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Nunca estuviste conmigo por Tsukuyomi

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¿Acaso estaba soñando o el cansancio estaba afectando a su mente?, Nowaki se había ido, sin decirle nada de nuevo, sin una explicación. Con toda la calma posible se vistió y marcó al celular de su amado. El celular sonaba entre sus temblorosas manos, esperando escuchar esa voz que lo fastidiaba.


 


-"contesta, contesta estúpido"-pensaba con ira y tristeza, pasando una mano sobre sus castaños cabellos angustiado-"te fuiste sin decirme nada…"


 


Y el peliazul nunca contestó, el profesor herido, lanzo el celular con tal dolor que cuando choco con la pared se rompió pero más roto se sentía el corazón de Hiroki. No sabía cómo actuar o que hacer, se paseó por el cuarto pensando una razón por la cual Nowaki se hubiese ido así.


 


-"¡porque, porque estúpido Nowaki, porque te fuiste así! si no tenías tiempo para despedirte me hubieses dicho anoche que te ibas en la mañana o por lo menos deberías hablarme, idiota, tan solo una llamada…"


 


Un sonido distorsionado irrumpió el hilo de sus pensamientos, esperanzado, vio que aquel ruido provenía de su celular que apenas se escuchaba por el impacto que había recibido, la parte de arriba estaba rota, apenas unida por un pequeño cable a la parte inferior pero aun recibía llamadas, sin pensarlo contestó inmediatamente.


 


-¡Nowaki estúpido, porque no me habías dicho que te ibas en la mañana, esta vez no te perdonaré idiota!-gritó con toda su fuerza y coraje esperando escuchar la voz arrepentida de su amado pero en su lugar contestó una voz sosegada


 


-vaya, vaya Kamijou, hoy te levantaste con el pie izquierdo-decía Miyagi desde el otro lado del celular roto-de verdad necesitas relajarte, de por sí ya tienes bastantes arrugas, con ese genio terminarás todo arrugado


 


-¡profesor, no tengo tiempo para sus tonterías, no me llame en mí día libre!-colgó sin decir nada más estaba tan enojado que no podía pensar, entonces le vino una pequeña esperanza, tal vez aún no se había ido y estaba en el hospital o en la florería-quizás aún este aquí.


 


Sin pensar nada más salió del departamento con ansiedad, primero optó por ir a la florería donde trabajaba su amado. Cuando salió siento un viento helado que le erizaba la piel ya que no llevaba un suéter o su bufanda, había salido con prisa pero ahora eso no importaba solamente quería verlo. Llegó a la florería y entró al local esperando encontrar a Nowaki arreglando rosas pero solo encontró al dueño de la florería que estaba detrás del mostrador, con cara de cansancio.


 


-¡buenos días Kamijou-san! ¿en qué puedo ayudarlo?-dijo el hombre con una amable sonrisa al profesor que estaba nervioso


 


-verá...yo...¿no ha visto a Nowaki por aquí?-preguntó un tanto nervioso al hombre que se le quedo viendo sorprendido


 


-¿acaso no lo sabe?-cuando dijo esas palabras, la preocupación de Hiroki aumentó, esperando lo peor


 


-¿qué es lo que no sé?-le preguntó al hombre impaciente y este solo se le quedaba viendo triste


 


-está mañana Nowaki-kun me hablo por teléfono y me dijo que...renunciaba a su empleo aquí en la florería-el profesor sin poder creerlo, quedo paralizado, conmocionado, ¿qué significaba todo aquello? primero se va sin decir nada y luego renuncia a su empleo de repente...


 


-y...¿no le dijo algo más?-habló el castaño con dificultad y el dueño negó con la cabeza


 


-no me dijo nada más, lo echaré de menos, era un chico muy amable-dijo el hombre agachando la cabeza-aunque...no sé si sea verdad pero cuando habló conmigo, lo escuché muy triste, como si estuviera sufriendo...¡esperé Kamijou-san¡


 


El profesor no lo escuchó más y salió de la florería, hiendo al hospital esperando encontrar a Nowaki. Cuando llegó fue directamente a recepción donde estaba una enfermera archivando unos papeles entre tantos otros y que no había reparado en el castaño hasta que lo vio claramente.


 


-buenos días señor, ¿en qué puedo ayudarlo?-preguntó con una voz cordial al profesor


 


-estoy buscando a Kusama Nowaki, es un aspirante a pediatra-al igual que en la florería, la enfermera se mostró sorprendida mirando al profesor confundida


 


-el señor Kusama Nowaki ya no estará más en este hospital-cuando el castaño oyó eso sus peores miedos se volvieron realidad, sintiendo el corazón partido-esta mañana solicito sus papeles y pidió que lo trasladáramos a otro hospital.


