Noches de Hokkaido
La noche era fresca, olía a leche recién hervida, había luna llena y brillaba con tal intensidad que aun con los ojos cerrados podía sentir la luz sobre su rostro. Estiro los brazos y el pasto acaricio su piel; aquel era su lugar favorito, estaba cubierto de césped , con un árbol estratégicamente crecido para proporcionarle sombra por las mañanas y lo suficientemente alto para poder apreciar las hermosas noches de la isla de Hokkaido. Era su lugar secreto en medio del bosque que rodeaba la pequeña villa ainu. Suspiro un poco más del aire y miro su reloj, ya era hora de regresar a casa, si no quería que su madre le regañara, o peor aún que su hermana le gritara lo vago que era.
Bajo con cuidado por el sendero, cruzo un pedazo de bosque y llego a la calle principal, ya estaba oscuro y las pequeñas lámparas colocadas al lado del camino alumbraban escasamente la solitaria calle.
-en la ciudad la hubieran robado- dijo una voz calmada y sin mucha emoción.
-aaah- Horokeu se giro asustado, a su lado estaba parado un chico de cabellera negra– ¡Maldita sea casi me matas de un susto!-
-la bicicleta-
-¿Cómo?-
-hablo de la bicicleta… en la ciudad te la hubieran robado por no encadenarla a algún lugar-
Horokeu arqueo una ceja confundido, lo estudio con cuidado y llego a la conclusión de que jamás había visto a ese chico en toda su vida.
-deberías de tener mas cuidado- dijo con su mismo tono monótono de voz y se giro para seguir su camino.
-oye espera… ¿dijiste ciudad?- el chico se detuvo y volteo
-si…– Horokeu le miro con intensidad. – por cierto tienes un peinado ridículo… ¿Alguna vez te has visto a un espejo?- y dio media vuelta.
El chico se quedo mudo, después un leve sonrojo apareció en sus mejillas, y cuando el moreno había desaparecido entre las sombras de los pinos. La mente en shock de Horokeu recapacito.
-bastardo- le grito se agacho por su bicicleta y se alejo indignado del lugar. Era la primera vez que alguien lo insultaba de aquella manera, bueno quizás lo habían hecho pero no en su cara, y no cuando era la primera vez que lo conocían.
-“No tengo un peinado extraño”- pensó el peliazul y se toco la cabeza. Frunció el entrecejo y se giro enojado –Es más que le importa…-
Horokeu Usui tenia dieciséis años, era sano, delgado y a veces un poco despistado, pero no idiota por lo tanto no dejaba que nadie lo insultara. Se subió a la bicicleta y se dirigió hacia el lado contrario del camino a su casa, anduvo por algunos minutos hasta que llego al final de la calle. No había rastro alguno del chico, dejo de lado la bicicleta y se subió a una cerca que había a la orilla del camino. Más allá siguiendo el camino de terracería había una gran casa. Ahí tenia que vivir, no podía simplemente desaparecer o vivir en el bosque. Afilo la mirada, exhalo enojado.
Cuando llegaban los fines de semana a Horokeu le gustaba caminar por el costado del río mirando las enredaderas de flores color lila y rosa, la naturaleza siempre lo relajaba, y aunque amaba el invierno y la nieve, los frescos veranos de su aldea eran de lo mejor, un poco humedos y tibios. Al final del camino se detenía y giraba a la derecha para dirigirse a la casa de uno de sus mejores amigos. Y aunque ahora no era fin de semana si era semana de vacaciones.
-Yoh…- dijo el chico caminando hacia el patio de la casa.
-aquí…- dijo una voz cansada. Usui se giro su amigo estaba recostado en el pasto, fumando tranquilamente.
-vaya, tu si aprovechas los días…- Yoh se encogió de hombros, sonrío y le extendió la caja de cigarros. Horokeu tomo uno y se sentó mientras lo encendía.
-¿Sabes de quien es la casa de campo, cerca del templo?- pregunto el azulito exhalando el humo. Yoh lo miro de reojo.
-No, mi abuelo dice que unas personas que vienen de China la compraron… ¿Por qué?-
-curiosidad… ¿Quieres ir a nadar a la presa?- atajo Horo mientras sonreía
-no puedo, tengo que ayudar a mi abuelo- y bostezo cansadamente.
Después de dejar al aburrido de Yoh al servicio de su abuelo, Horo se dirigió rumbo a la presa. Iría a nadar se secaría al sol y después regresaría a su casa a comer, y… sus pensamientos se vieron interrumpidos. El chico de cabello azabache estaba parado a unos metros de el mirando hacia los árboles de fresas, cercados por una red.
-Tú…- le grito Horo, mientras lo señalaba. El chico volteo, y Horo se quedo sin palabras insultantes – cabeza de antena…-
Fue lo primero que se le ocurrió. El chico levanto una ceja.
-Es verdad, tu peinado es peor que el mío y aun así te burlaste de mi…-agrego y frunció el entrecejo.
-eres ruidoso-
-y tu eres molesto- respondió indignado Horo , metió las manos en sus bolsillos y siguió caminado.
-espera…¿cuál es tu nombre?-
-¿cómo?-
-¿acaso la banda en tu cabeza mata tus neuronas? – Horo lo miro indignado pero antes de que pudiera responder el otro chico agrego – Soy Ren… ¿cual es tú nombre?-
Horo lo miro con desconfianza, fue cuando se percato del extraño color de sus ojos, dorados.
-Horokeu- dijo en voz baja como hipnotizado del iris dorado.
-Horokeu… ¿quieres ir a mi casa?-
CONTINUARA…
Primer capitulo de mi historia :D espero que les haya gustado, es mi primera historia de Shaman King y amm bueno es introducción en el próximo cap abra mas cosas genialosas!!! xD
¿Abra escena lemon? Claro que si… cuando la historia lo requiera como por el cap 4 :D
Listening to: “Treasured Felony” by Skeptical Minds
Eating: ¡¡AIR!! :D
Drinking: Lemon water xDD
¿Te agrado el cap?
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