STAGE 1. REENCUENTRO
-Tengo que irme, este siempre ha sido mi sueño y es lo más importante para mí.
-¿Lo… más importante?
-Sabes a lo que me refiero. Apenas tenemos dieciséis años, todavía somos muy jóvenes y tenemos que ir pensando en lo que queremos para el futuro. Debo irme, pero estoy seguro que un día regresaré.
-… No te prometo que siga esperándote cuando lo hagas.
-… Lo sé.
En un elegante departamento de uno de los más prestigiosos y exclusivos edificios de Tokio se encontraba un hombre pelirrojo de ojos color aguamarina leyendo una revista. Sabaku no Gaara, de veintiséis años y sumamente atractivo, era el vocalista de un grupo llamado Shukaku el cual era muy exitoso en Estados Unidos.
Luego de diez años de ausencia había regresado a su natal Japón para junto con su banda conquistar por completo a la nación con sus canciones. Pero secretamente el vocalista tenía un motivo bastante personal e importante por el que estaba en ese lugar. Y no se rendiría hasta lograrlo.
-Gaara, iremos a comer –avisó Temari, bajista y cantante del grupo-. ¿Seguro que no vienes con nosotros?
-No, tengo asuntos que arreglar.
-De acuerdo. Cualquier cosa, nos llamas.
Ella y el resto de sus compañeros se marcharon. Habían notado que los últimos días el pelirrojo actuaba más raro de lo normal, pero prefirieron dejarlo solo; si veían que algo lo estaba acongojando, entonces intervendrían para intentar ayudarlo.
Gaara regresó su mirada a la revista entre sus manos y sonrió con cariño. Esa era la revista más reconocida en moda japonesa y aquél número estaba enteramente dedicado a la popular línea de ropa Genzai (que significa Actualmente o Actualidad), cuyo diseñador principal era un rubio de ojos azules llamado Uzumaki Naruto y contaba entre sus filas con el exclusivo modelo masculino Uchiha Sasuke, el número uno del país.
-Diez años, ¿eh? –comentó el pelirrojo y se puso de pie sin borrar su sonrisa- Voy a darte una enorme sorpresa.
En una bodega ubicada en los suburbios de Tokio se encontraba el taller y el estudio fotográfico de la marca Genzai. Hacía apenas seis años atrás que habían lanzado la primera colección de ropa bajo ese nombre, pero estaban ganando popularidad por sus originales diseños tanto para hombres como para mujeres. A eso había que sumarle el profesionalismo y carisma de su diseñador y el fotógrafo, lo que provocaba que muchos modelos quisieran trabajar con ellos.
-No cabe duda que tus diseños son magníficos, Naruto –dijo un hombre de cabello negro y piel muy blanca-. Haces que el amargado Uchiha luzca guapo.
-Cierra la boca, estúpido Sai –le contestó otro moreno
El resto del personal sólo reía, ya estaban acostumbrados a las discusiones entre aquellos dos. Hiroya Sai era el fotógrafo de Genzai, diseñaba las campañas publicitarias e incluso a veces ayudaba con el maquillaje de las modelos femeninas. Mientras que Uchiha Sasuke, de ojos negros y cabello azabache, era el modelo exclusivo de la marca, sumamente atractivo aunque con una personalidad bastante seria y estoica, reconocido ampliamente como el mejor modelo masculino de Japón.
-Vamos, no empiecen –pidió Naruto, rubio de ojos azules-. Tenemos una pasarela en puerta y no podemos retrasarnos.
-Dobe, tienes unas enormes ojeras –le comentó Sasuke, dándole un ligero golpe en la cabeza-. Deberías descansar un poco.
-Estoy bien, teme –sonrió, restándole importancia-. Físicamente el que tiene que lucirse eres tú, no yo. Así que a trabajar.
-Ay, qué lindos –comentó Sai con burla-. Date prisa, Sasuke, mientras más pronto me libre de ti, mejor.
-Grr, eso debería decirlo yo.
Los otros modelos terminaban de arreglarse mientras esperaban su turno para la sesión de fotos, algunos de ellos estaban comenzando sus carreras. Otra de las cosas que se le reconocían a Genzai era que apoyaban a los nuevos talentos, quienes además podían aprender mucho viendo tanto a Sasuke como a Hyuuga Hinata, desde hace unos años modelo femenina exclusiva de la marca, considerada una de las más hermosas del país y quien en ese momento se encontraba de luna de miel.
Naruto estaba cosiendo un vestido cuando una pelirosa de ojos verdes, Haruno Sakura, su ayudante principal desde mucho tiempo atrás, se le acercó para susurrarle algo al oído. El rubio se sorprendió, dejó lo que estaba haciendo y sin decir nada salió del estudio. A pesar de sus movimientos tan discretos, su actitud no pasó desapercibida para Sasuke, quien arrugó el ceño al verlo marcharse sin dar explicaciones.
