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Realidad por natalia clow

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Notas del capitulo:

FELIZ NAVIDAD!!

No podía quedarme sin darles su regalito!! 

espero que les guste... este capitulo quizá explique algunas cosas y quizás también haga que se emocionen por cierto acontesimiento!!

Yo como siempre con mis locuras XD

Bueno espero que disfruten del capitulo y sin nada más que decir. 

BUENA LECTURA!

CAPITULO 6

“¡YA LO SÉ! NO HABLEMOS DE ESO”

Se movía en su cama y no podía dormir. Abrió su celular y se vio tentado a llamarle, pero entonces se detuvo a sí mismo antes de que sucediese.  Joshua estaba muy confundido. No esperaba que las cosas se hubiesen tornado de esa manera, y aún así no le había asustado el hecho de haberse visto deseando el beso de Maurice. ¿Deseando? Bueno quizás no era la palabra exacta, pero algo parecido estaba sintiendo. Quizás la palabra más adecuada fuese curiosidad.

En su cabeza no podía estar quita la idea acerca de lo que había estado a punto de hacer, lo que eso traía y el problema que había provocado que Maurice estuviese así.  ¿Realmente Maurice era gay? O quizás la pregunta no fuese esa precisamente,  ¿Acaso Matthew habría atacado a Maurice? Si lo pensaba, era posible que eso hubiese ocasionado la tremenda confusión de Maurice. Si se hubiesen besado y Maurice haya descubierto un oculto gusto por besarse con Matthew, entonces eso haría que su parte “macho” se viera herida y confundida.

Si lo confesaba, no encontraba tan grave ese hecho; el hecho de besarse con un hombre no es el fin del mundo y aunque él no se creyera capaz de amar o desear estar con un hombre que no fuese Matthew, la situación de cierta manera había cambiado. Entendía que ya Matthew no era el mismo y quizás eso hiciese que sus sentimientos tampoco fueran lo mismo.

 ¿Sus sentimientos eran tan superficiales? La respuesta que daba ahora a esa pregunta es que muy seguramente sí lo fueran. Confundió la amistad con el amor y la sobreprotección con apego. Lo quería, eso no tenía discusión, pero ¿Él como lo vería?

En esos tres años que habían estado hablando por internet, nunca había percibido un signo de ansiedad por querer verlo. Matthew nunca demostró tal cosa.  De pronto estaba armando una tormenta en un vaso de agua. El beso muy probablemente lo había afectado más de lo que parecía.

Y ahora se ponía a pensar en cómo vería a Maurice después de eso tan extremadamente extraño que estuvieron a punto de hacer.  Bueno, lo más lógico sería decirle que olvide eso y hacer de cuenta que nunca pasó.

Volvió a abrir su celular y vio la hora, todavía le quedaba bastante tiempo antes de tener que ir a la universidad. Colocó su brazo sobre sus ojos y sonriendo tontamente se quedo dormido.

***

Estiraba como matutinamente lo hacía. Primero los brazos, después la espalda y por últimas las piernas; un poco de trote y esa era su manera de mantener su cuerpo sano. Elliot se metió debajo de la ducha y se bañó rápidamente. Hoy estaba más animado sin duda alguna, porque no tendría que ir a la universidad donde se había encontrado con ese desagradable tipo que le había humillado. Es que de solo recordarlo sentía la bilis en su garganta. No tenía porque estresarse hoy.  Se arregló sus cabellos y se vistió con meticulosidad. Estaba completamente conforme con su estética el día de hoy.

Bajó y desayunó, luego de dejar todo organizado miró el reloj y se percató que iba tarde.

La verdad es que hoy no tenía muchas ganas de estudiar; quería estar en un bar, bailar un buen rato, tomar unos tragos y luego llegar tan cansado que como para dormir por una semana, pero hasta el momento solo podría soñar con eso.

Habría que esperar bastante para poder pensar en salir a un bar, quizá porque no tenía un grupo de amigos lo suficientemente grande como para ese plan.  Indiscutiblemente se encargaría de agrandar su grupo de amigos e irían a ese bar.

