Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Irresistible por starsdust

[Reviews - 76]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

En el templo de Géminis, Defteros supo que algo estaba mal con su hermano apenas lo vio llegar. Caminaba encorvado, como si cargara un peso enorme sobre sus espalda, y se apoyaba contra las paredes para ayudarse a avanzar.

—¡¿Hermano...?! —preguntó Defteros alarmado, al salir de su escondite.

—Tú... —dijo Aspros, con una voz rasposa y avejentada, que no tenía ningún parecido con la suya. Defteros se paró en seco, presa de un mal presentimiento.

—¿Qué ocurre...?

—Hay algo mal —respondió Aspros—. Hay algo muy mal con este cuerpo.

—¿De qué estás hablando?

—No puedo controlarlo bien.

—¿Qué?

Al ver que Aspros caía de rodillas agobiado por el peso invisible que soportaba, Defteros corrió hacia él, pero en cuanto estuvo lo suficientemente cerca, sintió que la mano de su hermano se cerraba sobre su garganta y lo empujaba contra la pared con violencia.

—Necesito recuperar energía —murmuró Aspros, y Defteros pudo ver que no solo su voz era diferente, sino también su mirada, ahora totalmente desencajada—. Tú me la vas a dar.

 

oOo

 

—Es curioso... —dijo Dégel, mientras daba vuelta la página del libro que estaba consultando.

—¿Hasta cuándo vas a estar con eso...? —preguntó Kardia, mirando con impaciencia por sobre el hombro de Dégel—. ¿Qué es curioso?

La mesa sobre la que estaba inclinado Dégel era un caos de libros viejos y papeles con notas que se había formado de un instante a otro. Comparándola con cómo se veía cinco minutos antes, daba la impresión de que por allí hubiera pasado un huracán. Este tipo de panorama no era inusual en el templo de Acuario, pero a Kardia le irritaba cuando los libros se interponían entre él y Dégel.

—Lo que ocurrió con Aldebarán... —explicó Dégel, sin quitar la vista del texto que tenía ante sí—. Está siendo tratado como un simple desliz con el alcohol, pero al intentar poner en orden la secuencia de eventos, hay ciertos elementos llamativos...

—A mí me parece muy divertido. ¡De solo imaginarlo me dan ganas de reírme!

—Hay algo en todo esto que me recuerda a una cosa que me contó mi maestro... Si pudiera encontrar más datos al respecto en alguno de estos libros... podría tener una mejor idea.

—¿Por qué tienes que complicar tanto algo tan simple como que Aldebarán se pasó de raya con el vino? Y más aún, conociéndolo...

—Porque a veces, la respuesta más obvia no es la correcta... —señaló Dégel.

—¿Vamos a empezar de nuevo con eso...? —protestó Kardia, y comenzó a trenzar el largo cabello de Dégel, esperando que eso provocara en él alguna otra reacción que lo distrajera de las teorías rebuscadas que lo tenían tan ocupado. La táctica no funcionó, porque Dégel continuó concentrado en su trabajo.

—Hay ocasiones en que las cosas son más complicadas de lo que parecen.

—Y también hay veces en que te complicas por nada y la respuesta correcta era la más sencilla —respondió Kardia. La trenza no se veía demasiado prolija, pero por el momento le estaba resultando más o menos entretenido intentar armarla, así que siguió adelante.

—Es cierto —admitió Dégel—. Pero dudo que este sea el caso.

—¿Qué es lo que te hace sospechar?

—Intenté armar una línea de tiempo con los datos disponibles. Aldebarán dijo haberse encontrado con El Cid cuando bajaba al pueblo. El Cid ha estado entrenando desde que llegó de su misión. No ha querido hablar con nadie. Incluso Sísifo no supo decirme nada...

—¿El Cid entrenando? —rió Kardia—. Vaya, nunca lo hubiera imaginado —agregó con ironía.

—Algunos criados dicen haberlo visto actuar extraño al llegar. No pude evitar pensar que hoy, cuando me crucé con Aspros... algo estaba mal con él.

—Sigo sin entender, ¿por qué tienes que ser tan enredado para todo?

Dégel se quitó los lentes y se dio la vuelta para quedar cara a cara ante Kardia, que aprovechó la ocasión para robarle un beso.

—Aspros fue quien fue a buscar a Aldebarán al pueblo... —continuó Dégel, pensativo. Kardia resopló de frustración. Una vez que a Dégel se le metía algo en la cabeza, era difícil que le prestara atención a otra cosa hasta que lograra resolver el problema en cuestión.

—¿Estás diciendo que podría haber una conexión entre ellos tres, porque los tres actuaban raro? ¿De qué manera? ¿No podría ser que coincidiera que todos estuvieran en un mal día? Además, el único que hizo algo realmente extraño fue Aldebarán. En serio creo que estás complicándote.

—No lo sé... —dijo Dégel—. Creo que deberíamos estar alerta.

—¿Alerta a qué, exactamente...?

—Para saberlo es que estoy investigando.

—Bueno, yo también tengo cosas que hacer —anunció Kardia, desperezándose—. Así que hasta luego —se despidió. No se estaba dando por vencido. Regresaría más tarde.

Mientras Kardia se dirigía a la salida, Dégel se dispuso a retomar a su trabajo, cuando de pronto se percató de que su cabello estaba atado con una trenza. La tomó en su mano y se la quedó mirando, un poco desorientado.

—¿Cuándo...? —murmuró.

