Sebastián caminaba por los enormes pasillos para levantar a “su” ángel
-por lo menos es lo que quiere creer mi corazón- pensaba el demonio – hay Ciel Phantomhive, poco a poco hiciste que me enamorara de ti, lástima que yo para ti solo sea una pieza de ajedrez- pensaba el demonio ya parado en la puerta de su amado amo sujetando la manilla, abrió la puerta y camino por la fina alfombra, se dispuso a correr las ventanas cuando escucho que respiraban hondamente
-¿mmm…?- Sebastián se dirijo a la cama encontrándose con un Ciel sonrojado y con la boca entre abierta, intento resistirse ya que esa imagen le provocaba mucho, ya podía sentir su entrepierna dura, metió su mano por el camisón de Ciel tocando su pecho, dándose cuenta de que tenía una fuerte fiebre, Ciel abrió los ojos pesadamente
-papi…- decía poniendo su mano arriba de la de Sebastián
-O.o ¿Ciel?- se sorprendió Sebastián
-papa…abrázame…- Ciel se había incorporado, jalando a Sebastián a lo que el mayor quedo sentado en la cama
-¿bocchan…?- es obvio que esta delirando por la fiebre, pensaba Sebastián
-pa…pi…- Ciel se sentó encima de Sebastián rodeando su cintura con sus piernas –dame…el…besito…de…las…buenas…noches- Ciel movía de adelante hacia atrás sus caderas rozando por encima de sus ropas sus miembros
-ah…bochan…- es obvio que lo hace por la falta de cariño de un padre y la fiebre, pesaba Sebastián
-pa…pi…tu…me…quieres…ah…ah…- Ciel se afincaba sintiendo mas el miembro de “su padre”
-ya que, soy un demonio está en mi naturaleza decir mentiras y no puedo desperdiciar una oportunidad así mi hermoso ángel- decía bajito Sebastián para lamer el oído de Ciel
-ah…papi…- gemía Ciel
Sebastián tumbo a Ciel en la cama posesionándose encima del menor lamiendo su cuello con pasión (kyaaaaaaaaa me salió una rima)
-Ah…pa…pi…ah… Ciel empezó a desabotonar la camisa de Sebastián
-bocchan…lo…amo…- decía besando tiernamente los carnosos y deliciosos labios del menor
-papi…yo…también…te…quiero…eres…mi…padre…- decía el niño abrazando a Sebastián
-mi…bocchan…- Sebastián quitaba la molestosa bata que cargaba Ciel, dejándolo solo en bóxer, Sebastián empezó a besar el pecho de Ciel, besos que se convertían en lambidas, el mayor no dejo ni una parte del pecho de Ciel sin probar
-ah…pa…pi…mas…ah…- gemía fuertemente Ciel
Sebastián quito del bóxer del menor dejando su miembro erecto a la vista, Sebastián empezó a masturbar a su pequeño niño
-ah…pa…pi…- Ciel agarraba fuertemente las sabanas
Sebastián empezó a meter todo el miembro de Ciel en su boca succionando, lambiendo y mordiendo levemente el miembro del menor hasta que este se corrió en su boca
-ha…pa…pi…- Ciel se aferro fuertemente a las sabanas arqueando su espalda
Sebastián voltio a Ciel con cuidado, tomando con su mano su miembro introduciéndose en Ciel poco a poco no quería lastimar a su amado ángel
-ahhhhhh…- Ciel grito de dolor
-tran…quilo- Sebastián entro todo, espero a que Ciel se acostumbrara, lo que supo porque Ciel empezó a mover sus caderas, Sebastián empezó embestidas lentas
-ah…pa…pi…mas…ra…pido…ah- Sebastián no espero, y empezó embestidas salvajes y profundas
-ah…ah…ah…pa…pi…- Sebastián sintió que ya iban a llegar así que acelero mas las embestidas derramándose los dos al mismo tiempo
-ah…bocchan…lo…amo…- Sebastián noto que Ciel estaba dormido se levanto acomodando su ropa, con una sonrisa beso a Ciel en los labios para vestirlo y acomodar las sabanas
Rato más tarde:
Ciel se encontraba firmando documentos pero algo extrañado por el sueño que tubo anoche con su padre
-bocchan, lo noto distraído ¿le sucede algo?- pregunto Sebastián (como si no supiera) más contento que Elizabeth después de un beso de Ciel (ja ya quisiera la tonta esa sin ofender)
-anoche tuve un sueño extraño, ¿Por qué tan contento perro?- dijo Ciel a su mayordomo
-digamos que pase la noche con el ser que más amo- decía sirviéndole un poco de té a su ángel
-ja…como si tuvieras corazón…- decía tomando desinteresado un sorbo de te
-si lo tengo bocchan- decía con una sonrisa de oreja a oreja
-¿Quién te entiende? Achu…- estornudo Ciel
Sebastián sonrió acercándose a Ciel tocando con su mano la frente del muchacho
-lastima no tiene fiebre- decía con tristeza
-¿a qué te refieres?- pregunto Ciel
-a que me conviene que se enferme- decía con una sonrisa para salir por la puerta
-¿mmm…? Que le sucede hoy… hay- se agarro su cadera -¿Por qué me duele tanto las caderas?- subió sus hombros desinteresado para empezar a leer y firmar documentos
“ese sueño se sintió tan real y de paso mi padre se parecía a Sebastián” pensó para ignorar el tema.
“FIN”