♥ Llamadas de medianoche ♥
Capitulo I
-¡Al fin! - exclamo un apuesto muchacho de mirada amatista, mientras se dejaba caer en el cómodo sofá y observaba con orgullo a su alrededor. No era gran cosa, pero al menos ese pequeño departamento era algo que podía pagar con el sueldo del club en el que trabajaba.
Sabía que aún tenía mucho por comprar pero de momento se conformaba con ser independiente, puesto que desde que dejo la casa de sus padres hacía más de dos años, había compartido piso con su mejor amigo y ahora por fin había logrado estar por su cuenta. No era que Hiro le reprochara su compañía, pero comprendía que este tenía una vida social "más" agitada que él y que se reprimía de llevar "ciertas" visitas por su causa.
-Shu, dejé las dos maletas en la recamara. - comentó el pelirrojo, quien salía de la única habitación con la que contaba el departamento y se sentaba a su lado. - Veo que terminaste de acomodar el resto de las cosas... ahora podrás descansar lo que queda del día y estar preparado para la presentaa-ción. - bostezó lo ultimo, para luego ver la hora en su reloj de pulso.
No es que fuera muy tarde, pero estaba cansado de ayudar con la mudanza después de una larga noche de trabajo y su cuerpo requería descansar.
-Pss... no creo poder hacerlo, aun tengo que colocar la ropa en el closet y... -
-¡Shhh!!! Una cosa a la vez... - le reprendió al tiempo que revolvía con cariño las suaves hebras rosadas del menor. - Ya tendrás tiempo de sobra para eso. -
Shuichi le miró con un tierno mohín en sus labios.
-No me despeines Hiro, ya no soy un chiquillo. -
-¿A no? - inquirió con sorna. - Cierto, ahora que recuerdo la otra noche de tormenta no irrumpiste en mi cama, temblando como gelatina. -
-Eso fue porque no llegaste y ni siquiera tuviste la amabilidad de llamar para avisarme. - soltó con fastidio, para luego enrojecer por su patético comentario, mientras Hiro se retorcía de la risa.
-Bien, bien, lo admito... a veces suelo ser un autentico desconsiderado, pero te las apañaste perfectamente, así que no tendrás problema alguno con quedarte solo. - aseguro confiado de que su mejor amigo podría subsistir a mas de una larga noche de tormenta. - Pero eso me recuerda otro detalle... -
El menor lo examino dubitativo, esperando que aquel "detalle" no fuera otra de sus burlas.
-No me mires así... - dijo, moviendo las manos para tranquilizarle. - Es solo que hasta ahora recuerdo que el departamento no tiene servicio telefónico y me preocupa que te quedes incomunicado. -
-¿¿Ehh?? - era cierto... hasta ahora no había reparado en los pequeños pormenores de ser independiente y uno de ellos, era que no se podría permitir realizar un contrato telefónico y mucho menos mantener la renta de dicho servicio.
Si tan solo le hubiera hecho caso a su madre de comprarse un móvil desde que comenzó a trabajar, pero no... el autosuficiente de Shindo Shuichi no necesitaba que su linda y preocupada madre le hablara dieciocho de las veinticuatro horas del día para fingir de despertador y mucho menos para que le recordara de comer bien, ducharse y hasta de lavarse los dientes antes de irse a dormir, como solía hacer en el departamento que compartía con Hiro, lo ultimo que quería era que le llamara y le reprendiera delante de sus compañeros de trabajo por salir de madrugada del club. Pero en estas circunstancias la idea no le resultaba tan desagradable.
-Shuichi ¿me estas escuchando? - cuestiono el pelirrojo.
-Mhhh... Hiro ¿decías algo? -
Un extenso suspiro salió por los labios del mayor mientras sacudía la cabeza con resignación... a pesar de sus protestas, Shuichi seguía siendo un chiquillo y para colmo uno muy despistado.
-Decía que te puedes quedar con mi móvil, en realidad casi no lo ocupo, además K dijo que me dará uno nuevo por nuestro aniversario y... -
-¿K? Pero si solo van a cumplir seis meses. -
-Mmm... jejejej, la verdad es que las cosas van demasiado bien y pss... - se rascaba la cabeza con nerviosismo, no por que le diera pena exponer sus relaciones sentimentales con Shu, pero no quería ahondar en los grandes avances de su relación con su extravagante novio y menos cuando su amigo recién empezaba una. No fuera a darle ideas y accediera las exigencias del pervertido ese. - Bueno, eso no importa... lo que digo es que el teléfono ya cuenta con el número del departamento, del club, de tu madre e incluso el de K, por si necesitas localizarme. - explico mientras le mostraba la agenda del móvil. - ahora solo falta que pongas tus contactos, es una ventaja que no haya activado aún mis números gratis. -
¿Números gratis? -
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El escritor bebió hasta la última gota de su cerveza e inmediatamente prosiguió con la siguiente, no es que hiciera mucho calor o estuviera sediento, pero el tener que soportar la compañía de su cuñado, su loco amigo y su fastidioso hermano menor, le crispaba los nervios.
