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¿Por qué tú? por MekuMec

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Notas del fanfic:

Es mi primer fic publicado, así que puede que no sea de vuestro agrado >.< ¡Hice lo mejor que pude~!

 

Capítulo 1

El niño vale, ¿pero tú?

 

 

Aquella era una de mis tranquilas tardes, como siempre, como todas. Volver a casa después de un duro ensayo de baile para darme un baño extremadamente duradero, hacerme la cena y quedarme desvelado hasta bien tarde viendo peliculas. Estaba haciendome un plan mental en la cabeza de que película aún no me había visto, para poder verla, hasta que comenzó a vibrar el movil dentro del bolsillo de mi chaqueta.

 

-¿Sí? -Ya había descolgado. Era Taemin, uno de mis compañeros, al cual practicamente le daba clases dentro de las clases. - Ah Taeminnie, dime...

 

-”Key Hyung, ¿esta tarde tiene algo que hacer? Podríamos... “ -No escuché más, había fijado mi mirada en un niño pequeño en medio del paso de peatones, acuclillado mientras perseguía una canica, la cual no dejaba de rodar alejandose del alcance del pequeño. ¿Tendría 3 años? ¿O menos? Se puso el semáforo en rojo, aunque no pasaba ningún coche. Me mordí el labio inferior, me estaba poniendo nervioso, ¿Que no tenía a su madre o a alguien que le supervisara cerca? Examiné a mi alrededor, por la calle pasaba gente, pero nadie parecía prestarle atención. - ¿Hyung? ¿Estás?”

 

-Aiish, Taeminnie, te llamo luego. - Colgué sin más, guardandome el movil en el bolsillo. Permanecí estático viendo como el niño porfin había dado a coger la canica y se levantaba lentamente. Una furgoneta a pocos metros del pequeño y a gran velocidad comenzó a pitar, lo que me sacó de mi estado de pensamiento y diretamente corrí hacia el pequeño.

 

Pasó todo tan deprisa que siquiera pude percatarme de qué hacía. Lo cogí en brazos rápidamente, pero ya tenía la furgoneta encima, era denoche y sus luces me deslumbraban. Cerré los ojos fuertemente volteandome para que el menor recibiera el menor daño posible. Iba a morir, o almenos iba a estar años en rehabilitación, lo sabía, iba a ser un golpe muy fuerte. No quería morir...

 

Para cuando abrí los ojos instantes después seguía vivo con el niño en brazos, el cual me abrazaba fuertemente en un mar de lágrimas. Estabamos ya sobre la acera. Alcé la mirada incrédulo, el conductor berreaba insultos y advertencias mientras seguía su camino, hasta que noté una mano golpear mi nuca, dándome una colleja.

 

-¿Que manera de salvar a un niño es esa? ¡Podría haber salido herido! ¡Si te vas a lanzar a por él almenos ponlo a salvo! - Me volteé parpadeando aún incrédulo, aparentemente el empujón que recibí había sido por él. Alto, de pelo castaño y rubio, orejas perforadas, vistiendo un simple chandal, y aparentemente molesto.

 

-¡N-no reaccioné a tiempo! ¡Además, el niño está bien, que más da ahora eso! - Le tendí el niño. Supuse que era suyo, pero lo miró con una reciente cara de sorpresa. -¡Tenlo! ¡Va!

 

-¿Eh? ¡Este niño no es mio! ¡Es tuyo! - Enarqué una ceja incrédulo, el niño seguía llorando por lo que simplemente lo abracé a mi mientras acariciaba su cabello en un intento de calmarlo del shock.

 

-No es mio... - Dije algo más calmado, ahora que el niño comenzaba a calmarse, pero parecía que aquel chico comenzaba a perder la paciencia. - Ayudame a buscar a sus padres, va. -Lo exigí, como si fuese una orden.

 

-¿Por qué yo? - Me miró vacilante, simplemente entrecerré la mirada.

 

-Pues por que tú lo has salvado. - Torció el labio, simplemente me encogí de hombros y miré a nuestro alrededor. Repentinamente las calles estaban desiertas, por lo que mis esperanzas de encontrar a alguien que lo cuidase fueron nulas. Notaba la mirada de aquel chico encima de mi todo el rato, por lo que finalmente me volteé hacia él. - Parece que no hay nadie. Oye pequeño, ¿tú....? - Le miré de reojo, pues estaba apoyado sobre mi hombro mientras abrazaba mi cuello, estaba dormido. Fantástico.

 

-Aish... ¿No tienes casa o qué? Anda, vamos. - Comenzó a caminar por la calle, enarqué una ceja.

 

-No es por ahí. -Señalé la calle de detrás de nosotros, dió media vuelta avergonzado y comenzó a caminar apurado, simplemente sonreí irónicamente siguiendole. - ¿Por qué vas a venir tú a mi casa, desconocido?

 

-Soy Jonghyun. - Reclamó, sin siquiera voltearse a verme; caminaba por delante de mi. - Y que conste que te sigo por que me preocupa el niño.

