**** Flash back ****
– ¿Seguros? Porque les advierto una vez se inicie no habrá forma de pararlo, solo sus hijos podrán hacerlo hasta que se comprendan y entiendan a la perfección y eso podría llevar años depende de lo cabezotas que sean –
– ¿Años? – Miro a su esposo y este asintió, ella aceptaría pero él… no era un hombre que se dejase llevar – Estamos seguros –
Los miro fijamente intentando buscar un deje de inseguridad – De acuerdo – Suspiró – Pero que quede claro que yo les advertí –
Les dio la espalda y busco en un cajón y les entregó una caja – Hoy se los darán y deberán usarlos la noche entera, después… ellos sabrán si se los quedan o no –
– Osea que no importa si mañana lo pierden o se lo quitan – Preguntó la pelirroja.
– Para nada, solo les pediré que tengan la mente abierta a lo que pueda pasar –
– Muchas gracias, ¿cuánto le debemos? – Minato saco la billetera.
– Cuando las cosas se solucionen vengan y hablaremos de eso, ahora si me disculpan – Hizo un leve reverencia y se metió por una puerta.
Iban en el coche sumidos en el silencio, pasaron algunos minutos para que al fin el rubio fuese el primero en hablar – ¿Seguiremos buscando? – La miro de reojo pues iba conduciendo sin rumbo alguno.
Movió lentamente la cabeza – No, probemos esto ¿Si? – Apretó contra su pecho la caja.
– Pero… de verdad crees que – Callo al ver como su mujer lo miraba con unos ojos llenos de esperanza y … dolor – De acuerdo, hagámoslo, y para festejar vayamos a comer – Su rostro se ilumino y una enorme sonrisa lo abarco.
– Así se dice ttebane, vayamos por ramen –
– Y después al parque –
– Si – Exclamo visiblemente emocionada.
Hacia tanto tiempo que no la veía con esa energía tan característica de ella, todo saldría bien, nunca perderían la esperanza.
**** END FLASHBACK ****
Recordó que no esperaba que sucediera algo “Que incrédulo fui” se dijo así mismo pues ahora frente a él estaban sus mellizos sentados en el sillón, claro que tenerlos así tan calladitos y quietecitos costo montones ya que como siempre peleaban, con la diferencia que ahora Naruto deseaba y anhelaba que su hermanita le diese unos buenos golpes.
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– Entonces… Naruto está en el cuerpo de Naruko y viceversa… – Los miraba maravillada, “Que mejor forma de entenderse que estar en los zapatos del otro”
– No quiero ir a la escuela – Hizo un puchero infantil y femenino.
– Diag no hagas eso en mi cuerpo – Se tapo la boca simulando vomitar.
– Hacer ¿Qué? – Ladeo la cabeza a un lado y colocó un dedo sobre sus labios poniendo la mirada más inocente que podía “Tomate esta”.
– Mama!! – Grito – Deja de hacer esas estúpidas caras, me veo ridículo –
– Ja ¿Qué harás para impedirlo? – Lo reto con la mirada, Kushina y Minato solo veían asombrados sin poder hablar o actuar.
Buscó por todos lados algo con que chantajearla y lo encontró más cercano y cruel de lo que alguna vez imagino – Mmm cuantos chocolates podré comer en cinco minutos, en una hora, en un día… cuantas calorías ingeriré – Lentamente se metió uno de esos dulces a la boca bajo la horrorizada mirada de su hermana.
– Basta!! Basta!! No lo hare lo juro, no puedo engordar, no le gustare así – Se mordía las uñas con nerviosismo.
– Dios me veo tan gay ttebayo – Suspiro con pesadumbre – Como sea, no pienso salir así –
– ¿Pretendes faltar a la escuela jovencito? –
– Papa ¿que acaso no ves mi situación? No saldré hasta que tenga mi cuerpo –
– Aja y como lo recuperaremos menso –
– Que se yo, tu eres la genio ¿no? Piensa en algo yo le hablare al teme y le diré que me cubra – Tomo el teléfono de la casa.
– Anda llámale, ya quiero ver que te dice cuando escuche mi voz –
– Ha maldición es cierto – Frustrado de nuevo se acostó en el sillón.
– Nadie faltará, irán a la escuela y actuarán como el otro ¿de acuerdo? –
– Te recuerdo que cerraste los otros dos baños para que aprendiéramos a convivir mejor, así que solo se puede bañar uno – La chica miro a su padre con malos ojos, desde que hizo eso las cosas solo habían empeorado.
