SASUKE VS LA TIMIDEZ
¿qué le regalo?
Konoha, mejor conocida como la aldea oculta entre las hojas, un hermoso lugar lleno de tranquilos y honestos aldeanos trabajadores, de familias humildes y niños enérgicos y felices, pero sobre todo está la base de tan fuerte lugar, rodeado de bosque que le proveía de refugio natural tenían como base de sustento y economía a los famosos ninja, hombres y jóvenes fuertes y audaces. Pero no todos pueden ser ninja, solo ciertas personas que entrenan desde pequeños para servir al hokage y a su aldea.
Pero bueno, eso no nos atañe, por lo menos no todos esos famosos ninja, nosotros solo nos enfocaremos en ciertos ninja, en la edad del sándwich, es decir ni niños ni adolecentes. Más específicamente en el equipo siete de la nueva generación de novatos. ¿Por qué? Pues porque me dio la gana XD.
En fin, a estas fechas los aldeanos preparaban una fiesta importante pues se festejaban 13 años de la derrota del demonio Kyubi ante el afamado cuarto Hokage que además de poseer un atractivo sin igual (o eso decían quienes lo conocieron) poseía una enorme voluntad y fuerza sacrificándolo todo por su aldea, incluyendo su vida. Por eso se honraba ese día 10 de octubre el noble sacrificio de ese hombre.
Pero, un pequeño evento insignificante para muchos pues sinceramente no les importaba, era nada más y nada menos que el cumpleaños de cierto rubito ruidoso y medio tonto. Libres de los cuentos y de la verdad detrás de Naruto sus allegados conocían la llegada de dicha fecha y felices por las 13 primaveras del revoltoso de la clase decidieron armar un pequeño festejo pues curioso era que el niño rebelde jamás había tenido una fiesta de cumpleaños a parte de las felicitaciones y cupones de ramen de su querido Iruka-sensei.
Más por seguir la corriente sus compañeros menos allegados aceptaron ayudar a la tierna Hyuga que con timidez había propuesto hacer algo lindo por su compañero. Aunque ahora como genin tenían poco tiempo juntos, los nueve novatos tenían libre el día del cumpleaños de Naruto y aprovechando reunirse como siempre lo hacían después de una ardua misión de paso harían feliz al rubio Naruto.
Sakura Haruno acepto feliz la propuesta pues aunque el rubio a veces la sacara de quicio no podía negar que era muy lindo con ella, y un excelente amigo y compañero de equipo, aunque odiara que siempre se peleara con su amor platónico y que por eso el moreno ya no le hiciera caso. Pero más importante era el hecho de que desde hacía semanas que el rubio andaba extraño, ya no le pedía citas y ya no estaba dando brincos y tumbos a cada rato, por eso supuso esa fiesta le animaría.
Todo estaba listo, los novatos tenían cada quien su tarea pues no por nada los Hyuga se caracterizaban por normas, estándares y organización, la tierna Hinata era buena organizadora de eventos, las otras dos chicas contribuyeron ideas decorativas y eficientes. El estratega Shikamaru se llevó las palmas fijando costos y ahorrándoles dinero, pues era problemático perder dinero en balde, mejor aprovechar recursos. Choji eligió y decidió preparar los bocadillos pues no por nada tenía el mejor apetito. Kiba, Akamaru y Shino pusieron su granito de arena consiguiendo lugar y decorando. Al final Hinata haría el pastel pues era buena en repostería… pero de entre todos ellos hubo solo uno que no contribuyó…
Entre tanto ir y venir muy ocupados los novatos no notaron que en un rincón Uchiha Sasuke ni un solo dedo movía. Incluso los senseis se apuntaron a la reunión pero él ni señas dio.
Faltaba solo un día pero solo una cosa aquejaba la mente del último de los Uchiha. Y es que en sus 12 años de vida no se le había presentado jamás una situación parecida. Y todo por culpa de su ruidoso compañero…. Al siempre estar solo nunca le importo lo que a su alrededor sucedía, no tenía amigos, solo compañeros dependientes de él. Ser ninja de élite era su única misión después del asesinato de su clan pues solo así sería fuerte y cumpliría su venganza. Sin embargo sus planes se ataron con cadena al equipo 7, junto a un sensei tardón, pervertido y que siempre lucía cansado, con una compañera chillona que alababa el suelo que pisaba, y para rematar un rubio atolondrado que hablaba a gritos.
