Sentía como mis paredes se abrían entorno a su cuerpo hasta que por fin sentí la base de su miembro; me quedé inmóvil por unos segundos hasta que me acostumbré.
Jonghyun volvió a tomarme de la cadera haciendo que me levantara suavemente, entregándome la sensación más placentera del mundo.
Mantuve el ritmo que indicó con un vaivén que eventualmente incrementé colocando mis manos sobre su pecho.
—Key… ah…
Cada que trataba de decirme algo hacía presión sobre su cuerpo, cortando de inmediato sus palabras.
En una de las embestidas sentí que tocaba el cielo, arqueé mi espalda y sentí mis ojos casi girar quedando en blanco.
Seguí con ese vaivén hasta que sentí como el cuerpo de Jonghyun se tensaba, incluso vi como presionó sus ojos para después sentir disparos calientes.
—Yo… yo también.
Arqueé mi espalda esperando mi orgasmo pero sentí presión en mi glande y enseguida otro escalofrío me recorrió la espina.
—No…— tenía su pulgar cubriéndome— Ven.
Me levanté un poco liberando su miembro, Jonghyun se recostó en la alfombra y gesticuló para que me acercara más, gateé hasta que mi miembro quedó a la altura de su boca, con cuidado me apoyé en el suelo para no lastimarle el pecho y enseguida sentí como algo caliente rodeaba mi falo.
Sentí ese vaivén con su boca, presionaba sus labios alrededor de mi piel desesperándome e inconscientemente comencé a mover mi cadera. Mi piel se erizó, mordí mi labio inferior para evitar ser muy ruidoso y presioné mis puños en la alfombra mientras eyaculaba. Estuve inmóvil por unos segundos hasta que me dejé caer a un costado de él, traté de recuperarme y cuando abrí los ojos ya estaba a mi lado.
—PinKey —susurró pasando su brazo por mis hombros—. Te amo.
—Y yo a ti.
Era imposible mantener los ojos abiertos así que me acurruqué contra él.
…
Mph...
Me tallé los ojos y me destapé.
—Buenos días —escuché su voz— ¿descansaste?
—¿En dónde estás?
Me levanté de la cama buscándolo con la mirada hasta que se abrió la puerta del cuarto del fondo.
—Si quieres darte una ducha todavía hay agua caliente—salió con una toalla en los hombros—, Te la compré ayer así que espero te guste.
—Gracias Jonggie.
Encontré la maleta al borde de la cama, tuve que subirla para revisar qué tenía cómodamente. Encontré un pantalón negro ajustado con rasgaduras, también una playera blanca con estampados oscuros y una chaqueta de cuero.
End of Key’s POV
En el colegio…
Minho’s POV
El día ha estado relativamente tranquilo y no es para menos si hoy sólo vine por cuatro horas de mi TAE para forjar mi futuro, como decía el eslogan cuando la tomé.
Estoy ignorando el tema del avión de papel porque tal vez es una broma. Y como tal no debería de seguirla.
La siguiente hora es libre por lo que vagaré sin rumbo aparente o solo me recostaré bajo la sombra de un árbol, así tendré al menos una hora de tranquilidad.
Opté por irme hacia las canchas porque ahí suelen haber árboles más grandes y frescos, escogí en el que con Key y Jonghyun vamos cuando nos escapamos de clases, es grande y tiene las copas muy altas y anchas por lo que su sombra es perfecta.
Tan solo llegué me senté en el suelo y me recargué en el tronco, cerré los ojos; ni siquiera pude bostezar cuando algo cayó sobre mis piernas. No quería pero abrí los ojos y por un segundo me asusté, otro avión de papel.
Lo tomé y contraje mis piernas para abrirlo: “Te ves muy bien bajo la sombra de ese árbol.”
Miré a los lados para buscar a alguien sospechoso que esté cerca, pero había más alumnos jugando y nadie me miraba o algo por el estilo.
Saqué el primer avión de papel para comprobar si era la misma letra, también tomé un lápiz de mi mochila y le contesté “quién eres” no supe hacia dónde lanzarlo, así que solo lo aventé hacia adelante.
Yo sé que estuvo mal pero enseguida el avión salió de mis dedos, cerré los ojos y me recosté.
Pasaron pocos minutos hasta que regresó el avión sorprendiéndome con la respuesta: “Un alumno más ja, ja, ja, se ve que estás cómodo”.
Okey, esto ya es raro.
Guardé el avión en mi bolsillo y luego me levanté.
Caminé por toda la cancha hasta llegar a los pasillos donde apenas venía Key con Jonghyun, los dos caminaban hacia mí con mucha alegría, para mi gusto.
—¡Key! ¡Jonghyun!— levanté mi mano para que me notaran.
Ahí, en ese momento recordé la primera regla de los pasillos que es “no gritar” y para mi mala fortuna venía caminando un profesor, el mismo que me mandó a Detención la vez pasada.
—Señorito Choi —se acercó un poco enojado— ¿Qué no sabe usted que está prohibido gritar en los pasillos?
No por favor, Detención no.
—Sí, pero…
—Pero nada, tenga, está castigado, preséntese a la quinta hora en Detención.
—Usted no entiende —tomé la nota que me extendía—, déjeme explicarlo.
—Cállese o le daré dos horas.