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Nunca estuviste conmigo por Tsukuyomi

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Notas del capitulo:

Hollla a todos xDD aqui estpy de vuelta despues de milenio y me gustaria explicar por que me tarde en actualizar pero seria muy aburrido asi que lo resumire en 4 puntos:

.1No tenía inspiración (principal)

2.Estaba en prision (osea la preparatoria) preparandome para mis examenes

3.No tenia internet

4.estaba enfrascada en otras cosas

Bueno con esto aclaro y prometo actualizarme más seguido...comienza el sufrimiento muajajajaja xD

Incluso sí siento que la vida se me va en un suspiro, mi corazón latirá porque el latir del tuyo le dará vida al mío… y si así terminan las cosas perdóname por no haberme quedado a tu lado…


 


 


 


 


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Era un día tranquilo en la Universidad Mitsuhashi, ya casi se ocultaba el sol y todos los estudiantes ya estaban saliendo. Mientras tanto en la oficina de Kamijou Hiroki el profesor de literatura conocido por sus alumnos como “el demonio Kamijou” terminaba de hacer un trabajo muy importante que le había absorbido las fuerzas.


 


-“ah, ya casi término”-pensaba el castaño con cansancio deseando ya irse a su casa-“si tan solo el profesor Miyagi ayudará un poco más, pero como siempre yo soy el que tiene que hacer sus cosas, ¡que acaso soy su niñera!”


 


Por estar tan distraído en sus pensamientos asesinos no había sentido los grandes y cálidos brazos de Nowaki que lo abrazaba con una bella sonrisa.


 


-Hiro-san n_n siempre tan trabajador-le susurraba el peliazul al profesor en el oído causando un gran sonrojo en sus mejillas.


 


-¡b-baka, suéltame estamos en mi área de trabajo!-le gritaba enojado tratando de liberarse de los brazos de su amado pero Nowaki solamente lo abrazaba más


 


-descuida, ya no hay nadie más en la Universidad-suelta momentáneamente al castaño-¿ya terminaste tu trabajo?


 


-no, tendré que madrugar mañana para terminarlo-decía mientras se levantaba de su escritorio guardando sus cosas-¿y tú? Pensé que estarías de noche en el hospital


 


-le pedí a un compañero que me supliera esta noche, así que pasaré toda la noche con Hiro-san-dijo Nowaki sonriendo causando que el corazón del castaño latiera con fuerza


 


-ah, bueno…será mejor que nos vayamos, estoy muy cansado-dijo en un intento de disimular los latidos de su corazón


 


-Hiro-san tranquilo, no vaya a ser que te de un ataque al corazón-al decir eso hizo que el profesor se pusiera rojo como tomate


 


-¡estúpido Nowaki, no hagas deducciones ridículas¡-gritaba el castaño arrojándole una gran enciclopedia al peliazul en la cabeza, que a pesar del golpe seguía sonriendo


 


-Hiro-san es muy lindo cuando se enoja-y como instinto natural, volvió a abrazar al profesor que sentía como la sangre le hervía ante el toque de la piel de su amado


 


-¡si no me sueltas ahora mismo Nowaki, juró que mañana no verás la luz del día!-al oír esas palabras, Nowaki rápidamente lo soltó al ver el aura asesina del demonio Kamijou, mejor aguantarse las ganas de tocar a Hiro-san si no quería morir joven


 


-después de 6 años juntos sigues comportándote como un niño-camino hacia la salida de su oficina con Nowaki detrás de él, mirando a su amado Hiro-san con melancolía-desearía que algunas veces me dieras un respiro…


 


El comentario del castaño sorprendió al peliazul, como si lo hubiera golpeado de repente en el pecho, solamente se limitó a mirarlo y sin que se diera cuenta sonrío tristemente susurrando quedamente-tal vez…tengas razón


 


 


Y así los dos salieron juntos de la universidad caminando por las solitarias calles que aunque incomodaban, no les afectaba por el simpe hecho de que estaban juntos…pero…las cosas no siempre durarían así.