Sinceramente eran un fastidio, al principio, sin saberlo aprendió a convivir con ellos. Aguantar los chillidos se Sakura y sus continuos halagos, soportar las ocurrencias de su sensei, pero sobre todo aguantar a Naruto. No sabía que tenía ese rubio pero con solo su presencia y un par de palabras era capaz de desequilibrar su mundo perfecto. Lo hacía rabiar y gritar, perder su compostura Uchiha fría e indiferente y comportarse como ese rubio ruidoso. Luego resultaba que el rubio a pesar de ser un atolondrado bocón era fuerte y sin saberlo se encontró peleando con él a cada instante por demostrar quién era el mejor.
Pero nada de eso importaba pues lo que más disfrutaba era sin duda la compañía en su vida solitaria. Cada vez más ellos se infiltraron en su vida, y sin dudas ese rubio subió en importancia.
Nunca le importó nada, pero no pudo evitar sorprenderse cuando supo que el rubio estaba por cumplir sus 13 primaveras, contrario a él que recién cumplió sus 12, si era un geniecillo que se graduó un año antes, pero nadie se molestó en preguntarle, después de todo el siempre había sido muy apuesto y lo que más lo delataba en edad eran sus enormes y preciosos ojos negros que lo hacían ver un poco más pequeño. Además por su actitud poco amistosa casi nadie se le acercaba, a excepción de los pervertidos y el mismo rubio que había puesto de cabeza su mundo.
Regresando a lo importante el pequeño Uchiha tenía un problema pues quería hacer algo lindo por el dobe, por primera vez en mucho tiempo quería dar algo a alguien... Pero la timidez lo mataba.
Es decir, se la pasaba peleando con Naruto, se tenían un odio jurado, casi palpable con la intensidad de sus miradas cuando se cruzaban ¿Desde cuándo era normal querer hacer algo lindo por la persona que todos creen que odias?
Y para rematar el rubio no le había hablado en los últimos tres días lo cual le preocupaba y deprimía ¿Porqué? Sasuke gimió de desesperación para sus adentros por no poder comprender a su atolondrado corazón que palpitaba más rápido con ese rubio cerca, saltaba de emoción cuando le hablaba y se apachurraba cuando el otro entristecía o algo lo lastimaba.
Pero nada lo tenía preparado para eso, no quería estar así siempre pero tampoco iba a preguntarle a alguien ¿Para qué? Kakashi seguro le dirigiría una mirada pervertida y le insinuaría cosas que no comprendía, Sakura ni le prestaría atención por estar babeando al tenerlo enfrente y... ¡Ni en volviendo a nacer quinientas vidas le preguntaría a Naruto! Lo mataba de vergüenza... Aunque jamás lo admitiría.
A todo esto decidió dejar a sus compañeros genin con su fiesta, en cambio él se dirigió a los comercios de la villa curioseando aunque tuviera esa cara de seriedad que lo hacía ver más maduro y para las chicas que andaban tras sus huesitos, sexy y arrebatador.
Vagó durante un buen rato meditando, observando estantes aparentemente con desinterés, pensando en Naruto y lo que sentía al verlo, lo que haría cuando lo viera nuevamente. Y como siempre su corazón no le contestó, el muy maldito seguro se saldría de control de nuevo al tener a ese escandaloso de frente.
Sin embargo algo muy raro sucedió, al mirar en el vidrio del escaparate a través del reflejo vislumbro a Naruto quien caminaba por la calle a sus espaldas con las manos en los bolsillos mirando el suelo pensativo. Nuevamente su corazón comenzó a latir alocado mientras sentía la sangre acumularse en sus mejillas. Se volteó a ver al dobe y se desconcertó al ver su estado depresivo, eso no era común en él ya que siempre estaba armando alboroto por ahí.
Intrigado comenzó a seguir al dobe (como cariñosamente le decía) y al cabo de unos minutos vio como el rubio se topaba con un grupo de 3 hombres y una mujer. Pasó rozando muy cerca a uno de ellos quien de mal genio volteo mirando mal al chico.
-¡grrr! ¡Fíjate por donde caminas estorbo!- dijo el hombre empujando al rubio, Naruto cayó al piso mas por mala posición que por la fuerza del tipo pero aún así le dolió la sentadera y puso mala cara -¡No me mires así estúpido mocoso!- gruño el tipo levantando el puño para golpearlo pero en eso se interpuso Sasuke mirando fríamente al tipo que no se detuvo, fue uno de sus compañeros el que lo detuvo.