El lugar contaba con una sala donde se reunían para planear sus proyectos y ponerse de acuerdo con las actividades a realizar, ahí recibían también a reporteros y aspirantes a unirse a su taller. Sentado en ese lugar se encontraba cierto pelirrojo quien al mirar entrar al ojiazul, sonrió y se puso de pie.
-Ha pasado mucho tiempo, Naruto –le dijo
-Gaara –le sonrió con melancolía-… Sí, diez años.
El cantante volvió a sentarse mientras el rubio tomó lugar frente a él. Se observaron unos instantes evaluando los evidentes cambios ocurridos en el otro a través de todo ese tiempo. La situación era un tanto incómoda por la forma en que se habían despedido diez años atrás, sin embargo en el fondo se sentían contentos por volver a verse.
-Felicidades –dijo Naruto-. Realmente tu carrera ha sido muy exitosa, justo como querías.
-Gracias, aunque lo mismo digo de ti. Me sorprendió un poco el saber que eras diseñador de modas y por lo que investigué, estás consiguiendo mucho renombre.
-He contado con el apoyo de un gran equipo y de mi familia. Cuando Sakura-chan me dijo que estabas aquí, me costó creerlo. ¿Qué es lo que te trajo a este lugar?
-Eso es obvio, Naruto –lo miró a los ojos-. En estos años, sin importar a cuánta gente conociera, nunca me olvidé de mi novio de Secundaria. Te dije que un día regresaría a Japón. Y aquí estoy.
-Gaara, yo…
-Voy a entrar –escucharon otra voz
El diseñador se vio interrumpido porque la puerta de la sala se abrió y por ella entraron un molesto Sasuke, quien fue el que había hablado, y Sai, que trataba en vano de detenerlo. Gaara arrugó el ceño al tiempo que observaba a los dos morenos. Él estaba tratando un asunto sumamente importante y delicado con Naruto como para ser interrumpido por aquellos dos.
-Al verte desaparecer, Sasuke le preguntó a Sakura qué ocurría y nos dijo que alguien vino a buscarte –explicó Sai, sonriendo-. De modo que él es el vocalista de Shukaku, Sabaku no Gaara, ¿cierto?
-Eh… Permítanme presentarlos –interrumpió Naruto, sintiendo el tenso ambiente-. Sí, Gaara es un viejo amigo que se fue de aquí hace diez años y acaba de regresar –miró al pelirrojo, quien arqueó una ceja al ser presentado sólo como amigo-. Gaara, éste es…
-Hiroya Sai, fotógrafo, publicista, maquillista y uno de los fundadores de Genzai –se presentó sin borrar su sonrisa-. Mucho gusto.
-Igualmente, supongo.
-Gracias por interrumpirme –lo miró mal el rubio-. En fin, ya conociste a Sai –ahora señaló al otro moreno-. Y él es Uchiha Sasuke…
-Modelo exclusivo y también fundador de Genzai, además de esposo de Naruto –se le adelantó el azabache con seriedad-. Es un placer.
-¿Tú también, teme? Al menos déjenme terminar de hablar.
-No te quejes, usuratonkachi.
Sin embargo su pequeña pelea estaba siendo totalmente ignorada por el pelirrojo. En su cerebro había una palabra que seguía haciendo eco: esposo. Todavía con cara de estupefacción, decidió sacarse esa duda. No podía ser cierto.
-Creo que oí mal –habló por fin y miró tanto al ojiazul como al azabache-. ¿Dijiste esposo?
-Sí –contestó Sasuke y sonrió de medio lado-. Tenemos casi tres años de feliz matrimonio.
-P-Pero no existe ninguna noticia sobre eso.
-Porque lo han mantenido en secreto –respondió Sai, mirando a sus amigos-. Querían que Genzai se hiciera famosa por nuestro trabajo y no por escándalos ni chismes.
-Tenemos pensado anunciarlo en el lanzamiento de la próxima colección –añadió Sasuke, entrelazando su mano con la del diseñador
-Naruto –llamó Gaara con evidente decepción-… ¿Tú… realmente…?
-Te lo dije ese día –contestó seriamente, pero sin soltar la mano de su esposo-, que no contaras con que te estuviera esperando.
-Lo dijiste, pero creí… que era mentira.
Naruto apretó los labios al verlo agachar la cabeza con tanta aflicción. Su intención jamás sería lastimar a Gaara, pero tenía que ser totalmente sincero con él, especialmente estando su esposo presente. Había que dejar las cosas claras.
-En realidad… sí lo era, al menos al inicio –lo observó a los ojos
-No creas que él simplemente te dejó de lado –comentó Sasuke; aunque era un tema que no le gustaba tenía que decirlo-. Naruto sí te estaba esperando, sólo que conoció a alguien de quien se enamoró.