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Alcohol + Apuestas = Mal plan. por rennokissu

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Notas del capitulo:

Ya~ Lo siento, lo siento, perdí el rumbo(?) 

 

No prometo nada, pero trataré realmente de actualizar semanalmente a partir de ahora.

Manejaba el volante como si fuera la primera vez, parecía un principiante y realmente lo era, aunque muchos pudieran pensar lo contrario y Yunho se atreviera a decir que su mejor amigo era un homosexual reprimido, Jaejoong jamás había llevado un hombre a su cama y la cara sin expresión que le proporcionaba su apuesta no servía para animarlo.

¿Por qué no protestaba? No podía ser tan sencillo, el chico no podía ser tan fácil. Entonces a su mente se asomaban ideas como que la retorcida y desconocida mente de Changmin no era capaz de tomarlo enserio. Adiós orgullo, esto podría ser más traumático que cuando sus hermanas se divertían vistiéndolo de niña porque sus muñecas les aburrían.

 

¿Podría levantársele? Con un poco de tequila todo podría ser, por fin algo bueno, bendita bebida mágica.

 

-Oye, te acabas de saltar dos semáforos.-

 

Susurró una voz a su lado, se había metido tanto en sus pensamientos que había perdido el rumbo de a dónde iba y realmente tampoco sabía dónde estaban.

 

-Mierda...-

 

 

 

--

 

 

 

Jung Yunho se despertó con un horrible dolor de cabeza. No por el alcohol consumido la noche anterior, no es por alardear, pero era un gran bebedor, sino por lo que se le venía hoy. Viernes. Era el día, el fin de su mundo.

 

No quería ir a trabajar, eso significaba verle de nuevo, pero tampoco pretendía perder contra Jaejoong, suponía que el castaño ya había marcado medio gol cuando ayer desapareció con aquel niño… Debió tocarle él, el cielo no le quería, seguro que hubiese sido muy fácil seducirlo. Suspiró derrotado, mejor salía ya o jamás llegaría a su trabajo.

 

Desde joven todos supusieron que sería un buen empresario, su padre deseaba fervientemente que continuara con la trayectoria familiar, tomando el timón de la empresa, pero se negó, muy a pesar de todos, tener que subsistir solo, poca gente se fía de un profesor de kinder hombre… Mas no se rindió, igual que no se rendiría ahora. Iba a conquistar el endemoniadamente sexy Park Yoochun y Jaejoong debería besarle los pies.

 

 

 

--

 

 

 

-Tú… ¿o sabrás por un casual dónde estamos?-

 

Suspiró. Changmin Shim no se caracterizaba por su paciencia. Desde un principio debió negarle todas esas atenciones a ese chico, pero algo en él le llamaba la atención.

 

-¿Sabes? Algo de ti me causa interés.-

 

Se atrevió a romper el silencio de la noche, aparcados en una cuneta y sin saber a dónde ir, se habían cansado de dar vueltas. Jaejoong giró el rostro para mirarle, mostrando una sonrisa emocionada, por fin algo le estaba saliendo bien esa noche.

 

-¿En serio? ¿Qué es?-

 

Preguntó con curiosidad. Changmin giró el rostro, depositando su mirada antes fija en las pocas estrellas que se podían ver por la contaminación lumínica. Jaejoong sintió su piel erizarse, la mirada de ese chico era profunda, sincera, incluso, de algún modo extraño, inocente.

 

-Nunca antes había estado tan cerca de un gay.-

 

Y ahí la ‘magia’ se acabó. ¿Inocente? Un demonio escondido en el cuerpo de un adolescente, eso era ese chico.

 

-Yo no soy gay, simplemente… Me llamaste la atención.-

 

En un intento nulo de excusarse, escondió el hecho de la apuesta, no podía reconocer que había caído tan bajo.

 

-Genial, encima me toca un homosexual reprimido. Ahora me dirás que parezco mujer, ¿no? Por favor…-

 

Y justo en ese momento deseó más que nada haberse quedado con el modelo, seguro que algo menos Yunho lo tendría más fácil que él con ese demoniaco ser.

 

 

 

--

 

 

 

Coger aire, expulsarlo, cogerlo, expulsarlo… Ya empezaba a volverse loco. Yoochun no aparecía y ya eran más de las 12. Esa tensión lo estaba matando. Quizá no vendría hoy, a lo mejor había olvidado todo aquello o lo había creído una broma, y eso no sonaba tan mal. No recordaba en qué pensaba cuando le dio la dirección de su trabajo, pero ya estaba hecho, iba a ganar esa estúpida apuesta sin importar nada más.

