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Lágrimas por Daino

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Notas del fanfic:

Ya todo este dicho en el resumen. Espero les guste y quisiera dedicar esta historia a un amigo que sin él mi vida no tendría ningun sentido, espero que lea esto en algún momento.

 

Ahora al fic!

Notas del capitulo:

Una aclaración importantisima. Lo que esta en cursiva que no es la canción, son recuerdos del protagonista, les digo para que tengan ojo, porque al menos a mi me cuesta notar cuando esta en cursiva o no la letra jejejeje

 

 

Bon appetit!

Lo miré encolerizado, pero sabía que ya no había nada más que pudiera hacer, estaba derrotado, el había jugado mejor sus cartas que yo y ahora debía asumir las consecuencias -Espero este feliz por lo que está haciendo- espete, pero solo recibí una sonrisa complaciente.

-No hay nada que me haga más feliz que esto- contesto con una copa de vino en su mano izquierda. Apreté mis puños en un intento de canalizar mi ira, pero la verdad es que me sentía completamente desalmado -Será mejor que te marches antes de que él regrese, no creo que quieras darle explicaciones ahora- se bufó el hombre, pero se mantuvo siempre muy severo.

-Creo que debe ser usted el que le explique por qué no volveré a pisar un pie en esta casa- fruncí el ceño, pero él me continuo mirando bastante relajado.

-Te equivocas en eso- explicó calmado y comenzó a pasearse en su estudio, en el cual nos encontrábamos los dos a solas -Primero que todo, yo no le voy a explicar nada a él, para mi es mejor que piense lo peor de ti- continúe apretando mis puños en un intento en vano de tragarme aquella pena que sentía -Y segundo- agregó -No es solamente que no volverás a pisar esta casa, el trato no era ese, nuestro acuerdo es que no lo volvías a ver más a él, ese es nuestro convenio, así que no lo olvides- me guiño un ojo y se sentó al fin en un exquisito sillón negro detrás de su escritorio y lo reclino un poco.

 

Cuando veo tu sonrisa

Lagrimas corren por mi cara.  No puedo reponerme

Y ahora q soy fuerte he comprendido

Como este mundo se vuelve frio y atraviesa mi alma

Y sé que encontrare dentro de mí que puedo ser el único

 

 

Moví mi cabeza y la escondí bajo la almohada queriendo alejar los amargos recuerdos de días anteriores. Mi teléfono había permanecido apagado desde aquella conversación que no se iba de mi mente. Sabía que si prendía el aparato, mi fuerza de voluntad se iba a ir abajo y a la primera llamada iba atender. Quería hablar con él y cada segundo me costaba trabajo vivirlo sin tener noticias suyas. Deseaba correr a su encuentro y explicarle todo lo que había ocurrido, arrodillarme ante él si fuera necesario y suplicarle que me perdonara y que no me abandonara, pero yo había sido quien lo abandono y sin ninguna explicación, sin siquiera una despedida.

Me levante de mi cama y arrastre mis pies hasta la ducha. Me quede al menos diez minutos bajo el agua helada tratando de contraer mis músculos para así despertar y comenzar el día. Era la primera mañana que me animaba a salir del nido de mi cama, me sentía demasiado deprimido como para querer salir, pero en algún momento debía hacerlo o moriría de hambre muy pronto. Salí de la ducha y me cubrí bajo el torso con la toalla. Me quede viéndome en el espejo largo rato, mi cabello azabache esta despeinado y todo mojado, mi rostro se veía tan demacrado, aquellos ojos color miel que a él tanto le gustaban por su intensidad parecían como si alguien le hubiera quitado el brillo, la alegría había desaparecido.

Cuando quise irme a mi pieza para vestirme, el timbre de la puerta comenzó a sonar desesperadamente, como si la vida se le fuera en eso. No dude en ir así tal cual estaba a ver quién demonios tenía tanto apuro en verme. Abrí la puerta un tanto fastidiado que ni siquiera chequeé quien estaba tras esta.