 

-¿Que te preocupa?¿Cómo que te preocupa? - Abrí los ojos. ¡Yo sabía muy bien cuidar niños! Él no era quien para juzgarme.

 

-¿Cómo no me va a preocupar si está en tus manos? Seguro que eres el lider de una mafia o algo. Se volteó a verme enarcando una ceja con una sonrisa burlona.

 

Bien, mis pintas no eran de las más apropiadas. Zapatillas desgastadas, pantalones negros vaqueros, camisa de tirantes, chaleco de cuero y muñequera negra y plateada. ¡Iba de negro solo por el ensayo! Aunque lo de la mafía no era del todo incierto... ¿Pero que tenía que ver eso ahora? Me miré mientras balbuceaba cosas inentendibles. Finalmente, apreté los labios y resoplé.

 

-Voy así por un ensayo, no me gusta esta ropa. -Me excusé sacando las llaves mientras sujetaba al pequeño con un brazo, abrí la puerta del patio de aquel edificio de 16 plantas, manteniendo siempre una considerable distancia con aquel tal Jonghyun.

 

-Ya claro. En cualquier caso, ¿qué piensas hacer con el niño? Deberás devolverselo a sus padres. - Rodé los ojos molesto mientras entrabamos al ascensor.

 

-Claro que se lo devolveré, mañana iré a comis... - Negué rápidamente con la cabeza, carraspeando. - Mañana... - Me había quedado en blanco, no podía ir a comisaría, yo no. - Le pediré a un amigo que nos eche una mano, y punto.

 

Llegamos finalmente al último piso, el cual solo poseia una puerta, a diferencia de los otros que tenían varias casas en el mismo piso. Aquel era un ático, MI ático. La entrada ya de si daba a un amplio comedor, de paredes cubiertas por un grueso cristal, dándo una visión perfecta de la ciudad por la noche. Sofá de cuero, televisión de plasma, estanterías repletas de libros, un amplio espacio, un gran equipo de música... El salón en si ya costaba más de una noche en el hotel más caro del mundo. La cocina conectada al salón por una barra americana, y tres puertas. Una mi habitación, la otra un cuarto de baño y.. Lo otro un pequeño trastero/estudio.

 

Yo entré con naturalidad, deshaciendome de mis zapatillas y dejando las llaves tiradas en la pequeña cómoda. En cambio pude darme cuenta de que Jonghyun aún baboseaba mirando el piso mientras cerraba la puerta con tremenda lentitud. Me encaminé hacia la habitación, empujando la puerta suavemente con el pie para que no hiciera ruido. Una cama de matrimonio bastante extensa apareció frente a mi, dejé cuidadosamente al pequeño en medio, y lo cubrí con las sábanas. Dormía placidamente, y hay que admitir que era bastante lindo. Suspiré sentandome a un borde de la cama, apartándole el flequillo de la cara, hasta que oí los pasos de Jonghyun acercarse hasta la puerta.

 

-Oe, ¿tú eres millonario o algo? - Susurró, simplemente suspiré molesto por que él siguiera aquí, y salí cerrando la puerta para no molestar al pequeño durmiente.

 

-¿Por qué sigues en mi casa? ¿No ves que ya sobras? - Rió entre incrédulo y burlón, mientras me seguía, yo tan solo me iba al salón, quitándome el chaleco y dejándolo tirado en el respaldo.

 

-Es que es de noche. - Me volteé antes de sentarme en el sofá.

 

-¿Y? - Me senté finalmente, cogiendo el mando de la tele y encendiendola. Él tuvo la tranquilidad y familiaridad de sentarse a mi lado mientras estiraba sus brazos.

 

-Y mi casa queda lejos. - Se acomodó quedando recostado, mientras cogía uno de los cojines con manchas negras asimilando la apariencia de una vaca y lo observaba, cada una de sus esquinas. - Ahora enserio, ¿eres hijo de el Presidente de algún lugar o algo? ¿O has heredado una fortuna oculta? -Se reincorporó de golpe, poniendo una mano en mi rodilla y mirándome con una reciente emoción. Solo pude tragar saliva, me incomodaba su cercanía, me incomodaba su mano, me incomodaba todo su ser. ¿Por qué? - ¿¡O eres alguien famoso y no me he dado cuenta!? ¡Ya se! ¡Eres un actor! ¿A que si? - Negué lentamente con la cabeza - ¿Modelo? - Volví a negar, comenzaba a acercarse exageradamente a mi para mirarme de cerca, yo tan solo me echaba para atrás, y el insistía. - ¡Cantante! - Volví a negar, a ese paso ya estaba recostado en el sofá con ambos codos como único apoyo y con Jonghyun completamente encima mio, parecía sumido en su mundo de la fama. - Pueees... ¿Diriges un programa de radio? ¿Es eso?

 

-¡Déjame en paz! - Fruncí el ceño, empujándolo bruscamente y logrando quitarmelo de encima. Me levanté mientras le daba vueltas a mi muñequera con nerviosismo hasta quitarmela y dejarla sobre la mesita auxiliar. - No soy nadie, ahora largate. -Señalé con el brazo extenso la puerta, en aquel momento llamaron a la puerta. Empalidecí. - ¡Aaaaaaish! ¡Déjalo! -Me encaminé a paso molesto, clavando los pies a cada paso hasta la puerta, y cuando la abrí el inocente Taemin me sonreía mientras me saludaba freneticamente con la mano.

