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Irresistible por starsdust

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En el capítulo anterior:

Al volver de una misión donde se cruza con un templo misterioso, El Cid no puede resistir la tentación de intimar con Sísifo, pero se aleja al sentir que está siendo controlado por un deseo irracional que no le deja lugar a decidir. Al bajar las escaleras de las Doce Casas se cruza con Aldebarán, a quien besa (!) siguiendo un impulso incomprensible. En ese momento, El Cid consigue retomar el control de sus acciones, pero Aldebarán se pone en marcha para visitar el pueblo y satisfacer un extraño antojo.

 




Esa noche Aldebarán no regresó al santuario, y al día siguiente comenzaron a llegar rumores desde el pueblo cercano. Durante las primeras horas eran solamente susurros tímidos acerca de un santo dorado que había tomado de más, pero poco a poco fueron evolucionando hasta terminar tomando matices ridículos. Y por más increíble que fuera lo que se decía, todos los murmullos apuntaban a Aldebarán, que continuaba desaparecido.

Aspros era, junto con Sísifo y el propio Aldebarán, uno de los mayores del santuario. En ellos recaía la responsabilidad de la supervisión de los otros, en ausencia del patriarca. Cuando los rumores que llegaban del pueblo crecieron a tal punto que ya no podían seguir siendo ignorados, Aspros decidió que era hora de tomar cartas en el asunto. Iría él mismo a hacerse cargo de lo que estuviera ocurriendo y a controlar personalmente el problema.

Una vez en el pueblo le fue fácil encontrar el lugar donde estaba Aldebarán. Todos parecían saberlo. Decían que llevaba allí encerrado más de un día, pero Aspros no podía creer que fuera verdad. No tenía sentido. Se paró frente a la puerta de entrada del local y allí se quedó inmóvil durante unos minutos, preguntándose si acaso alguien se habría atrevido a jugarle una broma, y qué medidas debería tomar contra tal persona en el caso de que así fuera. Se trataba de un burdel.

Al entrar fue atacado por una ola de vaho infernal que se impregnó en su piel, una desagradable mezcla de calor, olor a alcohol, sudor y otro tipo de fluidos. La iluminación en el interior era pobre y el lugar laberíntico, pero las risas le indicaban el camino. Reconoció la voz de Aldebarán al instante. Era grave pero alegre, y poseía un tono inconfundible. Entonces lo vio por fin, recostado en un gran colchón, rodeado por varias botellas vacías, y mujeres tan desnudas como él.

-¡Aldebarán...! -exclamó Aspros, sin poder dar crédito a lo que veía. La muchacha que estaba encima de Aldebarán en aquel momento apenas se dio vuelta al notar que alguien más había entrado, pero no pareció sorprendida ni avergonzada por el visitante.

-¿Vienes a divertirte también? -preguntó ella, guiñándole un ojo.

-¿Qué...? -dijo Aspros, incrédulo.

-¡Aspros, amigo mío! -rió Aldebarán, que tampoco demostraba ningún tipo de pudor-. ¡Ven, ven!

Solamente allí fue que Aspros se dio cuenta de que estaba siendo rodeado por varias mujeres. Las había de diferentes edades y tipos, pero por su manera de comportarse quedaba claro que todas trabajaban en el burdel.

-No seas tímido... -susurró una de ellas sonriendo, mientras se prendía de su cintura. Se veía demasiado joven como para llevar ese tipo de vida, pero su actitud no era de principiante.

Una segunda apareció de improviso. Aspros sintió primero una mano pequeña pero habilidosa que se metía sin permiso bajo su armadura, y luego escuchó la voz a sus espaldas:

-Debe de ser duro ser un caballero dorado, tienes que relajarte un poco. Te vamos a ayudar.

-¡Atrás! -ordenó Aspros, haciendo un movimiento para apartarlas.

-¡No seas rudo con ellas, mira lo amables que son ellas con nosotros! -lo reprendió alegremente Aldebarán-. Aunque a veces venga gente del santuario, ellas siempre han fantaseado con un dorado... -agregó, y la chica que estaba sobre él dejó escapar una risita traviesa, que la hizo parecer inocente como una niña durante una milésima de segundo.

-¿Qué estás diciendo? -preguntó Aspros-. ¿Qué significa todo esto? ¿Te has vuelto loco?

-No, querido Aspros... Pero me iba a volver loco si no probaba a una mujer -respondió Aldebarán, apretando con su mano derecha uno de los pechos generosos de su acompañante.

Aspros meneó la cabeza, estupefacto. Sus puños apretados reflejaban el esfuerzo que estaba haciendo por no dejarse ganar por el enojo. Se prometió a sí mismo que mantendría la calma en ese caos, por más difícil que le resultara.

-Estás completamente ebrio, Aldebarán... -dijo entre dientes, mientras paseaba su mirada por el mar de botellas y copas desparramadas por el suelo. El piso se veía húmedo y se sentía pegajoso, aunque Aspros no estaba seguro de que eso fuera únicamente consecuencia del vino-. Estás deshonrando al santuario... No puedo entender cómo pudiste llegar a este punto... las reglas existen por una razón, y tú lo tienes muy claro...

-¡Claro que lo tengo claro!

-Debemos servir como ejemplo para otros, en especial nosotros los mayores... -continuó Aspros-. Nuestra prioridad es dedicar nuestra vida a una causa mayor... esto es inconcebible...

-¿Qué hay de malo con un poco de vino y un poco de placer?

-Sage ha sido bastante generoso contigo en cuanto al tema del vino, pero es porque nunca llegaste a un extremo como este... Esto... es demasiado...

