—Mira Key, hay varios errores en lo que acabas de decir —tomé una servilleta para limpiarme—. Número uno, no dormiste sólo 5 minutos fueron más de dos horas y tres, me quedé afuera de tu casa así que me senté en el pasto a esperar a que despertaras. No es como que yo le hablé y le dije “platiquemos”.
También limpie la mesa a la vez que Key sólo me miraba con los ojos de “te creo”.
—Independientemente de si ligabas o no… —se levantó de la mesa recogiendo ambos platos ¿cuál fue la razón dos?
—¿La dos? Cuando fui a la tienda al regresar estaba un avión de papel en tu puerta que decía “somos vecinos” y le pregunté a los que pasaron por aquí si no habían visto alguien sospechoso. Luego apareció tu vecino ofreciéndome su ayuda. Fue todo.
Le ayudé a recoger la mesa apresurándome a llevarle el resto de los trastes sucios puesto que empezó a lavarlos.
—¿Sí? ¿Y ya sabes quién es?
—No, la verdad no —me reí un poco avergonzado—, pero ¿sabes? tu vecino me da miedo, en el buen sentido. Siento que sabe mucho de mí, sabía dónde estaba mi salón incluso que estaba en Detención por lo del pasillo.
Me recargué a un lado de donde estaba lavando y tomé una toalla, de menos le ayudaré a secarlos.
—Sólo es una suposición ¿pero no crees que él pueda ser quién te manda los aviones? Si lo pones en perspectiva sí sabe mucho de ti.
Tomé uno de los vasos que me tendía y lo empecé a secar.
Creo que necesito pensar bien en todo esto.
—¿Minho?
—No, no creo que sea él quién me manda los aviones. Es cierto que sabe mucho de mí, pero su actitud no es la que se percibe en los aviones —dejé el vaso y tomé un plato para secarlo.
—¿Actitud?
—Si, en el sentido que cuando leí “¿Quieres salir conmigo?” me supuse que sería un chico amable y hasta tierno y así mismo se proyecta en los otros aviones y tu vecino, sin ofenderlo, es algo especial. Mientras hablamos más de una vez sentí una mirada asesina, en especial cuando dije “danza” y él “expresión corporal”… para mí que no es el mismo.
—¿Es intimidante?
—Cuando hablaba con tu vecino, no sé, no me sentí del todo cómodo, tiene algo en la mirada, por lo que yo digo que el de los aviones y Taemin no es la misma persona —afirmé.
—Tal vez y él es algo así como su espía y por eso sabe tanto de mí —Key terminó dejando toda la loza limpia —Minho, ¿me acompañas al trabajo de Jonghyun o ya te tienes que ir a tu casa? —me preguntó a la vez que yo tomaba mi mochila.
—Jé, será para la otra, tengo que ir a mi casa, tengo muchas cosas que pensar y hacer —tomé la manilla de la puerta—. Si quieres te acompaño hasta la salida.
Puesto que el trabajo de Jonghyun queda al lado contrario de mi casa.
—Está bien. Vamos.
Abrí la puerta y ya estaba el vecino de Key jugando en el pasto de su casa con su perro, creo que vi que me sonrió, solo levanté las cejas a la vez que le sonreía.
—¿Sabes Key? —esperé a que estuviera a un lado de mi —Él me pone a dudar.
Señalé disimuladamente a su vecino.
—Sí, te entiendo… —me tocó el hombro en signo de ¿qué será? ¿Comprensión?— Ahora apúrate que ya casi acaba el turno de Jonghyun.
Claro, ¿porque pensé que me tomaría en serio? Siempre cuando sale Jonghyun a flote en alguna de nuestras conversaciones, siempre, siempre me ignora y sólo piensa en él.
Suspiré, ¿qué puedo hacer contra su novio? nada, absolutamente nada.
Caminamos hasta que estuvimos en la acera, entonces yo me giré para la dirección de mi casa y Key hacia el trabajo de Jong, dándonos la espalda automáticamente.
—Que tengas suerte con tu piloto.
—Y tú con tu novio— contesté aun sin vernos.
—Hasta el lunes —se despidió.
Suspiré por última vez, me puse mis audífonos y miré al cielo, justo en ese momento pasaba un avión de papel a la altura de mis ojos, lo seguí con la mirada.
Esto confirmaba mis recientes sospechas, el vecino de Key, Taemin, es el chico que me lanza los aviones.
Caminé hasta estar frente al avión, me incliné y lo tomé, vi que tenía unas letras escritas y lo abrí.
“Te bañas.”
No sé si fueron ilusiones mías, pero sentí como una vena se marcaba en mi frente y un tic aparecía en mi ojo derecho, arrugué el papel, me giré y lo aventé hacia enfrente.
—¡Muy gracioso Key! —se pone a aventarme aviones ¡porque sabe que tengo los nervios de punta con este asunto!
—¡Ja, ja, ja! ¡Me pareció divertido, perdón, nos vemos después ya voy tarde!
Vi que empezó a correr, bueno, creo que aún estoy en ceros, ya que ese avión no procedía de su vecino.
Volví a caminar hasta llegar a mi casa, suspiré, las luces están apagadas, eso significa que mi madre no está. Saqué mis llaves e introduje la indicada en la cerradura, la giré consiguiendo que se abriera.
Empujé un poco la puerta abriéndola en su totalidad, no sé cómo estuvo todo, pero cuando elevé mi mirada entró un avión de papel a mi casa, cayendo dentro.
Voltee hacia atrás, pero la calle estaba sola.
—¿Key?
Dejé mi mochila en la puerta y caminé hasta la acera, lo busqué con la mirada pero no había nadie por lo que regresé, entré y cerré la puerta, tomé el avión de papel.
—Ahora que me dirás, ¿Key?
“Un día tiene 24 horas, no sé si pueda aguantar todo el domingo sin verte, en verdad espero que sea lunes.”