 

-Así es justamente como quería pillarte- me pulverizo con la mirada y me hizo retroceder al interior de mi apartamento, dándole espacio para que entrara y me continuara gritando una sarta de insultos -¿Cómo pudiste?- me tiro su teléfono al pecho, trate de atraparlo pero dio con el suelo rápidamente -¿Estas con alguien más?- arqueó una ceja y puso sus manos en su cadera -Te apuesto que es eso- continuaba hablando. Lo hacía tan rápido que yo simplemente lo miraba estupefacto esperando que en algún momento decidiera guardar silencio -¿Dónde está?- quiso saber.

Me rasqué la cabeza con una de mis manos y lo mire realmente confundido, pero mi mirada se ilumino enseguida cuando reaccione ante el hecho de que lo tenía nuevamente frente a mí, siendo que debía resignarme a la idea de no verlo nunca más -¿Dónde está quien?- quise saber pero no me respondió y comenzó revisar todo el lugar -No hay nadie más que yo en este departamento- advertí.

-No me mientas Gaspar- se paro frente a mí y levanto la cabeza para verme a los ojos ya que yo era probablemente una cabeza más alto que él.

-Nunca sería capaz de hacerlo- suspiré y quise acercarme, pero las palabras de su padre vinieron a mi mente.

-¿Por qué te fuiste así entonces?- exigió saber -No me contestas las llamas- dirigió la mirada a su teléfono que estaba en el suelo y le dio un leve puntapié -Dímelo- su rostro se relajo y cambio su mirada a una llena de tristeza.

-Tomás- susurré y me aleje de este -Debes irte ahora- trate de sonar frio, pero ni siquiera yo lograba creer que eso era lo que realmente quería. Me fui a mi pieza para poder ponerme algo de ropa y quitarme la toalla, pero Tomás me siguió decidido a continuar con la conversación.

 

-No haré eso- me queje de inmediato al notar lo que se proponía el padre de Tomás.

-Tienes mucho que ganar- advirtió -Si ganas podrás estar con mi hijo sin ningún problema- insistió, pero continué con mi negativa.

-Él no es un juguete para que lo esté apostando- le recordé, pero este parecía haber olvidado esto.

-Ambos sabemos que tú no eres lo que más le conviene a Tomás- se cruzo de brazos y me miro seriamente -Si tu aceptas esto y lo cumples, yo no intervendré más- explicó -Si pierdes, te alejas de mi hijo para siempre, porque tendrás que estar consciente de que el merece algo mucho mejor que tú- me miró de pies a cabeza con una mirada de burla.

-¿Y sí no acepto todo este jueguito?- lo miré desafiante.

-No permitiré que estés con Tomás- se encogió de hombros.

-¿No se da cuenta que yo lo quiero? Conmigo no le faltaría nada, yo lo protegería de todo- trate de razonar, pero el padre de Tomás siempre fue un hombre imposible de tratar.

 

Nunca te dejare caer

Me levantare contigo siempre

Estaré ahí por ti a pesar de todo

Aun cuando salvarte me mande al cielo

 

-Deberías irte- lo mire con frustración, las conversaciones que tuve que su papá comenzaban abordarme y no me dejaban en paz ni un solo segundo, ni siquiera podía concentrarme en lo que Tomás me decía. Me quede viendo su esbelta figura y su fino rostro pálido, su cabello castaño claro y sus ojos que hacían juego con este. Me miraba desolado, casi al borde del llanto, no podía creer que estuviera terminando con él, y yo tampoco cabía en aquella noticia.

-Gaspar, no puedes hacer esto- rió nervioso -Son años juntos, ¿los vas a tirar así como así a la basura?- masajeaba mis sienes con ambas manos y continuaba mirándolo en silencio mientras seguía con su serie de preguntas, las cuales no podía responder.

-No es nada de lo que piensas- dije con pena. Vacile un momento y por una fracción de segundo quise decirle todo lo que ocurría, la verdad. Después de todo, en eso se basaban las mejores relaciones, en decir siempre la verdad, pero en este caso no podía, si yo le decía la verdad a Tomás,  se iba a empecinar en continuar conmigo y su padre ya me demostró que le iba hacer más daño que bien a mi pequeño -No quiero ser grosero, pero de verdad tienes que irte- me levante de mi cama donde me encontraba sentado y lo mire con molestia.

