Un nuevo día comienza, los débiles rayos de un sol invernal le acarician la mejilla despertándolo suavemente, haciéndole abrir los ojos apesadumbrado. Cansado, quizás, de no dormir bien en toda la noche. ¿Cuántas noches lleva así? Oh, sí, un mes exactamente. Desde que despertó en aquel hospital. A veces desea no haber despertado nunca, pero en seguida sus compañeros le quitan esa idea de la cabeza. Ellos le quieren tanto, le cuidan y le protegen, le ayudan muchísimo y él se lo agradece casi que un poco más. Pero todo le aturde demasiado, le gustaría corresponderles a tantos sentimientos, pero lo único que encuentra es desconcierto y un vacío existencial que no logra rellenar con nada. Porque ya no tiene recuerdos, ya no queda nada de su vida anterior en él, ni siquiera recuerda su carácter, o la relación que tenía con los demás. Y es tan frustrante... Porque no solo tiene que recuperar cada aspecto personal de su vida, no, resulta que forma parte de un exitoso grupo de música y que tiene que aprender canciones y coreografías, dar conciertos delante de muchísima gente y presentarse en programas donde les hacen hacer cosas absurdas. Se negaría de no haber visto vídeos y haber escuchado canciones donde reconoce perfectamente su voz. Es todo tan complicado... Se siente tan perdido. Y tan solo. Aunque esto último parece imposible y más teniendo en cuenta que vive con cuatro personas. Bueno, doce, prácticamente, porque aunque tres de ellos no vivan allí, se pasan más horas con ellos que en sus casas. Especialmente ahora que todos se vuelcan tanto en hacerle recordar y en ayudarle para que se aprenda cada canción y cada baile. El baile... aún no puede creer que haya aprendido tantísimas coreografías, ahora le resulta totalmente imposible. Y no por falta de ganas, pues se siente tan culpable de haber cancelado cada concierto... o más bien de haberles dado más trabajo, pues siguen actuando, pero sin él, cambiando las canciones, cortando sus partes, incluso cambiando coreografías para adaptarlas a su ausencia.
Se incorpora un poco en la cama, apartándose el pelo de la cara, revolviéndolo un poco en un intento de peinarlo. Escucha ruido fuera de la habitación, no le sorprende, sea la hora que sea, nunca hay un silencio absoluto allí. Si no es en su piso, es en el de abajo. Normalmente siempre es en el de abajo. Mira a su compañero y sonríe. Si tiene que quedarse con uno de todos ellos, sin duda se queda con él. Con SungMin. No lo deja solo ni un segundo, le cuenta miles de anécdotas y todas sinceras, con la única intención de hacerlas aparecer en su mente. Y aunque nunca surte efecto, él siempre se divierte escuchando cada una de las locuras, cada cual más inverosímil. Él aún duerme profundamente, tapado solo desde la cintura, ha sido una noche cálida, pero sigue haciendo frío, así que le devuelve cada uno de sus favores, tapándole también hasta los hombros con cuidado, Min se revuelve un poco, pero no se despierta.
KyuHyun sale de la habitación cerrando con cuidado para que siga durmiendo. Una carcajada le llega desde la sala de estar acompañada de una risa un poco más tímida. Intenta reconocer a sus dueños, pero no lo consigue. Aún le cuesta recordar sus nombres, quizás aún es demasiado pronto para pretender conocerlos como quizás los conocía antes. Va hasta allí y tose tímidamente para dar a conocer su entrada. Tanto YeSung como EunHyuk lo miran aún con la sonrisa dibujada en el rostro.
- Buenos días, Kyu - lo saluda alegremente JongWoon.
- Hola, chicos - responde él algo intimidado.
Lo peor de todo esto es que es el pequeño y cada uno de ellos logra intimidarle con su sola presencia, aún sabiendo que a ellos poco les importa la diferencia de edad. HyukJae se aparta un poco del sofá para dejarle sitio a su lado y Kyu se sienta junto a él agradecido. Cuidan tan bien de él... que aún no sabe cómo podrá pagárselo el día que tenga que hacerlo.
- ¿Preparado para una sesión doble de baile? - inquiere Hyuk casi entusiasmado.
No es un misterio para nadie que a él le apasiona y lamenta profundamente no poder emocionarse tanto como él con la idea de pasarse cuatro horas en un ensayo individual en que su torpeza queda aún más evidenciada. Su rostro debe expresarlo porque YeSung se ríe suavemente.
- ¿Puedo ir yo también? - pregunta JongWoon.
KyuHyun lo mira curioso, si viene él no será tan horrible pues el ensayo no estará centrado solo en sí mismo. HyukJae lo mira con una sonrisa burlona.
