NUESTRO ARREPENTIMIENTO
Ruka Hatake
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Le dio un beso fugas para acto seguido apartarse. Kakashi seguia ahi como piedra sin decir nada, ausente.
-Tu tambien ya debes de pasar página.-
Kakashi se mantuvo quieto mientras sus ojos bicolor se clavaban en la figura del otro, en aquella espalda ancha y firme que se movia lentamente hacia la salida. Cerro sus ojos cuando el sonido de la puerta cerrandose resono por todo su departamento.
-Es lo mejor, esto es lo mejor...-
Fue lo que se dijo Kakashi durante los siguientes minutos que su corazón doliente palpitaba más lento que de costumbre, lo repitio con demencia las siguientes horas tratando de borrar la imagen de Iruka de dentro de su cabeza y por los siguientes días en que la voz del castaño resonaba dentro y fuera de su conciencia.
Kakashi se dijo “estoy bien”, mientras las noches y los días de desvelo se hacian cada vez más y más largos. Porque el queria creerlo en verdad necesitaba que esa fuera la verdad para poder continuar con su soledad, para recobrar la falsa tranquilidad en la que estaba sumido desde hacia tantos años.
La cotidianidad de su vida se oscurecio un grado más de lo que hasta ahora ya lo había hecho, y seguía esa escala de grises a negros ganando terreno mientras recordaba los días que el mismo lo alejo de su lado, las palabras que le dijo al castaño, los sentimientos que tuvo en ese momento para soportar la distancia sin sentir nada.
Ahora incluso no sentir nada seria terrible, tanto como saber que ir tras Iruka lleno de miedos, inseguridades y solo besos fugases llenarian de dolor al moreno. Kakashi no se sentia preparado para entregarse incluso ahora aceptando lo que no entendio, lo que rechaso durante tanto tiempo diciendo que a ambos les estaba haciendo un favor. Porque no podía darse a Iruka a medias cuando el otro ya se había entregado por completo.
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Si habia algo que molestara más a Tsunade que el trabajo excesivo y la falta de un buen sake, era ver a alguno de sus ninjas dejar pasar la felicidad entre sus dedos como si fuera agua, simplemente en esos momentos se sentia frustrada e iracunda con la actitud de cierto shinobi peliplata que aunque pareciera normalmente despreocupado y alegre, la verdad estuviera siendo comido por dentro y solo por no aceptar que amaba a otro de sus mejores hombres sino que pretendiera que nada habia pasado en realidad y que no le afectaba en lo absoluto.
Pero quizas lo que más la molestaba era el hecho de que había adbertido hacía un par de años al joven shinobi hacerca de no meter la pata como ahora lo había hecho. Así que reunio toda la paciencia que no tenía los primeros días para no gritarle y las siguientes semanas para no darle un golpe que lo mandara a la villa más lejana.
Se repetia “paciencia, paciencia”. Cuando Kakashi se aparecia entregando los reportes de sus misiones con sus tipicas excusas mientras las ojeras de sus ojos parecian tomarle más y más afecto. Shizune su fiel ayudante y amiga no tardo en darse cuenta de que algo hiba mal con el peli plata y trató de ir a platicar con él si no con la confianza suficiente de una amiga si con la de una medica preocupada por su salud, pero la Hokague la detuvo.
No es que Tsunade fuera una mala mujer que disfrutara con el dolor ajeno aunque se lo mereciera por necio, claro que no, pues recordemos que esto a ella tambien ya la estaba afectando a nivel personal. Simplemente lo que ella deseaba era que fuera el mismo peliplata el que abriera los ojos por completo, que tomara las riendas de su vida sin que otro le marcara el paso y después en un momento dado fuera a desistir argumentando su decición habia sido llevada por tal o cual persona.
Así que la rubia hizo lo mejor que pudo para no mandar al hospital al shinobi en pena y en mantener al otro joven maestro lo suficientemente ocupado para que no pusiera atención o al menos no mas de la debida en lo que al otro le pasaba. No faltaba mucho para que Iruka partiera en una misión diplomatica nuevamente junto a su señor feudal una que sin duda tardaria bastante al ser aquellos hombres tan desesperadamente volubles y necios.
