Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Errores por Taka

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero que les guste, nos leemos abajo c:

 

-          Quiero volver a intentarlo, con ella.

   Y esas fueron las últimas palabras que escuché de ti, hasta ahora. Lo único que pasa por mi mente en estos momentos es una pregunta, solo una… ¿Cómo te atreves…? Si tuvieras la mínima idea de lo que me ocurrió después de ello, si dejaras de ser tan egoísta, tan estúpido, tan creído.

   Hace cuatro meses atrás mi corazón quedó hecho trizas y sufrí horrores. Me replanteé millones de veces como sería mi vida sin ti, sabiendo que la estabas pasando bien con ella, recordando a cada momento que te olvidaste con tanta facilidad de mí y me echaste a un lado de tu vida como si fuera basura, sin darme ni una sola explicación. Yo, Takanori Matsumoto, un joven extravagantemente único que no sacrificaba nada por nadie, que solo se preocupaba por él mismo, confió en quién no debía y así me dejaste Akira, con el autoestima por el subsuelo y unas inevitables ganas de morir.

   Es verdad, siempre fui muy dramático y siendo sincero no todo en mi cerebro funciona perfectamente pero siempre lo supiste y me amaste así… aunque parece que ella te pudo más ¿No es cierto?

   Acaricio lentamente, con delicadeza y suavidad, las cicatrices que recorren mi antebrazo como si fueran las heridas que nunca desaparecerán de mi corazón. Me consuelo a mi mismo mientras mi mascota y la música son mi única compañía en la oscuridad de mi habitación. El celular suena de fondo, me tienta a responder tu llamada contestando con la voz entrecortada, con una mezcla de enojo, felicidad, resentimiento y sorpresa, exclamando a pesar de todo con seguridad un: “¡Sí, quiero volver contigo, no me importa nada!, ¡Te amo!”. Tengo orgullo Akira, aún me quiero lo suficiente.

   Dejaste de insistir con las llamadas y sentí  otra vez la desilusión envolverme por completo. Suspiré y me dispuse a pararme e ir hacia el living, el ambiente en el que me encontraba era muy depresivo y la caja de cigarrillos estaba vacía. Escuché un sonido, un tono distinto al de las llamadas, idiota, aún no desistes. Retrocedí un par de pasos, los latidos de mi corazón se aceleraron sin razón aparente y leí. Te maldije incontables veces pero eso no evitaría lo inevitable, eso no retrasaría tu llegada y lograría que no te reciba con los brazos abiertos.

   Traté de mejorar la triste imagen que me devolvía el espejo, no quería hacer tan obvio el hecho de que te extrañaba y necesitaba tanto. Las ojeras se notaban igual, como los cinco kilos que perdí en este tiempo porque mi estómago se cerró o la comida no llegaba a digerirse bien. Me reí de las raíces crecidas de mi cabello y de lo irónico de la situación. Mientras me arreglaba solo una frase ocupaba mi mente, se repetía como un disco rayado:

“Te dejó por ella, ahora vuelve pidiendo perdón y una segunda oportunidad”.

   Si no te amara tanto Akira, me transformaría en una bestia y te haría sufrir las peores situaciones, haría que te sientas la peor escoria del mundo y te arrodillaras frente a mi pidiendo perdón… sé que eso nunca sucederá. Suspiré nuevamente, esta vez alargué un poco mi respiración y cerré los ojos. Caminé hacia la puerta escuchando tus reconocibles pasos subiendo la escalera, calculando el tiempo exacto que tardarías hasta llegar a mi departamento. ¿Nunca te diste cuenta Reita? Te conozco mejor que tu propia madre. Pude suponer sin ningún esfuerzo donde te encontrabas al escuchar tu voz en la primera llamada, estoy más que seguro, fuiste a la piscina de siempre porque cuando nadas tu mente se despeja. Para ti, estar debajo del agua, es como para mi encerrarme en mi cuarto escuchando música observando que la única luz visible es la de mi cigarrillo.

   Un paso más del lado de afuera, un paso más del lado de adentro y solo la puerta no nos permitía vernos ni tocarnos. El timbre sonó y, aún dudando un poco, giré el pestillo permitiéndote el paso a mi frío hogar. En menos de un segundo me rodeaste fuertemente con tus brazos y las lágrimas se agolparon en mis ojos, pero decidí no dejarlas salir. No sé cuántos segundos o tal vez minutos estuvimos así, solo sé que fueron los suficientes para disimular mis evidentes ganas de llorar y recuperar las fuerzas que perdí al volver a sentirte tan cerca de mí. Tu calidez, que siempre me daba fuerzas para continuar, ahora me debilitaba.

