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Te odio por JungKimSenshi

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Notas del fanfic:

A quién odia tanto YooChun??? o.O

Notas del capitulo:

Disclaimer: DB5K no me pertenece, sólo los utilizo para hacer estás historias sin pies ni cabeza, pero que son sin fines de lucro n.n 

Pd. tampoco Leo me pertenece... ese es del delfín... Messi menos XD

 

Te odio” pensó mirando de nuevo esos pequeños ojos azules que lo miraban curiosos.

 

¿Cómo pudo ponerle ese nombre? ¿Cómo pudo llamarlo de esa manera? En primer lugar no se parecía en nada, en segundo lugar… ¡Aish! ¿Por qué tenía que elegir precisamente el nombre de ese…?

 

No era que estuviera celoso… ¡él! ¿Celoso? ¿Park YooChun celoso? ¿Y si así fuera qué? ¡Maldita sea!

 

- ¡Miau!- el sonido le hizo mirar de nuevo ese par de ojitos azules pegados a ese cuerpecito peludo color amarillo.

 

Porque, maldita sea, no todos los días tu novio iba adoptando gatitos y le ponía el nombre de tu “rival de amores” ¿O sí?

 

- Get out of here!- le dijo con enojo cuando el animalito se entretuvo con un hilo que colgaba de su pantalón.

- ¡Chunnie! Pero que ¿Qué te pasa? ¿Por qué le has gritado a “Leo”?- le regañó el delfín, abrazándolo para quitar al pequeño felpudo del camino de “la bestia” Park.

 

Y ahí va de nuevo…

 

- “Leo”…- dijo el ratón con un extraño tono de voz.- No sé por qué tuviste que adoptar esa cosa. Creí que con Xiaky y sus cachorros tenías más que suficiente. Además también tenemos a Harang…. ¡y no se te olvide que soy alérgico!- gritó casi como un niño, pues había hecho un puchero y se cruzó de brazos, muy enfurruñado.

- No pude negarme cuando lo vi el día que acompañé a Hyung a adoptar el suyo. No podía dejarlo ahí, pobrecito.- recordó el haberlo visto en las jaulas de aquella clínica veterinaria, cuando acompañó a JaeJoong a buscar el suyo. Los hermosos ojos azules y aquel cuerpecito peludo se le habían hecho tan dulces y tan tiernos que no había podido evitar querer “salvarlo” de aquel “horrible” lugar.- además precisamente porque tenemos a Xiaky y a Harang es que tus alergias mejoraron. Pensé que sería buena idea tenerlo en casa.

 

Pero Park “Micky” YooChun ya estaba planeando cómo deshacerse del pequeño estorbo.

 

¿Dárselo a Harang? No, capaz que se me indigesta con la cosa esa, tiene mucho pelo… ¿Xiaky? Ni pensarlo, no come porquerías.

 

- YooChunnie… ¿Qué tanto es lo que tanto te molesta de “Leo”?- le preguntó el delfín a su novio con cara de preocupación, interrumpiendo sus cavilaciones sobre la posible muerte y posterior desaparición de esa bola peluda que Su sostenía entre sus manos.

- ¿Qué es lo que tanto me molesta de… eso? ¿A mí? There´s nothing bother me about that… thing!- dijo el otro hacienda un gesto con la nariz.

- ¿Acaso… será posible, YooChun?- dijo JunSu abriendo lo más que podía los ojos, por la sorpresa, pues se había dado cuenta que su novio no pronunciaba para nada el mote que JunSu le había puesto al nuevo integrante de la familia “Park-Kim”- ¿Acaso…?¿Te molesta que le haya puesto… “Leo”?- preguntó el menor con una sonrisa divertida en su rostro.

- What? ¿De qué rayos hablas? ¿Molestarme? ¿Por qué habrá de molestarme que le llamaras como ese estúpido jugadorcito ese? ¿Eh?- dijo claramente enfadado.

 

Porque sí, la razón de que JunSu hubiera bautizado a su nuevo “hijo” como “Leo” se debía precisamente a ese “estúpido” jugador de Soccer (como lo había llamado YooChun) que su SuSu tanto idolatraba, Leonel Messi.

 

JunSu rió con esa risa tan única que el ratón tanto adoraba.

 

- ¡Chunnie, tonto!...- dijo bajando al minino a la alfombra para ir corriendo a abrazar a su ratón.- ¡Tonto y celoso que me ha resultado el ratón!- dijo divertido para luego depositar un beso travieso sobre la punta de la nariz de su novio.- es que sabes que no hay nada de qué preocuparte. Porque no importa a cuántos jugadores de fútbol admire, no importa si son guapos, feos, gordos, flacos, altos o bajos o negros o blancos… yo sólo te amo a ti… ¡A ti! Mi YooChunnie tonto y celoso.- añadió el delfín para luego, separar los brazos que Micky tenía sobre su pecho y hacer que lo rodeara con ellos.

 

Porque, sí, era verdad. No importaba si el tipo ganaba la millonada en euros, si era bueno o malo jugando, si era guapo o tuviera buenas pierna (vamos, que todo jugador de fútbol soccer las tiene), él era el dueño del corazón de su delfín… él y nadie más que él.

 

Notas finales:

Opinen n.n


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