Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Siempre juntos. por Liluh

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

[ ] = flashbacks

 

Siempre juntos.

Por Liluh

 

Único capitulo:  Por siempre.

 

 

 

 

 

      Siempre me pregunto, una y otra vez. ¿por qué el destino es tan cruel con nosotros?

 

Nos arrebata a las personas más preciadas por nosotros

 

Quizá son pruebas, obstáculos que nos pone para ver si podemos seguir adelante con ello, o simplemente optamos por la opción más fácil y decidimos terminar con todo poniéndole fin a nuestra vida. Para así, como algunos dicen, estar con quien se fue y extrañamos.

 

Yo no puedo hacer eso.

 

¿por qué?

 

Porque te hice una promesa antes de que tus manos se volvieran frías al igual que tu rostro y que tu cuerpo perdiera la poca vitalidad que quedaba.

No me quitaría la vida, seguiría con ella y encontraría a una nueva persona, la cual me diera lo mismo que me diste tú.

Si supieras Yuu, que ninguna otra persona puede darme lo que tu me diste durante los años que estuvimos juntos.. nadie podrá remplazarte. Pero aún así no te lo negué y te lo prometí.

De alguna manera deberé seguir adelante, hasta que el dolor de mis heridas puedan cicatrizar, hasta que un día esto sea más que otro recuerdo guardado bien en mi corazón.

Que te recuerde y pueda sonreír, pensando en solo los buenos momentos que pasamos juntos..

Ahora mi ser es un caos, aún siento el cálido contacto de tus manos, tu grave voz resonando en mis oídos.

 

No quiero perderte, pero ya lo hice.

 

Quiero pensar que al llegar a mi departamento, estarás allí como siempre y me darás la bienvenida con esa sonrisa que te caracterizaba. Que me volverás a envolver con tus fuertes brazos dándome el apoyo que a veces me faltaba, dándome tu confianza, dándome tu cariño.. dándome tu amor.

Mis piernas flaquean y caigo de rodillas al pavimento en medio de aquel parque.. de alguna manera mis pies me condujeron a aquel parque en donde nos conocimos. Suelto un quejido de mi lastimada garganta.

 

Como duele… como duele.

 

Con fuerza golpeo el cemento ante mí, como si de alguna forma pudiera liberar toda la frustración y sufrimiento de mi interior, como si lanzando un lastimero grito pudiera traerte de nuevo a este mundo, como si con eso pudiera de nuevo ver tus negros ojos observándome y decirte cuanto te amo.

Cuanto te necesito Shiroyama Yuu

 

[ No tenía nada que hacer ese día y me encontraba totalmente solo en mi departamento por lo que decidí ir al parque  que se encontraba no muy lejos de aquí. Caminé a paso lento sintiendo aquella brisa acariciar mi blanco rostro y respiré hondo.

Al llegar pude divisar a penas una persona sentada en una banquilla, al acercarme un poco más pude divisar que se trataba de un hombre, casi de mi misma edad. Caminé un poco más y me senté en una banquilla a varios metros de él pero quedando ambos de frente. Lo observé mejor, se encontraba con sus ojos cerrados, fruncí levemente el ceño pero me di cuenta que llevaba audífonos por lo que concluí que escuchaba música y por eso lo de sus ojos cerrados o quizá ¿se había quedado dormido?

¿Y por qué me cuestionaba tanto de una persona desconocida?

 

No lo sé

 

Simplemente no podía quitar mi atención de aquel chico

No sé cuánto tiempo me quedé mirándolo, sólo me di cuenta cuándo su voz se dirigió a mí, grave pero con tono amigable.

 

Raro…

 

- ¡Hey! ¿Tengo algo en la cara? – logré escuchar por la distancia en la que estábamos y me preguntaste con tono falsamente enfadado ya que en tu rostro se asomaba una media sonrisa.

- eh-eeh… lo siento – eso fue lo único que salió de mis labios en esos momentos al observar tus ojos negros, tan fuertes y penetrantes, como si pudieran ver a través de mí y saber qué es lo que pienso. Me removí algo incómodo e inquieto en la banquilla mientras escuchaba una risilla de tu parte.

Sentí tus lentos pasos dirigirse a mi, en ese momento sentí que el tiempo se congelaba, que solo nosotros dos nos encontrábamos allí.

Mis manos comenzaban a sudar, mi corazón a palpitar a mil por hora, mi respiración se había agitado. Y me pregunté

 

¿como me habías hecho sentir todo esto sin siquiera conocerte?

 

Me sobresalté un poco saliendo de mis pensamientos al sentir tu cuerpo dejarse caer ligeramente en la banquilla en la que yo estaba sentado.

- Tranquilo que no muerdo.

Aquello logró sacarme una pequeña risa y por fin te miré directamente, tú me sonreías aún.

 

- Shiroyama Yuu, un gusto.  – me extendiste tu mano y yo lentamente la estreché respondiéndote con el tono más calmado que me pudo salir en esos momentos, fallando en el intento.

- kouyou… kouyou Takashima, pero sólo dime Shima.

Carraspee un poco, intentando aclarar mi garganta y que mi voz saliera en tono normal insultándome interiormente a mí mismo por mi nerviosismo. Soltaste otra risilla y te apoyaste en el respaldo de aquella banquilla mirando hacia el frente.

 

Y desde aquel momento empezó todo, empezamos a hablar de trivialidades como si fuéramos amigos de toda la vida que se encontraban después de años sin verse.

 

Seguimos hablando hasta tarde, hasta que decidiste acompañarme hasta mi departamento ya que ya había anochecido. Sólo las estrellas nos acompañaban en nuestro silencioso camino.