 


 


Se habían detenido en el restaurante familiar en el que siempre tenían sus citas para tomar algo, cuando entraron vieron que no había mucha gente a pesar de que ese restaurante siempre estaba lleno; tomaron asiento y antes de que el profesor dijera algo observó un semblante de profunda tristeza en su Nowaki.


 


-¿ocurre algo?, te ves un poco raro-dijo el castaño en un tono despreocupado ocultando sus verdaderos sentimientos como era su costumbre, cuando dijo esas palabras Nowaki trato de decir algo pero se quedó callado, haciendo un enorme esfuerzo por sonreírle al castaño.


 


-Hiro-san…la próxima semana tendré que ir Hokkaido para ayudar en su hospital-dijo de forma nerviosa mientras entrelazaba sus grandes manos, el profesor no dijo nada pero por dentro estaba conmocionado-es que últimamente ha habido muy mal clima y hace falta personal…¿crees que deba ir?


 


-bueno…es tu trabajo ¿no?-dijo quedamente Hiroki mirando a otro lado disimuladamente, hablando con cuidado-además…si quieres llegar a superarme tienes que cumplir con todo en tu trabajo


 


-si…tienes razón Hiro-san, bueno veré que pediré para los dos-Nowaki trató de no ver al profesor mientras se concentraba en el menú, no sabía que pensar, ¿Hiro-san no le pedía que se quedará a su lado? ¿Acaso se estaba hartando de él?


 


 


 


“Desearía que algunas veces me dieras un respiro…” esas palabras retumbaban en su cabeza haciéndolo sentir un sentimiento de rechazo pero despejo esos pensamientos de su cabeza recordándose que estaba subiendo de nivel, que estaba haciéndolo por estar en igualdad con su Hiro-san, él mismo se lo había dicho: “además…si quieres llegar a superarme tienes que cumplir con todo en tu trabajo” esas palabras lo habían animado; levanto la vista del menú cuando su amado le habló


 


-y por cierto, ¿cuánto tiempo vas a estar en Hokkaido?-preguntó tímidamente a Nowaki que le sonrío dulcemente como él solo lo hacía


 


-descuida Hiro-san, trataré de terminar lo más rápido para volver contigo-tomó delicadamente la mano del castaño y la beso dulcemente, provocando un enorme sonrojo el profesor-todas las noches cuando vea la luna desde Hokaiddo, pensaré en el rostro de Hiro-san


 


-¡no digas tonterías idiota!-rápidamente retiró su mano de los labios de su amado y tomó bruscamente el menú que tenía Nowaki, ocultando su vergüenza, tratando de frenar su alocado corazón.


 


 


Trató de checar el menú pero sus pensamientos lo inquietaban a tal punto de que no podía pronunciar una palabra. Cuando su amado le había contado lo de su viaje lo invadió el dolor de cuando Nowaki se había ido a los Estados Unidos y él se estaba destrozando al no saber de él en un año, aunque había pasado tiempo de aquello, esas cicatrices seguían en el corazón del profesor, recordándole vergonzosamente, ridículamente, que no podía vivir sin su Nowaki.


 


Al final ninguno de los dos tomo algo y mejor decidieron irse a casa, cuando salieron notaron una nubes grises en el cielo que se veían amenazantes, rompiendo la calma.


 


 


-“este clima es muy…opresivo”-pensaba el castaño mirando el cielo ennegrecido, como si algo fuera a pasar, algo malo…


 


-¿ocurre algo Hiro-san?-dijo Nowaki tomando de la mano al castaño que no se libró de ese toque, era como si necesitará del contacto del peliazul para calmarse


 


-nada…es solo que el clima me está deprimiendo un poco-no dijo nada más y sin importarle camino tomado de la mano de Nowaki, esas manos cálidas siempre lo hacían sentir feliz


 


 


