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Romántico sin remedio por Ranko

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Notas del fanfic:

Volví de mi entierro. No escribía hace mucho tiempo ._. y mi inspiración volvió de repente, asi como se fue.

Pero vamos a las aclaraciones:

El fanfic es RARO, sí que lo es, al menos eso pienso yo que creerán. Lo escribí no en un contexto muy concreto ni directo, las escenas pueden cambiar de repente, a veces los pensamientos del personaje se van a otro lado, pero lo releí y es comprensible, sólo que hay que poner un poquito de atención en éste.

No pidan divertirse ni gritar como enfermas de la emoción porque es un fanfic pasivo, tranquilo, con sentimientos encontrados y momentos sensibles, algo tristes tal vez, pero nunca a ser deprimente, pues el personaje siempre toma un pensamiento positivo de la situación. 

En resumen, más que un fanfic, es un texto reflexivo mío acerca de los lo que pasa actualmente entre Jinki y Jonghyun (sus actitudes algo distantes, sus ya inexistentes juegos que solían hacer, etc), agregándole un sentimiento amoroso que ya obvio es una fantasía.

El que narra es Jonghyun.

Las notas en cursiva son las escrituras que hace él en su diario de vida.

 

Espero lo disfruten como lo hice yo al escribirlo~

¿Dónde están esos ojos? Sí, ¿dónde están? Los llevo buscando hace meses. Sé que están ahí, sé que están mirando, sé que están contemplando, pero no los veo en los míos. Y cuando logran cruzarse, un sentimiento extraño se apodera de mi, y de ti, lo sé porque volteas cada vez que sucede. Comprendo tu enojo, tu rabia, entiendo que para ti no es fácil todo esto, pero a mi me duele tu rechazo, los recuerdos que ahora son recuerdos y ya no hay nada de eso ahora. Todo desapareció y fingir no es agradable.

 

Esos ojos que ya no me sonríen como antes, porque tus ojos pueden sonreír,  ¿puede cambiar esto? Nuestra amistad romperse así, tan fácilmente, es algo que ni siquiera mi orgullo quiere permitir. ¿Me dejas hablar un poco contigo? ¿Te puedo hacer reír? ¿Podemos jugar nuevamente? Jugar a cualquier cosa, a lo que te divierta, espontáneamente, como siempre lo hacíamos.

 

Hablar todos nuestros momentos en pasado es doloroso ¿por qué no lo convertimos en presente? Déjame ser más cercano, déjame preguntarte cómo estás hoy, aunque sé que estás cansado, y yo también lo estoy; aunque sé que quisieras tirar todo lejos y vivir tranquilo, como un desconocido, con tu familia, con tus amigos. Yo soy tu amigo.

 

¿Querámonos de nuevo? No es tan difícil, para nosotros no lo es. Podemos burlarnos de cualquier cosa, mirarnos de vez en cuando, descifrar en tus ojos lo que quieres decirme, lo que quieres mostrarme, lo que quieres expresarme.

 

Si hay algo que quiero decirte es… que te quiero. Por ser mi líder, por protegerme, por regalarme hermosos momentos, por hacerme sentir fuerte ante todo y enfrentar las cosas con buena cara, con una sonrisa, con una sonrisa como la que tú tienes. Que ilumina todo, que alegra a todos, que contagia, que anima, que enamora.

 

Cortó sus palabras en el libro y rió en el acto. Escribir esto lo hacía sentir tan estúpido, pero aún así cerró el libro amorosamente y lo guardó en el lugar de siempre. Si hay algo que odia es su romanticismo y sentimentalismo al expresar las cosas, ¿y qué puede hacer en contra de ello? Ha sido así toda su vida y no lo cambiará ahora luego de 22 años pisando esta tierra.

 

Su vida últimamente no es para nada fácil, y si tiene que desahogar su tristeza en un libro lo hará sin dudarlo, por mucho que al releerlo lo haga sentir tonto.

 

Lo que ha notado este tiempo es que en sus escritos sólo aparece Jinki nombrado. El problema en si, claramente, es con él casi principalmente, pero los demás están igualmente involucrados. Es algo de todos, que los vincula a todos y él sólo se esmera en nombrar a su hyung.

 

Vuelve a reír.

 

Se estaba volviendo loco, todo lo estaba volviendo loco y ya pensar en todo esto lo mareaba y ponía de mal humor, ya más de lo que estaba. Su día no había sido agradable, su relación con los demás estaba siendo extraña y tenía ganas de estar solo, de dormir, de poder pasear tranquilo mientras escucha su música preferida. Mas al acostarse y dormir las pocas horas que podía, sólo se soñaba él caminando en el pasto con alguien más. Con alguien a la cual su rostro desconocía y evitaba conocer. No quería saberlo, no necesitaba saberlo, tal vez, pero su compañía era tierna, silenciosa y perfecta, y tenía un aroma característico que lo hacía sentir cómodo, porque sabía que lo conocía bien y sabía que con él iba a estar bien. Y sentía que tampoco necesitaba saber quién era, le bastaba con disfrutar su compañía y poder compartir momentos con él aunque sea en sueños, aunque sea sólo en su imaginación.