– Dios Naruto siéntate bien, estas todo desparramado y eso… eso no se ve bien en una señorita –
– Eso es porque yo NO – Remarco la última palabra – soy una señorita mama – Cruzo los brazos con enfado.
– Tienes que bañarte me oíste, yo no puedo verme fea –
– Se van a bañar los dos, Naruto – Se dirigió al cuerpo de su hijo – Es decir Naruko, tu báñate arriba y tu –Señalo el cuerpo de su hija – abajo, ahorita te doy la llave –
Molestos subieron las escaleras, uno fue por las cosas y otro solo se metió al baño.
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Estaban los dos poniendo la cubeta y abriendo la llave caliente (Ellos cuidan el ambiente), pensando en los mil y un problemas que les iba a traer esto que sin darse cuenta se iban despojando de sus ropas, se metieron a la bañera y …..
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– AH!!! – Se escucho el grito de terror por toda la casa.
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–Mmmm… como que apenas se dieron cuenta que van a bañar el cuerpo del otro – Tomo un sorbo de café
Se carcajeo de lo lindo ante lo dicho, limpio las lagrimas de la risa – Deberíamos decirles que se venden los ojos –
– Tal vez, no creo que se agradable ver el cuerpo desnudo de tu hermano – Minato miró su taza ahora vacía.
– Que ellos se arreglen, dejémoslos sufrir un poco mas ttebane – Alzo un cuchillo en lo alto
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Sin más remedio, y más porque ya estaban mojados, cerraron los ojos para bañarse tratando de imaginar cualquier cosa que fuese más agradable, pero de repente volvieron a caer en cuenta de algo sumamente importante.
– ¿Cómo diablos es la limpieza intima abajo? – Dijeron al mismo tiempo sin tener la más mínima idea de cómo hacerlo.
Terminaron de ducharse y fueron a los cuartos a cambiarse, salieron al mismo tiempo.
– ¿Qué diablos me hiciste? – La voz masculina resonó por el pasillo.
– ¿Yo? Dirás tu a mí, quítate eso de inmediato – Naruto veía horrorizado como su cuerpo usaba de forma impecable el uniforme, la camisa bien fajada y el saco negro abotonado hasta el cuello, y por si fuera poco su cabello parecía más una plasta de pelo con gel.
– ¿Tu? Eso debería decirlo yo – No traía el uniforme completo, la blusa blanca tenía los primeros botones abiertos y por si fuera poco se veía algo negro debajo de esta, su cabello estaba suelto sin forma alguna y el maquillaje era nulo, en su vida permitiría que la vieran así, aunque ahora no era ella misma en ese preciso momento.
– Arg yo te visto y tú me vistes, así nos evitamos vergüenzas ttebayo – Dijo de mala gana.
– Pfff ¿apenas pensaste eso? En cuanto te vi supe lo que debía hacer– Con elegancia dio media vuelta y se metió al cuarto de su hermano.
Las cosas para ella fueron rápidas, Naruto solo alborotó los rubios cabellos dejándolos caer libres, desabrocho el saco y le desfajo la camisa.
– Que rápido –
– Lo sé – Volteo sin mirarla y ahora él se fue al cuarto de su hermana
– Oye Naruto… ¿qué te pusiste debajo de la playera? – Ella entro al último y cerró la puerta.
– Pues un top negro – Subió los hombros restándole importancia.
Cuando giró casi se cae de la impresión y es que su ordenado cuarto ahora estaba hecho un caos con cajones abiertos y la ropa fuera de estos, eso para ella era demasiado, el orden siempre había sido su prioridad.
– No le hagas esto a mi cuarto tarado – Metió las cosas a prisa.
– ¿Y que querías que hiciera? Tuve que buscar algo cómodo solo tienes esas cosas horribles llamadas tangas –
Un rubor cubrió ese rostro ajeno al suyo, él la miró y no pudo evitar pensar que se veía idiota sonrojado.
–Empecemos ¿Quieres?, no quiero que Sasuke me fastidie por llegar tarde de nuevo –
– ¿Sa-Sasuke kun? – Se acerco a su hermano para desabrocharle la blusa y quitársela, lo obligaría a usar brasier.
– Pues claro, quien más – Se dejó hacer sin saber las intenciones ocultas de su hermana.
– Si verdad…– Oculto su nerviosismo – ¿Porque diablos no te pusiste esto? – Le enseñó el bra.