 


-¿está mañana?...y ¿no me podría decir a dónde lo cambiaron?-preguntó lo más calmado posible pero él quería gritar pero se contuvo, apretando sus puños


 


-él me pidió que no le revelará a nadie a donde lo cambiábamos, ahora si me permite tengo cosas que hacer-la enfermera volvió a sus actividades y el castaño se fue de ahí, caminando sin rumbo fijo por el hospital


 


¿Era esto verdad? se preguntaba con dolor en el corazón, Nowaki lo había dejado sin decir nada, abandono su carrera y su trabajo ¿por qué? eso no lo sabía pero había algo más importante que él necesitaba saber; ¿ya no lo amaba? estos pensamientos lo atormentaban, se sentía triste, herido, angustiado.


 


Sin darse cuenta el castaño llegó a la sala en donde los niños pequeños jugaban y donde usualmente estaba Nowaki. Cuando vio la sala, sintió un gran vacío, ese lugar sin la cálida esencia de su amado se sentía frío e incluso los niños no jugaban como antes...


 


-"maldito idiota, porque, porque, no me dijiste nada"-se sentó en un sillón de la sala con la mirada cabizbaja, aguantándose las ganas de llorar-"si ya no querías estar conmigo, para qué demonios me decías esas palabras falsas...me lo hubieses dicho de frente ¡idiota...snif,snif!"-sin poder contenerse una lágrima solitaria recorrió su mejilla apretando los puños con rabia


 


-oh, mira si es Hiroki-san-habló una voz burlona a su lado y cuando escucho esa voz quiso golpear al dueño de esa molesta voz, cuando volteó miró a su lado al senpai de Nowaki


 


-¡lárgate imbécil, no estoy de humor!-le gritó enojado, rabioso, ese tipo era la última persona que quería ver en estos momentos


 


-jaja, yo creía que siempre estaba de mal humor-le dijo Tsumori burlón al castaño, que se estaba enojando más pero solo hacía que Tsumori se riera más de él-vamos Hiroki-san, no lloré por Nowaki, él ya no lo necesita...


 


Al escuchar eso el juicio del profesor se nubló y sujetó por el cuello a Tsumori estampándolo contra la pared, asustando a todos los presentes en esa sala.


 


-¡ahora mismo idiota, dime dónde está Nowaki!-lo apretó más fuerte descargando su ira pero Tsumori en vez de asustarse se rió del castaño


 


-jaja ¿tan patético eres? con razón Nowaki te dejó...-no terminó la frase porque el castaño le dió un puñetazo en la cara, provocando que le saliera sangre de la boca


 


-¡cállate, cállate idiota, tú no sabes nada!-iba a darle otro puñetazo pero llegaron dos hombres de seguridad que lo detuvieron con mucha dificultad, realmente estaba furioso, ya había soltado a Tsumori que con sangre en la boca se acercó al castaño


 


-jaja bueno, Hiroki-san creo que ya tiene que irse, llévenlo a la salida-le indico las dos hombres que sujetaban al castaño, y cuando ya se lo llevaban el doctor le dijo una última cosa-ah y por cierto Hiroki-san para que vea que no soy el villano de este cuento, Nowaki está en narita (aeropuerto internacional de Japón) su vuelo es el 180


 


 


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Ya afuera del hospital, aun enojado y sin pensar claramente tomó el primer taxi que encontró y le indico al conductor que lo llevará a narita lo más rápido posible. Mientras que el taxi se dirigía a narita, el castaño que estaba sentado en la parte de atrás del vehículo, se estrujaba constantemente las manos mirando a través de la ventana el cielo grisáceo.


 


-"yo...me he vuelto patético...estúpido Nowaki, solo tú haces que me comporte de esta manera"-paso una mano por su cabello con angustia, ansiando el llegar-"no, no, no voy ponerme como mártir, ese idiota no me va a humillar, si se quiere largar y dejarme ¡que lo haga! pero antes te restregaré en la cara tu falsedad"


 


-señor ya llegamos-le indico el taxista y el castaño sin pensarlo se bajó del taxi dejándole al taxista un montón de dinero sin esperar a que le diera el cambio


 


Entró al amplio y despejado aeropuerto buscando con la mirada al peliazul. Había mucha gente y eso le dificultaba la búsqueda; fue directo a la recepción del aeropuerto y encontró a un hombre, no mayor de 32 años que trabajaba con su computadora.


 


-¡konichiwua señor!-saludo aquel hombre con una sonrisa al castaño


 


-konichiwua, necesito saber del vuelo 180, ¿a qué horas sale?-dejó que el recepcionista revisará en su computadora.


