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Realidad por natalia clow

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Notas del capitulo:

No tengo mucho que decir, pero solo quiero pedirles disculpas por haberles dejado 2 meses sin su capitulo!! la universidad es perversa en serio!!

Bueno.. solo me queda decirles que

Buena lectura!

CAPITULO 6

“¿YO SOY EL MALO?”

Joshua reía tontamente mientras daba vueltas en la cama de Matthew. Habían coaccionado con Allan para que le dejara entrar y este claramente accedió. Matthew estaba duchándose y le  había dejado solo en la habitación. Claramente se aburría a montones y le entró una curiosidad maligna, emepezó a gatear hacía el celular de Matthew y cuando lo fue a coger, este comenzó a sonar. Se asustó, lo debía reconocer, pero entonces tomó el celular y mirando lo que mostraba la pantalla, esta mostraba un mensaje — “Mensaje nuevo de: Jostein“— Joshua ronroneó, mientras sentía que recordaba ese nombre de algún lado, entonces decidiendo terminar de cometer el crimen, abrió el mensaje y leyó lo que contenía.

“Hace tiempo que no nos vemos, pero definitivamente no podría dejar de visitarte, estaré llegando mañana al aeropuerto aproximadamente hacia las 10. Ven a recogerme.”

Joshua de repente tuvo un recuerdo instantáneo, entonces supo quien era  Jostein y de donde le sonaba ese nombre. Recordó que al segundo año de Matthew estar en Canadá, en una video llamada apareció con su mejor amigo de allá  y hablaron toda la tarde, pero como solo hablaron esa vez, no lo recordaba muy bien.  

— Va a venir ¿Eh?

Repentinamente se sintió muy excitado y comenzó a jugar con el celular entre sus manos. La moral le decía que no lo hiciera, pero realmente no estaba escuchándola ni un poco. Luego de tener una efímera batalla mental, no lo pensó más. Sus dedos rápidamente buscaron el mensaje y este fue eliminado.  

¿Por qué quería que no se vieran? La respuesta era tan sencilla como el hecho de que simuló dejar de importarle el tema de Collin. Estaba seguro que incluso si le rompía la cara a Matthew este no le diría absolutamente nada. La cuestión era que no podía quedarse sin que esas preguntas fueran contestadas.

Dejando el celular en el mismo lugar, rápidamente volvió a su sitio.

Matthew salió de la ducha ya vestido, pero aún su cabello goteaba.

— Escuché que mi celular sonando ¿Qué era?

Olímpicamente sonriendo ocultó cualquier rastro de culpabilidad.

— No, no ha sonado.

— ¿En serio? ¾ Extrañado va y revisa su celular y no encuentra nada extraño. ¾ Bueno quizás lo he imaginado.

Matthew se sentó al lado de Joshua y recostándose contra la cabecera de la cama, comenzaron a hablar de cosas triviales.

***

— ¡Demonios! Ya son las diez y media.

Un muchacho alto hacía frente al horrible frío, frotando sus manos dentro de sus bolsillos. Tenía una piel en extremo blanca y unos ojos color verde oscuro.  Había intentado llamarle varias veces, pero Matthew no respondía a ninguna de sus llamadas. Se estaba comenzado a molestar cuando su celular comenzó a vibrar.

— ¿Sí?

— ¿Jostein?

— Sí, con él ¿Quién habla?

— Hola soy Joshua ¿Me recuerdas?

— ¿Joshua?  — Dijo realmente confundido.

— Bueno — Rió con sinceridad. — Sí, supongo que es difícil recordarme. Hace un año hablamos a través de una video llamada. Soy el amigo de Matthew con el que hablaste.

—Ah… Ya recuerdo.

— Bueno, Matthew me comentó que venías, pero se le hizo imposible venir a recogerte, así que me ha mandando  a mí.

— ¿En serio? — El tono molesto era claro.

— Oh Sí, entonces ¿Todavía estás en el aeropuerto?

— Sí.

—Vale, llego allá dentro de poco.

Terminado la conversación sin ningún preámbulo más, Jostein se quedó jugando con una piedra con su pie y mientras lo hacía comenzó a sonar el pito de un auto.

— No me demoré mucho ¿Verdad? ¾ Joshua sacó la cabeza por la ventana del taxi mientras le hacía señas con la mano.

Jostein se acercó al taxi y subió sin rechistar. 

— ¿Por qué no contestó Matthew?

Con esa pregunta dejó a Joshua callado ya que este era el culpable de que Matthew no contestara. Estaba seguro que si hablaban antes de él poder hacer algo, entonces se quedaría sin ninguna oportunidad de saber la verdad.

La cuestión es que había escondido el celular de Matthew y lo había apagado para que no lo pudiese encontrar, así que por lo menos por hoy, contactar a Matthew iba a ser imposible.

— Bueno, da la casualidad de que hoy ha tendido que atender unas cosas de la universidad, así que prácticamente no existe para nadie hoy.

— Ah… ya veo. ¾ Ligueramente se sintió la desconfianza pero luego no tenía por qué y lo dejó pasar.

Joshua miraba por la ventana del taxi y de vez en cuando desalineaba fugazmente a Jostein y veía su rostro impasible e indescriptiblemente perfecto.  En ese momento se hizo consciente de que quizás la broma le iba a costar caro, pero su parte “mala” desechó esas ideas.