– Porque no se ponerlo y tenía prisa –
– Ash eres patético –Le sacó el top y le puso el brasier explicándole paso a paso lo que tenía que hacer – Y para finalizar acomodas el busto a que quede bien en la copa –
– ¿Tengo que tocarlas de nuevo?… siempre pensé que disfrutaría cuando tuviera unas enormes tetas en mi mano, pero la verdad esto me da asco –
– ¿Eres gay? – Preguntó asombrada,
– No digas idioteces, son tuyas mensa, no me siento a gusto tocando tu cuerpo – Un extraño silencio se hizo presente ante el comentario.
– Si bueno… creo que te entiendo – Recordó que no le gusto para nada tener ese trozo de carne en su mano y mas porque ahora sabía el tamaño de su hermano – Jajajaja – Rió al recordarlo.
– Estas enferma – Declaró al verla reír sin motivo alguno.
Después de haber sido vestido correctamente, su hermana le cepillo el cabello y se lo peino en las típicas coletas que siempre usaba, después le aplico un poco de polvo y un suave brillo labial.
Bajaron a beber, casi atragantarse, el jugo de todas las mañanas, salieron juntos con su pan tostado en la boca, debían platicar de cómo comportarse.
Sus padres los despidieron aliviados de ver que iban sin riñas ni malas caras.
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– Si el profesor pregunta algo que no sepas me llamas de inmediato y recuerda compórtate educadamente recuerda que soy una alumna de excelencia – Explicaba
–Ya lo sé, tu di que te lastimaste el tobillo y que no practicaras hoy, espero que para mañana se arregle todo esto –
– Si yo espero lo mismo – Naruko tenía la mochila agarrada con ambas manos, de una forma bastante femenina, al contrario de Naruto que se la colocó como siempre sin tomar en cuenta que la correa quedaba en medio de, sus ahora, prominentes pechos.
A lo lejos Sasuke vio a su amigo llegar en compañía de su hermana, esto le extraño, pero no le tomo importancia.
– Llegas tarde grandísimo dobe – Le asesino con la mirada.
Su cuerpo se paralizo y las piernas le empezaron a temblar, tener al chico de sus sueños viéndola fijamente la ponía sumamente nerviosa, agacho la cabeza con un notorio sonrojo.
– Cállate teme – Abrió la boca por inercia pura, el azabache la miro incrédula, aquella muchacha nunca le había dicho así.
– P-perdona a mi hermana Sasuke kun, anda algo desviada jejeje –
¿Sasuke kun? De aquí a cuando ese pedazo de dobe le llamaba de esa forma, veía como su amigo jalaba a la chica y se decían quien sabe que cosas. Había pasado tiempo desde la última vez que miro de cerca a Naruko, la veía cambiada, con más energía y eso en cierta parte se le hacía familiar.
– ¿Nos vamos? – Escucho la ¿sumisa? Voz de su amigo.
– Tsk – Y así sin decir más se dio media vuelta, los otros dos le dieron alcance y se fue caminando entre dos rubios cabezas hueca, cosa extraña para él.
Llegaron a la escuela y la ojiazul se despidió efusivamente de ellos, ahora solos, caminaron hacia su salón.
“Estoy a solas con Sasuke kun, kyaaa no puedo creerlo. Tranquila Naruko respira, él ni siquiera sabe que estas aquí, piensa que es el idiota de mi hermano” Lo miro de reojo y no pudo evitar suspirar.
Al llegar al salón siguió al azabache, no tenía ni las más remota idea de cuál era su lugar.
Sasuke se sentó en una de las bancas esperando que su amigo se sentara, pero este parecía perdido mirando hacia todos lados – ¿No te vas a sentar? – Alzo una ceja y lo miro extrañado, pudo notar cómo se removía nervioso bajo su mirar.
– He si… – Alzó la vista para toparse con aquellos oscuros ojos que tanto la enloquecían, sintió su rostro arder y sin pensarlo más sentó al lado de él.
“Es mi imaginación o este usurantonkachi se sonrojo” Durante todo el camino lo había notado raro, pero no quiso ahondar más en el tema pues conociéndolo sería alguna fútiles, pero ahora no entendía lo que le pasaba.
– Oye… – Le habló con la firme intensión de preguntarle lo que le pasaba.
Cuando escucho que le llamaba volteo a mirarle e inconscientemente le miro embelesada “Es tan hermoso, si tan solo supiera si yo le gusto… espera si puedo saberlo” sonrió “Mi estúpido hermano no tiene porque enterarse de eso, que daño causarían unas dos… o tres o cuatro preguntitas, ninguno verdad” Sus ojos resplandecieron y la emoción le invadió.
– Ne Sasuke ¿Qué piensas de Naruko? –