-¿Qué fue lo que te cambio?- susurró -Creí que estábamos bien- bajo la mirada y guardo silencio. Por más que quise acercarme y estrecharlo en mis brazos, pase junto a él y me dirigí a la sala principal, donde tenía mi living, comedor y cocina, él me siguió después de unos segundos.

Lo encaré y con mucho temor posé mis manos en sus hombros -Nuestro amor ha sido relegado al pasado- expliqué lleno de pena. Este me miró con los ojos brillosos, las lágrimas estaban a punto de salir.

-¿Quién lo ha relegado?- quiso saber -¿Tú?- asentí con un poco de dificultad y lleno de pena - ¡Eres un mentiroso!- quito mis manos de sus hombros con bastante violencia -Deja de mentirme Gaspar, alguna vez en tu vida dime la verdad, si vas a terminar conmigo, ten la decencia de decirme porque es- vocifero. Lo mire en silencio.

-No puedo seguir contigo- empuñe mi mano y este me miro severo, tenía la misma mirada que su padre, esos ojos me penetraban igual como lo hizo su padre hace días atrás -Ya no siento lo mismo por ti, es mejor que terminemos ahora, no quiero lastimarte en un futuro- mentí y continué mintiendo durante toda nuestra conversación, se me daba muy bien el fingir y hasta Tomás termino por creer en mis palabras. Solo faltaba que yo me convenciera de estas.

 

Está bien. Está bien. Está bien.

Las estaciones están cambiando

Y las olas chocando

Y las estrellas están cayendo todas por nosotros

Los días son largos y las noches cortas

Puedo demostrarte que seré el único

 

Se fue con su corazón destrozado y muy probablemente con una pequeña semilla de odio creciendo en su corazón. Me sentía la persona más horrible del mundo, pero me hubiera sentido peor al haber sido el responsable de haber arruinado su futuro, todos sus sueños, no me sentía tan valioso como para que sacrificara todo por mí. Sabía que si se lo decía él se negaría aceptarlo, ya que para él sí sería justificable dejar todo por mí, pero, ¿Qué pasaría años después? ¿Sí llegaba un día y se daba cuenta de que no valía la pena? No hubiera podido vivir con tal remordimiento. El era un increíble profesional, era uno de los mejores artistas que había visto en mi vida, y yo simplemente era un vago que estaba obstaculizando su gran camino. A quienes siempre van a transitar por grandes calles y hay otro tipo de gente que solo está destinado a estrechos caminos y no teníamos derecho a juntarnos. Todo eso me lo explicó el padre de Tomás.

 

-Mire- comenzó a molestarse ante mi gran negativa de alejarme de su hijo -Como se lo explico para que alguien como usted lo entienda- me miró soberbio -Se que le preocupa que mi hijo sea feliz, así que creo que será la forma más fácil de que entienda- trato de hablar calmado, pero se notaba a leguas que su paciencia se había acabado hace como una hora de conversación.

-Su hijo es feliz a mi lado, por eso sigo junto a él-  recalque para hacerlo enojar más, el hombre resoplo y se alejo un poco de mi. Yo estaba cómodamente sentado junto a una mesita redonda y el apoyaba ambas manos en esta mesa, pero a ratos se erguía y resoplaba -Puede decirme todo lo que quiera, pero mientras él me quiera a su lado yo no me voy apartar- cruce mis piernas -Usted no entiende que quizás está tratando de separar a su hijo de la única persona que sería capaz de protegerlo de todo en este mundo, de levantarlo cuantas veces el se caiga. Yo siempre estaré para él- vi como su mirada se relajaba y volvía apoyarse en la mesita.

-¿Y qué diría si le digo que junto a usted mi hijo no tendrá la vida plena que él se merece?- fruncí el ceño confundido -Me explicó- advirtió -Ambos sabemos que él es un gran artista y tiene mucho futuro- yo asentí y preste atención -Bueno, él estando a su lado, probablemente dejara de hacer muchas cosas para dedicarse a usted- yo negué rápidamente.

-No se lo permitiría- interrumpí.

