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¿Por qué tú? (2Min) por MekuMec

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Notas del fanfic:

Bueno ^^U Se que me demore en subirlo, dije una semana y pasaron varias mas, pero al final traigo aqui el fanfic~!♥

La version 2Min de "¿Por qué tú?"~

Notas del capitulo:

Esto es mas bien un intro, por lo que tal vez las cosas no cuadren mucho; en los proximos capitulos se iran aclarando las cosas ^^

Disfruten~

 

Fingimos que no, pero... Yo te conocia de mucho antes.

 

 

Sono el despertador. Otro dia mas en este mundo. Me levante automaticamente comenzo a sonar, apagandolo y encaminandome por aquel hogar que hacia llamar mi casa. Deje el cafe haciendose en la maquina mientras me vestia perezosamente con unos simples pantalones vaqueros y una camisa blanca. Abri la puerta de casa, me agache, cogi el periodico y aparecio el odioso perro del vecino que cada mañana luchaba para quitarmelo, y como era de esperarse, conforme me agache comenzo a correr hacia mi.

 

-Eh, no, no, ¡no!, ¡¡no!! ¡NOO! - Grite freneticamente coforme corria hacia mi y yo corria para entrar a la seguridad de mi casa. Cerre rapidamente la puerta, escuchando los amenazadores ladridos de aquel... Pequeño chihuahua. ¿Pero que iba a hacer? Era la unica cosa a la que el temia; a los perros.

 

El cafe ya estaba hecho, por lo que arreglandome el cabello tras haber corrido camine tranquilamente, sirviendome una taza y sentandome en el salon mientras extendia el periodico. Pero todo se sentia tan...

...Vacio.

 

 

Comprove mi reloj de pulsera; ya era hora de salir de casa. Deje la taza en el lavavajillas, doble el periodico y lo meti a mi bolso.(N/A: No, no bolso femenino, si no bolso bandolera, que la correa cruza desde un hombro hasta la cadera contraria.) para por si... ¡Yo que se! Por si me aburria en algun momento libre. Cogi las llaves del coche en el pequeño cuenco de la comoda del recibidor, y sali de casa. Para aquel entonces el vecino de enfrente ya se habia sacado a su “precioso perrito” a pasear, y podia salir tranquilamente.

 

Entre en el coche, deje mi bolso en el asiento del copiloto, comence a calentar el motor, apenas entravamos en primavera y seguia haciendo un frio que se las pelaba, y no queria que le pasase nada a mi querido BMW negro. Me puse el cinturon y mientras ponia algo de musica tranquila me entretuve eligiendo el dichoso destino de el GPS. Todo listo. Una mano al volante y la otra al cambio de marchas y sali lentamente del aparcamiento, pero como de costumbre todas las mañanas frene de golpe.

 

-¡Ey Minho! - Sonrio alegre aquel hombre mayor, con el chihuahua atado a una correa, que ahora tenia la pinta mas angelical del mundo. Baje lentamente la ventanilla y fingi una amigable sonrisa. - ¿que tal la mañana?

 

-Buenos dias, señor Song. - Se habia acercado a mi ventanilla. - Muy bien, algo apurado por llegar tarde al trabajo. - Trate de cortarle, riendo con nerviosismo.

 

-Woh, ¿otro trabajo? ¡Realmente consigues de todo! Eres un chico trabajador. - Sonrei amablemente, sin poder evitar una mirada de infinito desprecio hacia el perro, el cual levantaba la pata y... y... ¿¡Y SE MEABA EN MIS NUEVAS Y RELUCIENTES RUEDAS!? ¡Lo mataria! ¡Y lo cocinaria! ¡Y se lo daria de comer a su dichoso amo! - En fin, no te molesto mas. Anda vamos Charlotte, hay que ir a hacer popo. ¡Adios Minho!

 

-¡Hasta otra! - Rei “alegremente” cerrando la ventanilla, conforme se cerro del todo mi expresion se volvio automaticamente seria y acelere con un brusco giro incluyendo un derrape para simplemente salir de mi aparcamiento, y es que ya llegaba tarde a mi nuevo trabajo de medio tiempo.

 

Gire a la derecha.”

A cien metros, tome la tercera salida.”

Siga todo recto.”

A continuacion, gire a la izquierda.”

A 50m habra llegado a su destino.”

Ha llegado a su d-....

 

Apague el GPS irritado y aparque frente aquella pasteleria. Tome mi bolso, apague la musica, me quite el cinturon, sali por la puerta y puse la alarma, tan solo me falto carraspear y entrar en aquella pasteleria. El dulce tintineo de la campanilla de la puerta me hizo estremecer; no habia probado muchos dulces en mi vida, y aquel lugar parecia ser el “paraiso” para cualquier goloso, rapidamente salio una mujer de la cocina, bastante bajita, con un pañuelo en el pelo y un delantal cubriendole casi por completo.