-Deja, no puedes, es un Uchiha- dijo el hombre mirando de extraña forma a Sasuke –El último de ellos, con la sangre de un traidor- dijo por lo bajo pero eso no evitó que los dos chicos lo escucharan.
Sasuke sintió un golpe en su pecho, inconscientemente le dolía y mucho pues el no deseo quedarse solo, y aún muy en el fondo no quería aceptar que su niisan lo había traicionado. Además esa era una ofensa para él y su respetable linaje. Endureció su mirada.
-Retira eso malnacido- siseó el menor, sus ojos afilándose de manera peligrosa.
Mientras tanto Naruto miró sorprendido como Sasu lo defendía aunque sintió cierta alegría porque el moreno se preocupara por él, también se sintió un poco ofendido de que Sasuke viniera a defenderlo, como si no supiera cuidarse solo. Se puso de pie escuchando luego como el compañero del tipo que lo tiró al suelo ofendía al teme, ahora eso si que era personal, nadie se metía con sus amigos… o lo que fuera que Sasuke fuese de él.
-No me importa si es hijo del tercero, nadie me mira así- dijo el tipo soltándose de su compañero para luego golpear sin más a Sasuke mandándolo al suelo.
Sasuke sin duda no se lo espero pero no dejaría eso así como así, volteó a ver al malnacido pero antes de que se pusiera en pie Naruto ya le había devuelto el golpe al tipo llevándose de paso al otro, los tiró al suelo de un solo golpe.
-¡No se metan con mi Sasuke!- gritó el rubio molesto, estaba bien que le dijeran cosas a él, podía soportarlas, estaba acostumbrado al desprecio, pero nadie tocaba a su Sasuke…
-Dobe- dijo Sasu sorprendido, ¿había oído al rubio proclamándolo suyo? Se sonrojó poniéndose de pie ocultando su rostro con su cabello para que nadie lo notara.
Los tipos de antes de pusieron de pie y echaron a correr, no querían tener más problemas pues con el grito del rubio mucha gente los miraba.
Cuando todo el tumulto desapareció Naruto volteó a ver a Sasuke pero éste no lo miraba a él. Luego razonó en lo que dijo y se apenó un poco pero no se retractaba ¿Por qué? Porque precisamente era con eso con lo que se había estado atormentando los últimos días.
-Em… Sasuke… yo- dijo Naruto alertando a Sasuke.
-Ah… si, Hi… Hinata te estaba buscando- dijo el moreno nervioso para luego salir corriendo tan rápido como su agitado corazón se lo permitió.
-¿qué fue eso?- se preguntó Naruto y no pudo evitar pensar que hubiera sido una situación perfecta para pasar un tiempo a solas con el moreno y definir aquello que sentía en su pecho y estomago al verlo.
NxSNxS
Cuando se detuvo ya estaba a varias cuadras lejos del rubio, de verdad que el dobe lo ponía nervioso y no ayudaba en nada que hubiera dicho lo que dijo. Suspiró calmándose, de nada valía la pena comerse la cabeza ahora con preguntas como ¿Por qué lo hizo?
Y en lugar de eso se resignó pues faltaban menos de 24 hrs para la fiesta del dobe y por obligación debía ir, pero… ¡¡todavía no tenía ni un maldito regalo para el dobe!!
Esta vez sin dudas y sin pensarlo salió corriendo buscando entre tiendas y escaparates un regalo para su dobe.
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Naruto estaba confundido, ni bien llegó a su casa se encontró con una Hinata supe nerviosa y una pelirosa más agresiva, a golpes y sonrojos le hicieron prometer que mañana iría al salón Tsukimine para entrenar con todos los novatos, si bien no le gustaba mañana por la fecha que era no le quedó de otra que aceptar ante el puño amenazante de su compañera, era en ese momento en que pensaba ¿Qué rayos le había visto a su compañera para considerarla candidata a ser su pareja?
Bien, teniendo a Hinata como la fémina más cercana en esos momentos razonó (una vez que las dos se fueron y ya estando en su depa esperando a que su ramen estuviera listo), primero Sakura y Hinata eran muy diferentes, una tenía el pelo rosa, poco común y algo descolorido en cambio Hinata tenía el cabello negro con luces violeta, pero a decir verdad le gustaba más negro con destellos azules, era una excelente combinación como el cielo nocturno que tantas veces le había hecho compañía en sus momentos de soledad...
