El auto se estaciono en el subterráneo del hotel donde nos alojábamos. No podía calmarme en las emociones recorrían mi cuerpo y más de algún sentido venia despertando.
Seung no dijo nada en todo el camino y yo no intente replicar sus palabras, tenía miedo de que toda fuera una mentira, pero mi cuerpo no lo creía así, pese a que el alcohol aun no dejaba que le tomara el peso a la realidad. Imagine la resaca con la que me enfrentaría mañana y entre eso la puerta se abrió.
Trate de poner el pie en el suelo del estacionamiento pero mi enfoque estaba totalmente mal. Seung se rebajó al nivel del asiento “Realmente estas ebrio, no tienes remedio cierto… la única solución es que te cargué”, mi vergüenza no pudo más y me lleve las manos al rostro, sus manos las retiraron al instante dejando a su mirada terminando de consumir lo que quedaba de mí.
Una sonrisa se dibujó en su rostro, se dio vuelta dejando a mi disposición su espalda. Subí sabiendo todo lo que traería tomar esa decisión, pese a que la decisión propia casi ya no respetaba a la lógica y me estaba dejando arrastrar por este hombre. El hombre que siempre he amado, al que siempre temí, el que ahora me cargaba en su espalda.
Tomo la subida por las escaleras mientras reinaba el silencio y el aroma me embriagaba aún más.
“¿Estas despierto?” pregunto la voz y retumbo en todo mi cuerpo, por culpa de la posición en que me llevaba. “Si lo estoy o eso quiero creer” dije cuando mis manos rosaban accidentalmente su barbilla y sentía esos fríos labios rozar mis dedos.
Su calor me envolvía se sentía tan irreal…
Llegamos a su habitación abrió rápidamente y me deposito sobre la cama, lanzo su saco mientras se posicionaba sobre mí. Todo en ese endemoniado lugar olía a él… ¿Cómo podía penetrar su aroma de esa forma en mí?
“Ya no puedo controlar mis sentidos” le dije mientras acariciaba mi rostro, estaba completamente sobre mí. En su mirada relucían las pocas luces que entraban por el ventanal entre abierto y que provocaba que sus pupilas se vieran más impactantes de lo que esperaba.
Mi corazón absolutamente desbocado por sentir tan cercano a aquel que vi inalcanzable.
“Yo tampoco G, es tu culpa… Tendrás que compensarlo” pronuncio acercándose a mi mientras me besaba y daba paso a un beso profundo en que me invadió completamente.
Sus manos se deslizaron sin permiso por todos lados, mis manos acariciando su cabello y bajando a desabotonar su camisa. Sus labios recorrían mi cuello.
Termine de quitarle la camisa y su torso desnudo provoco que me estremeciera por completo, era realmente perfecto, era todo lo que yo no era, ¿Cómo podría no haberme enamorado de él?
Su voz me volvió a sacar de mis pensamientos: “Esto realmente molesta” refiriéndose a mi cinturón, el calor estaba sulfurándome por completo. Dirigió su mano a mi pantalón, su rostro estaba frente a frente al mío. Me acerque lentamente, no lo quería lejos de mi ahora no. Pose mi barbilla en su cuello… “levanta los brazos” su voz era como un gatillo para mí. Quito y lanzo al otro lado de la habitación la camiseta.
Sus labios recorrieron mi pecho mientras me aferraba a su espalda, sentía como su lengua saboreaba todo a su paso y ya no tenía control sobre nada de lo que hacía de pronto un gemido se escapó de mis labios cuando sobrepaso el límite del ombligo y se posó enfrente de la parte más emocionada de todas. Sus ojos se alzaron al escucharme y la sonrisa burlona volvió a aparecer en escena. Mi vergüenza me ataco otra vez, dentro de esto todavía me quedaba un poco de cordura.
“Si definitivamente esto está estorbando” desabrocho el cinturón con sus manos y con la boca deslizo el cierre del pantalón.
Mi cuerpo comenzó a vibrar entre que deslizaba todo hacia abajo dejándome totalmente expuesto.
