volviera a sonrojarse, esta vez con más fuerza.

 

— Lo-Lo siento debo atender… — Rápidamente corrió para atrapar su celular, que no lo había vuelto a tomar después de enviar un mensaje en blanco — To… kiya… — Dijo sorprendido al ver que no era una llamada sino más bien un mensaje.

 

El corazón comenzó a latirle con fuerza, no era largo, solo tenía dos palabras de las cuales hizo que al pelirrojo le sonara un “clic” en su cerebro, tras esto una única palabra “corre”. Olvidándose por completo de Ren corrió y se puso sus zapatillas, agarro una chaqueta y dio un rápido vistazo por la ventana (seguía lloviendo, no con gran intensidad, pero si salías quedarías empapado). Busco un paraguas rápido mientras escuchaba los leves murmullos de Ren diciendo “¿sucedió algo?”  “¿estás bien?”.

 

— ¡Me debo ir Ren! ¡¡Gracias por todo!! — No estaba seguro si le había ayudado, pero si estaba seguro que se había dado cuenta que él estaba sintiendo algo por Tokiya, algo más que un simple amigo o un simple compañero, aunque él ya lo sabía, por alguna razón, intento ignorarlo y seguir actuando infantilmente. Salió a toda velocidad, corriendo como siempre por los pasillos a pesar que no debía. Bajo escaleras de salto en salto, corrió, esquivo, pidió disculpas un millón de veces al chocar con alguien en cada corrida y al llegar a la salida abrió el paraguas sin detenerse.

 

Parecía una carrera por su vida, como que si fuera a llegar tarde todo terminaría, estaba lejos de su encuentro pero no se quedaría sentado a esperar un medio de transporte (eso tal vez le tardaría más). Confiado en su talento atlético para correr siguió adelante. Las personas por las calles iban de un lado a otro para refugiarse de la lluvia.

 

— Tokiya… Espérame… — decía entre cortado, aquel mensaje no había sido gran cosa, eran tan solo dos palabras, pero eran importantes.

 

“¿puedes venir?”

 

Esas palabras simples debían ser correspondidas rápido, no tenía tiempo para enviar un mensaje, que iba a decirle “claro iré en un momento”… ¡No podía! Con los nervios que tenia no podía, además un mensaje no respondería a Tokiya, tenía que estar en persona.

 

En unos momentos se detuvo de golpe, giro varias veces en el mismo lugar, reviso las calles y comenzó a preguntar. “¿Cómo me he perdido?” pensó asustado, no es que se perdiera siempre, pero tenía mal sentido de orientación.

 

Cuando al fin llego al parque después de una enorme carrera, casi sin aliento comenzó a buscar con la mirada, pasaba gente, pero no tanto como él creía, bueno después de todo estaba lloviendo. Caminó un poco mientras recuperaba el aliento hasta que vio a quien buscaba. Tokiya estaba sentado en una banca, dejando que el agua le cayera encima.

 

Se acerco a paso seguro, y le hablo a su compañero, le cubrió con el paraguas, muy preocupado de verlo todo mojado, le dio excusa porque llego tarde, de que salió corriendo, y que de paso se perdió, se rió al escucharse, pensó que seguro se vería ridículo, porque Tokiya le veía sorprendido.

 

Los ojos carmesí se abrieron asustados cuando sintió unos brazos rodearle por completo, soltó el paraguas, intento decir algo pero no sirvió de nada, los sonidos no salían.

 

— Creo que yo… — ¿Yo qué? Se pregunto Otoya, no entendía a su compañero, tal vez tenía pena por lo del concierto, así que no quiso pensar más y moviendo sus brazos le devolvió el abrazo, cariñosamente froto las manos en la espalda mojada de Tokiya.

 

— Esta bien… No es malo. ¡Todo está bien! — Dijo después de unos minutos, Tokiya se separo un poco y miro al pelirrojo confundido.

 

— ¿Está bien? — Otoya lo consolaría, no diría nada para molestarlo en este momento — O-Otoya…

 

— ¡¡Tranquilo!! ¡Yo estoy aquí! — El rostro de Tokiya decía un claro “si, ya me di cuenta” — ¡si quieres llorar puedes hacerlo! Yo te abrazaré.

 

— ¿Por qué voy a llo…?

 

— ¡¡Si quieres podemos subir a un juego del parque!!