-Él no se lo dirá claramente, pero supongamos algo- junto sus manos en su espalda y se empezó a pasear frente a mí -Imaginemos una situación muy probable- lo seguí con la mirada dándole a entender que seguía su juego -Él tiene que viajar algún lugar por un par de meses- dijo pensativo -Va decir que no de inmediato, sin siquiera consultárselo, porque no quiere estar lejos de usted y no querrá ponerlo en el dilema de elegir- hablo victorioso.

-Son solo suposiciones- alegué.

-Ambos sabemos que es muy probable- me quede mudo, él tenía razón, me estaba ganando -Él se limitara mucho estando a su lado y eso lo llevara finalmente al fracaso- finalizó.

-A usted ni siquiera le gusta lo que él hace, ¿Por qué me dice esto?- exigí saber -¿Acaso prefiere verlo estudiar algo que usted no quiere que dejarlo estar a mi lado?-

-¡Bingo!- hizo un gesto positivo con su mano -Siempre le he de apoyar mientras usted esté lejos, así que usted decide-

 

Nunca te dejare caer

Me levantare contigo siempre

Estaré ahí por ti a pesar de todo

Aun cuando salvarte me mande al cielo

 

Me engañare una vez más y me haré creer que fue lo mejor que pude hacer. Siempre le prometí que estaría a su lado siempre que me necesitase. Pero nunca me di cuenta que siempre fui yo quien le dificultaba todo. Le costaba estudiar ya que su padre no le proporcionaba los medios, tenía una mala relación con él por mi culpa, su vida era difícil a mi lado, yo soy un pobretón que nunca le pudo dar nada más que mi presencia siempre que él la precisara.

Me fui a un bar esa noche, la oscuridad estaba sobre mí y era mi única compañera de camino al lugar elegido. No acostumbraba a beber, Tomás me había quitado esa mala costumbre, aunque tampoco era un alcohólico antes de conocerlo, pero me comencé a cuidar más cuando estaba a su lado. Toda persona que bebé y quiere olvidar es consciente que solo será por poco tiempo, es una medicina a corto plazo, y cuando recuperar la razón, todo se vuelve peor, pero vale la pena olvidar tan siquiera una noche, poder dormir plácidamente, sin pesadillas, sin recuerdos, sin remordimiento, sin nada, el olvidar todo era como un regalo, a pesar de su corto efecto.

Por la mañana, tal y cual lo describí, todo regreso a mí. Todo lo que me estaba atormentado. Ni siquiera fui capaz de abrir los ojos, el dolor de mi cabeza era simplemente insoportable, había bebido tanto, que ni siquiera recordaba cómo había llegado a mi hogar. Peor no me importaba, había sido capaz de sacar de mi mente a Tomás por una noche, aunque ni siquiera lo recordaba, era una gran paradoja.

Sentí unos pasos aproximarse a mi habitación y erguí mi cabeza de inmediato y abrí los ojos espantados, ¿Qué había hecho? ¿Había traído a alguien a mi casa?

-Este lugar apesta- abrió la puerta el pelicastaño -Tú apestas- me miro austero.

-¿Qué haces aquí?- exigí saber, trate de ponerme de pie, pero solo logre sentarme en la cama, un gran dolor de cabeza me recordó que había estado de farra -Respóndeme- exigí cuando se dedicaba a correr las cortinas de mi cuarto.

-No te vas a librar tan fácil de mi- se cruzo de brazos y me miró molesto -Hoy tenías una entrevista de trabajo- masajeaba mi frente tratando de desvanecer el dolor -Era una gran oportunidad-

-No hables- pedí, el dolor era demasiado grande.

-Quizás aún tengas tiempo, levántate y date prisa- me animo. Levante la mirada y lo miré desganado y tratando de mostrarme lo más desinteresado posible.

-Vete, no te metas en mis asuntos- advertí -¿No tienes algo de orgullo?- reí irónico -No me importas más, ¿Por qué sigues molestándome?- Tomás guardo silencio y toda aquella energía que se veía reflejada en su rostro desapareció. Su rostro volvió a ser uno lleno de desolación.