Sus mejillas se sonrojaron, pero eso ya era natural en él por el hecho de ser su piel bastante blanca y sensible.  El sol había provocado eso. Hizo sombra con sus manos sobre sus ojos y siguió caminando. Sintió una palmada en su espalda y al voltear, vio que era su amigo. Su nombre era Cedric, medía un metro noventa y tenía unos hermosos ojos azules y un cabello negro.   Fue el primer amigo que consiguió desde que llego de Escocia. Sin duda alguna le tenía mucho cariño, él siempre estaba pendiente de él y era muy amable.

—Buenos Días. —Sonrió Elliot mientras le devolvía la palmada.

La sonrisa de Cedric era increíblemente pura. A Elliot le agradaba el aire de sinceridad y paciencia que poseía.

—Hoy te vez más radiante que siempre.

Elliot un poco extrañado ante esa afirmación, sonrió nervioso y le miró con cierta expresión de culpa.

— ¿Me veo muy extravagante?

—Bueno extravagante siempre has sido, solo que hoy te veo más arreglado que siempre.

Elliot se examinó y pensó que quizás sí había exagerado un poco en su vestimenta.

—Bueno, tienes razón. Me veo algo llamativo con esto. — Dijo mientras señalaba a su camisa y su bufanda.

—Bah, que importa a mí me gusta.

Elliot pateó una piedrita y sonrió. La conversación siguió entorno a los trabajos y sobre los profesores. Cuando llegaron a la universidad, un chico los interceptó. La verdad si quería ser más exacto, se trataba del monitor de los dormitorios, él y Cedric eran amigos. Si era sincero le caía mal ese tipo.

—Allan ¿Qué pasa?

—Dios te estaba buscando hasta el cansancio.

Cedric levantó una ceja y se fue con él. Elliot hizo una expresión de molestia y siguió con su camino. La verdad es que siempre que esos dos estaban juntos a él le molestaba mucho y siempre terminaba haciendo pataletas. No entendía bien a qué se debía, pero lo único cierto es que le molestaba mucho que esos dos estuvieran juntos.  

Llegó a su salón y a pesar de que había llegado tarde, la clase no había comenzado. Se sentó en su puesto y se quedó mirando hacía el tablero con una expresión aburrida. Poco después vio entrar a una figura que resaltaba extrañamente. Era un chico que tenía el cabello algo largo y tenía un rostro muy lindo, si no viera su cuerpo se vería tentado a pensar que era una mujer.

No recordaba que alguno de sus compañeros fuese así y eso le intrigó. Extrañamente se quedó atento a los movimientos de ese chico y luego vio que llegaba Cedric y se sentaba al lado de ese chico, entonces se respingó y se fue hacia donde estaba su compañero.

Cedric lo miró y le hizo la seña de que acercara una silla. Él lo hizo y se quedó mirando atentamente a la pareja.

— ¿Quién eres? —Dijo sin rodeos.

—Soy Matthew , mucho gusto.

—Igualmente, soy Elliot.

No obtuvo respuesta después de esa afirmación y solo lo vio hablar con Cedric. Los ojos de ese chico le hipnotizaron de alguna manera. Si era sincero él era susceptible a cualquier tipo de belleza, así que era fácilmente impresionable.  Los movimientos delicados del ese chico le mantenían embobado. Cedric parecía comprender su modus operandi  y él también entraba en su rango de bellezas impresionantes.

La verdad poco había puesto atención de lo que habían estado hablando, pero escuchaba con atención ciertas partes, como de donde venía o como había su vida en Canadá. El tono de voz era inusualmente sensual. Elliot se sintió como un completo acosador cuando llegaban esos pensamientos a su consciente.

Luego de que llegó el profesor tuvo que dejar de pensar en esas cosas y concentrarse en lo que tenía la frente.

Quizás ahora estaba demasiado concentrado y gracias a eso no vio la mirada asesina que estaba sobre él.

Cedric no pudo aguantar sus celos, era de esas pocas veces que su cara de póker se quitaba para poner sus verdaderos sentimientos.  Ya hacía mucho tiempo se había mentalizado que no tendría porque exponer sus sentimientos, pero ese momento le traicionaba su inconsciente. 

