Descleimer: Sip, se que ya lo saben u.u, pero aquí va otra vez, ninguno de los personajes de No.6 me pertenece (para mi mala suerte ¬¬), son de Asano-san, por lo que yo me conformo con emparejar a Nezumi y Sion XD. Por cierto, esté es un AU.
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Sobre el Escenario
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By RiSaNa_Ho
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Sion observaba distraído por la ventana. Una de sus mejillas era recargada sobre la palma de su mano, mientras sus orbes carmesí no prestaban atención ni a su maestro ni a sus compañeros de clase. Su mirada se mantenía fija en las ramas del árbol de cerezo que se movían por el constante viento. No mostrando más que un tinte de aburrimiento en sus coloridos ojos.
Sin embargo, en la parte de afuera de su salón de clases, algunos alumnos de otros grupos se acumulaban en el patio. Sintió algo de curiosidad al ver tanta gente reunida, aunque no quiso darle importancia. Trató de poner atención a la clase que impartía su profesor en vez de escuchar la plática que se mantenía entretenida…No funciono. Y no era que tuviera un excelente oído o fuera un cotilla, pero los gritos de emoción de las jóvenes eran más que estridentes.
Entre aquellos chillidos de emoción y exaltación, hubo un nombre que atrajo su completa atención.
Nezumi.
Si, tenía que admitir que aquel original nombre (que sus compañeras mencionaban con admiración y/o devoción), le sonaba vagamente familiar. Sentía que lo había escuchado en el pasado, pero no lograba recordar en donde o a quien pertenecía, ya que un simple "Ratón" es lo que llegaba a su memoria.
Cuando escucho el nombre de aquel muchacho por segunda vez, no se extraño del porqué de la euforia de las féminas. A pesar de ser nuevo, sabía a la perfección que su compañero de cabellos azulados y ojos con una extraña tonalidad de gris llamaba bastante la atención. Aunque ya tenía una semana de haber sido transferido a esa escuela y no había tenido oportunidad de topárselo de frente. La anterior descripción la sabía por bocas ajenas. Ya que en una prestigiosa preparatoria como lo era No.6, no se podía evitar saber todo sobre los alumnos "destacados".
Así que no era novedad oír sobre él por todos lados…
-. Ya quiero verlo actuar.-
Escucho de repente entre tanta palabrería.
Sion era consciente que Nezumi, entre sus tantas cualidades (aparte de guapo, inteligente y atrayente, según lo dicho por sus propias compañeras de salón), también era considerado un excelente actor. Lo había escuchado varias veces, pero él jamás lo había visto actuar, por lo que se abstenía de opinar.
Aunque había que admitir, que muy dentro de sí, se había instalado el bichito de la curiosidad.
Y parecía que estaba de suerte, ya que entre tanta faramalla, también había escuchado el lugar y la hora exacta del próximo evento.
Bien, tal vez era casualidad o simple coincidencia. Pero no estaría mal ir a ver a tan maravilloso actor en escena. Además, ese día su madre estaría ocupada con la panadería y él tendría tiempo libre.
Si, no sonaba tan mala idea.
Al fin al cabo, sólo era una obra, ¿no?
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N&S
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Por un momento la oscuridad del lugar lo aturdió. Se sintió incomodo y algo sofocado, jamás le había gustado estar entre tanta gente, pero se había dicho que era la oportunidad perfecta para ver a Nezumi en acción y no daría su brazo a torcer ante aquel inconveniente. No era que lo considerara su amigo o algo así, apenas y lo conocía por lo que decían en la escuela, pero aun con eso, sentía que en verdad tenía que verlo, por lo menos una vez.
El incomodo sentimiento sofocante se disipo en un segundo, al ser consciente de cómo las luces del escenario enfocaban a una persona en el centro, al notarla, simplemente ya no pudo despegar su mirada de ella.