 

— Está lloviendo Otoya… Mira no estas entendien…

 

— ¡¡Claro que entiendo!! ¡¡Pero no voy a hacer nada que te moleste!! Lo prometo... Ya no te enojes conmigo, estaba muy nervioso, es más… Me da pena dormir solo, ¡ah! Pero yo se que estas ocupado, claro no quiero que te estés presionando mucho, ¿Estas comiendo bien? ¿Dormiste bien? … ¡OH! Lo del concierto no te preocupes, ¡Estuviste genial! A claro excepto por aquel accidente, lo curioso es la lluvia, ¡Parece como si se hubiera puesto en contra hoy! Pero no te preocupes Tokiya, seguro que todo se solucionara ¡Estoy seguro! Yo te ayudare en todo lo que necesites, a claro que seré cauteloso, ¡Yo guardare bien tú secreto! No le diré a nadie…

 

Hablaba y hablaba, parecía agotador lo que hacía, pero esta vez Tokiya no le miraba como un ruidoso parlanchín, escuchaba todo lo que el pelirrojo le decía, parecía paciente... Como si disfrutara escucharle.

 

— ¡AH! Seguro que te estoy molestando… Estoy hablando mucho ¿no es así? Lo siento… No quería, ¡Es que no te veía hace mucho y quería hablar contigo! ¡Ah! De nuevo hablo mucho lo siento… — Estaba nervioso hablaba rápido y enredado, lo más seguro era que no se detendría, hasta que la mano de Tokiya le tapo la boca.

 

— Nos estamos mojando… — Le dijo tranquilamente, y luego quito su mano despacio tal vez esperando que el pelirrojo no volviera hablar.

 

—Tokiya… — Bajo la mirada, tenía un nudo en la garganta y quería deshacerlo — Tokiya, te has esforzado mucho… Siempre lo haces… Yo lo sé, por eso… ¡¡Yo voy a estar aquí siempre para apoyarte y ayudarte!! — Soltó de improviso, esperando que aquello no fuera a molestarle.

 

— Muchas gracias… — Dijo suavemente su compañero, no sabía si estaba feliz o no, pero parecía haberle agradado aquello — Eres como una hermosa melodía… — Parecía que Tokiya no quería decir eso, o ¿tal vez quería?, el pelirrojo no lo entendía.

 

— ¿Eh? — Otoya quedo petrificado ante las últimas palabras del más alto, “Hermosa melodía” Le había dicho de tal manera, y no solo le había impresionado, el sonrojo en sus mejillas no se hizo esperar. Su corazón latía muy rápido, y cuando sintió la mano fría de Tokiya tomar la suya pego un respingo que le hizo volver al mundo — ¡¡Tokiya es mi príncipe!! Creo que me gus… — No lo había pensado, solo lo había soltado como si nada, pero cuando se dio cuenta ya era tarde, Tokiya se había parado en seco y pareciera que el tiempo también.

 

Todo corría en cámara lenta ante los ojos del pelirrojo, su cara ardía a pesar del enorme frío, su piernas comenzaron a temblarle y por un momento creyó que se caería, no sabía qué hacer, había dicho algo estúpido, no... Solo había pensado en voz alta (o casi gritando). Libero rápidamente su mano de la de Tokiya y retrocedió.

 

— Lo-lo… — Estaba tan nervioso que no podía articular las palabras, Tokiya aunque sorprendido, intento atrapar al pelirrojo que se alejaba cada vez más, pero fue inútil.

 

— ¡O-Otoya! — Escucho decir a lo lejos cuando el pelirrojo había emprendido una huida inesperada. ¿Qué más podía hacer?

 

Sintió por un momento los pasos de Tokiya tratando de perseguirle, pero estos desaparecieron rápido, Otoya no se detendría por nada, había acudido porque Tokiya le había llamado pero termino dejándole solo igual. Además él no podría seguirle, ya que estaba lastimado así que el pelirrojo tenía ventaja, no sería atrapado y no tendría que explicar lo que dijo.

 

Ese día no dejo de llover, seguía y seguía, pero no sabría si su compañero volvería aquella noche al cuarto… Por lo que pidió a Natsuki si podía quedarse esa noche con él y así evitar por completo el cuarto donde podría reunirlos.

 

Al día siguiente la lluvia aun no cesaba, ¿Qué le pasaba al cielo? ¿Le estaba molestando por su extraña confesión? … Lo único que quiso el pelirrojo era un sol radiante, pero solo había opacas nubes molestándole.

 

Caminando cuidadosamente por los pasillos de la escuela, evitando cualquier encuentro con Tokiya, logro llegar a su clase, fue un día de clases que disfruto mucho, escuchar a Nanami tocar el piano, le hacía olvidar todo, penas y vergüenzas se esfumaban de su mente, ella era alguien majestuosa y todos ahora hablaban bien de ella, tomando aire orgulloso sonrío a Nanami feliz, haciendo que ella le devolviera la sonrisa, pero aun así noto que algo le preocupaba, ella era tan linda y buena, sinceramente la admiraba muchísimo, y seguro que con ella, él podría hacer las mejores canciones.