 

Sonríe mientras duerme y cosquillosas sensaciones atacan su estómago de forma inconciente. Tal vez era un imbécil al dejarse llevar por algo que no era real, pero qué más da, se sentía bien así y era feliz. De esta forma podía olvidarse un poco de los problemas y vivir un mundo idealizado, un mundo que él quería vivir, con aquella persona.

 

Despertar era lo peor de todo, sin duda, pero aún así sabía poner los pies en la tierra al momento de ver la realidad y podía enfrentarlo sin amargarse demasiado, aceptando con naturalidad su vida y teniendo en cuenta que aquella persona que tanto quería no está con él o quizás ni exista.

 

~

 

A lo mejor existe, está a mi lado y no me doy cuenta.

 

Esto es lo que la mente de Minho suele concluir luego de contarle un poco mis acontecimientos actuales. Quisiera decirle con más detalles lo sucedido, ojalá exista una transferencia de sentimientos que exprese exactamente como me siento y pueda entenderme, pero pensándolo bien tanta exactitud no quiero que tenga, estas sensaciones son mías y no quiero compartirlas con nadie.

 

Estas últimas noches sueño más seguido y me muestra cada vez con más claridad aquello que quiero descifrar: el rostro de esa persona. Sé que es un hombre, sé que me hace sentir enamorado, sé también que puede ser extraño pero luego de tanto tiempo sintiendo esto ya no me afecta mi condición ni mis pensamientos, porque esto me hace bien y me mantiene en pie. En pie de todo el dolor que me afecta verlo así conmigo. A él, a esa persona que no quiero nombrar.

 

¿Será que esa persona ideal es Jinki? ¿Será que aquella persona que tanto quiero tener a mi lado en la realidad y que disfruto en sueños sea Jinki? ¿Por qué enamorarme de alguien como él?

 

Intento evitar que caigan gotas de mis ojos al papel, pues la tinta se puede correr y también dañar la hoja. A veces es tan difícil reprimir las lágrimas, tan difícil para mi, sobre todo. Relacionarlo a él en mis sueños era algo tan tontamente evidente y no quería darme cuenta. Tal vez mi subconsciente lo tenía claro desde siempre.

 

Dejó su libro para descansar sus ojos hinchados. Escribir ahora no lo desahogaba, le hacía más daño, mas no le quedaba otra opción.

 

Jinki tenía una actitud tan difícil, lo veía sonreír en fotos, con los demás, bailando una coreografía alegre, en algún concierto saludar a una fan. Y a Jonghyun sólo le quedaba tragar saliva y seguir con lo suyo, irse a otro lado, tirarle agua al que esté cerca. Si esto termina así, sería un cuento con un mal final y vivir de esa manera para él no era sano, porque esto no es un cuento donde el libro se cierra y el mundo se acaba, esto tenía que seguir y aguantar esto durante los años de carrera que le queden y con un sentimiento reprimido… No, no era sano.

 

Decisiones difíciles, lo solucionan los mayores, es por eso que Minho, Kibum y Taemin decidieron dejarlos solos luego de una rutina de descanso en una plaza, donde en el fondo se presentaba un pequeño cerro que da vista a la linda ciudad que visitaban en ese momento. Se sentaron en el pasto de éste. El barquillo de helado se estaba acabando y Jonghyun terminaba de masticar la punta del cono, mientras guardaba la servilleta en el bolsillo. El momento incómodo para ellos era el hecho que tenían que conversar sí o sí sobre una situación grupal, del que dependía conversar dos personas, y la mejor idea era dejar al segundo más grande de los cinco conversar con el líder. Líder que hace unos minutos ya se había comido el helado y la esquina de su labio mostraba una mancha de sabor vainilla.

 

- Sé que esto es incómodo… -susurró el menor luego de un escalofrío que le recorrieron los brazos por una delicada brisa que pasó.- Para mí no lo es, pues de alguna manera debíamos volver a hablar.

 

Silencio. ¿Era algo más doloroso que eso?

 

- Si quieres esto lo decides solo –continuó mirando el paisaje hermoso que estaba frente a ellos- Por mi parte puedes estar tranquilo, tú siempre elegirás lo mejor para nosotros, siempre he confiado en ti. Pero no podrás huir de mi todo el tiempo… -traga el nudo en su garganta.

 

No sabía si debía seguir hablando, pues o lo estaba ayudando a que el momento fuera más agradable o lo estaba echando más a perder, pero sea lo que sea tenía tantas cosas que decirle y preguntarle, y su afán de hablar demasiado era algo que Jinki sabía que poseía porque lo conocía bien. Tal vez no encontraría mejor momento que este para poder hablar.

