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Alimentando lluvias... por samadhi06yaoi

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Notas del capitulo:

El texto es narrado alternativamente por Itachi y Sasuke.

Cambio de narrador cada espacio, bueno, ustedes lo notarán, espero.

Disfrútenlo :)

Estas crónicas son alimentadas por nuestros jadeos y deseos: Dos amantes que nunca se ven, a excepción, claro, en los días de lluvia.

Odio.

-Mírame-exijo de forma patética, ansiando comprobarlo…
Me miras inmediatamente; no como a una mascota, sino como mi hermano, entrando en mis pupilas.
Tu mirada borra con lágrimas mi pasado; la fatigosa y sin víspera de final odisea, en la que yo era más un arma que ser humano, y tú eras más una espalda que unos ojos…
Todos los vacíos, incluso los que desconocía, se regeneran y desbordan con ese pequeño pestañeo.

Puedo sentir el dolor de mi cuerpo al ser invadido por primera vez en la vida, pero mi alma se extasía, embriagada, al saber que no es nadie más que su misma esencia la que se fusiona con ella, abriéndose camino entre dos piernas bastante dóciles.

En mi infancia, tú me mirabas de una forma muy similar; una que se borró de mi memoria por años y, como una necesidad satisfecha, como un deseo por fin saciado, yo lloro y río mientras tú lo atribuyes a la fricción de nuestros ombligos y a los roncos gemidos que le arrancamos a la madera de la cama.

Sucios y dañados seres somos; enfermos por el placer y deseosos de lo prohibido: todo aquello de lo que carecimos lo satisfacemos como queremos.

Y sí; sangro. Tú no te disculpas, sólo me miras, siguiendo las órdenes de tu amante y hermano que, sumiso y un poco extraviado en su dañada mente, se percata de algo que nunca pareció importarle en su mísera vida: el sexo es increíble.
Pareciera que llevas el control, que te las das de líder, pero yo, con sólo apretar o relajar, con una sola convulsión en mi pelvis, puedo incrementar el volumen de nuestros gemidos.

Impresionante, pienso mientras te hundes en mi piel.

 

Sonríes.
Había olvidado lo blancos que podían ser esos dientes y qué tan dulces eran las lágrimas brotadas de esos ojos inyectados en sangre.

Dices sí con la boca y dientes; sufres con los ojos y dices tonterías que no escuchas siquiera.

Te miro a los ojos y, tal vez sin consciencia, te sonrojas, curvas las comisuras de tus labios y con una risita ahogada, tus rodillas caen a ambos lados. No tienes idea de nada, ¿verdad?
Del octavo mes a los dieciséis años no hay gran diferencia.

Hágase tu voluntad porque, Dios o no, en dos segundos he olvidado mi existencia y su importancia, he sentido tus venas hilarse con las mías y nuestra sangre derramarse con cada sonrisa, mirada o embate.

Puedo ser débil. Sólo a ti podría obedecer; me llevaras a la muerte o al orgasmo, no dudaría.

 

Ya más muerto que vivo, beso tu oreja; observo cómo eres en realidad: un chiquillo que se las da de adulto, pero que aún gimotea con una lengua en su oído. Adorable.

 

Siempre tuve en mi mente tres cosas: analizar, destrozar y dominar.
Sin embargo, no recuerdo cómo o por qué las tatué en mí a tal grado de que fuera un reflejo.
Y, a pesar de todo, ahora no logro recordarlas. ¿Soy un monstruo, entonces?

- Somos asquerosos-ronroneas en mi oreja, adivinando mi inquietud al derramar gota a gota mi vida en una sola noche.

Sí, lo somos: tú con el miedo compulsivo a estar solo y yo con la pauta de destruir o ser destruido.

 

Incluso nosotros podemos sentir el amor y el loco deseo por un igual, ¿por qué no tendríamos derecho?

-Itachi-susurro y, cuando vez que cierro los ojos, dejas de esperar un sentimiento confesado o un par de lágrimas.

Me abrazas para tal vez al día siguiente -si es que no morimos ahogados esta noche- matarme con las mismas garras con que acariciaste mi piel, rendido y enloquecido.

 

Duermes pero escucho que tu corazón quiere morir.

Escucho: ¿en serio quiero abrir los ojos y sentir la muerte en media alma? Ése es el mío.

Y, con un par de lágrimas y unos labios sollozantes, beso afligido tu frente, acaricio tu piel y te miro, tan puro e ingenuo como cuando naciste y te vi por primera vez; un recuerdo que me hace tener cinco años en una sola mirada.
Los riachuelos se derraman por mis mejillas y prefiero pensar que serán lluvias algún día, y que, gota a gota, besarán, frescas y puras, tus labios.

Creo que sí es una obsesión.
Pero preferimos llamarlo odio, ¿cierto?

Creo que es el fin...

Notas finales:

Como siempre, gracias por leer estas locuras.

Como siempre, espero que, cualquiera que se la emoción de haya despertado esta elegía en ustedes, la expresen (críticas, quejas, recomendaciones, observaciones, etc). Todo es válido n_n

Samadhi


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