 


-sale dentro de 2 horas, la sala de espera se encuentra en la sección "A"-le dijo con una sonrisa al profesor que solo le dio las gracias y se fue de ahí


 


Corrió al lugar que le había indicado el recepcionista buscando al peliazul. Llegó a la sala y lo primero que vio fue a su amado sentado en uno de los sillones de espera, dándole la espalda con la mirada gacha. Sentía su corazón latir con fuerza, ahí estaba él, su amado, su Nowaki; después de tantas preocupaciones que le había hecho pasar, solamente podía hacer una cosa.


 


-¡estúpido Nowaki!-le dio un golpe en la cabeza haciendo que el peliazul cayera al piso


 


-¡auh! eso dolió-dijo Nowaki sobándose la cabeza, cuando fijo su vista en el profesor su mirada se volvió gélida sorprendiendo al castaño-ah, eres tú


 


-cómo que "ah, eres tú" ¡qué demonios te pasa baka, te he estado buscando toda la mañana pensando estúpidamente lo peor!-gritó Hiroki exaltado, frustrado esperando una explicación pero Nowaki solamente se levantó del piso y le devolvió una fría mirada


 


-lo lamento, no quise causarte problemas pero descuida ya no te los causare me voy a Karakura-en cuanto dijo eso el profesor se quedó tieso, impresionado tenía miedo, mucho miedo


 


-¿cómo que te vas a Karakura? no me habías dicho que irías a Hokkaido, idiota yo...


 


-esto no es un viaje de trabajo, me voy a Karakura porque lo nuestro ya no tiene sentido


 


Por un momento, un silencio sepulcral inundo la sala. ¿Había oído bien? ¿Nowaki...estaba terminando con él?, tratando de calmarse y mirando al peliazul directamente para descubrir algún indicio de mentira en su rostro. Nowaki se mostraba frío en su mirada.


 


-¿d-de que estás hablando? que quieres decir con eso de que lo nuestro ya no tiene sentido-por más calmado que hablaba, sentía que los nervios lo destrozarían, con valor siguió hablando-e-estas bromeando ¿verdad? ja ja ya deja...


 


-no es ninguna broma-le contestó firmemente, dejando impresionado al castaño por lo frió que estaba siendo con él-además es lo que querías, que te diera un "respiro"


 


El profesor no dijo nada, solamente bajo la cabeza. Con el corazón partido y crispando sus puños con rabia, explotó.


 


 


-tú...eres, ¡eres un imbécil, idiota, bastardo,¡-no se pudo contener y dejó escapar de sus ojos miel unas lágrimas de rabia y dolor, sintiéndose miserable-¡si ya no me querías estúpido, me lo hubieses dicho de frente, te odio!-le dio un puñetazo en la cara, Nowaki no respondió solamente se quedó viendo al castaño que lloraba desesperado, con la respiración agitada-no sabes cuánto te...


 


No pudo decir más porque Nowaki lo había tomado repentinamente por la cintura y lo besó desesperadamente. Esto hizo que el castaño abriera sus ojos enormemente, sintiendo los labios de su amado besándolo con ansiedad, desesperación; saboreando sus cálidos labios. Lo separo bruscamente de él y le volvió a dar otro puñetazo.


 


-¡no juegues conmigo, maldito idiota, si ya no tenemos nada lárgate y déjame en paz!-salió corriendo de ahí con el corazón destrozado dejando atrás a su amado que sólo lo vio partir, alejándose de él. Se volvió a sentar en el sillón y silenciosamente dejó escapar unas amargas lágrimas.


 


-Hiro-san, te amo tanto, perdóname..-dijo en un murmullo, rompiéndose poco a poco


 


 


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Había llegado a su casa todo deshecho, destrozado solamente su cerebro era él que lo manejaba ya que su corazón estaba roto. Se metió a la ducha sin quitarse la ropa, abrió la llave y el agua fría cayó sobre su cuerpo vulnerable y sin poder evitarlo sus lágrimas empezaron a caer, confundiéndose con las gotas del agua.


 


-"Nowaki...ya no me amas, está bien, de acuerdo lo comprendo, je"-sonrió aun llorando tratando de engañarse a sí mismo-"las relaciones no son eternas, era hora de que cada quién siguiera su camino; es mejor así..."-como si ya no pudiera controlar su cuerpo se dejó caer en el suelo como a un títere que le han cortado los hilos.


 


Se quedó largo rato ahí, esperando que el dolor se le pasara pero esto que sentía era una herida de la cuál jamás podría reponerse al igual del amor que aun y seguiría sintiendo por Nowaki solo que este sentimiento lo lastimaba mucho.-idiota...jamás podré dejar de amarte-dijo para sí en un murmullo, sintiéndose cansado cerró los ojos perdiéndose en un mundo sin dolor.


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