Los ojos de Hinata eran blancos perlados sin pupila... Le daban algo de miedito... Los ojos de Sakura eran verdes, pero eran de un verde claro... Muy superficial... Le gustaban más los colores oscuros, siempre le había gustado las perlas de obsidiana.
Volviendo al tema Sakura era lista, decidida, rayando en lo agresivo... No, era MUY agresiva. Hinata en cambio era lista, no lo negaba solo que antes no le prestó atención, también era decidida si no no hubiera llegado hasta él y le hubiera hablado antes solo se hubiera sonrojado y desmayado, sin embargo no era agresiva, al contrario era dulce, mucho, y él no quería volverse diabético... Si lo pensaba bien solo quería a alguien que lo comprendiera, es decir, ellas dos eran buena compañía, si, pero ahora que lo pensaba las sentía lejanas, ambas tenían familia, tenían un lugar al que volver día a día, alguien que las esperara. Él no tenía a nadie, la soledad era muy mala compañía, pero buena consejera y sombra del dolor. Él era capaz de ocultar ese vacío con sonrisas y alegría que a veces no sentía y era decepcionante que la gente no pudiera ver a través de él, sería bueno tener a alguien que lo comprendiera, pero era difícil, sobre todo si TODA la gente lo ignoraba y trataba mal... Error, había alguien distinto, entre todo ese mar de gente, alguien que no había visto...
El dueño de todas esas bellas cualidades tenía sin duda nombre y apellido, Uchiha Sasuke. Nunca lo había notado antes, piel blanca como la nieve, suave y perfecta como la porcelana, ojos negros como la obsidiana, grandes, rasgados, profundos. Cabello negro con destellos azulados como la noche. Sin duda sus cualidades físicas eran algo que siempre le había gustado, pero también estaban sus cualidades emocionales. Sasuke era frío, calculador, un teme en todo el sentido de la palabra y la personificación del estúpido orgullo... Pero también era considerado, en todas las misiones el teme siempre lo ayudaba, había que admitirlo cuando él metía la pata Sasuke siempre lo salvaba, sabía bien que esa era la manera de preocuparse por él del teme incluso con sus burlas y sus sonrisas de superioridad de por medio… pero incluso esas sonrisas eran… lindas… había que admitirlo, Sasuke era MUY lindo.
Si bien era también muy frío él había tenido la suerte de ver el mejor lado de Sasuke, sólo él era capaz de quitarle a Sasuke esa máscara de frialdad, era divertido sacarlo de quicio y hacerlo rabiar pero lo mejor eran sus sonrisas, pues eran diferentes a las demás, eran sonrisas dulces y libres de maldad, inocentes y llenas de ternura y podía estar seguro venían del corazón del moreno.
Sasuke era un teme de eso no había duda pero también era dulce, considerado, se preocupaba por él a su manera bastarda, tenía una sonrisa bonita y era MUY lindo no podía negarlo pero había más cosas que hacía a Sasuke diferente puesto que Sasuke jamás lo había mirado mal, jamás lo había rechazado, Sasuke lo comprendía, él disfrazaba sus sufrimientos con sonrisas pero Sasuke lo disfrazaba con frialdad e indiferencia, pero cuando estaba con él Sasuke era diferente, por eso le gustaba estar a su lado pues se complementaban, Sasuke lo comprendía pues también estaba solo. Eso era lo que definía a Sasuke, Sasuke era lindo, Sasuke era frío pero cálido con él, Sasuke era indiferente pero se preocupaba por él, Sasuke no lo rechazaba, Sasuke era diferente, Sasuke era un teme y él era un dobe, Sasuke era perfecto, Sasuke era Sasuke…
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Sasuke estaba llorando lágrimas de frustración, pasó todo el día buscando como desquiciado algo que regalarle al dobe en las tiendas pero seguía sin encontrar que y las tiendas estaban cerrando y él aún no tenía nada. Cuando estaba a punto de darse por vencido se topó con Hinata que llevaba en sus manos varias bolsas llenas de cosas al parecer pesadas. Suspiró con pesadez, no era común en él preocuparse por la demás gente (que no fuera el dobe) pero la chica de verdad necesitaba ayuda, era tarde y casi no había gente así que nadie la iba a ayudar, pero tampoco nadie lo iba a ver ayudándola.