Desde el umbral de la puerta, Kardia se volvió hacia él y le guiñó un ojo. Dégel meneó la cabeza y suspiró, pero aún así le dedicó una sonrisa a su compañero antes de volver a enfrascarse en su investigación.

 

oOo

 

Ese no era su hermano, pensó Defteros. Su máscara había sido arrancada, su ropa hecha trizas. No había podido defenderse del avance de esa cosa, que era más fuerte que Aspros y que él mismo. Tenía la voracidad de una fiera hambrienta, pero una fuerza que iba más allá de lo humano. El extraño lo había forzado a someterse sexualmente a él, y al terminar lo había arrojado a una pequeña celda en un rincón oculto del templo. Defteros se sentía asqueado, abrumado por la rabia, el dolor y la vergüenza.

—Claro que no soy tu hermano —dijo esa persona que se veía como Aspros, leyendo sus pensamientos. Lo miraba desde el otro lado de los barrotes—. Pero no creas que él es tan diferente a mí. Esto no fue lo ideal, pero es culpa de tu hermano. Es difícil controlar a alguien que está tan mal de la cabeza. Así es, está muy mal, y ni siquiera es consciente de eso. Algún día lo entenderás, cuando la oscuridad se apodere de él por completo. Esa oscuridad interfiere conmigo. Si no fuera por eso, créeme que habrías disfrutado de esto. Para mí tampoco fue placentero.

—¡¿Qué hiciste con mi hermano?!

—No te preocupes. Voy a salirme de este cuerpo pronto. Es una lástima que tú no me sirvas. Tu cosmos es muy poderoso... —observó el falso Aspros—. Me has ayudado a recobrar parte de mi energía. Ahora sí podré volver a intentar un nuevo cambio de cuerpos. Tú eres una sombra. Todos desconfían de ti. Si estuviera en tu cuerpo, no podría pasar desapercibido. Te encerrarían a la menor sospecha.

—¿Qué eres...? —preguntó Defteros, sin entender.

Lo que obtuvo no fue una respuesta. El otro ya no estaba prestándole ninguna atención. Se miraba las manos, como estudiándolas. Los dedos le temblaban.

—Necesito un cuerpo más limpio y más dispuesto a disfrutar del placer. El alma de esta persona está sucia. Si encuentro el cuerpo adecuado, lograré recuperar la totalidad de mis poderes.

—Recuperar... poderes...

—Sé que nadie te creería si fueras a contar lo que ocurrió. Pero no voy a arriesgarme. Te quedarás aquí.

El intruso había sellado la celda con una barrera energética. Eso bastaría para detener a Defteros por un tiempo. Pero tendría que apurarse a buscar un nuevo cuerpo al que migrar. La energía que había ganado a través de la cópula se le agotaría pronto, si Aspros seguía oponiéndose a él.

Cuando salía del templo de Géminis, una criada se sonrojó al cruzarse con su mirada lasciva. Ella tenía un cuerpo amplio, sensual y generoso en curvas, pero no era adecuada. Ahora que tenía más fuerza que antes, elegiría a alguien que le conviniera de verdad. Necesitaba a una persona con un cosmos poderoso, otro caballero dorado. Solo así podría seguir volviéndose más fuerte. Alguien menos rígido que Capricornio y más puro que Géminis, alguien de cuyo cuerpo pudiera apoderarse sin tener que enfrentar tanta resistencia, y despertando menos sospechas.

Buscó en los recuerdos de Aspros. Descartó rápidamente a Virgo y Piscis. Por tratarse de dos personas que solían mantenerse alejadas del resto, tomar a cualquiera de ellos para cumplir con sus propósitos despertaría demasiadas sospechas. La manera de actuar de ambos estaba demasiado alejada de la suya.

Así fue considerando a cada uno de los candidatos que estuvieran en ese momento en el santuario, analizando los posibles pros y contras, hasta reducir las opciones a dos. Fue difícil, pero finalmente tomó una decisión. Con una sonrisa en el rostro, inició su camino hacia el templo de Escorpio. 

Continuará :P

Notas finales:

Si siguen ahí, gracias :3 ¿Será que alguien se dará cuenta de quién era la “segunda opción” de la cosa?

Y ya sueno como un disco rayado, pero de nuevo lo diré: espero que no se espantaran, porque yo me espanté un poco escibiendo... No me gustó NADA, pero NADA hacerle eso a Defteros U_U Esa es la razón por eso describí tan poco y tan por arriba lo que pasó. 

Yo soy fan de Defteros x Asmita xD Pero esto era lo mejor para el argumento. Más hacia el final explicaré algunas cosas. Sé que deben de quedar muchas dudas, pero la idea es que vayan resolviéndose de a poco, a medida que avanza la trama. La "cosa" va evolucionando de acuerdo a algo que luego será explicado, por eso es que a Aspros lo engulló de una manera tan violenta mientras que a los otros no.

Pero una aclaración que sí quiero hacer ahora (haré copy paste de mí misma en este caso): Cuando “la cosa” dice que el cuerpo de Aspros está “sucio”, se refiere a la gota de maldad que puso Youma en él, que fue lo que hizo que Aspros se volviera loco del todo, al final en el manga de LC. Eso es lo que interfiere con “la cosa” y no le deja controlar a Aspros. Es como si hubiera un cortocircuito entre dos cosas no compatibles, por eso esta vez fue mucho más violenta que las otras veces. Lo comento por si alguien no recuerda ese dato del manga acerca de que Aspros tiene una gota de maldad adentro.

Para quienes sigan acompañándome, habrá más medallas y galletitas... :3 ¡Gracias en serio! Abrazotes ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).