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Alcohol + Apuestas = Mal plan. por rennokissu

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Notas del capitulo:

Perdón por la tardanza, falta de inspiración y una aburrida depresión(?)

 

Pero aquí de nuevo~ Espero que os guste

La palabra que caracterizaba la extraña amistad de Yunho Jung y Jaejoong Kim era, sin duda alguna, ‘odio’. Muchos pueden pensar en este caso, que no habría manera de que ambos pudiesen ser tan buenos amigos cuando realmente se odiaban a muerte, pero justamente ha sido ese afán de superar al otro en absolutamente todo lo que los ha llevado a ser inseparables.

 

Si Jaejoong conseguía un ligue, Yunho conseguía dos. Si Yunho aprendía a bailar, Jaejoong aprendía a cocinar. Así y un sin fin de cosas que los ha llevado a ser como son ahora y a estar donde están ahora.

 

-¡No quiero estar aquí! ¡No podéis obligarme!-

 

Jaejoong sonreía con sorna.

 

-No Yunho, es lo que hay. Jamás pusimos nada sobre que pudiese o no ser hombre o mujer, así que debes atenerte a las consecuencias.-

 

Dijo con un claro todo sarcástico, intentando copiar la voz del menor, que lo miraba con todo su desprecio, odio, asco… Si las miradas matasen, ahora mismo solo sobreviviría en la tierra Yunho y un ejército de cucarachas. Pues por esa puerta acababa de entrar un chico, y no un chico cualquiera…

 

-Oh, yo conozco a ese hombre.-

 

Susurró Junsu, que llevaba mirando al afectado desde que entró por la puerta. Cuatro ojos se posaron sobre su persona, cosa que lo hizo sentir demasiado incómodo. Suspiró, cansando de las típicas discusiones de aquellos dos y prosiguió con sus divagaciones.

 

-Es un actor o un modelo o algo así. Park… Park Yoochun, eso.-

 

Chasqueó los dedos una vez hubo descubierto el nombre del chico, que ahora mismo bebía con espasmódica tranquilidad un chupito de vodka, ajeno a cualquier charla sobre él.

 

-Quiero cambiar.-

 

Dijo Jaejoong de pronto. Ahora era en él en el que se posaban cuatro ojos curiosos.

 

-Quiero decir, mi ‘presa’ parece un niño malcriado, miradlo, ha pedido un maldito zumo de manzana.-

 

Si cuatro no eran suficientes, ahora eran seis los ojos los que se posaban sobre el pobre Changmin, que algo incómodo se removió en su silla, con ese clásico sentimiento de que alguien te observa, pero no le dio la mayor importancia.

 

-En cambio, ese tal Park Yoochun es más de mi estilo, tiene buen gusto para vestir, seguro que es rico y además de todo eso, es bastante apuesto, hasta yo, que soy completamente heterosexual, lo noto.-

 

Yunho negó completamente, no porque uno le gustara más que el otro, en realidad prefería al pequeño, tendría menos riesgo de ser ‘ukeado’… Aunque claramente la apuesta se acabaría mucho antes de que eso pasara, ¿no? El caso de todo esto, es que Jung Yunho jamás, y cuando digo jamás es JAMÁS, perdía contra Kim Jaejoong en absolutamente nada.

 

-¡Me niego! ¡Él es mío!-

 

Y el mundo de Jung Yunho se vino abajo.

 

¿Conocéis ese típico momento en el que, en un bar o una discoteca, paran la música justo cuando dices la cosa más vergonzosa de tu vida? Pues a eso añadirle que el moreno señalaba, con dedo y todo, directamente a la cara de Park, que lo miraba con una sonrisa divertida. La cara de Jung pasó por todos los tonos de rojo, mientras Jaejoong se reía de él en cinco octavas distintas, casi tan rojo como él.

 

 

El moreno escapó rápidamente al baño, sin saber donde más meterse. Entró en el primer cuadrilátero y se encerró ahí, intentando recuperar el aire.

 

“Muy bien Yunho, ahora a parte de perder esa maldita apuesta no podrás volver a salir a la calle con la cabeza alta y heterosexualmente. Espera… ¿Esa palabra existe? Oh, vamos, no es momento de pensar cosas así. ¿Qué pensarán mis queridos alumnos?”

 

Completamente metido en sus pensamientos, no escuchó cuando exactamente alguien entró al baño y se metió justo por la puerta de al lado a la suya, quedando en el cuatrilátero de su izquierda. No fue hasta que esa persona misteriosa habló, cuando por fin la tomó en cuenta.