-Hinata- la llamó algo inseguro, la Hyuga se volteó a verlo y le sonrió.
–Buenas tardes Sasuke-kun- saludó la chica
-Espera- dijo Sasuke tomando la mitad de las bolsas y cargándolas él.
-Ah, etto, gracias Sasuke-kun- dijo la chica algo confundida por la repentina amabilidad del moreno.
-Te acompaño a tu casa- dijo Sasuke simplemente con un ligero sonrojo por la vergüenza. Hinata al ver la actitud un tanto tímida del moreno solo sonrió y asintió sin decir nada.
En el camino Sasuke sin querer iba curioseando las cosas que llevaba la chica y notó que eran cosas para hacer pastelería. Entonces recordó que la chica prometió hacer el pastel para Naruto.
-¿De qué sabor será?- sin darse cuenta lo dijo en voz alta, Hinata lo miró dándose cuenta de a qué se refería.
-Será de Vainilla y chocolate- dijo la chica-Ni muy dulce ni desabrido-
Sasuke se sobresaltó al darse cuenta de que había hablado en voz alta y que la chica le había respondido.
-Ah, bien- balbuceó.
Todo era silencio pero Hinata dedujo que cualquier tema que tuviera que ver con Naruto no parecía desagradarle al Uchiha, para ella hablar del rubio era muy entretenido y siendo que Sasuke no era tan indiferente como todos le decían pensó en sacar algún tema como la fiesta del rubio.
-¿crees que le guste de esos sabores?- dijo la Hyuga.
Sasuke lo pensó un momento, en realidad no tenía idea, solo sabía que lo mejor de lo mejor para el rubio era el ramen.
-¿sabes? he notado que a Naruto-kun le gusta lo neutral en algunas cosas, por ejemplo el ramen, tiene mucho condimento y sabor, pero también es caldo de agua con proteínas y verdura, claro que sería mejor si se alimentara de todo tipo de cosas- dijo Hinata sonriendo dulcemente, Sasuke asintió, por supuesto que todo iría mejor si Naruto no comiera solo ramen.
-Tampoco le gustan las cosas muy picantes ni las muy saladas, por eso espero que le guste un pastel ni muy dulce ni muy desabrido-dijo la Hyuga –pondré todo mi esfuerzo para que salga delicioso-
-Por eso compraste tantas cosas, si te equivocas una vez lo podrás repetir- dijo Sasuke pensativo, Hinata parecía saber mucho de Naruto y eso que no pasaba mucho tiempo con él, en cambio él era su compañero de equipo, y no sabía ni que regalarle.
-¿te preocupa algo Sasuke-kun?- preguntó Hinata algo preocupada por la tristeza que reflejaban esos pozos de alquitrán.
Tal vez… ella le pudiera ayudar…
-¿ya sabes que le regalarás?- preguntó algo nervioso, claro, tampoco le iba a preguntar directamente pues su orgullo era lo primero.
Hinata sonrió internamente, era poco común que Sasuke sintiera curiosidad por algo sobre todo por lo que ella le regalaría a Naruto. A lo mejor Sasuke no tenía que regalarle y quería que le diera ideas, quizá… pero por orgullo él jamás lo preguntaría directamente.
-uhm… bueno, creo que a veces no importa tanto el regalo si no la intensión que tienes, es decir, algo que exprese los sentimientos que tienes hacía esa persona- dijo Hinata dulcemente haciendo que Sasuke desviara la mirada, le daba la impresión de que esos enormes ojos blancos lo atrasaban leyendo sus verdaderas intenciones. Sin embargo ese consejo era útil pero aún ninguna idea llegaba a él… para empezar ¿sus verdaderos sentimientos hacia Naruto?
Sin darse cuenta llegaron a la casa de Hinata, entre la charla Sasuke descubrió que se podía tener una perfecta conversación con esa chica que era la personificación de la timidez, así que accedió a acompañarla y entre tanto y tanto acabó ayudándole a preparar el pastel perfecto para el cumpleañero, aunque aún no sabía qué hacer con su “problema” ni con sus “sentimientos verdaderos” hacia el rubio, ¡demonios! ¡Desearía saber cuáles!
Ya pasada la noche no pudo volver a su hogar pues Hinata no lo dejó argumentando que era muy tarde y peligroso estar afuera a esas horas y su casa quedaba muy lejos y las calles estaban muy solas en los alrededores del clan Hyuga. Accedió a regañadientes de todos modos él no se llevaba mal con los Hyuga.