Se  permitido reconocer desde hacer rato que estaba perdidamente enamorado de Elliot. Su cabeza ya no hacía conexión con nada más  ¿Qué si era hombre? No le importaba ¿Qué si él era gay? Pues bien lo sería y más estúpidas preguntas que se hacía su moral que estaba más rota que volverlo a decir.

Recordó el día que lo conoció y como fue innegable la atracción que sintió. Se le olvido cualquier posible factor y solo se concentró en acercarse a él. A pesar de su arrogancia y a pesar de ser un niño malcriado, todas esas actitudes lo hacía enamorar más. Era un chico demasiado inocente, aunque se hacía el experimentado, cuando llegaban a cosas como sexo, él sencillamente se sonrojaba y se encogía en su puesto con vergüenza. En momentos como eso le daban ganas de tenerlo en sus brazos y enseñarle todo lo que él desconocía.

Ya se consideraba que era un enfermo, pero ya no le importaba. Él único que sabía cuál era su gran “enfermedad” era Allan. La verdad nunca supo cómo fue que se enteró, pero lo cierto era que un día que habían estado tomado le dijo que él sabía que estaba obsesionado con Elliot, intentó negarlo pero fue imposible mantenerlo al final.

Siempre había visto a Elliot como alguien demasiado recto y por eso ahora estaba tan alterado por el hecho de que se que haya quedado mirando a Matthew  con ese brillito en los ojos como un quinceañera. Es que si tan solo él le mirara así, ya habrían llegado hasta quien sabe qué nivel.

Quizás si le confesara que Matthew se acostaba con Allan, no le volviese a mirar con esa expresión. Sinceramente la idea lo tentaba, pero había prometido guardar ese secreto fielmente.

Desearía que existiera algún maestro que le enseñara a controlar los celos. No podía hacer nada cuando una mujer se le acercaba, pero cuando se trataba de un hombre, sacaba su mejor arsenal para separarlo.

Esperaba que nunca se enterara que el motivo por el cual sus amigos eran muy limitados. Temía perderlo más que a nada. Era patético sin duda.

***

Hoy era el día sin duda alguna. Ya había hablado con Matthew y este le había dado una respuesta afirmativa para que se vieran. Joshua ya había terminado de ir a sus clases y ya eran casi las cinco de la tarde. Sacó su celular y le mandó un mensaje a Matthew diciéndole que le esperara que ya iba a llegar. Estaba un poco nervioso, pero ya no tenía ninguna confusión latente.

Vio la figura de su amigo en la puerta de la universidad y él se acercó corriendo.

— ¡Matthew! — Gritó mientras se acercaba.

Matthew volteó y saludo agitando la mano y sonriendo pacíficamente.

— Pensé que te demorarías más, mira te presento a unos amigos.

Joshua sonreía con algo más de alegría y fluidez hasta que vio la cara de uno de los susodichos amigos de Matthew. 

— Mira él es Cedric y él es Elliot, estudia lo mismo que tú que coincidencia ¿no?

Hubo un silencio incomodo y MAtthew sonreía al no ser capaz de explicarse el por qué de ese momento tan incomodo.

— ¿Pasa algo?

Joshua y Elliot se miraban como si hubiesen visto a la parca. Elliot se enrojeció de la ira y sencillamente bufando extendió la mano. Joshua le miró entre extrañado y divertido y le respondió a su saludo. Se presentó naturalmente a Cedric y luego se enfocó en Matthew. Sus expresiones se relajaron cuando Matthew era su centro de atención y de alguna manera eso hizo sentir incomodo a Elliot y no se explicó bien en qué sentido.

Cedric arqueó la ceja y claramente se fijo en las expresiones de Elliot. Algo sucedía con ese tipo y no le gustaba. Pasando su brazo sobre el hombro de Elliot trató de separarlo de la pareja, pero Elliot se resistía a irse y prácticamente terminó obligando a Cedric a que fueran con él.