 

-¿Sabes? Jamás pensé en tener un fan hombre… Y menos uno tan guapo.-

 

-¿Eh?-

 

Yunho levantó su cabeza. ¿Le hablaba a él? ¿Debía contestar? Pero ya había hecho suficiente el ridículo esa noche como para cagarla, contestando a una persona que quizá hablaba por teléfono. Por otra parte siempre había enseñado a sus alumnos que debían ser educados y contestar a las preguntas que les hacían, y, pensándolo bien, no podía hacer más el ridículo. Se volvió a meter tanto en sus pensamientos que no notó cuando el otro saltó por encima de su cabeza a su cubículo, pasando por esos huecos que siempre dejan entre el techo y la pared.

 

-Hola desconocido, soy Park Yoochun y de pequeño me enseñaron que debes contestar cuando alguien te habla.-

 

 

El moreno le tendió la mano con una sonrisa sarcástica en el rostro. Sonrisa que le recordó en demasía a las que le propinaba Jaejoong desde que tenía memoria.

 

-¿Y jamás te enseñaron que no debes entrar en baños ajenos? A saber que podría estar haciendo…-

 

Apartó la mirada, completamente molesto. La apuesta no estaría perdida, pero él si parecía estarlo. Todo esto acabaría por matarlo. Aunque cierto modelo de labios rosados no parecía para nada incómodo con la situación… Y el mínimo espacio que poseía ese baño.

 

 

 

-Jae-hyung, deberías acabar con todo esto de la apuesta, sabes que Yunho jamás cederá.-

 

Susurró Junsu intranquilo, notando como casi todo el bar los miraba ahora después de la escenita que había montado el moreno hace pocos minutos. De lo que tardó en percatarse fue de que el mayor no le estaba prestando ni un ápice de atención, pues toda ésta estaba depositaba en el blanco que el azar había marcado para él.

 

 

Shim Changmin miraba a todas partes como un gatito asustado. Quería parecer maduro, quizá debió pedir una copa de alcohol aunque no la fuese a beber, pero sus instintos primarios lo abandonaron, haciendo que mandara un simple zumo. Metido completamente en sus pensamientos no se dio cuenta ni del barullo que acababa de montarse por el grito de Yunho. Ese hecho llamó inmediatamente la atención de Jaejoong.

 

¿Cómo podía ser tan ajeno a la situación? ¿Acaso era sordo?

 

Pensó el mayor de todos. Observando mejor al menor, era bastante guapo. Aunque la ropa que llevaba dejaba mucho que desear. Sacudió la cabeza, siempre supo que era un problema el haber pasado toda su vida rodeado de mujeres. Pero ahora su atención estaba canalizada en él, y después de percatarse de la repentina huída del modelo al baño, supo que la apuesta seguía en pie y que no pensaba perderla. Bajo ningún concepto, y mucho menos, el hecho de perder su bendita y casta masculinidad.

 

 

Con paso decidido se acercó al menor, que no pudo más que pegar un salto al notar la fría mano de un desconocido posarse sobre su tierno y virgen hombro. Pero Shim Changmin era una persona sería, así que acalló su propio grito y guardó todo lo mejor que pudo la compostura ante ese ser que invadía su preciado espacio personal.

 

-Por esto odio los lugares concurridos…-

 

Susurró, haciendo que Jaejoong, que ahora estaba sentando a su lado, alzara una ceja algo molesto, pero en vez de contestar, prefirió hacer como si no escuchara.

 

-Hola, soy Jaejoong Kim.-

 

Con una impecable sonrisa tendió su mano hacia el menor, que todavía lo miraba con desconfianza. Pero, como buen estudioso y amante de las ciencias que era, sabía que la mejor forma de conocer a tus ‘enemigos’ era relacionarse con ellos, así que apretó su mano sin mucha fuerza.

 

-Shim Changmin.-

 

Dijo tajante, soltando su mano antes de pronunciar la última sílaba.

 

Jaejoong volvió a alzar la ceja. “¿Tsundere?” Una sonrisa se formó en sus labios, todo esto sería más divertido de lo que creyó.

Notas finales:

*Tsundere es un término japonés referido a un arquetipo de personalidad que describe una actitud cerrada y combativa al principio, la cual luego, se vuelve modesta y amorosa.

 


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