Llegaron a tiempo al departamento, la lluvia ya había comenzado a caer rompiendo la calma. Cuando llegaron Hiroki se puso a hacer la cena mientras Nowaki se bañaba. El castaño por más que trataba de ocuparse en la cena, sentía una extraña opresión en el pecho, era algo inquietante, algo perturbador…


 


 


-“¿qué será esto que siento?, no puedo estar tranquilo”-pensaba mientras picaba chile, tomate en lo que se cocinaba la carne, viendo la lluvia a través de la ventana de la cocina-“creo que he estado trabajando demasiado”


 


Le puso los demás ingredientes a la carne y el delicioso aroma de la cena inundo el departamento, algo que no pasó desapercibido por Nowaki que salía del baño sin camisa mostrando su fuerte y hermoso cuerpo, vestido nada más con un pantalón.


 


-mm, huele delicioso Hiro-san-decía el peliazul acercándose al profesor que no le contesto, solamente se mantuvo cocinando-Hiro-san, ¿te sucede algo?


 


-ah, qué..no, no pasa nada-le contesto en tono despreocupado pero Nowaki no le creyó, conocía bien al profesor cuando algo le preocupaba


 


-Hiro-san-lo abrazó por la espalda y el castaño se estremeció al sentir ese tacto-por favor no me ocultes nada, quiero que confíes en mí


 


-p-por eso te digo que no pasa nada ja, ja-por más que trataba de disimular, el profesor sabía que al final cedería a las súplicas de Nowaki-es solo que estoy cansado, he tenido mucho trabajo esta semana…


 


No termino de hablar porque Nowaki lo volteo para besarlo apasionadamente, haciendo que el castaño se sonrojará al máximo, sus respiraciones se agitaron, el peliazul pasaba sus manos por la espalda del profesor que no se separaba de aquella caricias que hacían latir su corazón, cuando falto el aire Nowaki se separó de su amado, apoyo su cabeza contra su hombro y le susurro en el oído:


 


-Hiro-san te amo tanto…te prometo que no te dejaré solo-Hiroki no contestó nada, en ese momento solamente existían Nowaki y él, el tiempo era trivial y solamente se escuchaban los latidos de dos corazones unidos


 


-Nowaki yo…-no continuo cuando olía que algo se quemaba-¡ah, la cena!-se separó de Nowaki y apagó rápidamente la estufa-¡maldición, y yo que tenía tanta hambre!


 


-es una lástima pero-aprovechó la distracción y abrazó al profesor nuevamente y le susurro en el oído de forma de seductora-yo puedo alimentarte de otra forma


 


-¡no digas idioteces pervertido!-gritó el castaño ruborizado hasta las orejas tratando de soltarse de los brazos de su amado-ni creas que esta vez te saldrás con la tuya


 


-ja, ja ese es el lindo Hiro-san que conozco-el peliazul río como un niño abrazando más fuerte a su amado castaño-creo que tendré que darte más besos


 


-¡cállate estúpido Nowaki!-mientras tenían esa discusión amorosa, los truenos retumbaron rompiendo el cielo y haciendo que el castaño se asustará abrazando por el cuello a Nowaki


 


-tranquilo Hiro-san, aquí estoy para que nada te asusté-decía sonriéndole a su amado que rápidamente se separó de Nowaki todo rojo como tomate


 


-¡no digas idioteces de nuevo, no hay nada que asusté al demonio Kamijou!-en cuanto dijo eso la luz se va dejando todo oscuro-¡genial, ahora no podré hacer nada para la cena!


 


-tranquilo Hiro-san, buscaré unas velas-le decía Nowaki entre la oscuridad, con cuidado fue a la lacena buscando las velas, cuando las encontró las encendió y las puso sobre la mesa, creando un ambiente romántico


 


-bien, ahora habrá que esperar a que arreglen la caja de luz-decía el castaño sentándose en una de las sillas de mesa mientras sacaba un libro para leer-lamento que no haya nada para cenar


 


-oh, descuida de todos modos no traía hambre-se sentó al lado del castaño, mirándolo concentrado en su libro-¿Hiro-san?