Elliot estaba sorprendido al ver esas expresiones tan dulces con las que miraba a Matthew. Estaba furioso porque era un hipócrita y él detestaba la gente así. Luego de un largo rato Cedric le confesó que estaba cansado de seguirlos y que él se iba a ir si seguían siguiéndolos, a lo que él terminaba de decir eso Elliot se sintió culpable y no se separó de él.

— Vale lo siento, es solo que estoy algo alterado.

— ¿Ah sí? —Trató de sonar desinteresado.

— Sí, él es un tipo que conocí en mis clases de intercambio en la otra universidad y es un completo cabrón. No puedo creer que se comporte tan amablemente con Matthew además de no imaginarme que fuesen amigos.

Cedric ocultó su suspiro de alivio carraspeando un poco y luego volviendo a su sonrisa normal.

— Bueno eso es normal ¿Qué te parece si vamos a comer algo?

Los ojos que se fijaban con odio a la pareja que se alejaba, se iluminaron inocentemente y luego de asentir empezó a enumerar las cosas que quisiera comer. Cedric sonrió ante esa expresión tan linda, según a su parecer y diciéndole que podría comer todas esas cosas, los alejó de la pareja.

***

— No quería parecer intenso. Lo siento.

— No te preocupes, es normal que seas así.

Joshua miró al suelo y se quedó pateando algunas piedritas. El silencio que de repente se tornó fue algo incomodo. La verdad es que no se sabía muy bien a qué se debía. Joshua estaba extremadamente tentado a tocar el tema que le atormentaba, pero no sabía cómo abordarlo.

— y ¿Cómo está Maurice?

Joshua levantó la mirada y le miró extrañado. Se quedó callado un momento y luego respondió.

— La verdad es que… No lo he visto.

— ¿Ah sí? —Sonó indudablemente aliviado. —Ya veo.

— ¿Por qué preguntas? ¿Quieres que salgamos los tres?

Joshua sabía para donde iba a la pregunta y que Matthew sabía que quería de respuesta, pero los dos obviamente no iban a sincerarse aunque el silencio delatara claramente las intenciones de los dos. Matthew sentía que no le iban a dejar saltar esa pregunta tan fácilmente.

— ¿No quieres verte con Maurice? ¿Es eso?

Maurice sonrió  con una expresión que decía que “Sí” pero sus palabras lo contradecían.

— ¿Cómo crees? —Rió claramente para ocultar la verdad.

— Lo creo porque nunca me respondes afirmativamente para que salgamos los tres.

Matthew despeinó sus cabellos y miró hacia el suelo.

— ¿no piensas responder? ¿Por qué?

— Mira Joshua. —Le interrumpió su torrente de preguntas. —Las cosas con él se han tornado algo complicadas, así que no puedo estar tan cómodamente respondiendo tus inquietudes.

— ¡¿Cómo que no?! —Exaltado respondió. — ¿Acaso crees que no merezco saber si pasó algo con Maurice?

— ¡¿Pasar algo?! —Respondió gritando. — ¿Cómo qué según tú?

— ¡Pues eso me gustaría saber!

—  Qué importa. De pronto se dio cuenta que no vale la pena tratar de revivir una amistad extinta.

— ¿Me crees imbécil? Maurice ansiaba tu regreso más que nadie y lo sabes, por eso nunca se despidió de ti.

Matthew se quedó callado y mentalmente se dijo —“Eso lo sé más que nadie”.

— ¡¿Qué le hiciste?! ¡¿Lo besaste como a mí?!

Joshua después emitió un gemido de dolor y se percató que había dicho algo que no había querido. Su subconsciente lo traicionó, él no quería sacar a ese tema a colación.

Matthew abrió los ojos espantado y se quedó mirándolo.  Luego esquivó la mirada para luego quedarse mudo.

— Lo siento. —Fue todo lo que dijo.

Joshua masajeó el puente de su nariz.

— Perdón eso no tenía porque sacarlo a relucir. No era lo que yo quería decir realmente.

— Mira la verdad es que yo me vi antes con Maurice y tuvimos una discusión, precisamente por… eso. Luego él decidió que no me volvería a hablar y ya eso fue todo.