 

-¡Hyung! ¡Me colgó de improvisto, no sabe el susto que me dió, pensaba que pasaba algo! - Miró a mi alrededor, pareció darse cuenta de la presencia de Jonghyun y haciendome a un lado entró, sin siquiera pedirme permiso. - Es injusto, ¡queda con él y a mi siquiera me llama!

 

-Taeminnie, ahora no es momento, ando ocupado.. - Murmuré con un suspiro mientras le seguía, el iba dispuesto a conocer a Jonghyun.

 

-Cierto, “Taeminnie” mi novio y yo tenemos cuentas que saldar esta noche. - Sonrió perversamente, de brazos cruzados sentado tranquilamente en el sofá. En ese momento Taemin dejó de caminar, dió media vuelta apoyándose en un único pie, el paso que se había quedado por dar lo dió esta vez dirigiendose hacia la puerta, parecía sonrojado, pero seguramente no más que yo.

 

-¡Lamento interrumpir! - Me quedé con la palabra en la boca, salió cerrándo de golpe, me quedé de nuevo balbuceando con la mirada fija en la puerta. Hasta que volver a escuchar su voz me sacó de quicio.

 

-Tadan, misión de tirar a los invitados. Todo un Éxito. - Me volteé hacia él con el ceño fruncido, no podía estar más molesto.

 

-¡No soy tu novio! -Parpadeó un par de veces, poniendo tambien un gesto de molestia.

 

-¡Tampoco quiero serlo! Solo lo dije para que se fuera. -Resoplé, cada vez me molestaba más. Me acerqué a paso apurado hacia él, con ambos puños prietos me paré justo delante suyo. Apreté los labios.

 

-¡Hay muchas otras formas de echar a los invitados! ¡A Taemin lo veo todos los días! ¿¡Tú sabes lo que me va a incordiar con este tema!? -Alcé la voz, lo acababa de conocer y ya le odiaba. Se reincorporó de golpe, quedándo a escasos centimetros de mi, ya que yo me había acercado al sofá bastante para poder reñirle “mejor”. Tragué saliva e hice un amago poco victorioso de caminar hacia atrás. Tras de mi estaba la mesita de cristal, con la cual me tropecé e irremediablemente resbalé. Cerré los ojos esperando una caida dolorosa que provocaría la ruptura de la mesa de cristal y a saber que pasaría si me clavase alguno, pero en cambio mi caida se frenó con un brazo rodeando mi cintura.

 

-¿Voy a tener que frenar tus golpes siempre? Al final dejaré que te la pegues. - Abrí los ojos, no me soltaba, si no que estaba extremadamente cerca de mi, volví a empujarlo, lo que nos molestó a ambos. Sacudí mis manos y le miré con una pizca de “desprecio”

 

-¡Pues dejame que me la pegue y lárgate de mi casa! Ya nadie te necesita aquí. - Me sacó la lengua a modo de burla, resoplé incrédulo.

 

-No me voy a largar, tengo hambre. Ya te dije que mi casa quedaba lejos. Además... Seguro que eres un pederasta o algo, y te aprovecharás del pequeño por la noche. - No pude abrir mas los ojos de la incredulidad. Cogí el primer cojín que tenía a mano e hice el amago de lanzarselo, pero aferró mi muñeca antes de que pudiera soltarlo. Tragué saliva y quedé estático, dejándo caer el cojín; su mano aferraba demasiado fuerte mi muñeca, me... ¿Asustaba?

 

-Sueltame... - Murmuré tratando de soltarme de aquella muñeca, en vano, por lo que con mi mano libre traté de empujarlo de nuevo, pero también la aferró. Le clavé la mirada mientras fruncía el ceño, el simplemente estaba serio.

 

-¿Por qué debería? - Dió un paso para pegarse a mi, paso que yo di hacia atrás, y así consecutivamente hasta que caí en la idiota trampa de quedar arrinconado contra la pared.

 

-¡Por que yo te lo digo! - Sonrió de medio lado, me estremecí de pies a cabeza. Su rostro comenzo acercarse, demasiado, demasiado cerca. Cerré fuertemente los ojos. -¡Déjame! ¡Tengo pareja! - Abrí un ojo temeroso, Jonghyun se había quedado parado a escasos centímetros. Resopló, pero no me soltó.

 

-¿Y?...- Me congelé de nuevo. ¿cómo que y? - Ya te dije que no quería salir contigo, ¿no? Solo será un rato, y nadie tiene que enterarse de nada...

 

No podía, no podía. No podía poder. No tenía que hacerlo. No quería serle infiel a nadie. Le odiaba, cada vez odiaba más a ese Jonghyun. Maldito niñato molesto...

 

Notas finales:

No me tireis muchos tomates, hay gente que pasa hambre (?) Con 2 reviews me conformo para subir el capitulo dos ;3; Bye~♥


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