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Toda la noche Sasuke se la pasó dando vueltas en la cama pensando en lo que sentía por el rubio revoltoso del dobe llegando a la maravillosa conclusión de que… no eran simples amigos. Él era Sasuke Uchiha, frío, calculador, todo un teme, inteligente y popular entre las mujeres. Entonces ¿Por qué no podía ser frío con Naruto? ¿Por qué el rubio lo sacaba de quicio tan fácil? ¿Cómo lo había hecho sonreír de verdad? ¿Por qué en las misiones se preocupaba por su seguridad? ¿Por qué se sentía tan bien estar a su lado? ¿Por qué? ¡¡¿¿Porqué maldita sea no podía dejar de pensar en él??!!
Era oficial se estaba volviendo loco…
La cruda verdad es que no pudo dormir hasta las 4 de la madrugada…
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Cuando Hinata fue a revisar a su huésped lo encontró completamente dormido, algo extraño para un ninja de élite con estricta rutina como el Uchiha, sin embargo sonrió para luego acercarse y escuchar como entre sueños el moreno murmuraba “Naruto”, eso solo confirmó sus sospechas, había querido negarlo pero era imposible, no era tonta y podía darse cuenta de que entre Sasuke y Naruto había más que simple amistad, lo de ayer solo confirmaba sus sospechas, Sasuke estaba enamorado de Naruto como el rubio lo estaba de él, pero los dos eran tontos por no darse cuenta ni de sus propios sentimientos.
Suspiró con pesar pues estaba claro que jamás tendría ninguna oportunidad con el rubio, pero por lo menos sería feliz pues él era correspondido por la persona que quería. Le dio un beso en la frente a Sasuke y salió de ahí.
-Descansa Sasuke-kun, te despertaré para la fiesta- susurró y se fue de ahí.
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Naruto estaba extrañado pues usualmente nadie lo requería el día de su cumpleaños pero supuso que ninguno de sus compañeros sabía que era su cumpleaños por lo tanto lo tomarían como un día más de entrenamiento, no podía esperar para ver a Sasuke y tener una pelea con él porque ¿a quién quería engañar? Quería estar solo con él aunque fuera solo de esa manera.
Cuando llegó al lugar acordado se sorprendió de sobremanera pues delante suyo tenía nada más y nada menos que una fiesta de cumpleaños pero no cualquier fiesta, según la pancarta era SU fiesta.
-¡Feliz cumpleaños Naruto!- gritaron todos sus compañeros de generación incluso sus senseis ¡hasta el viejo hokage estaba ahí!
No pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas de felicidad, era lo más lindo que hayan hecho por él... Error, Sasuke ya había dado su vida por él en combate... Hablando de Sasuke ¿Dónde estaba ese teme?
-Etto... Felicidades Naruto-kun- dijo Hinata acercándose al rubio notando enseguida como éste miraba a su alrededor buscando algo.
-Ah, gracias Hinata... ¿Sabes si vino el teme?- preguntó el rubio.
Hinata sonrió, a diferencia de Sasuke Naruto preguntaba todo directo.
-Está durmiendo en la habitación de atrás, anoche trabajo muy duro y no durmió bien en la noche, lo desperté para que viniera pero de rato cayó dormido y lo instalé en la habitación para que no lo molestaran- explicó la Hyuga, no mentía, de hecho fue divertido ver a Sasuke en modo zombi rondando por todo el salón hasta que sin más se durmió en una mesa resbalando al suelo y aplastando a Akamaru sin querer.
-ah- fue todo lo que el rubio contesto, él quería ver a Sasuke pero no quería molestarlo menos si esta tan cansado como para quedarse dormido en pleno salón
-Naruto-kun ¿Porqué no vas a despertarlo? Apuesto a que ya descansó lo suficiente- dijo Hinata al ver el semblante triste del rubio.
Naruto miró a todas partes viendo como los demás se divertían, seguro muchos esperaban poder hablar con él. En cambio él solo quería ver a su teme... No quería ser mala onda con todos los que habían sido tan considerados con él.
-No te preocupes Naruto-kun, yo te cubro- dijo Hinata y Naruto sonrió.
-Ok, iré a ver al teme- dijo el rubio y salió disparado en la dirección que le dijo la Hyuga.