A los segundos que me tiraron el primer avión me llegó otro, pero este cayó en mi mesa, eso es bueno porque ya no me pegó.
Enseguida volteé a ver si alguien mostraba señales de habérmelo lanzado, pero todos estaban en sus asuntos; por lo general nosotros nos le quedamos mirando y cuando voltea nos reímos como las personas normales.
Pero nada, ni una pista, ni un movimiento ni una risilla.
Me acomodé y abrí el avión; “Si, no, lánzalo hacia atrás” con sus respectivas casillas. Ammm, saqué un lápiz y escribí mi respuesta:
“¿Quién eres?”
Luego lo lancé para atrás.
De inmediato empecé a mover mi pierna, mis dedos, miraba a todos lados, me relamí varias veces los labios completamente ansioso.
Necesito saber quién es.
Un nuevo avión pegó contra mi cuerpo y me giré para ver si de casualidad había alguien moviéndose o mirándome, pero no tuve suerte por lo que me incliné para juntarlo.
“¿Sí o no?”
Demonios.
Apenas iba a contestar pero sonó la campana.
—Bien alumnos —llamó el profesor—, por hoy es suficiente. Traten de no meterse en más problemas y váyanse.
Genial, ahora me quedaré con la duda porque que todos empezaron a salir y cuando menos esperé ya estaba solo en el salón.
Uhm… tal vez ya no volveré a saber de él.
Salí para notar los pasillos solos y bueno no era para menos si son las tres de la tarde; de seguro mi madre se molesta conmigo porque no soy el tipo de persona que asiste a Detención.
Será mejor que me apresure a salir de aquí para llegar a casa porque hoy fue un día pesado: temas exageradamente largos, profesores con problemas emocionales, comida de mala calidad, Detención y una invitación para salir.
¿Qué me falta?
Lo que sea no quiero saberlo.
Caminé por las calles de la ciudad hasta estar frente a mi puerta, de segundas sé la hora y sé cómo se pone mi mamá cuando llego tarde, por lo que ya me veo regañado o castigado.
Giré lentamente la perilla de mi puerta, di el primer paso adentrándome y ahí estaba ella.
—Choi Minho.
—¿Sí?— entré por completo y cerré la puerta— Estoy en casa.
Me quité la chaqueta para colgarla en el perchero restándole importancia a la hora y el posible regaño.
—¿Sabes qué hora es?
—Más de las tres.
—Tienes suerte de que Kibum haya llamado para tomarse la delicadeza de avisarme que te quedarías a hacer el servicio social.
¿Qué?
—Ha... ¿sí?—pregunté extraño pero asentí antes de que mi mamá sospechara algo— Perdón por no avisarte.
—Ve y cámbiate de ropa para que comas algo porque te quedarás solo por un par de horas.
—¿Vas a salir?
—Trabajo, Minho, trabajo.
Luego de besarle la mejilla cuando pasé a su lado, subí hacia mi habitación para dejar mi mochila en el escritorio del PC y me recostarme un poco en la cama.
Habían pasado muchas cosas hoy y necesitaba pensar, pero antes tengo que comer. Por lo que me levanté para regresar.
—Por curiosidad —dije bajando las escaleras— ¿a qué hora regresarás?
Fui hasta la cocina para tomar un plato y servirme lo que cocinó.
—Tarde.
—Ya veo.
Me senté a comer después que saliera; me dijo un montón de consejos que no sé si me los dice porque ya está acostumbrada a decírmelos o porque cree que haré otras cosas, como “te cepillas los dientes” “báñate temprano” etc., cosas de madres.
Al terminar tuve que lavar lo que ensucié, no fue mucho, después me recosté en uno de los sillones de la sala y encendí el televisor; estaba buscando algo bueno en la programación, pero no encontré nada.
Escuché el sonido del timbre por lo que me levanté a abrir la puerta.
—¡Minho!
Recién abrí y Key se me aventó para abrazarme.
—Me estás lastimando —a veces siento que sus abrazos los hace tan fuertes solo para molestarme—, también te quiero.
—Dime cómo te fue en “servicio social”—me soltó y palpó mi hombro derecho para entrar directo a mi sala con total confianza— Perdón por eso.
—No te preocupes —dije regresando a la sala—, me enfadé hasta que alguien me invitó a salir por medio de un avión de papel. ¿Y a ti cómo te fue con Jonghyun?
—Bien, bien —contestó sonriendo— ¿pero cómo que te invitaron a salir? ¿Quién?
Se nota su interés porque incluso se giró hacía mí, ignorando la televisión.
—No lo sé —susurré incómodo por su mirada— creo que al final le negué. Pero podría estarme sugestionando y tal vez no era para mí aunque espera, tenía mi nombre...
—No estás nada feo. Para mí que sí era para ti —dijo— pero ¿cómo que la negaste?
Parece que sí le interesa más que a mí incluso.
—No lo sé —me encogí de hombros— ya no le contesté.
Fin de la conversación.
—¡Tengo una idea! —aplaudió— El colegio es muy grande para buscar a una persona, en mi opinión, debería de mandarte a Detención más seguido así se conocen y hasta puede pasar algo.
Sé que está muy animado pero… solo piensa en él y no en lo que yo siento al respecto.