- Pues no te vendría mal. Pero no. Tú te sabes los pasos, aunque no sepas hacerlos.
YeSung le pega en la cabeza bromeando y Kyu no puede ocultar una risa. Eun empuja a YeSung bruscamente y este se queja dispuesto a volver al ataque. Afortunadamente, KyuHyun ya se ha acostumbrado a esas peleas tan absurdas y sabe que nunca son serias, pero al principio conseguían ponerle realmente nervioso. Cuando EunHyuk decide pasar de YeSung, ignorándolo con un gesto de la mano que casi se planta en la cara del otro, sigue hablando.
- Además, DongHae también se va a venir, somos ya muchos.
- Pues echa a DongHae - resuelve YeSung.
- DongHae ayuda, no entorpece - replica EunHyuk.
KyuHyun ve venir una nueva y absurda pelea y decide no prestarles atención. Cuando vuelvan a incluirle en la conversación ya se lo harán saber. La tele está puesta y parece ser el motivo de las risas de antes de los otros dos, que ahora discuten. Se centra en ella sin prestarle realmente atención.
RyeoWook entra en la habitación callando a los otros dos, pues YeSung atrae toda su atención con tan solo su presencia. Según le ha contado EunHyuk en sus sesiones interminables de baile, YeSung y Wookie tienen una tensión sexual no resuelta entre ellos. Claro que según YeSung lo ocurre exactamente lo mismo con EunHyuk y DongHae. Eso último no lo sabe, pero vivir día a día con YeSung y RyeoWook le ha hecho darse cuenta - o dejarse influir por EunHyuk - de que su compañero tiene parte de razón. O bien cuando están los dos en una misma habitación, en esta saltan chispas por la tensión, o bien, se olvidan de todos y simplemente se dedican el uno al otro.
EunHyuk se echa a reír intercambiando una mirada significativa con KyuHyun, que también sonríe un poco dándose cuenta de que sus palabras eran verídicas. Se levanta dándole una palmadita en el hombro a Kyu y aparta a Wookie de la puerta para poder salir de la sala de estar, solo cuando ya está fuera, le grita al menor que se dé prisa en arreglarse y que lo espera en el piso once.
- ¿Habéis desayunado? - pregunta RyeoWook tras aclararse la garganta.
- Aquí el maknae no.
- Tampoco tengo hambre - replica Kyu de repente sonrojado.
Le avergüenza que tomen tantas consideraciones con él o se preocupan por lo que hace o deja de hacer. Wookie se sienta entre él y Yesung, ocupando el antiguo sitio de Eunhyuk, y le sonríe tiernamente.
- ¿Hoy te tocan cuatro horas, verdad? Creo que deberías entonces coger fuerzas.
- Tampoco debe preocuparse - interviene Yesung medio riendo -. También va Hae, tendrán la distracción suficiente para no hacerle ni caso.
Wookie lo mira seriamente, como si él fuera el mayor entre los dos, y Yesung ensombrece su expresión casi al instante. KyuHyun sonríe, ya tiene algo que comentarle a Eun cuando el silencio entre ellos sea incómodo. Aunque con Hae pocos silencios se darán.
Normalmente los ensayos de las coreografías se las reparten entre Donghae y Eunhyuk, y normalmente con el primero no suele avanzar absolutamente nada, pues se pasa las dos horas que le dedican al ensayo hablando sin parar de las cosas más absurdas que existen, pero eso es parte de su encanto, y le gusta mucho escucharle, quizás, después de SungMin, es el que más se ha abierto con él y el que más se muestra tal como es delante de él, sin tratarlo como un desconocido. Que en realidad es lo que es ahora mismo para todos, incluso para sí mismo.
Abandona la sala despidiéndose de sus compañeros - prometiéndoles además que desayunará - para comenzar a prepararse. Cuando vuelve a entrar en el dormitorio, SungMin ya se ha despertado e interrumpe un bostezo para dedicarle una espléndida sonrisa que ilumina todo su rostro. KyuHyun también sonríe.
- ¿Ya te toca ensayar?
- Así es.
- Espero que Hyuk no te dé mucha caña.
- DongHae también viene, por lo visto, así que no me preocupo por eso - dice Kyu.
SungMin no parece tan contento como él con la idea de que DongHae también participe en el ensayo. Nadie dice nada de lo que ocurre entre ellos dos, pero es evidente que pasa algo. Apenas se miran y apenas se hablan. La tensión que se produce entre ellos tiene muy poco que ver con la tensión de Yesung y Wookie, pues siempre que están juntos, la situación se vuelve totalmente incómoda. Pero nadie parece saber nada y a nadie parece interesarle.