-¿Esto? ¿Te refieres a estas bellezas? ¡No todos pueden conformarse con estar solamente con otros hombres, aunque esa sea la salida más fácil! ¡Y no pongas esa cara de no saber las cosas que pasan en la trastienda del santuario!

Las mejillas de Aspros se tiñeron de un matiz escarlata. En parte porque el comentario de Aldebarán era cierto, y el santuario no era un lugar ideal donde todos se dedicaran únicamente a la preservación de la justicia y la paz, pero mayormente porque cada vez era más difícil controlar la rabia que le provocaba toda la situación. Había una gran diferencia entre darse ciertos gustos con cautela y armar una orgía en un prostíbulo.

-Aldebarán, si alguna de estas mujeres quedara embarazada, ¿cómo le explicaría a ese niño el destino de un padre al que quizás nunca llegue a conocer...? -preguntó Aspros, en un último intento de hacer razonar a su compañero. La estrategia no funcionó, porque el otro pareció encontrar la idea muy entretenida.

-¡Un niño! ¡Con lo que me gustan!

-¿Estás tan ebrio que no ves el problema? Sabes que va contra las reglas... no puedo creer que esté teniendo esta conversación contigo...

-No, mi amigo, el problema es que tú estás demasiado sobrio -respondió Aldebarán, señalándolo con el dedo, o eso supuso Aspros, porque en realidad estaba apuntando hacia una zona donde no había nadie-. Ven aquí, vamos a remediarlo.

-¿Cómo vas a explicarle todo esto a tus alumnos? -susurró Aspros por lo bajo.

Por primera vez, la sonrisa del rostro de Aldebarán se borró, y en sus ojos apareció un dejo de confusión. Fue el turno de Aspros de sonreír, satisfecho por haber conseguido al fin algún tipo de reacción lógica. El toro dorado se puso de pie con dificultad y caminó hacia Aspros a los tumbos, señalándolo con el mismo dedo tembloroso con que antes lo había invitado a acercarse.

-No metas a mis alumnos...

-Los rumores corren rápido. Vine a buscarte porque estaban saliéndose de control.

El olor a alcohol que provenía de Aldebarán era tan imponente que Aspros retrocedió un poco cuando él se acercó. Aldebarán lo escudriñó con la mirada largamente, y luego asintió con la cabeza mientras murmuraba algo en voz muy baja, como si no quisiera que nadie más que su interlocutor lo escuchara:

-¿Sabes qué? Tú también eres bastante bien parecido.

Visiblemente tenso, Aspros colocó una mano sobre el pecho del otro para mantener la distancia entre los dos, y habló con firmeza.

-Espero que tengas una buena explicación para esto, porque va a ser muy difícil defenderte. Y si no la tienes, no esperes que me ponga de tu lado.

-Ya veo, ya veo... -dijo Aldebarán con voz pastosa-. Así que quieres una explicación... en ese caso te la daré ahora mismo...

Aspros no pudo reaccionar a tiempo para evitar lo que ocurrió a continuación. Aldebarán se vino sobre él, lo acorraló contra la pared y lo besó en la boca, transmitiéndole en un segundo el sabor de todo el alcohol y todas las mujeres que había estado probando durante las últimas horas. Asqueado, Aspros empujó al gigantesco toro hacia atrás con fuerza, y este provocó un gran estrépito al darse contra una estantería que cedió bajo su peso.

-¡Vístete y nos vamos! -gritó Aspros limpiándose la boca con el dorso de la mano, furioso.

-Pero, ¿qué...? -balbuceó Aldebarán, como si acabara de despertar de un largo sueño-. No entiendo lo que está pasando... Aspros, no fue mi intención...

-Tus explicaciones tendrás que darlas en el santuario -dijo Aspros en tono cortante-. Ahora lo que quiero es simplemente que terminemos con esto de una vez.

-¿Cómo llegué aquí...? -repetía Aldebarán, mirando a su alrededor con desconcierto-. No, es imposible...

-Al menos al fin te das cuenta de que esto es una locura. Es un avance.

Las mujeres del burdel observaban la escena desde un rincón. Las risitas del principio habían dejado paso a un silencio fúnebre. Aldebarán se levantó del suelo y las miró como si fueran un montón de extrañas a las que veía por primera vez.

-¿Ya te vas...? ¿Volverás? -se atrevió a preguntar una de ellas, la que estaba sobre él cuando Aspros había llegado.

-No, no... -respondió el toro, intentando destrabar su lengua, todavía enredada en vino-. Todo fue una equivocación...

Cruzado de brazos, Aspros esperó con impaciencia a que Aldebarán se cubriera, para poder salir de una buena vez. Estaba ansioso por volver al santuario. El espacio en que estaban comenzaba a parecerle demasiado pequeño y caluroso. Se llevó una mano a la frente y la sintió cubierta de sudor.

Continuará~

Notas finales:

Primero que nada quiero decir que agradezco MUCHO a quienes no huyeron con el capítulo anterior. Y también soy consciente de que hay chance de que huyan después de leer este T_T Así que si ese es el caso, me despido de nuevo, gracias por acompañarme hasta aquí XD

En el capítulo siguiente volveré (y hasta el final) con el YAOI xD Y creo que la combinación no resultará tan alocada xD Recuerden que todo en esta historia tendrá su explicación, hay una razón por la que todo eso está pasando en el santuario, y el misterio se irá revelando de a poco.

Gracias a quienes leen y en especial a quien comenta :3 Abrazos y una MEDALLA AL VALOR a quien siga leyendo y me acompañe en esta aventura loca~ 


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