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Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Y en medio de este caos me encontraste. por Atreyu

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Notas del fanfic:

Bueno, ahora, en este preciso momento no se qué rumbo tomará la historia. Sinceramente ya tiene rato que no escribo, en cuanto a fanfics se refiere, pero tenía ganas de intentarlo una vez más.
Debo decir que no conozco completamente la historia de Yu-Gi-Oh, pero los personajes meparecen adecuados, y me gusta el yaoi entre ellos. Hay algunos cambios raros en el parentesco de los personajes, espero que a nadie le moleste. Tal vez también, en algún futuro muera algún personaje, pero de eso no estoy segura. 

La historia es una mezcla entre mis gustos extravagantes por el yaoi, y mis sueños utópicos, por eso ténganme paciencia, quizá hubiera sido mejor no mezclar a los personajes con mi invento extraño pero me pareció atractivo, así que espero lo disfruten, por lo menos un poco. En algún momento me gustaría agregar lemon pero por el momento las cosas se iran lentas. Ya veremos qué pasa :D

 

 

Notas del capitulo:


La historia original le pertenece a Kazuki Takahashi.

Este primer capítulo es como una pequeña introducción y habla solo de un personaje, espero que lo adivinen y los disfruten :D

 

Capitulo I  

"El principio del final"

 

Puedo decir que mi vida ha sido difícil, triste, lamentable, dramática, sin embargo no la peor. Logré salir de aquel agujero obscuro y profundo,
más por fuerza y solidaridad que por cobardía. Sé bien que en aquella asquerosa guerra no fui el único que perdio, ni el que más sufrió, ni el que más lloro. Bueno, tengo una esperanza, sé que en algún lugar se encuentra el, mi pequeño.


Ahora, hoy, y durante este tiempo, he hecho un voto, un voto de silencio, ahora no rio, no grito, casi no hablo, quizá no solo es de silencio pues ni siquiera una muestra de emoción expresa mi rostro, al menos no frente a la gente, aunque debo decir que aun en soledad, son pocas las emociones.


Tuve una buena vida, sin carencias afectivas, y ¿materiales?, bueno por eso no se miden las faltas. Crecí en una buena familia, amorosa y numerosa. Tuve la suficiente educación para saber que no soy el centro del universo. Desde niño supe bien que otros a mi edad ya no jugaban, ni soñaban, y mucho menos reían. Aprendí bien que las cosas siempre pueden empeorar, y que la apatía y el conformismo conllevan un estado de ceguera e idiotez, donde el “disfrute de la vida” no es más que una falsa realidad producto del egoísmo.


Con aquellas ideas llegue a mi juventud, sin prejuicios y con casi total libertad. Me rodee de gente con mis mismas metas, entre ellos “la mujer
de mi vida”, como suele decirse. Ella fue todo lo que no lograba ser por completo: ella fue totalmente entusiasta, totalmente alegre, totalmente libre, ella era todo para mí. Con el tiempo, no mucho, nuestro cariño se consolido, formamos una familia, solo dos pequeños, planeamos un tercero pero pronto todo se vendría abajo. Ahora, en cierto modo, me alegro de no haber traído a otro pequeño a este horrible mundo, pues vivir y morir hubiera durado para él lo mismo que para mí dura un suspiro.


En esa época los conflictos crecían: falta de trabajo, dinero, educación. Pronto la población se dividió en dos bandos, hablando económicamente: los pudientes y los jodidos. En cuanto a grupos de  “lucha” las cosas tuvieron mayor diversidad; los “ricos”, quienes tenían el poder y el gusto para chingar a los otros, los que con ese mismo poder y gusto contribuyeron a la causa noble, y los otros, los sin nombre, los que se mantuvieron escondidos como ratas. Por otra parte los “pobres”, primero los que se unieron a los malditos bastardos promotores de matanzas sin ton ni son, y un grupo más, el resto, y aquí no hubo quien no peleara.


¿Yo?, ¿Con quién estaba? Mi trabajo me había ayudado a conocer todo tipo de gente. Fui un maestro de letras muy joven, di clases en una muy  conocida universidad. Gané prestigio, aprendí a moverme en la alta  sociedad, hice lazos con gente muy buena, y aunque tuve la oportunidad  de pertenecer a ese gremio decidí mantener una vida humilde, y lo más  anónima posible. Mi jovialidad, animosidad y talento, atrajo un gran  círculo de maestros y estudiantes dentro de aquel enorme grupo de gente  perezosa y vacía. En ellos, mis amigos y compañeros, encontré ayuda, afecto, y sobre todo lealtad.


Antes de que todo diera comienzo, nosotros: la resistencia, ya habíamos empezado a movernos. Recaudamos dinero y creamos un espacio, pocos sabíamos de él, aun así fue lo más grande posible, pues allí residían enfermos, ancianos, niños y mujeres que no podían pelear. Hay que decir que no éramos los únicos, estábamos por todos lados, nos aliamos, apoyamos, éramos un grupo constante y firme.



Tomamos las precauciones necesarias: olvidamos nuestra profesión, vivienda. Olvidamos nuestro nombre y apellido. Olvidamos que teníamos padres, hermanos, amigos, mujeres, y sobre todo hijos. Pronto optamos por un pseudónimo, sin embargo era lo único propio, lo único conocido.



Julissa tenía miedo, era natural, temía sobre todo por los pequeños: Mokuba y Yuki, pero a partir de ellos logró encontrar la motivación para unirse a la guerrilla. Yo, bueno, yo me había preparado toda mi vida para aquello, o debería decir para esto, sin embargo como era de esperarse, no estaba consciente del caos que resultaría. Mi inexperiencia y mis entrañables sueños me llevaron a un gran precipicio sin paracaídas, donde el golpe final fue mortal de mil maneras distintas.

-Debi saber que no se puede estar preparado para ese tipo de cosas...

Notas finales:

 

Esperó que les haya gustado. Con toda confianza dejen sus comentarios. 
Disculpen por las faltas que se me hayan ido. 

 


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