-No faltan muchas semanas para que Iruka se marche a la capital.- había comentado Kakashi mientras le entregaba un reporte ciertó día
-Menos de un mes.- le contestó ella concentrando su mirada en el hombre aparentemente calmado y desinteresado
-Como Hokague tiene el poder para hacer que él se quede en la villa y algún otro vaya a su lugar.-
Tsunade abrio la boca de sobremanera para volverla a cerrar sin emitir sonido alguno
-Puede ordenarle se quede aquí.- dijó con más decición pero sin apartar su mirada de la vista de la aldea a travez de la ventana.-
- ... -
-Solo bromeaba.- prosigui sonriendo con su vista ahora si dirigida hacia la Hokague
-Creo que ya tienes tu respuesta. No, más bien debo decir que ya has aceptado tu respuesta.- Contestó ya más recuperada del shok
El peliplata se acomodo en su sitio sonriendo melancolicamente ante la pesada y espectante mirada de la mujer, sin sorprenderse de que estuviera al tanto de su situación emocional, por algo era mujer y era la Hokage.
-Las respuestas son siempre faciles, lo dificil tomar el camino hacia ellas.-
-Que sea dificil le da más valor. -
-Todavía hay muchas cosas que no quiero dejar, personas a quienes no quiero olvidar.- ... .- Cuando me dijo que me amaba trate de alejarme de él, y él nuevamente vino a mi y sostuvo mi mano, y yo me sujete fuertemente de él diciendole que era porque me lo pedia. Mi ego me impidio ver que era lo que estaba yo mismo esperando.-
-Y la llegada de Bee lo cambio todo.-
-No es gracioso, solo cuando el me deja y va a buscar su felicidad en brazos de otro es que me doy cuanta que ese “ no lo amo” es solo una mentira para protegerme. Tengo alguien a quien proteger con este par de ojos, con este cuerpo, tengo por quien vivir y no solamente sobrevivir... es lo que Iruka me enseño.-
-Entonces es hora de que dejes tu ensimismamiento y hagas algo por la vida Kakashi. Y deja de hacer todavía más el vago con tu trabajo y dejarte morir en silencio.-
Kakashi asintió, todavía había muchas cosas por hacer, y sabía que el camino se torceria varias veces antes de llegar al final, pero esta vez tenia su decición tomada, ya no podría seguir estando sentado viendo como todos a su alrrededor continuaban su camino, observando como la persona que podia darle todo se alejaba solo por sus miedos, por su cobarde decición. Kakashi amaba a Obito, eso no cambiaria. Pero tampoco lo haria el hecho de que se enamoro de Iruka, amaba a Iruka y eso no significaba que tuviera que escoger a uno sobre de otro.
Ambos habian sido y eran en su momento las personas con quienes convivió, que le enseñaron a ver el mundo de diferente forma, quien lo sostuvieron y animaron a continuar, Obito le había hecho un último regalo en un sacrificio de amor, uno donde múrio Obito no él y él ahora tenia que recuperar a Iruka que seguia ahi bajo ese mismo cielo azul, a quien todavía tenia la posibilidad de abrazar.
-jum realmente tengo unas enormes ganas de golpearte Kakashi.-
-ma ma Tsunade sama, no tiene porque ser tan violenta.-
-Y tu no tendrias porque ser tan idiota.-
-jajajaja, creo que es mi mejor don.-
-Sin objeción a eso.- ... -Sabes que ignorare tu petición “en broma”.- le dijo con tono serio y decidido
-No esperaria menos de usted Hokage sama -
La rubia estuvo tentada a cumplir con esa petición deseosa de que el amor triunfara, peor seria bastante problematico lidiar con el señor feudal y más con la segunda persona más apta para el trabajo.
-Bueno entre más le cueste, más aprendera a atesorarlo.- dijo fasinada por ver como terminarain las cosas entre aquel par de tontos.