- Fue un gusto Shima –dijiste ya fuera de mi departamento, con simpleza sonriéndome y dando pasos hacia atrás para marcharte.

 

No quería que te fueras, tenía un miedo. Miedo de no volverte a  ver.

 

De no volver a ver a un extraño.


¿Cómo me explicas eso Yuu?

 

- Pero… --agregué en un intento por hacerte esperar, para que tardaras en irte, una simple excusa para mantenerte conmigo en un ataque de egoísmo.

Tú simplemente no dijiste nada, con esa sonrisa ya normal en ti me interrumpiste e hiciste una especie de reverencia, de un caballero a tal cual princesa y elevaste tu vista ante mí, dando media vuelta y perdiéndote ante la neblina de aquella noche.

 

Esa fue la última vez que te vi.

 

 

 

Cinco años pasaron.

 

Cinco años pasaron y yo aún pensaba en ti. Pensando en un simple extraño con el cual hable toda una tarde y no pude olvidar en todos estos años.

 

¿Por qué?

 

Recuerdo muy bien ese día. . Saliendo de mi trabajo como todas las mañanas de forma rutinaria. Crucé la calle para entrar al minimarket que no se encontraba muy lejos y comprar algo para la cena o moriría de hambre era lo mas seguro.

 

Pasé varias secciones hasta llegar a donde quería y busqué los productos que quería llevar pero en un momento al darme vuelta con los productos en mano choqué con una persona que al parecer no me había visto provocando que todo lo que llevaba en mis brazos quedara regado por todo el suelo.

 

- Rayos… -- solté sin darme cuenta al vertodo regado y me dispuse a recoger todo rápidamente

- perdona no fue mi intención –agregó aquella persona en tono rápido y preocupado agachándose a mi lado para ayudarme.

- descuida… -sonrío y sigo con mi labor pero ambos paramos al instante al sentir como nuestras manos se rozaban accidentalmente al querer alcanzar un mismo producto. Ante eso miro por primera vez el rostro de la persona con la cual había chocado accidentalmente.

 

Y no se podía tratar de otra persona sino que de ti.

 

Por fin volvía a verte tras estos años que habían pasado de forma tortuosa.

- ¡Tú! – dices con una sonrisa al verme a la cara, al parecer tampoco pudiste olvidarme. ]

 

Si todo fuese así… una vez más… no pido más que eso.

 

[ como cada tarde, nos íbamos juntos después del trabajo, ambos tomados de la mano y a paso lento. Disfrutando de la tibia brisa que nos pasaba por el rostro.

El sol ya se escondía para desaparecer completamente, dejando tras de sí el cielo de un color anaranjado. Siempre me lo quedaba mirando, me hacía sentir cierta calidez… o es acaso ¿porque tu mano se aferraba a la mía cada tarde como esa? ]

 

Porque ahora a donde quiera que vaya tú estarás conmigo. No de la misma forma física, pero aun así sentiré tu calor rodearme como siempre lo hiciste y nunca me faltaste.

 

[ - te amo Shima – era increíble como esas pocas palabras causaban un caos en mí ser, como me lograban llenar de un gran regocijo, provocabas siempre un sonrojo en mis mejillas y que una sonrisa tonta se plantara en mi rostro.

Te miré unos instantes a los ojos, tu rostro era tan hermoso, tu piel, tu cabello negro al igual que tus profundos ojos mirarme de forma cálida, como si todo por siempre fuera a estar bien, haciéndome sentir seguro a tu lado.

Te sonreí alegremente y te abracé más fuerte a mi cuerpo, tú te removiste un poco en nuestra cama y suspiraste dándome un pequeño beso en la frente.

- también te amo Yuu. –agregué en tono suave y adormilado. ]


El destino ha sido muy cruel con los dos, pero más contigo al haberte quitado la vida y haberte dejado en manos de aquella cruel enfermedad..

 

[ - Señor Shiroyama.. me temo que deberemos internarlo un tiempo –habló aquel señor con delantal blanco y mirada serena de avanzada edad.

Hace días que tu salud se había complicado, no era gripe, no era algo al estómago, no era un simple resfriado o alergia, por lo que decidimos ir al hospital.

- ¿Cómo? – dijiste borrando aquella sonrisa despreocupada que siempre veía en tu rostro. Sentí como un escalofrío recorrió mi espalda y apreté con fuerza tu mano.

 

Sabía que debíamos enfrentar cualquier cosa los dos. Yo sería fuerte para los dos. Para ti.

 

- Verá, usted tiene un aumento de….

Con cada palabra del doctor mi rostro tomaba una mueca de no poder entender…

Te miré rápidamente y tu mantenías una mirada serena ante aquel hombre enfrente de nosotros, ¿cómo podías mantener la calma?

 

¿Por qué tú?

 

No lo merecías.

 

Cáncer. ]

 

Desde eso momento todo se complicó. Tus rápidos pasos al baño al ver que las náuseas te volvían, no tenías apetito, noches sin dormir al ver que tu fiebre subía. Te rehusabas a ir al hospital.

Si hubiéramos sabido que todo esto pasaría, si nos hubiéramos enterado de esto más temprano, quizá hubiéramos encontrado una solución, pero la vida fue cruel contigo y te arrebató de mi lado.

 

 

La vida te enseña muchas cosas, te pone muchos obstáculos, y no me daré por vencido. Seré fuerte por ti.

Seguiré con mi vida y con mi cabeza en alto sin llegar a olvidarte, aunque sé que eso es algo imposible, te tendré gravado con fuego en mi corazón, para siempre.

 

Para siempre.

 

Porque tu olor y ser quedó en mi cuerpo y tus palabras en mi corazón y mente.

 

 

FIN.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).