[Ain't your fairytale]
Capítulo 1
Destino...
-¿Creen en el destino?- su profesor preguntó de la nada al escribirla en la pizarra (lo más probable era que él no prestase atención al porqué de la pregunta) y ahora todos en su salón pensaban en cortos murmullos –A veces las personas tenemos la tendencia de llamarle destino a las cosas que hacemos o dejamos de hacer: si conseguimos un trabajo o si conocemos a alguien- los murmullos se hicieron más fuertes –lo que llaman “el amor de sus vidas” es declarado obra del tan singular destino-
-Sí creo- le dijo la chica sentada a su costado mirándolo con lo que ella llamaba “amor” y lo que él bien conocía como “estás bueno y quiero que todo el mundo me vea contigo” –creo que fue el destino conocerte-
-Gracias- respondió como respuesta con una sonrisa algo prepotente.
Kim Young Woon pensó seriamente en la pregunta planteada en clase: ¿creía? No había ocurrido algo que lo llevara a hacerlo, y aquella chica diciéndole que era parte del “destino” el haberlo conocido realmente le hizo reír; el destino no tenía algo que ver, aquella chica le había estado siguiendo desde que entró a ese colegio y estaba seguro sabía más que su simple número de móvil.
“Acosadora” pensó aún sonriéndole a la muchacha, ¿o debería decir enamorada? Después de tres años de ser técnicamente seguido por la joven, él se había cansado de la persecución y terminó aceptando, entre comillas, “después de todo no es fea” se dijo “además…ella se hizo ideas antes de que yo respondiese”
El timbre que marcaba su salida resonó, la pregunta seguía mirándole desde la pizarra: ¿creía en el destino?
Suspiró, no lo sabía.
-¿Young Woon?- le llamó aquella joven cogiendo su maleta -¿me acompañarás a mi casa?-
-No, acompañaré a Kwon Tae a la academia-
-Entonces, nos vemos mañana- le dijo dándole un suave beso
“¿No me cambiaré de colegio mañana o sí?” pensó riendo internamente y despidiendo a la chica con una mano. –ah…- dijo y volvió a reír, aquella chica… ¿estaba jugando con ella? ¿A eso era lo que llamaban jugar?
-¡Young Woon!- un muchacho algo más alto que él lo abrazó por los hombros – ¡Vamos ya! Sé que han ingresado nuevas chicas y quiero verlas-
-¿tú no tienes novia?- preguntó empezando a caminar –Kwon Tae deberías calmarte-
-Mira quién lo dice… ¿Qué has hecho con las cartas de tus admiradoras hoy día? ¿Hay chocolates?- Young Woon sonrió, dándole una bolsa rosada llena de dulces, regalo de sus “fans” como su amigo siempre llamaba –tan buen gusto, ¿fue la misma chica de la semana pasada?- preguntó mirando cada detalle de los chocolates.
-Ni leí quien era, solo los guardé porque los comerías-
-Kim Young Woon…no estás enamorado de mi ¿verdad?-
-ya quisieras- bufó quitándole un chocolate y comiéndoselo, era chocoadicto por naturaleza… pero tantos dulces empezaban a cansarle –Ahí está la academia, ve-
Un edificio de color azul estaba ahora frente a ambos jóvenes, varias personas caminando hacia la puerta de ingreso mientras otras salían con cierta mirada cansada; iba a ese lugar desde que ingresó a secundaria, no porque lo necesitara sino simplemente por aburrimiento.
“al inicio fue curiosidad” recordó “y cuando conocí a Kwon Tae empezamos a venir todas las semanas…creo que comienza a volverse aburrido”
-¿No entrarás?-
-Nunca entro- su amigo sonrió
-Lo sé, pero tal vez hoy lo harías- contestó guiñándole el ojo –tu banca espera, prometo no demorarme-
-No debes, tenemos que regresar al colegio en una hora y quiero almorzar- Se sentó en su habitual banca frente a la puerta principal, sacó sus audífonos y su cuaderno… aprovecharía el tiempo y avanzaría con sus deberes.
“¿Crees en el destino?” volvió a repetirse la pregunta en su mente –creer…- susurró cerrando sus ojos, sintiendo una ráfaga de viento cerca suyo… como si alguien corriera a su costado, cierto escalofrío se apoderó de su cuerpo transmitiéndole tantos sentimientos que ni el mismo lograba evitar estremecerse. La música de sus audífonos se detuvieron sin previo aviso ocasionando que abriera los ojos, su batería había muerto; sonrió volviendo a observar su cuaderno, si creía o no en el destino lo descubriría a lo largo de su vida –tengo otras cosas en que pensar, como en la tarea de geometría que no logro entender-
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-¡Es tarde!- exclamó bajando del micro, estaba quince minutos retrasado y en la academia no le dejarían entrar –no es la academia, es ese profesor- se dijo así mismo volviendo a ver la hora -¡tarde!- gritó acomodándose mejor la mochila y empezando a correr, rogaba porque el profesor llegara tarde… aunque sea más tarde que él.
-Corre Jung Soo- susurró entablando esa conversación consigo mismo, corriendo cada vez más rápido –como si tu vida dependiera de ello- exclamó empezando a sonreír...¿podía su vida depender de si corría o no?. Su sonrisa se amplió al pensarlo –ya casi- dijo mirando el edificio y notando a alguien sentado en una de las bancas, un chico con el uniforme del colegio al que pertenecía su academia -¿no debería estar en su casa?- preguntó sin dejar de correr, recordando que era tarde y necesitaba llegar a tiempo. Latidos más fuertes se apoderaron de él al pasar por el lado del escolar, el "dugun dugun" de su corazón resonado con fuerza a cada paso que daba...
Abrió la puerta con suavidad fijándose en que no lo notaran, si el profesor lo veía....estaría muerto-¡Park Jung Soo!- gritó uno de los chicos finjiendo ser el profesor
-¡disculpeme!- gritó agachando su cabeza -hubo todo un problema en el camino y tuve que...-
-relájate- le dijo aquel muchacho burlándose de él -el profesor no ha llegado-
Un suspiro salió de sus labios mientra se sentaba, podía relajarse al fin y ya no pensar en miles de excusas para su tardanza "entonces porqué..."-¿porqué no dejas de latir?- se preguntó a si mismo en voz baja, intentando calmar a su acelerado corazón, un sentimiento extraño expandiéndose en su interior...
Sacudió su cabeza con fuerza, ignorando los latidos que resonaban en su mente sin sospechar que el joven sentado afuera experimentaba lo mismo.