 


-¿Qué pasa?-le contestó sin despegar la mirada de su libro


 


-¿estás preocupado por qué me iré a Hokaiddo?-en cuanto oyó esa pregunta, las manos del profesor empezaron a temblar


 


-eh…no, no ya te dije que he estado trabajando demasiado-ocultó su cara en las páginas de su libro, queriendo no ver los ojos de su amado


 


-mírame por favor-tomo al castaño por el rostro que se encontraron con unos ojos azules que lo miraban con preocupación, con amor-ya no quiero causarte más heridas difíciles de curar, y si para evitar eso tengo que sacrificar mi carrera, lo haré porque Hiro-san es lo más importante para mí


 


-¡no digas eso estúpido!-se levantó enojado y golpeo con el libro a Nowaki quién lo veía confundido-jamás te perdonaría si hechas todo a la basura por una tontería, ¿acaso parezco una mujer anegada sufriendo? ¡No me insultes baka, no quiero que eches a perder tu futuro por mí!


 


Nowaki no contestó nada, por un momento reflexionó sobre todo lo que le había dicho su amado; en un principio si parecía que Hiro-san estaba preocupado porque él tendría que irse pero cuando él lo descubrió el profesor decidió no preocuparlo, porque lo amaba no quería causarle molestias, ante todo esto Nowaki sonrío como nunca a su amado y acarició suavemente sus cabellos.


 


-como dije antes, te amo tanto que te prometo no hacerte sufrir-le dedico esa sonrisa que solo le mostraba al profesor y él solamente se quedó quieto, sintiendo esa calidez-¿irás a despedirme a la estación de trenes?


 


-s-sí, solamente dedícate a tu carrera, yo estaré bien-dijo en una voz queda pero audible para Nowaki, aun sonrojado


 


Nowaki se levantó de la silla y fue a ponerse una camisa dejando al castaño, sumido en sus pensamientos.


 


-“soy un idiota egoísta”-pensaba con dureza con las manos entrelazadas-“no puedo permitirme el interferir con la carrera de Nowaki, él quiere realizar su sueño y yo como un idiota le mostré lo desesperado que estaba pero es su culpa, hace que me comporta una enamorada colegiala, ¡estúpido Nowaki!”


 


-mira lo que encontré Hiro-san-regresó el peliazul con una radio algo anticuada pero que aún funcionaba con baterías, la puso sobre la mesa y sentó junto al castaño-¿quieres oírla?


 


-ah sí, de todos modos ya había leído este libro-cerró el libro y vio a Nowaki enceder la radio, primero no se escuchaba nada pero luego agarró la señal y se escuchó una voz proveniente de la radio


 


::buenas noches queridos radioescuchas, como siempre en esta su sección de música romántica traemos las mejores canciones para enamorar sus corazones::


 


-Nowaki, sabes que no me gusta escuchar cursilerías románticas-le decía el castaño con ceño fruncido con la tenue luz de las velas


 


-no es tan malo de vez en cuando escuchar este tipo de música-le contestó con esa sonrisa que sabía que no le negaría nada


 


-hmp-el profesor se cruzó de brazos dando a entender que aceptaba de mala gana


 


::bien aquí los dejamos con esta canción que de seguro les encantará, estén atentos a más música romántica::


 


Los dos se quedaron escuchando la suave melodía que salía del radio.


 


No veo la hora


de colgar mi saco en tu ropero


no veo la hora


de cantarte hasta dormir


no veo la hora


de arrullar todos tus sueños


y me desvelé


pensando en ti


 


-es una hermosa canción, sobretodo-tomo el rostro del castaño que veía a esos hermosos ojos azules-si Hiro-san está aquí conmigo


 


-n-no d-digas t-tonterías-tartamudeo el profesor antes las dulces palabras del peliazul


 


no veo la hora


de contarte algún secreto


no veo la hora


de explicarte quien soy yo


y recuperar los momentos


que perdimos en el camino


solos tu y yo


 


-Hiro-san, ahora mismo quiero…-se detuvo a media frase al ver al castaño levantándose de golpe


 


-¡ni siquiera lo pienses idiota!-decía furioso el profesor todo ruborizado-el hecho de haya velas y una música romántica ¡no me obliga bailar contigo, estúpido Nowaki!