Joshua no sabía hasta que punto debía preguntar o qué debía hacer realmente.  ¿Debería seguir la conversación? ¿Lograría que le dijera más cosas? ¿Debía preguntar sobre ese tal Collin? Ahora mismo su cabeza era un hervidero de ideas.

— ¿Quieres venir a mi casa? Creo que sería justo poder sentarnos a hablar ¿No te parece?

Matthew asintió y se dirigió pacíficamente a la casa de él.

Lo que realmente pensaba en ese momento no era nada agradable. Pensaba que todo había sido una mala broma de Maurice y sinceramente sentía que eso no era posible, pero prefería engañarse con eso antes de irle a preguntar si realmente era verdad.

Ahora se dirigía a la casa de Joshua a hablar, pero ¿De qué?  ¿Qué le iría a preguntar? ¿Sobre Collin? Ciertamente sería un buen tema por donde comenzar a preguntar, pero no hablaría por nada del mundo y eso estaba decidido.

No se demoraron mucho en llegar a la casa de Joshua y hubiese deseado que se demoraran más.  Joshua no había pronunciado palabra y es que era difícil intentar hacerlo.

Al parecer todo se estaba conspirando en su contra, cuando al entrar a la casa de Joshua se escuchó el timbre y al ir a abrir resultaba ser Maurice. La verdad, es que le hubiese gustado cerrarle la puerta en la cara, pero no había forma que eso pasara.

— Hola. —Saludó incomodo.

Maurice se quedó mirándolo y no correspondió el saludo. Eso enervó los nervios de Matthew, pero este no demostró nada.

— He venido tal cual me lo has pedido. —Dijo en tono ronco a Joshua que estaba en las escaleras.

— Bien, ahora suban. 

Los dos sin protesta alguna subieron en un silencio sepulcral.

Al entrar al cuarto de Joshua, Matthew  y Maurce se sentaron en la cama y Joshua se excusó mientras iba a subir algo para tomar.

Cuando el cuarto quedó solo, Maurice se levantó de la cama y se dirigió a la puerta, pero fue detenido.

— ¿Qué le has dicho?

Maurice se volteó déspota y no respondió.

— Habías prometido que no le dirías nada.

—Y así ha sido.

— Entonces ¿Cómo parece de repente que sabe algo que quiere que le digamos para confírmalo?

— Él no es imbécil ¿sabes? Tiene toda la razón de sospechar. No es que hayamos dicho algo, es que somos demasiado obvios.

No tenía nada que decir en contra de eso, era verdad. Tanto que le huían, el hecho de acérrimo rechazo a penas cuando medio nombraba al otro. 

— ¿Y ahora que le voy a decir?

— La verdad ¿quizás?

— Sí, claro. —El sarcasmo no se hizo esperar.

— ¿Qué problema hay con eso?

— Mi intención no era que se enteraran  de esto ¿Sabes?

Maurice rompió su cara de póker y se botó encima de Matthew.

— ¡¿Por qué?! ¿No se supone que son amigos? ¿No se supone que somos amigos?

Matthew estaba petrificado y se quedó mirando a ese frustrado Maruice.

— Estoy decepcionado, pero nunca hubiese querido que las cosas se diesen así.

— ¿Y por qué decepcionado? ¿Qué esperabas de mí acaso? ¿Crees que podría llegar después de tres años y decir “hola amigos, soy gay”?  No  seas imbécil.

Era verdad, era muy iluso. Era un gran idiota por querer razonar.

— Está bien, está bien. Me siento idiota por torturarme tanto por ti.

— ¿Torturar? Pero  ¿Qué sucede contigo?

 — ¡Eso ni yo mismo lo sé! ¡Ah!

Matthew agarró de los hombros a Maurice y trató de separarse, pero no pudo.

— Cada vez que trato de ser razonable, algo en mí evita que pueda pensar con claridad. No trato de ser cruel contigo, pero todo de ti me obliga.