-No tienes porque tratarme así- me recordó -Solo quería que encontraras un trabajo ahora que no iba a estar yo para ayudarte- dio media vuelta y salió de mi cuarto. Sentí un fuerte ruido en la otra habitación, como si hubieran tirado algo al suelo y esto se hubiera roto en mil pedazos. Luego de eso se sintió la puerta de entrada, dio un gran portazo al salir.

 

Nunca te dejare caer

Me levantare contigo siempre

Estaré ahí por ti a pesar de todo

Aun cuando salvarte me mande al cielo

 

-¿Cómo es posible que hicieras algo así?- me miró ceñuda mi vecina -Voy a extrañar a ese chico- me miró con lastima -Es lo mejor que te ha pasado en tú penosa vida- me recordó

-Gracias- la mire ofuscado -Creo que ahora me volvieron las ganas de vivir-

-¿Él fue el que dio el gran portazo ayer?- yo asentí apoyándome en la pared del pasillo. Ivana era mi vecina. Tenía su departamento justo frente al mío y siempre estaba pendiente de mi por órdenes estrictas de Tomás. Siempre conversábamos en medio del pasillo para darle reportes de mi vida. Le encantaba escucharme y a veces necesitaba descargarme con alguien, sobre todo cuando tenía problemas con el padre de Tomás, ya que no podía hablarlos todos con él, nunca quise crear conflicto entre ellos dos -Creí que su papá había venido a golpearte o algo así y me asuste-

-Tranquila, soy muy poca cosa para ese hombre, nunca intentaría matarme-

-No digas estupideces- chisto -Además a ti que te importaba lo que ese hombre pensara, si después de todo tú salías con su hijo, no con él-

-Tiene sentido- concedí.

-Pero al parecer lo olvidaste cuando decidiste terminar con Tomás por influencia de su papá- se cruzo de brazos -Realmente eres un tonto- negó y suspiró pesadamente -¿Cómo arreglamos esta situación?-

-Yo no voy arreglar nada, la decisión ya está tomada- aclaré.

-¿Vas a volver a tu vida miserable de antes?- estrechó sus ojos esperando una respuesta.

-Ivana, no podía hacerle eso- me excuse.

-Su padre estaba exagerando y fuiste un tonto al tragarte todo lo que él te dijo, ¿nadie te enseño que a tu enemigo no debes creerle ni media palabra?- resoplé -Es enserio Gaspar, te estoy hablando muy enserio, debes ir arreglar las cosas con Tomás, no puedes darle en el gusto a ese viejo- insistió.

-Él va estar mejor sin mí, yo solo estaba siendo un obstáculo para él-

-Pero él está sufriendo ahora- recordó.

-Solo hasta que olvide su caprichito de niñato mimado- recibí un golpe en el pecho ante mis palabras.

-No te lo mereces si te expresas de él de esta forma, él de verdad te quería y tú ni siquiera te has dado cuenta- volvió a golpearme.

-Detente- pedí cubriéndome con los brazos.

-Creo que tú eres el único que aún no saben que ustedes dos nacieron para estar juntos, además que carajos te importa su carrera- alegó -Es él quien tiene que decidir esas cosas y si te elige por sobre ellas no debes sentirte mal- agregó -Si te eligió a ti es porque te ama más de lo que ama su profesión- el teléfono de su departamento comenzó a sonar -Te salvaste por la campana- golpeó una vez más -Eres un inútil, creí que por ser gay serías un poco más brillante- despareció en su departamento dándome un gran portazo de despedida. Hice un mohín y me adentre en el mío también.

 

Porque tú eres, Tú eres, Tú eres, mi amor verdadero, todo mi corazón

Por favor no desaproveches eso

Porque estoy aquí por ti

Por favor no te vayas

Por favor dime que te quedaras, quédate

 

¿Debería arreglar las cosas con Tomás? Ivana tenía razón en cierto punto, pero su padre tenía un buen juicio. Le facilite la vida al volver a desparecerme. Sé que me iba a olvidar en algún momento y sería increíblemente feliz haciendo lo que más ama. Quizás incluso un día hasta se olvide de mí y yo ahora me estoy sintiéndome mal por puras idioteces.