- Bueno... - dice finalmente con sequedad -. Luego me contarás.
- Claro.
SungMin vuelve a sonreír con menos alegría que antes, pero con la misma fuerza. KyuHyun despega la vista de su sonrisa con cierto esfuerzo y se encamina hacia el armario para elegir la ropa que se pondrá. Comodidad es la clave para aguantar cuatro horas - sin pausas intermedias - de baile con EunHyuk.
- Oh, no te desanimes, ha estado bien.
Un suspiro frustrado de EunHuk le indica que no comparte la misma opinión que DongHae respecto de su baile. Kyu se ha tirado al suelo, exhausto, tras seis veces repitiendo un simple estribillo que no logra meterse en la cabeza. Son pasos demasiado rápidos, o él es demasiado torpe. DongHae se sienta a su lado y apoya una mano sobre su hombro con una dulce sonrisa, aunque no lo mira a él, si no a Hyuk.
- Venga, no seas tan perfeccionista. Yo creo que esto ya lo tienes - añade dirigiéndose a Kyu.
HyukJae pone los ojos en blanco. Le tiende una mano a KyuHyun que este no rechaza y lo ayuda a levantarse dibujando una pequeña sonrisa poco convincente.
- Una vez más.
- Danos un descanso - replica Hae aún desde el suelo.
- Creía que estabas aquí para ensayar - inquiere Eun con dureza en la voz -. ¿Vamos?
DongHae resopla pero accede a su petición. Le empuja cuando está de pie con delicadeza, casi con cariño, sonsacándole una risita nerviosa. Kyu sonríe al verlos, le gustaría estar unido con todos ellos como lo están ellos, quizás alguna vez fue así, solo espera que esos momentos vuelvan algún día, si no a la realidad, al menos de nuevo a su mente.
Repiten el estribillo, no una, sino muchas veces más. Y la canción completa. Y otra canción. Empiezan de nuevo con las ya ensayadas. No hay ni siquiera un pequeño descanso. KyuHyun no puede más pero aún intenta seguir los pasos que DongHae y EunHyuk realizan con gran maestría delante de él. Al final, se queda algo satisfecho con los resultados, especialmente cuando Hyuk le aplaude sutilmente con una amplia sonrisa, parece que también está contento y eso solo puede significar que ha hecho algún progreso. Cuando el mayor de los tres para la música, los otros dos se tiran al suelo de nuevo, cansados y rendidos. HyukJae se ríe al verlos así.
- Aún queda media hora, ¿queréis repasar alguna canción más?
- ¿Y qué te parece si descansamos por todos esos minutos que deberías habernos dejado entre baile y baile? - sugiere DongHae con la respiración entrecortada.
- Vale, vale.
Se sienta junto a ellos en el suelo, conservando un poco más de dignidad, ni siquiera parece cansado y eso es humillante. Pero también es comprensible. Kyu intenta calmar su respiración inhalando aire profundamente y mirando al suelo. La mano de Hae está muy cerca de su rodilla y algo en ella llama su atención. Una pulsera, no tiene nada especial, es de plata, fina y muy bonita, pero nada más. Ni siquiera llama tanto la atención como para que haya reparado en ella, pero algo en su mente se dispara... ¿un recuerdo?
- ¿Hae? - lo llama algo nervioso.
Tanto él como Hyuk lo miran. Sin pensárselo antes coge la mano de DongHae, más bien su muñeca, y acaricia suavemente la pulsera con el dedo índice, con sumo cuidado.
- Yo tengo una como esta - las palabras salen de su boca casi sin pasar antes por su mente, pero sabe que es cierto lo que está diciendo.
DongHae lo mira sin parpadear, se ha tensado, y sus ojos se han aguado. ¿Qué ha dicho para ponerle tan mal? Suelta su mano, no sabe qué hacer, tampoco sabe qué ha dicho. Pero una tímida sonrisa se asoma en el rostro de Hae, haciendo que su preocupación disminuya, aunque siga ahí.
- De hecho, esta es la tuya - dice Hae quitándosela -. Tú me la regalaste.
Coge la mano de Kyu, abriéndola con cuidado
- Cuando recuerdes por qué me la diste - lo mira a los ojos, una lágrima cae por sus mejillas - devuélvemela si aún quieres que la tenga.
Le rodea la muñeca con la pulsera, cerrándola en torno a ella ágilmente. Kyu sonríe, no sabe por qué, quizás porque ha recordado algo aunque no sabe el qué exactamente. Alza la vista y se encuentra con la mirada de Hyuk, tan confundido como él.