 

Luego de una sonrisa tímida y temblor en los labios, siguió:

 

- ¿Recuerdas la última vez que reímos juntos? –silencio- ¿La última vez que conversamos a solas? ¿La última vez que nos contamos un secreto con la mirada? –quería llorar. Tantas preguntas que su corazón guardó por meses y ahora las lanzaba una a una. Sin miedo.

 

- Mucho tiempo… -el mayor bajó la mirada y abrazó sus piernas.

 

- Tú no eres así… -se echó para atrás, estiró sus piernas y brazos y se apoyó en el pasto con la palma de sus manos, mirando el cielo- Sé que para ti actuar de la manera en que lo haces no es fácil. Y para mí tampoco lo es aguantarlo. –Esperaba respuesta y sólo recibía silencio y suspiros- Pero al fin y al cabo te lo agradezco…

 

- No creo que eso merezca agradecimiento.

 

- Lo merece… -dio un largo suspiro y su pecho dolía. Costaba respirar, costaba soltar las próximas palabras- Me enamoré de ti…

 

El viento provocó ondas en el cabello de los dos. Sus ropas se agitaban y el frío no se sentía. El pasto hacía bonitas oleadas que provocaban una imagen armoniosa y olorosa. Unas hojas verdes revoloteaban y caían de árboles a pesar de la época primaveral. El viento quería llevarse todo, todo menos las palabras ya lanzadas y escuchadas. Todo estaba dicho y no había vuelta atrás. Y ni ese viento y ni esas hojas sacarían el ambiente de tensión y confusión que existía.

 

- Estás loco… -el líder fijó sus ojos en esa mirada perdida del menor, que no dejaba de tomar detalles de las nubes que avanzaban lentamente por el cielo.

 

- Lo estoy –dijo con una leve risa- Lo estoy… -levantó su cuerpo del suelo y se destinó a caminar. ¿Qué más podía hacer? No esperaba una respuesta, no esperaba que lo detuviera ni menos un “Yo también”, pero se sentía feliz con reconocerle a él y reconocerse a sí mismo que lo que sentía era real y ya no lo debía esconder, y que el rechazo de Jinki hacia él lo hizo evidente, porque dolía su rechazo, dolía su ausencia, lo extrañaba, lo necesitaba y quería volver a compartir momentos con él aunque fueran sólo amigos, así como siempre había sido. Y aunque quisiera algo más, vivir a su lado como un hermano lo haría feliz también, porque confiaba en que no sería discriminado por este sentimiento.

 

- No te vayas… -susurra Jinki sin mirarlo.

 

- No tengo nada que hacer aquí –responde con una sonrisa, una sonrisa que quería mantener de aquí en adelante, sin vergüenza de lo que sentía.- Tienes helado en tu labio… -camina más rápido.

 

~

 

Si hay algo que quiero hacer, es dormir por muchos días, o semanas. Me quitaría de pensamientos difíciles de eliminar y por sobretodo, miradas y escenas que no quiero presenciar. A veces me arrepiento de haberle confesado tanto de una sola vez, porque sé y entenderé que él no actuará igual conmigo. Soy hombre, soy su amigo, y estoy enamorado de él. Suena increíble pero lo es, y sabía que de alguna manera nuestra amistad saldría afectada, que así no se solucionarían nuestras diferencias, pero aquí estoy, con mi sinceridad a flor de piel y diciendo las cosas de una vez y sin más rodeos. Por otra parte no me arrepiento porque él tampoco me rechaza ni evita mis miradas, me habla normalmente como si nada pasara, mas sin acercarse demasiado a mi. Por miedo, por asco, por decepción, qué se yo.

 

Pase lo que pase, yo viviré con esto feliz, pues sabe la verdad, yo me siento liviano y aunque las cosas hayan cambiado drásticamente tanto para él como para mi, es mi realidad y debo aceptarla como tal, viviendo de acuerdo a ella y aceptando condiciones, ya que lo que siento es totalmente incontrolable y es parte de mi piel, parte de mi ser, de mi vida, y si tengo que pasar mis días con esto lo haré feliz y orgulloso porque amo amar a Jinki, por mucho que no llegue a corresponderme, lo amo y vivir con este sentimiento me llena por completo.

 

Esa rutina de cerrar el libro y amarrar el lápiz a la cinta separadora la sabía de memoria. Su caligrafía incluso había mejorado con el tiempo y sus palabras eran cada vez más delicadas y sentimentales.

 

Ya no le importaba ser un estúpido romántico y sentimental.

Notas finales:

Espero les haya gustado, mi forma de escribir a veces es rara y los finales son medios inconclusos, pero creo que le da un toque especial a la escritura. Okey, son locuras mías pero bah, cualquier cosa que quieran criticar, sea buena o mala, para mi perfecto, a ver si necesito cambiar esta forma tan rara de escribir. Un beso~


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