-          Suéltame – dije con un tono autoritario.

   Asentiste con la cabeza, obedeciendo al instante. Tus hermosos ojos café miraban el suelo, arrepentidos y tu expresión se notaba afligida. Nos sentamos en los sillones individuales del living, uno frente al otro. Al verte en tal estado por un momento sentí que cedería y tratando de evitar aquello hice un gesto con la cabeza, invitándote a hablar rápidamente. Tragaste grueso y comenzaste:

-          Perdón Taka, perdón. Fui un idiota, me dejé llevar por… todo.

 

-          Y dime, Reita ¿Qué pasó para que quieras volver a mi?, ¿Acaso ella te dejó? – al escuchar eso te estremeciste levemente, adivinando exactamente lo que pensaba: “No soy el segundo plato de nadie”.

 

-          ¡No! – te apresuraste en contestar – yo la dejé. Juro que no sé que me pasaba por la cabeza el día que te llamé, parece que eso faltaba, que yo me equivoque para al fin terminar de comprender que eres único, no hay nadie como tu. No hay nadie que me haga sentir lo que siento contigo… no espero que me perdones ahora mismo, pero no lo soportaba más necesitaba decírtelo – mi mente se bloqueó en el momento que escuché ese “faltaba que yo me equivoque para darme cuenta…”.

 

-          ¿Es un chiste? ¡¿Eh?! – levanté un poco la voz - ¡¿Sabías que gracias a esa equivocación tuya sufrí peor que un perro abandonado en la calle?! No tienes ni idea, ¡Ni la menor idea! De todo lo que me ocurrió por tu culpa… idiota, eres un idiota. – prácticamente escupí con todo el rencor que guardaba.

   Comencé a temblar un poco, al parecer comenzaría a tener una crisis nerviosa. Él lo sabía, noté su cuerpo tenso, como en alerta. Amagó con acercarse, pero aún yo no había dicho lo suficiente.

-          ¡Ni se te ocurra acercarte! Aún no he terminado. – se sentó de vuelta e inconscientemente me arremangué el suéter – No entiendo como no se te cae la cara de vergüenza, como te atreves a volver a pedirme otra oportunidad así como si nada. Egoísta, siempre pensando en tu propia felicidad  ¿Y pretendes que te acepte de nuevo?, ¿Cómo si nada hubiera ocurrido? – no lo pude evitar, el tono de mi voz fue disminuyendo y comencé a llorar. – Te odio, te odio… te odio pero al mismo tiempo te amo tanto…tanto.

   De a poco me fui convirtiendo en una bolita, abrazando fuertemente mis piernas moviéndome levemente hacia delante, hacia atrás y así sucesivamente. Mis oídos se taparon pero aún era consciente de que seguía pronunciando mis últimas palabras: “te amo tanto, tanto”. Creo que te sentaste en el suelo conmigo y me abrazaste nuevamente. No tengo la menor idea del tiempo que permanecimos así, solo sé que poco a poco fui sintiendo tus caricias en mis antebrazos, poco a poco escuché tu voz acercándose maldiciendo al haber descubierto mis heridas físicas… llorando, era la primera vez que te veía llorar y lamentarte de tal forma.

   Con delicadeza me deshice de tu abrazo, te sorprendiste, te sonreí. Puede llegar a ser que esta vez te perdone, solo esta. Todos cometemos errores ¿Tal vez no estabas seguro de nuestra relación? No lo sé, sufrí tanto que el egoísta, por un momento, terminé siendo yo. Había olvidado que eras del tipo de persona que no sabe expresarse bien con palabras, que le cuesta mucho llevar a cabo una decisión, teniendo por consecuencia situaciones parecidas a la que vivimos.

   Acaricié tu mejilla con suavidad, sonreí aún más y acerqué mis labios a los tuyos.

-          No sé si voy a perdonarte, pero no lo vuelvas a hacer – susurré contradiciéndome en una sola oración.

   Volví a experimentar la hermosa sensación de nuestros labios unidos una vez más. Me sentí feliz al notar tus intensas ganas de profundizar aquél beso, pero te controlaste y eso me alegró mucho más.

 

Aún no lo sé, puede que algún día de estos te perdone.   

 

Notas finales:

  Hace mucho que no subía un fic, espero que aunque haya sido un poco común y corto les haya gustado.

  Ojalá pueda terminar pronto mis otras historias.

 Saludos y gracias por haber leído ♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).