 

-¡Te he dicho que lo espolvorees con cuidado o queda demasiado dulce! - Grito antes de salir por la cocina, limpiandose las manos llenas de harina con el mismo delantal. - ¡Vaya! Ya estas aqui, Choi Minho, ¿no?

 

-Si señora, gracias por contratarme. - Sonrei amigablemente, le sacaria como poco dos cabezas. La mujer sacudio la mano como si le restara importancia al asunto.

 

-No es nada, ademas; desde que mi hija empezo con sus estudios y no nos puede ayudar en la pasteleria vamos muy mal de tiempo. - Suspiro con pesar. - Pero por suerte un chico como tu nos vendra muy bien en la cocina.

 

-¿Cocina? - Parpadee ligeramente perplejo, por lo que lo unico que sabia de cocina yo era hacer una tortilla o, como mucho, hacerme un bocadillo; teniendo en cuenta que la mayoria de las veces comia fuera. - Pero.. Señora, yo lo.. Lo lamento, no se mucho de-... - Me interrumpio.

 

-Ah, no te preocupes, para eso esta mi hijo, te ayudara. - Sonrio amablemente, se volteo abriendo un armario alli mismo y sacando de el un delantal. - Anda ten, que vas muy guapo como para ensuciarte. - Lo cogi mirandolo extrañado, era... Rosa... Y tenia... Conejitos... Tambien rosas. Trate de poner la mejor cara que pude y me puse dicho delantal, en el preciso momento en que entraban, lo que parecian ser, clientes. - ¡Vaya! Ves a la cocina y encontraras a mi hijo, yo de mientras tengo que atenderles.

 

Todo sea por dinero.

 

-Claro. - Sonrei algo mas dudoso por mi integridad en mi primer dia en aquel puesto de trabajo, y finalmente pase por aquella puerta de metal, entrando en algo completamente distinto.

 

La pasteleria en si tenia un ambiente agradable; era pequeña, apenas habian dos mesas de madera junto al ventanal y el gran mostrador con todo tipo de pasteles, pero la cocina era completamente distinta; habia una gran mesa de metal en el centro, las paredes, techo y suelo eran completamente blancas, y habian neveras, hornos, microondas y todo tipo de utensilio culinario por las paredes. Traumante para un hombre que no gusta de saber utilizar cada una de esas cosas.

 

Cuando sali de mi mundo, me percate de que alguien algo mas bajito que yo llevaba una montaña de sacos de harina, de manera que apenas podia ver sus manos, cintura y piernas. Ese debia ser el “hijo”

 

-Disculpa... - Murmure, a lo que repentinamente perdio el equilibrio y yo pareci interrumpir su paso.

 

Mas que nada por que aquella montaña de harina que llevaba en brazos cayo sobre quien tenia delante; yo. Mi ondulado y azabache pelo echado a perder.

 

-¡Omo! ¡Lo siento! ¡Lo siento! - Escupi harina completamente inmovil en una nube blanca, y finalmente abri mis ojos. A cuatro patas, en el suelo cubierto de harina al igual que el, y al igual que yo. Se llevo ambas manos a la boca en tal de contener su asombro y verguenza. - ¡No sabes cuanto lo siento! ¡Disculpame! - Insistia freneticamente, agachando la cabeza en repetidas inclinaciones a modo de disculpa.

 

Se veia tan tierno e inocente.

 

-Ah... - Suspire. - No pasa nada. - Sonrei levemente, revolviendo mi pelo en busca de que la harina se fuera, pero sabia que saldria de alli con el pelo con apariencia canosa. Rapidamente se reincorporo y poniendose de puntillas se puso a arreglar mi pelo.

 

Era tan bello.

 

-No sabes cuando lo siento, de verdad. Soy muy torpe... - Murmuro mordiendose el labio inferior brevemente. Su pelo tambien tenia restos de harina, al igual que su nariz y parte de su palida mejilla. Sus labios contrastaban contra su piel en un suave tono afresado, y al haber mordido su labio inferior, este habia quedado ensalivado incoscientemente, dandole un brillo unico, una textura fabulosa, una apariencia exquisita.

 

Queria devorarlo.

 

Sujete su muñeca, y note como en aquel preciso instante se tenso por completo; sus palidas mejillas se habian teñido de un color carmin al darse cuenta de la poca distancia que habia entre nosotros, que incoscientemente el habia acortado.