 

-Con esa cara de loco acabarás asustando a los pobres niños.-

 

Esa sonrisa de superioridad se cruzó en su vista. ¿Cómo mierda había entrado? Echó una vista a la puerta, pudiendo observar a todas las demás señoritas pegadas a la puerta. Que bueno era ser famoso para esos casos, aunque unas irremediables ganas de gritar ‘Es mío, perras’ pasó por su cabeza, se limitó a suspirar resignado. Con los brazos cruzados quiso comenzar a hablar cuando un grito agudo de una de sus alumnas lo interrumpió.

 

-¿¡No es ese el señor modelo!?-

 

-¡Sí! Lo vi en una de las revistas de mi mami…-

 

Gritó otra, convirtiéndose estas voces en un coro de ángeles provenientes del mismísimo infierno, sin embargo, nada comparable a la estampida de considerables dimensiones que comenzó cuando la pequeña Yoonbin se atrevió a lanzarse sobre él. En pocos segundos solo era capaz de ver la cabeza de la que una vez fue un hombre bien peinado y una montaña de niñas aplastándole.

 

Yunho temió que Yoochun se molestara, en su trabajo no estaba acostumbrado a los niños, y menos a tal cantidad, así que en un nulo intento trató de ayudarle.

 

-Niñas, no molesten…-

 

Pero pronto notó una mano deteniéndolo.

 

-Tranquilo amor, hay Park Yoochun para todos~.-

 

Y las ganas de matarle se acrecentaron, pero extrañamente parecía a gusto con los niños. Comenzó a jugar con todos, haciendo voces, rodando por el suelo, levantando a las niñas o dejaron que le dieran pequeños besos. Observando esto, una pequeña sonrisa se formó en el rostro de Yunho, aunque no se dio cuenta en ningún momento, porque jamás pensó que aquel chico impertinente pudiera mostrar una sonrisa tan inocente, y mucho menos dejarse llevar por esos pequeños diablillos que tenía por alumnos.

 

El resto de la mañana fue inesperadamente entretenida, exceptuando alguna frase del tipo ‘Niños, vuestro Yunho espero que me enseñe esta noche muchas muchas muchísimas cosas~’ Aunque daba gracia por la inocencia de sus párvulos, que gritaban celosos sin entender las segundas intenciones del mayor.

 

-Parece que te adoran.-

 

Comentó Yoochun, rompiendo el silencio que reinaba desde que los niños se habían ido y ellos ahora ordenaban todo el desastre formado.

 

-Tú eres el que los ha encandilado, aunque es sorprendente.-

 

-¡Oye! Lo que pasa es que tengo un hermano y lo he tenido que cuidar mucho.-

 

Una pequeña sonrisa de nostalgia y tristeza se asomó en el perfecto rostro del modelo. Yunho no se atrevió a preguntar más. De pronto tenía miedo, no de enamorarse de él, por Dios, lo acababa de conocer y jamás dudaría de su propia heterosexualidad, pero si conseguían algo, una mínima infinidad, ser amigos… No sería capaz de decirle lo que realmente escondía detrás de todo aquello. Una estúpida apuesta de borrachos de la que ya se empezaba a arrepentir…

 

 

--

 

 

 

Finalmente lograron encontrar el camino a casa. Dejó al chico en la suya sin una palabra de despedida, definitivamente lo tenía perdido, tendría que besarle los pies a Yunho, ahogarse en su hedor y encima perder su dignidad por un niñito demoniaco con piel de santo.

 

 

--

 

 

¡Hyung! Llegas muy tarde, estaba preocupado…-

 

-Minho, jamás saldrás de esta casa, el mundo en peligroso y no quiero que ningún homosexual reprimido trate de secuestrarse.-

 

Con un gran portazo su hermano mayor se encerró en su cuarto, dejando a un Minho boquiabierto que definitivamente no podría hacerle caso.

 

 

 

--

 

 

 

Una vez en su cuarto, después de despotricar en voz baja, acusándose de ser demasiado indulgente con aquellos ‘humanos’, metió la mano en su bolsillo, no pudiendo creer lo que encontró allí.

 

-Mi móvil…-

 

 

--

 

 

-Anda, un móvil… Oh.-

 

Y de pronto Jaejoong vislumbró una segunda oportunidad para recuperar su dignidad. 

Notas finales:

¿Os está gustando? ~ 


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