Eso dejó sin nada que decir a Matthew, este se quedó pasivamente mirándolo sorprendido y luego no pudo evitar reír. Esas palabras o más bien, unas parecidas había dicho Collin. Conocía bien esa actitud, eso solo podía significar una cosa y la verdad le asustaba la idea de que fuera verdad, pero no veía otra opción.

— ¿Entonces estás sugiriendo que te gusto? 

Maurice se espantó y se separó de él.

— ¿Q-Qué estás diciendo? ¿Estás loco?

Matthew sonrió, se levantó de la cama y se paró al frente de Maurice.

— Si no es eso, entonces explícame qué es.

La cabeza  de Maurice comenzó a dar vueltas y sintió que su corazón se aceleraba ¿Cuál era la razón? ¿Cuál era? ¿Cuál era? ¿Cuál era? De por dios que alguien le dijera.  Antes que pudiese responder, el rostro de Matthew se fue acercando rápidamente y entonces posó sus labios sobre los ajenos.

Todo pareció desaparecer. Su cuerpo se tensó y se quedó mirando fijamente a los ojos que estaban tan cerca de los suyos. Poco después de eso MAtthew se separó y con una expresión seria le miró.

— ¿Esto te da asco? ¿Te sientes decepcionado de mí? ¿Sientes la diferencia de esto con el beso que le di a Joshua? Este lo di estando consciente, sabiendo perfectamente a quien se lo estaba dando. Si sobrepones todo ¿Qué piensas de mí? ¿Qué sientes en este instante?

La mirada seria y fija de MAtthew no se quitaba. Maurice se sintió intimidado, por un momento su corazón había saltado pero se dijo que debió haber sido por la sorpresa. Se separó un poco de Matthew y no sabía que pensar en ese momento, lo único que tenía claro es que ese chico tenía que estar demente.

Entre eso, abrió la puerta Joshua subiendo los tés y se repartiéndole a cada uno su vaso los invitó a sentarse. Joshua pareció no percatarse que había sucedido algo, así que tranquilamente continuó con su propósito

— Bien, hasta que al fin se dejan ver juntos.

Maurice evitó sentarse en la cama y se quedó de pie.

— Quiero que hablemos, creo que debemos hacerlo.

— y según tú  ¿De qué?

— Bueno creo que preguntas hay muchas y no sé si habrán respuestas.

—Bien. — Bufó Maurice. —Comienza el interrogatorio.

— Deja esa actitud. —Joshua resopló.

Matthew se levantó de la cama y se fue al lado de Maurice. Este claramente se tensó y no se explicó el por qué se había parado.

— Joshua. —La voz de Matthew resonó.  — ¿Cuál es el problema?

Este se quedó callado y luego organizando sus ideas, las trató de exponer cortas y claramente.

— Bien principalmente sería Collin, Maruice y yo.

Matthew se mosqueó un poco pero trató de no demostrarlo mucho.

— Bien entonces dime ¿Cuál es problema contigo?

Joshua se levantó y se acercó a Matthew.

— El que me hayas besado.

— Bien  ¿Y qué problema hay con eso?

Joshua se sorprendió ante esa actitud, pero luego se puso a pensar que quizás no tenía razón de ser ¿Qué le exigía? ¿Qué explicara el por qué lo beso? ¿Qué le pidiera disculpas?

— Bueno… yo. —Flaqueó su voz. —Realmente yo no tengo problema con ese beso sino con lo que lo causó.

Matthew arqueó una ceja y se quedó confundido.

— ¿A qué te refieres?  ¿la causa?  Bueno… estaba medio dormido y… — La explicación después de eso fue lo que se le complicó.

— ¿…y? —Dijeron en coro Maurice y Joshua.

— Sé que fue por ese tal Collin. —dijo sin chistar Joshua. —Pero quiero que me expliques quién era él.

Eso era lo que quería evitar a toda costa.

— Mira Matthew, puedes decirnos si era tu novio o lo que sea, solo queremos saber la verdad. —afirmó Maurice.

— ¿Novio? No, no es nada de eso.

— ¿Entonces te besas con cualquiera?

— Bueno… no lo pongas así tampoco.  Digamos que él fue alguien que… se interesó en mí pero que nunca quiso tener un “relación” conmigo y aún así estábamos juntos.