 

Pero después que todo había terminado, su extraña misión de no ser encontrado siguió, cauteloso por cualquier pasillo, escondiéndose tras puertas y hasta bajo las mesas, era claro que eso llamaba más la atención y las miradas de muchos pero simplemente lo ignoro. Iba caminando por el pasillo principal cuando vio a Tokiya entrando por la gran puerta del salón, sin pensarlo dos veces salió corriendo en el lado contrario al que iba, solo para no cruzarse con el ojiazul. Escucho a lo lejos la voz de Nanami diciendo un “Ichinose-san” pero no quiso devolverse, no podía devolverse y enfrentar a su compañero.

 

El día fue trascurriendo pacifico, vio cuando Tokiya salió, tal vez a su trabajo y se sintió a salvo, volvió a su cuarto para recostarse un rato, después de andar de un lado a otro escondiéndose estaba agotado. Entró y este estaba intacto y ordenado, Tokiya al parecer había pasado por allí, estaba seguro de ello, pero lo más probable que había sido un corto tiempo. Se tiro en su cama feliz y hundiendo su cara en la almohada, quiso dormir una siesta, pero después de largos minutos, no logro conciliar el sueño.

 

— Yo estoy nervioso por lo que dije… — Comenzó a hablar al aire mientras veía el techo — pero, me estoy divirtiendo al huir de Tokiya, parece como un juego… Como si Tokiya y yo estuviéramos jugando — Su voz triste comenzó a bajar de tono — Pero seguro él no lo ve así… Tal vez cree que me estoy burlando de él… ¡Quiero hablar contigo Tokiya! Pero no quiero soltar una frase así de nuevo… ¿Qué pasa si digo “Tokiya te amo”?… — Se quedo pensando aquello ultimo hasta que se enderezo y comenzó a golpear sus mejillas — ¡¡NO!! No podría decir eso… No podría… ¡¡Tokiya me odiaría!! Ah… Estoy en un problema… No es que no sea verdad… Pero ¡¡“AMAR”!!…

 

Siguió pensando por horas hasta que comenzó a oscurecerse, golpeando su rostro ante cualquier palabra vergonzosa que le podría decir al mayor, actuando solo o simplemente hablándole a un Tokiya imaginario. Cansado de todo eso decidió ir a tomar algún café para calentar su cuerpo, y allí fue cuando se entero de lo peor.

 

— ¿¡Tokiya!? — Dijo asustado a un pequeño Shou que estaba sentado frente a él, este le respondió con un “si” y le explico que Tokiya sería expulsado de la clase “S”. Su corazón latió nuevamente y bajo la mirada con tristeza. El estaba jugando a esconderse de Tokiya, cuando su compañero le necesitaba, estaba en problemas y necesitaba apoyo — Tokiya… — Repitió en voz baja y triste — A pesar de que él siempre se esfuerza… — ¡Eso no era justo! ¡Tokiya se esforzaba al máximo! Entonces… ¿Por qué nadie podía captar ese esfuerzo? “¡Yo sí lo noto!” grito en su mente. Alguien debía ir a hablar con él, alguien debía ayudarle, quería ir… Tokiya, su corazón estaba adolorido por eso no podía cantar con él… Pero solo necesitaba palabras que pudieran alentarle — No sé… Que decirle…

 

Las lágrimas querían escapar de sus ojos, pero no lloraría frente a todos… “¿Qué puedo decirle?” “¡¡QUIERO AYUDARTE!!” “no sé qué hacer…” su mente daba vueltas ante estas palabras… quería ayudar a su compañero… quería poder hacer algo…

 

“eres como una hermosa melodía”

 

— Melodía… — Repitió ante su ultimo recuerdo — Un beso… Una melodía… Hermosa… — Sus ojos vagaban por el cuarto, estaba emocionado de que llegara el día para el paseo, pero sus pensamientos estaban en un solo punto, en Tokiya — Quiero… Ayudarte con una melodía… Que pueda ayudar a tú corazón…

 

— ¿Otoya? — Escucho repentinamente tras un golpe de cierre de puerta, Tokiya había entrado al cuarto, estaba empapado, y algo molesto, se le podía notar.

 

— To-Tokiya… — Sus ojos llenos de lágrimas que rápidamente desbordaron por sus ojos le miraban asustado.

 

“¡¡QUIERO AYUDARTE!!”

 

Gritaba su corazón… Gritaba por una respuesta, sintió como Tokiya intentaba calmarle, asustado de ver como el pelirrojo lloraba sin motivo

 

— ¡Cantaré! — dijo tras unos minutos de estar en los brazos de Tokiya, quien intentaba consolarle — ¡Cantaré! — Repitió —… Una melodía… Que ayude a tu corazón… Tokiya…

Notas finales:

 

¡¡Hola!! Otra vez, ¿has llegado hasta aquí? Claro si lo estas leyendo xD

Gracias por leer nuestras fantasías.

Acepto críticas constructivas claro, den sus opiniones, siempre serán bien recibidas

Que disfruten del fanfic y el yaoi es nuestro objetivo (mentira xD )  pero que así sea~

 

Atte:

 

Noki

 

Noki and Luki


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).