La luz del sol se filtraba por una hermosa ventana de cristales transparentes, justamente un rayo de sol travieso golpeo el rostro de un joven que no aparentaba más de 16 años.
Abrió los ojos lentamente, se sentó en la orilla de su cama jalando su cabello preocupado, la verdad no había pegado ojo en toda la noche y justo cuando se dormía había amanecido.
-joven Sebastián- escucho la voz del doctor, que estaba justo detrás de la puerta de la habitación
-pase- dijo con la voz quebrada el joven
-su madre quiere hablar con usted- dijo con lastima en la voz
No dijo nada solo se dispuso a levantarse e ir a paso lento a la habitación de su madre seguido del doctor, cuando llego no se molesto en tocar la puerta, su corazón se partió a verle en esa cama calva, por el fuerte tratamiento pero había que acepta la realidad, no se salvaría estaba muy mal, camino hasta la cama y se sentó a su lado, acariciando su rostro.
-hijo, tengo que contarte algo antes de…- la interrumpió
-no, no digas eso… vas a estar bien, ok- si había que aceptar la realidad, pero él no la había aceptado mejor dicho no la quería aceptar
-tú lo sabes bien, pero volvamos al punto, no vas a estar solo continua tu estudios…- la volvió a interrumpir
-¿Cómo que no voy a estar solo?... ¡no tengo a nadie más que a ti!- decía con lagrimas en los ojos
-shu… ya amor, mira tu padre…el está vivo…- la interrumpió nuevamente
-¿Cómo?- decía muy sorprendido- ¡tu dijiste que estaba muerto!-
-amor, no tengo tiempo de contártelo tu padre lo hará, el vendrá a buscarte yo le avise, cuídate, se feliz y en especial, quiere mucho a Ciel…te amo y dile que yo lo amo si, dile a Ciel que lo amo…-
-¿Quién es Ciel?- sus lagrimas se hicieron más notables- no, no me dejes- se abrazo al cuerpo frio de su madre, duro mucho tiempo allí
-Sebastián…- escucho una voz gruesa detrás del, se levanto y giro para ver el rostro de un hombre alto, de ojos azules y cabello de igual color-
-¿Quién eres?- pregunto serio
-es una lástima que no me recuerdes… has crecido mucho ya casi eres un hombre hecho y derecho- decía acercándose a Sebastián
-¿Quién eres?- volvió a preguntar
-bueno, soy Vicent- dijo estirándole la mano a Sebastián, el cual dudo en estrechar su mano
-¿mmm…?-
-¿tu madre nunca te dijo mi nombre?- dijo herido
-no, ¿tendría que saberlo?- dijo levantando una ceja
-sí, porque lo más normal es que sepas el nombre de tu padre-
Días después:
Recostado en su nueva cama pensaba el cómo sería su hermanito ¿se parecerá a mi?... ¿a mi madre?... ¿a mi padre?... ¿será odioso?... ¿serio?... ¿infantil?... ¿de qué color tendrá sus ojos?..¿O?
Fue interrumpido en su debate mental, ya que tocaron la puerta de su habitación
-¿Quién?- dijo en voz alta
-yo- escucho la voz de su mejor amigo Claude
-pasa…- le dije, acto seguido el muchacho de ojos ámbar entro por la puerta cerrándola tras de si
-¿Cómo has estado?- pregunto Claude sentándose en la orilla de la cama
-bien, mi padre no es malo, lo que me tiene preocupado es el asunto de mi hermanito nunca en mi vida me he llevado bien con niños menor y mi madre me encargo que lo cuidara, ¿Cómo tratas bien a alguien que tiene que ser importante para ti si no tienes ni la menor idea de cómo es?- suspiro cansado
-¿y dónde está, no lo has conocido?- pregunto Claude
-no él está de viaje con su mejor amigo, mi padre dijo que viene hoy…ya lo fue a buscar al aeropuerto- dijo Sebastián
-¿y el sabe que tu existes?- pregunto
-no, mi padre me dijo que se lo iba a decir cuando me lo presente-
-pues el caso esta grave- dijo levantando sus hombros
-gracias por tu apoyo- lo miro incrédulo
-de nada, para eso estoy- dijo sarcásticamente
-¬¬* si claro-
-Sebastián…baja- dijo la voz de su padre
-creo, que llego el momento…Sebas- dijo tocando el hombro ajeno Claude dramáticamente
-¬¬* Claude no exageres-
-bue…- los dos bajaron las escaleras
-deja…Alois…- intentaba quitarse a su amigo de encima
-pero…yo te quiero…- decía Alois intentado besar a Ciel
-cof…cof…bueno Ciel- llamo la atención de los dos que miraron al mayor
-¿Qué?- pregunto Ciel
-mira el es Sebastián…- le presento al pelinegro de ojos rubí
Sebastián se quedo de piedra a ver a tan hermoso ser frente a él se parecía mucho a su padre pero tenía algo diferente, sus hermosos ojos azules hacían que te perdieras en ellos y su rostro angelical al igual que su nombre
-mucho justo…- dijo en niño entrelazando sus manos con las del mayor
Sebastián se sorprendió a sentir tan suave piel, cuando se tocaron sintió una corriente eléctrica por todo su cuerpo, y una calor que pasaba por su vientre hasta su pecho, quiso que ese momento durara para siempre pero el menor separo sus manos
-mucho gusto mi nombre es Ciel y el- señalo a Alois el que se había guindado en su brazo- es Alois mi mejor amigo- dijo con una sonrisa
-bueno ya sabes mi nombre el- señalo a el de ojos ámbar- es Claude mi mejor amigo
-disculpa mi atrevimiento pero, ¿Qué haces aquí?
-pues…- miro a su padre
-hijo…Sebastián es tu hermano mayor- dijo Vicent
-¿Qué?...- dijo sorprendido Ciel
Continuara…