Descleimer: Para comenzar, los personajes de No.6 no son de mi propiedad u.u, pertenecen exclusivamente a Asano-san, yo por mi parte, no me quería quedar con las ganas de escribir algo sobre Nezumi y Sion n.n
.
Ventana Abierta
.
By RiSaNa_Ho
.
…oooO*Oooo…
.
Por un leve momento, notó como una ligera ráfaga de aire golpeaba contra su rostro. Sintió frio y se hundió entre la bufanda que rodeaba su cuello para abrigarse. Pronto sería de noche, pero no quiso moverse de su cómodo lugar. En vez de eso, sus ojos grises se posaron sobre el gran muro que se alzaba a lo lejos, provocando una ligera sensación de molestia que abordo su interior.
Nezumi, un chico que se suponía no podía confiar en nadie. Se sintió realmente derrotado…
Tenues recuerdos que ocultaba dentro de su corazón inundaban constantemente sus sentidos, provocando que sus memorias pasaran ante él, como si fueran una entretenida película.
¿Cómo olvidarlo?
No podía, era sobrepasar los límites de la realidad y volver a vivirlo.
Percibir sus largos cabellos azules pegándose sobre su rostro por la fuerte lluvia que caía en aquel entonces. Su brazo herido sostenido con fuerza por el contrario, su mirada llena de miedo y desesperación. Simplemente, ya no podía más…
Él mismo lo había admitido. Se sintió desolado, sin esperanzas o fuerzas para seguir adelante. Después de todo, nadie ayudaría a un completo extraño. Sin embargo, en su adverso camino, esa inocente ventana abierta…
Fue un milagro para él.
Nezumi, quien pensó que ya nada valía la pena. Manteniendo aquella expresión cansada sobre su rostro, escucho el sonido de un fuerte grito que alentó sus sentidos y lo obligo a levantarse…a creer. Alzo su vista hacia el balcón de donde provenía el sonido, observando con dedicación al pequeño niño de su edad, de escasos doce años. Con cabellos castaños y ojos del mismo tono cobrizo. Sintió que había despertado de una temible pesadilla.
Sion se convirtió en su ventana abierta que dejo pasar una radiante luz, sólo para él…
Pero no todo es eterno, fue por una sola noche. Lo suficiente para formar un fuerte lazo con aquel niño de sonrisa sincera.
Pasaron cuatro largos años para poder estar otra vez junto a él. Después de tanto tiempo, fue su turno de salvarlo y protegerlo en un nuevo lugar. Quiso pensar que No.6 había quedado por un momento atrás, que el Distrito Oeste era ahora su hogar. Si, al menos por un segundo quiso imaginarlo.
Sin embargo, tantas cosas habían pasado, tantos cambios y nuevos sentimientos. Sobre todo, sentimientos…
Tocó sus labios ligeramente con la punta de sus dedos, trayendo consigo aquel gesto con el que Sion había tratado de engañarlo. Era un pésimo mentiroso.
¿Un beso de buenas noches?
A él le había sabido tan amargo cómo al mismo Sion.
Y no era por el ligero sabor de sus labios, sino por aquel sentimiento de separación, con el que iba impregnado.
La sola idea de estar separado del peliblanco, de aquel muchacho que había desequilibrado las fuertes barreras (que con esfuerzo se había encargado de levantar ante todos), le causaba un opresión en el pecho. No quería ser consciente de lo que un simple toque le había provocado. Sobre todo, por ese nuevo sentimiento, que el de iris carmesí, había despertado en lo profundo de su corazón. De uno en que pensaba, no había espacio para ese tipo de afectos.
Hasta Inukashi (la cuidadora de perros) se había dado cuenta de aquel sentimiento que cada vez crecía dentro de él. La castaña de andrajosas vestimentas le había dicho lo blando que se estaba volviendo. Y muy a su pesar, tenía que admitir que tenía razón.
Sion se estaba convirtiendo en lo más preciado que pudo poseer. Y el simple hecho de imaginarlo lejos de él, era como si le cerraran aquella ventana que se le había abierto durante la tormenta.
Esos pensamientos lo adentraban a otra constante cuestión que retumbaba dentro de él.
¿En verdad dejaría que aquella joven llamada Safu, se lo arrebatara?
No tenía nada en contra de la castaña, de hecho ni siquiera la conocía personalmente. Se hacia el desinteresado mencionándola a cada momento, pero no era así. Una punzada de celos, también iba creciendo dentro de él. Emociones como esas, jamás se imagino experimentar. No permitiría que aquella muchacha se lo llevara de su lado, aunque se tratara de su mejor amiga.
Negó ligeramente moviendo un poco sus cabellos.
El delgado hilo que representaban sus pensamientos, fue roto por el sonido armónico de una voz que lo desconcertaba. Y ahí, frente a él, observándolo con aquellos ojos carmesí, se encontraba Sion, que seguramente iba por él al tardarse demasiado en regresar. El cielo ya estaba oscuro y mostraba algunas estrellas.
-. ¿En qué tanto piensas, Nezumi?.- el peliblanco levanto su mano.-. Apresúrate, ya esta anocheciendo.- dijo por último, mientras se daba media vuelta y comenzaba a caminar.
Nezumi asintió levemente, se levanto de su anterior lugar, y colocando sus manos en los bolsillos de su pantalón, comenzó a caminar lentamente. Llegando al lado del ex-habitante de No.6, lo observo de reojo, contemplando aquella sonrisa que se posaba en el rostro de su amigo, como si el simple hecho de estar juntos fuera suficiente.
Y para que mentirse, si el mismo lo pensaba.
"Pase lo que pase, incluso si estamos muertos, voy a estar a tu lado"
Resonó la voz de Sion dentro de su cabeza, logrando que aquella frase aumentara su anterior sonrisa, aunque no quiso ser tan evidente ante los ojos carmesí que lo miraban.
-. ¿Y ahora de que te ríes?.- pregunto curioso el de cabellos cortos.
Nezumi sólo se encogió mas entre su bufanda.
-. De nada en especial.- mintió dando su respuesta.
Sion suspiro resignado al saber que no le sacaría ni una palabra más a su compañero.
Viéndolo de aquella manera, el ratón había llegado a una firme conclusión. No, definitivamente no lo podría dejar ir, menos cuando se había colado tan dentro de su corazón.
Era la única persona que valía para él.
Porque Sion era su ventana abierta y jamás permitiría que la cerraran frente a sus ojos.
.
…oooO*Oooo…
.
.
.