— ¿Juntos? ¿A qué tipo de juntos te refieres?

— Pues. —Suspiró.— al tipo de juntos que se imaginan.

Nadie habló más que eso. El silencio invadió el recinto, pero este parecía decir más que cualquier otra cosa.

 Maurice comenzó a caminar por la habitación y se sintió como un león enjaulado, entonces sin quererlo sacó otra pregunta.

— ¿Tú tienes ese tipo de “estar juntos” con ese tipo?

Y ahí estaban los temas que quería evitar. Maldita sea, estaban atinando a todo lo que no quería decir. 

— ¿Cuál tipo? — Dijo sinceramente confundido Joshua.

— Mi monitor de dormitorio. —Respondió rápidamente Matthew.

Joshua se quedó estupefacto, además de confundido.

— Maurice, ese tipo de cosas creo que están claras ¿Para qué preguntas?

Maurice bajó el rostro y entonces apretó sus puños dentro de los bolsillos de su pantalón.

— Oigan, Oigan, por favor explíquenme qué pasó aquí ¿Cuál tipo? ¿Cómo sabes tú de eso Maurice?

 —Mira Joshua. —Interrumpió Matthew. — La verdad es que Maurice y yo nos peleamos porque él me ha visto jugar con mi monitor de dormitorios.

Joshua miró al suelo y entonces se rió por bajo.

— Ya veo.

De alguna manera estaba furioso y no sabía si era porque MAtthew ni siquiera trataba de esconder el hecho de que coqueteaba con un tipo o porque Maurice no se hubiese dignado a decirle.

— Perdón. —Susurró Maurice.

— ¡Ya lo sé! No debe ser fácil venir a decirme esto, pero qué piensan que soy ¿un troglodita? ¡¿Qué los voy a moler a ostias por decirme?!

—No, no, pero…—Matthew trató de calmarlo. — es solo que…

— ¡¿Qué?¡

— Mierda, escucha, no queríamos aumentar el problema, no queríamos discutir sobre eso, pero tú insistías e insistías y eso nos ponía en una situación apretada ¿sabes?

Joshua se exasperó y paró a Maurice que al parecer no sabía decir las cosas.

— Ya vale… ya me importa una mierda todo esto.

— ¿Qué dices? —dijo preocupado Matthew.

—Quiero dejar este tema cerrado, por mi parte no lo van a volver a escuchar y espero que no me vuelvan a hablar de eso.

Maurice se rió y no pudo evitar pensar que ese Joshua se estaba comportando como una inocente muchacha herida, entonces solo asintió y afirmó que él no volvería a hablar del tema con él. Matthew no podía desear más y él también afirmó que no volvería a hablar sobre eso.

 Poco después de eso, las cosas con Joshua quedarón normales, pero entre Maurice y Matthew, no había ningún tipo de juramento, esa guerra seguiría sucediendo, solo que debajo de telón.

Cuando cada uno se fue para su casa Maurice detuvo a Matthew y le acercó.

— Tú y yo no terminamos de hablar.

Matthew sonrió pícaramente y entonces se deshizo del agarre.

— ¿Tienes la respuesta a las preguntas que te hice? ¿Te gusto? ¿Sentiste asco? ¿Qué piensas de mí ahora?

Maurice entrecerró los ojos y sin pensarlo más se acercó violentamente sobre Matthew y le robó un beso.

Los labios fueron algo torpes y pero lograron robar el gemido de sorpresa de Matthew.

— Quizás no tenga las respuestas, pero no creas que esto se va a acabar con un poco de tu charlatanería.

Matthew se quedó estupefacto en el momento que lo vio alejarse y perderse entre la gente.  Después se rió de su situación.

— Este tipo tiene que estar loco. —Siguió riendo.

Se dirigió para su casa y no dejó de pensar ni un solo momento en lo raro que se había tornado la situación.

 

 

Notas finales:

*Rie tontamente*

espero que les haya gustado!! yo fui feliz escibiendolo.. 

ya saben

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bye bye


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