 


-en realidad-se levantó lentamente y tomo al castaño por la cintura con una mano y con la otra tomo su mano, juntando su cuerpo con el del profesor-yo quería hacerte el amor pero si Hiro-san lo que quiere es bailar conmigo, lo haré


 


-¡b-baka, yo no quiero bailar!-trató de soltarse del agarré de Nowaki pero este recargo su rostro en el hombro del profesor y le susurro en el oído:


 


-solamente, por esta vez, déjate llevar por tus sentimientos-el profesor sentía un fuego que lo quemaba sentía el aliento de Nowaki rozándole la piel..


 


Tengo tanto para darte


un beso en libertad


un abrazo por la noche


un cuento que te haga soñar


si la vida nos juntó a los dos


para crecer amor contigo


yo quiero aprender


 


Y sin que el profesor lo piense su cuerpo se movió con el de Nowaki por inercia, bailando al compás de la hermosa canción, lentamente, respirando la esencia de ambos, amándose.


 


Por ti puedo ser


una tarde en tu piel


una vida en tus ojos de miel


por ti vuelvo a ser


amor y fe


no veo la hora de volverte a ver


 


-Nowaki…yo…lo siento-dijo en un murmuro el castaño hundiendo su cara en el pecho de Nowaki mientras bailaban-no quise entrometerme con tu carrera…


 


-no tienes porque disculparte-acarició los cabellos del profesor dulcemente-te confieso que…yo tampoco quiero dejarte, si por mí fuera te encadenaría para siempre conmigo


 


No veo la hora


de correr bajo la lluvia


no veo la hora


de pintar tu desnudez


sentarme a leerte un verso


que nos una


y que descubra


otra razón para creer


 


-no digas idioteces, tienes sueños que cumplir-le dijo quedamente, bailando de un lado a otro, sintiéndose feliz, dichoso


 


-el mayor de mis sueños, ya lo cumplí-se detuvo y tomo a su amado por el rostro, observando esos ojos color miel que le encantaban-estar al lado de Hiro-san


 


Tengo tanto para darte


un beso en libertad


un abrazo por la noche


un cuento que te haga soñar


si la vida nos juntó a los dos


para crecer amor contigo


yo quiero aprender


 


Besó lentamente al castaño que como reflejo tomo el rostro de Nowaki para profundizar el beso, necesitando tanto esos besos que lo enloquecían, que lo enamoraban, el peliazul paso sus manos por la espalda del profesor para luego ir desabrochando su camisa para acariciar su pecho y Hiroki se dejó llevar, soltando suspiros con cada caricia de su amado.


 


Por ti puedo ser


una tarde en tu piel


una vida en tus ojos de miel


por ti vuelvo a ser


amor y fe


 


Sus cuerpos se juntaban demostrándose pasión y amor, con cada beso, cada caricia. En esa noche de lluvia, en la tenue oscuridad de ese departamento habían dos amantes se amaban; esa era la única verdad, solo que…


 


 


No veo la hora de volver!!


no veo la hora de volver!!


no veo la hora de volverte a ver…


 


Ya era de día pero el cielo estaba nublado, oscuro como cuando anuncia una tragedia. En la cama de Hiroki se podía apreciar al profesor que dormía tranquilamente, cubierto con una suave sábana pero algo hacía falta. Sonó el despertador, el profesor lo aventó al suelo para silenciarlo, se levantó frotándose los ojos y no encontró a su amado Nowaki.


 


-mm, ¿dónde estará?-se levantó envuelto en la sábana buscando al peliazul con la mirada y no estaba-ah, tal vez fue al hospital


 


Se levantó para ponerse ropa, cuando llego al armario el profesor se quedó helado. No estaba la ropa ni las cosas de Nowaki…


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