Se acercó a mi oído nuevamente “Prométeme que no dejaras que nadie te toque, no soportaría ver otra vez esa escena”… volvió a bajar hacia la parte que necesitaba ayuda y la poso sobre sus labios.
Mi cuerpo estaba totalmente enloquecido por culpa de ese hombre… “hyung aah no hagas eso”. Ridículamente no podía acallar mis gemidos ni entre palabras. El solo seguía en lo que estaba mientras su miraba me ahogaba totalmente, intente mirar hacia otro lado, pero se detuvo.
“El alcohol se siente por todos lados…realmente te propusiste beber hoy…Si no miras realmente parare”. Ambos sabíamos que era imposible detener esto ahora pero mi cuerpo respondía a cada orden que me daba. Mire su rostro ir y venir mientras mi cuerpo sentía ganas de explotar hasta que llego el punto en que no pude resistirlo más “Seung creo que no puedo más”, resonó entre mi respiración cortada y el impulso eléctrico que recorrió toda mi espalda haciendo que me arqueara. Mi respiración seguía agitada trataba de calmarme y disculparme. Pero ya estábamos otra vez frente a frente.
“No quiero hacerte daño, pero no he estado con nadie de esta forma desde hace tres meses cuando me di cuenta que no podía remplazarte por nadie”
Las palabras calaron hondo en mi pecho y un ardor que liberaba por fin todas las emociones contenidas se deslizaba por mis mejillas.
“Ji Yong ¿Comprendes que te amo?... no puedo verte así”
Lleve mi mano a su rostro afligido mientras lo acariciaba y pronunciaba “No sabes cuantas veces soñé con que este momento fuera real”.
Esta vez fui yo quien lo beso mientras bajaba mis manos recorriendo su cuerpo trabajado producto de otra historia de su infancia que odiaba contar, pero que yo había guardado como un tesoro al oírla venir de sus propios labios. Hasta comenzar a liberar de la presión de la ropa su complicada situación. Termino por tirar todo el resto de ropa que le quedaba lejos.
Me miro, me volvió a besar y con sus manos guio mis piernas a su cadera. Sin previo aviso ni preparación comenzó a entrar en mí.
Realmente dolía no pude evitar gemir de dolor mientras avanzaba lentamente. Entre besos y caricias trataba de aminorar el dolor que era casi insoportable.
“ji…realmente amo todo de ti… hasta tu propio dolor quisiera compartirlo contigo”. Se escuchó entre cortado por su propia respiración acelerada.
Mi cuerpo, mi alma, mi corazón, cada parte de mí se estremecía cada vez que él osaba pronunciar una palabra estaba al borde de colapsar. Tras escuchar su voz en tal tono mis caderas comenzaron a moverse solas entre el calor de los besos y caricias que siguieron como impulsos desesperados, cuando ya había superado la peor parte.
Comenzó a moverse lento, pero mi cuerpo y mi voz ya no respondían ninguna lógica.
“Hyung… por favor más rapidoo… más”… ¿era realmente yo el que decía eso?
Subió la velocidad mientras que con sus manos acomodaba mis caderas que querían subir el ritmo.
“G eres perfecto”, su voz ya no sonaba calmada estaba claramente mezclada con gemidos. Mientras la temperatura subía y mi cuerpo volvía a despertarse.
Al percatarse de esto las embestidas comenzaron a descontrolarse y llevo sus manos, para aliviar la situación.
Mis gemidos subieron de tono y eso altero a Seung que perdió toda preocupación por si causaba daño o no y se entregó completamente al placer. Nuestros cuerpos alcanzaron el punto más alto, cayendo yo primero seguido por un exhausto T.O.P que se dejaba caer a un lado mío.
Sus brazos me aprisionaron y acercaron a su cuerpo dejando reposar mi cabeza sobre su pecho.
“No te alejes nunca de mi” me dijo mientras besaba mi frente.
“Aunque lo intentara no podría alejarme de el reflejo de esos ojos” mientras luchaba por no dormirme y tener que luchar con la resaca más hermosa de todas.
Observe como mi reflejo era consumido una vez más por esa mirada que me ahogaba en su oscuridad.
Fin.