La noche se volvió apoderar del lugar, pero esta vez decidí quedarme en casa, el dolor que me había ganado por beber de más es algo que quieres solo una vez en tu vida, o quizás solo una vez por semana. Y simplemente seguí cuestionándome lo que había hecho, pero sin duda había colmado a Tomás esta mañana, esta vez si que le había destruido todas sus ilusiones, sabía que decidiera lo que decidiera, sería difícil el siguiente paso. Era un estúpido por querer dar un paso atrás después de lo mal que lo trate. Pero si continuaba así iba a ser yo quien terminara en el tacho de la basura en pedacitos.

Me fui a dormir prescindiendo aquellas ideas de buscarlo. Debía ser firme, tenía que entender que el querer verlo era simplemente porque lo extrañaba, así como un drogadicto comienza sus horas de abstención, así era como yo extrañaba a Tomás, con aquella desesperación lo necesitaba a mi lado, era adicto a él, y él lo era a mí. Esa era la más simple razón por la cual le costaba renunciar a mí y me buscaba, era solo por una maldita costumbre, pero se que iba a lograr olvidarme, después de todo, de amor ya no se muere y así muchos otros dichos estúpidos de los que me valí para no salir corriendo esa noche en su búsqueda.

Úsame como quieras

Tira de mis cadenas solo para deleitarte

Y sé que estaré bien

Aunque mis cielos se vuelvan gris

 

Esa mañana me levante animado de querer comenzar mi vida de nuevo. No me podía exigir sonreír y ser feliz, porque no lo era y no lo iba a ser nunca, porque yo jamás me iba a olvidar de Tomás, aunque rogaba que él si pudiera olvidarse de mí lo más pronto posible. Me arregle con el único traje que me permití conservar, regalo de Tomás, y salí dispuesto a volver a casa con un trabajo nuevo para comenzar todo de una buena vez y así no mortificar a Tomás de alguna forma, ya que sabía que al comienzo seguiría manteniendo contacto con Ivana para saber si seguía respirando como de costumbre, sabía que hasta de eso se preocuparía.

Más aún nunca espere encontrármelo en la calle, no tan pronto. Y ahí es cuando creo que las cosas se devuelven en la vida. Yo había hecho hasta lo imposible para que me dejara en paz y simplemente quise correr a su lado y volver a disculparme por haberlo tratado tan mal, pero simplemente me quede viéndolo a la distancia, él me diviso y me observo también, pero su mirada era fría y no denotaba ningún tipo de sentimiento cálido como lo había hecho hasta la última vez que lo vi. Respire profundo y continuamos mirándonos hasta que su padre salió de un edificio y le dio alcance. El hombre no me vio, pero hizo volver a la realidad a Tomás y lo acompaño a tomar el auto que los aguardaba. Toda aquella escena se me hizo eterna y quise recordar la última imagen que tendría de mi precioso Tomás.

Dicen por ahí que todo amor está hecho para ser vivido a plenitud, yo creo que vive y disfrute plenamente mi relación con Tomás, pero no estábamos destinados a estar juntos para siempre, el debía seguir su camino y yo el mío, lamentablemente no estaban entrelazados eternamente. Quiero creer en la vida después de la muerte, para tener la esperanza de que lo volveré a ver algún día. Pero me quedo tranquilo al haber visto su mirada, al menos ya no sufría, simplemente me odiaba, algo es algo.

Continué mi camino y me perdí por las calles. Siempre tendré esa sensación de que no debería haber terminado con Tomás, así como dijo Ivana, pero no porque sienta que él no podrá ser feliz, sino que lo siento porque yo nunca más me volveré a sentir completo, pero no importaba, porque yo estaba dispuesto a dar todo por aquel pelicastaño.

 

Nunca te dejare caer

Me levantare contigo siempre

Estaré ahí por ti a pesar de todo

Aun cuando salvarte me mande al cielo... desvaneciéndome.

 

Este fue mi sacrificio para que tú fueras completamente dichoso, y estoy dispuesto a pagarlo hasta el último día de mi vida.

 

Notas finales:

Espero me digan si tengo algún futuro en esto de la escritura, después de todo es mi primera historia!

 

Nos leeremos para la próxima ocasion

Abrazos para todos 


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