Sus cuencas carmesís inspeccionaban con incredulidad la bella figura que se posaba con elegancia en el centro del escenario. Era hermosa; con finas facciones, labios coloreados tenuemente con un sutil tono rosa, ojos grises exaltados por las sobras oscuras sobre sus parpados, contrastando con su ya pálido tono de piel y por último, aquellos largos cabellos de un tono azul-grisáceo.
Abrió más sus ojos al notar que esa "chica", no era chica, sino aquel muchacho que tanto quería ver. Y por alguna rara razón, aquella persona se le hacía extrañamente familiar.
Era una cálida sensación que se apoderaba poco a poco de su pecho…
Nezumi, se sentía abstraído por el escenario, era como si las cosas de alrededor dejaran de existir en ese momento. Sin embargo, cuando sus ojos claros notaron entre la multitud del público a cierta persona de cabellos blancos, se quedo paralizado. Y no era que se sintiera nervioso o tuviera pánico escénico, pero el hecho de que Sion lo contemplara con tanta fascinación desde las butacas, le hacía sentirse realmente incomodo.
Por un instante, ambas miradas se interceptaron, fue entonces que supo que aquel encuentro que tanto había estado esperando, por fin había llegado. Tal vez no estaba en la mejor situación, pero a pesar de dichas circunstancias, dejo de lado su inquietud para dar lugar a la confianza. Se acerco al filo de la tarima, extendió levemente sus manos y sus ojos sólo miraban a una persona en especial. Quien a su vez, tampoco despegaba el contacto de sus iris.
Con seguridad, comenzó a recitar las palabras con una atrayente voz, que a Sion se le antojo demasiado fascínate.
-. Oh, se que algún día estarás a mi lado y recordaras lo que vivimos juntos.- hizo una pausa y extendió más sus brazos hacia el frente, dándole más énfasis a sus palabras.-. Esperare ese día con paciencia, porque nunca te olvidare…-
El actor sonrió disimuladamente terminando la frase, tenía en cuenta que eran palabras de la obra. Aunque no con exactitud, sus compañeros sabían que le gustaba improvisar y se lo permitían. Pero esta vez era diferente, era cierto que eran exactamente las palabras del libreto, pero en esta ocasión, eran elegidas y dirigidas para una sola persona del público.
Por su parte, Sion sintió que las mejillas le ardían. Ya que, por alguna bizarra razón, parecía que Nezumi se le estaba declarando en ese momento, que esas palabras eran dirigidas a su persona, como si todo lo demás saliera sobrando…
¡¿Pero, qué cosas estaba pensando?
Sacudió un par de veces su cabeza, provocando que sus cabellos blanquecinos se movieran en el acto. Suspiro cansado cuando se detuvo y dio una última mirada al escenario. Ni siquiera eran amigos y se imaginaba semejantes cosas. Sin más, soltó un nuevo suspiro, levantándose de su lugar y dando media vuelta para salir del recinto. Atormentar a su pobre cerebro con aquellas cosas no era bueno para su salud mental.
En el instante en que desapareció, no fue consciente de que en todo ese tiempo, aquel par de ojos grises, no perdió detalle de sus acciones. Lo cual provoco, que Nezumi dibujara una sincera sonrisa en sus labios.
Sion era la persona más curiosa que había conocido y definitivamente no supo cómo se había enamorado de él.
Porque así era, tal vez Sion lo había olvidado, pero él jamás lograría sacar de sus memorias, al pequeño de apenas 12 años, que lo había ayudado aquella noche de tormenta cuando se encontraba perdido.
El castaño (en ese entonces), lo había curado, alimentado y hasta abrigado.
Desde ese momento, supo que algo dentro de él había nacido. Un sentimiento que no había experimentado por nadie y que poco a poco fue creciendo hasta convertirse en ese amor que sentía hoy en día.
Por eso lo tenía claro, algún día se lo diría. No en una indirecta sobre el escenario.
Sino de frente.
Cuando Sion le volviera a recordar, así como él nunca le había olvidado…
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