El moreno colgó el teléfono entregándoselo a su hermano y prosiguió con su monólogo.
-Como les decía... este chico es un bombón pero algo mojigato aunque eso no es problema, al momento que quiera lo llevo a la cama y una vez que le de tan duro en su virginal agujero que no pueda ni caminar, lo mando al diablo. - se jacto.
Yuki lo miró con molestia al tiempo que guardaba su móvil y daba fin a su nueva cerveza... en realidad la velada había estado bastante tranquila, pero en cuanto Tatsuha se embriago y empezó a decir sandeces, se impacientó al grado de desear perder la conciencia, pero como no funcionó decidió concluir con la desastrosa noche de juerga, a la que había sido sometido por su cuñado, quien alegaba que necesitaba distraerse para acabar con la mala racha de poca inspiración que lo tenía atascado a la mitad de su novela.
No obstante, su paciencia tenia un limite y esa noche había hecho acopio de toda la que tenía, así que levantándose de golpe soltó un par de billetes en la barra y salió de ahí, dejando a sus acompañantes con la palabra en la boca y la intensión de seguirle, hasta que les dedico una gélida mirada que los mantuvo en su sitio.
**************
Observó detenidamente su reflejo en el amplio espejo del servicio del club, se notaba cansado y bastante acalorado por el show... así que enjuago su sonrojado rostro secándolo al instante con una toalla de papel.
-Ahh... Shu, te estaba buscando, el dueño esta bastante complacido por nuestra participación así que saldremos nuevamente en treinta minutos. - anunciaba su compañero.
-Pero se supone que ya podíamos irnos a casa. -
El chiquillo se encogió de hombros y entro a un cubículo mientras Shuichi seguía profiriendo un sinfín de maldiciones.
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Por fin... dos horas más tarde estaba de regreso en su nuevo hogar.
-Muy bien Shu, recuerda que tienes que cerrar con llave una vez que me valla y no olvides activar la alarma del celular por si acaso se te pegan las sábanas para ir al instituto... a por cierto ya sabes el número de mi departamento, si oyes algo inusual no dudes en hablarme. - le indicaba su mejor amigo desde la puerta.
-Si mamá... -
-Vamos Shu, sabes que solo me preocupo por ti... en fin ¿que te dijo ese depravado que tienes por novio? - cuestiono recargándose en el marco.
-Nada... - respondió con un marcado rubor adornando sus mejillas. - Ya sabes, que me extraña y esas cosas. -
-Si claro, tanto que ni siquiera se ha tomado la molestia de hablarte o irte a ver desde hace tres días. -
-Bueno, él esta ocupado con la universidad y... -
-No lo excuses, sabes lo que opino de él, es un pervertido que solo quiere llevarte a la cama. -
-No es un pervertido... - se intimido con la severa mirada que recibió del mayor. - Bueno, tal vez lo sea... pero estoy seguro que no me obligaría a nada que no quisiera. - lo justifico.
-Pues eso espero, ya sabes la mala fama que tiene en el campus y no quisiera que las personas estuvieran por ahí murmurando cosas sobre ti, o me vería en la penosa necesidad de destrozarle el rostro del que tanto se jacta. -
Shuichi pareció meditarlo por algunos instantes.
-Hiro... quizás tengas razón, presiona mucho para que me acueste con él... pero sabes lo que pienso y aunque él no este de acuerdo, tendrá que aceptarlo si en realidad me quiere ¿pero como saberlo? - murmuro con frustración.
El pelirrojo lo miró con ternura... sabía que era la primera vez que Shuichi salía en serio con alguien y aunque ese "alguien" no fuera santo de su devoción, tenía que apoyar a su amigo.
-Esta bien... podrías darle "algo" de lo que te pide. - aprobó ante el estupefacto semblante del menor. - Quiero decir que puedes, pero no en el modo que él desea... en pocas palabras podrías acceder a jugar un poco... ¿tu entiendes, no? -
-Pero los besos y "esos" juegos llevan a otras cosas. - dijo sin comprender a lo que se refería su amigo.
-No, si lo haces por teléfono. - indicó, para luego hacer un ademán de despedida con la mano. - Piénsalo, si lo acepta y sabe esperar a que estés listo para dar el siguiente paso, entonces me comeré mis palabras y hare las pases con él, que descanses... - fue lo único que dijo antes de adentrarse en el estrecho corredor, cerrando la puerta tras él y dejando a Shuichi sumergido en un turbulento mar de confusión.