 

-No te preocupes, de todas formas debia ducharme al llegar a casa. - Sonrei, el parpadeo repetidas veces y asintio avergonzado, volviendo a inclinarse a modo de disculpa.

 

-Uhn, si... Lo siento. - Murmuro, agachando la mirada para coger los paquetes de harina que no se habian roto.

 

-¿¡Pero que has hecho aqui, Taemin!? - Grito su madre desde la puerta conforme entro para ver como iban las cosas. - Disculpale, Minho, es demasiado torpe, ahora lo recogemos todo, tan solo espera. - Sonrio nerviosamente, agachandose junto a su hijo a recoger los sacos de harina.

 

Se llamaba Taemin.

 

Incluso su nombre sonaba inocente. Me agache a recoger tambien, dejandolos apoyados sobre la mesa.

 

-Oh, no es necesario que te molestes. - Comento la mujer, negue con la cabeza.

 

-Quiero hacerlo. - Sonrei, su madre me miro de aquella for a tan encantadora que no me pude resistir a poner algo de mi parte y cargar los saco de harina que ella estaba tratando de levantar.

 

Y tras el estropicio con la harina, Taemin permanecio toda la tarde callado, por lo que me toco aprender las clases de cocina con su madre, entre cortes con el cuchillo, quemazones con el horno, y estropeando suffles que nunca salian bien.

 

-Venga, ponle un poco mas de azucar. - Me animo la mujer, cogi otra cucharada y la espolvoree por encima de aquella pasta que mas tarde iria al horno. - ¡Perfecto, perfecto! Ahora al horno y estara de rechupete. - Cogio la bandeja por si misma, yo cortesmente se la quite de las manos para meterlo por mi mismo. El pequeño error fue al sacar la mano y rozar una de las paredes del horno con el dedo indice; me queme.

 

-¡Waaah~! - Saque rapidamente la mano y comence a mover mi mano de arriba a abajo tratando de que pasara. Pero no me esperaba que pasar lo que iba a pasar.

 

Taemin, que habia permanecido callado y actuando por su cuenta, ahora habia aferrado mi mano e introducido automaticamente mi dedo en sus labios. Notaba su rosada lengua acariciar la llema de mi dedo lentamente, ensalivandolo, aliviandolo... Tenia aquellos oscuros ojos gachos, concentrados en aliviar el dolor de mi dedo, pero provocandome otro dolor algo mas abajo, por la zona de los pantalones.

 

Aquel chico me excitaba demasiado.

 

-¡Taemin! - Protesto su madre, dandole una colleja al tiempo en que Taemin se daba cuenta de sus actos y retiraba rapidamente mi dedo de su boca, y aun aferrando mi mano con ambas de las suyas, pude ver claramente aquel fino hilo de saliva que conecto unos segundos sus labios con mi dedo. - ¡No hagas cochinadas! - Le miro molesta, el tan solo alcanzo a llevarme ambas manos a la cabeza adolorido, con un tierno sonrojo en sus mejillas. - Disculpale, Minho; a veces parece un perro.

 

-No pasa nada. - Sonrei calidamente para aquella mujer, al tiempo en que ponia mi dedo bajo el frio agua del grifo. ¡No! ¿Pero que haces, mujer? Esa saliva no se puede desaprovechar de esa forma. Gire disimuladamente mi mirada aun con el dedo bajo el grifo, Taemin de nuevo volvia a su tarea de amasar alguna masa para vete tu a saber que contra una tabla de madera. Pero su sonrojo...

 

Me pedia a gritos que lo hiciera mio.

 

 

Llego el final del dia, cuando ya caia la noche la mujer me acompaño hasta la puerta para despedirse de mi, mientras le entregaba el delantal. Taemin en cambio se habia encerrado en la cocina.

 

-Muchisimas gracias, y lamento todo lo de hoy. - Se inclino ante mi... Aquella mujer realmente era servicial. Sonrei negando con la cabeza.

 

-No se moleste, me he divertido. - Claro que me habia divertido, con alguien como aquel pelirrojo cerca... - Vaya con cuidado. - Me despedi fugazmente con la mano y me adentre en el coche.

 

-¡Usted tambien!~ - Sonrio despidiendose con la mano.

 

Arranque y me encamine hacia casa. Aparque y sali silenciosamente del coche para no despertar al perro del vecino, a tan solo una calle de mi posicion. Entre a casa, y de nuevo otra noche normal y corriente como todo el resto. Pero hoy habia sido un dia distinto; tenia la sensacion de que apartir de ahora abandonaria aquella monotona rutina de siempre...

 

Notas finales:

Ya dije, solo es un intro~♥

Minho perver *3*

Me gusta saber que opinan~ Nos vemos! x3


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