— ¿Podré ver a Matthew hoy?

—  Posiblemente no.

— ¿Entonces dónde demonios me voy a quedar a dormir?

— ¿Eh? ¿Matthew te va a dar posada?

— Pues claro, no conozco a nadie aquí.

Joshua tuvo un muy severo deseo de pegarse una buena ostia, por ser un completo imbécil.

— Ya veo. Bueno no me ha comentado nada, pero si gustas ¿Por qué no te quedas en mi casa?

Jostein le miró extrañado y Joshua de hecho sentía que la cara le ardía, quizás fueran los nervios que se le estaban subiendo a la cabeza y estaban causando estragos en su  sentido común.

— Bueno supongo que si Matthew no me contesta no me quedará otra opción.

Joshua no identificó realmente la decepción de sus palabras, pero quizás si había cometido un error.

— Me gustaría que habláramos.

Jostein voletó a mirar y se quedó detallándolo con curiosidad.

— ¿Tenemos algo de qué hablar?

— Quizás no lo parezca, pero sí.

— ¿De qué si se puede saber?

— No creo que sea el lugar más indicado para discutir.

El silencio, claramente expresaba que la conversación había muerto bruscamente.

Después de un largo rato, llegaron a la casa de Joshua y en ella solo estaba el novio de Margareth.  Este entrecerró los ojos al ver a ese chico que nunca antes había visto, pero no dijo ningún tipo de comentario ácido que pudiese a dar a entender su desconfianza.

— Se quedará a dormir esta noche. ¾ Fue todo cuanto explicó.

Subieron los dos en silencio y apenas entraron al cuarto, Jostein lo empujó contra la pared, quedando Joshua dándole la espalda a Jostein y éste presionándolo.

Joshua quedó estupefacto, pero luego de recuperarse, molestó espetó.

— ¿Qué demonios crees que haces?

— Eso mismo digo yo.

—¿Eh?

— ¿Por qué Matthew no vino a recogerme? ¡Dime la verdad!

Joshua hizo una rápida revisión entre todo lo que dijo, pero no le pareció que hubiese pecado en algo específicamente.

— ¿De qué hablas? ¡Ya te dije la verdad!

— No soy estúpido. ¿La universidad? ¡Oh vamos! Realmente él no podría poner esa excusa, porque hemos estado hablando y él me comento que no tiene nada que hacer allí.

— Si no me crees, llámalo entonces.

 Jostein lo soltó y tomando el celular de Joshua marcó y de nuevo no le contestaba.  Este botó el celular sobre la cama y luego desesperado se sentó en el suelo y se recostó contra la cama.

— ¿Qué pretendes?

— Nada. — Se quejó Joshua. ¾ No es que te fuera a violar ¿Sabes? Solo quiero hablar contigo y Matthew me ha mandado a recogerte, es todo.

Jostein pasó sus dedos sobre su cabello y lo despeinó un poco.

— Y bien ¿De qué quieres hablar?

— Collin ¿Te suena el nombre?

Jostein se espabiló y le miró con cierta cara de extrañeza.

— Matthew… ¿Te contó?

— ¿Qué sabes tú? ¿Te molestaría contarme?

— Entonces no te ha contado nada. ¾ Resopló molesto. ¾ Y si es así ¿Por qué debería yo contarte?

—  ¿Tan grave fue lo que pasó?

Las miradas se encontraron y se escudriñaron lentamente, como si así pudieran identificar las verdaderas intenciones.

— Prometes que esto será un secreto para Matthew. En serio, estaríamos en terribles problemas si él se llega a enterar que yo te conté.

Joshua tragó saliva y asintió, entonces sentándose a su lado, se quedó mirándolo y él comenzó a relatar.

***

La mañana trascurría horrorosamente. El cielo gris, las pequeñas gotas que parecían ya nieve y el viento soplando fuertemente. Matthew soplaba entre sus acunadas manos y luego las frotaba entre ellas. Ese era su primer día en su nueva escuela. Sus cachetes estaban quemándose con el frío. Caminaba lentamente dirigiéndose hacia la entrada del colegio.

Abrió las puertas y se dirigió lentamente hacía el salón, mientras que miraba todas las caras y ninguna parecía especialmente amigable, así que las ignoró. No es que fuera muy amigable y de hecho no venía con la intención de volverse popular o algo por el estilo. Por fortuna en el salón, estaba lo suficientemente cálido como para poder quitarse los guantes, la bufanda y la chaqueta. Sacó un libro de su mochila y poniéndose a leer, se perdió rápidamente del mundo.

Las letras lo seducían de formas extremadamente adversas y la abstracción lo tenía maravillado. Por eso no pudo decir a ciencia cierta qué fue lo que lo atacó, sólo que sintió que un balón daba contra él. Las gafas cayeron lejos de él. MAtthew con agresividad levantó al mirada y vio a tres chicos acercarse a él.

Todo estaba borroso para él, pero poco a poco las caras fueron cogiendo más nitidez. Se agachó a recoger sus gafas, pero un chico le agarró del cabello y lo levantó del puesto.

— Muchachos. — Dijo en tono bromista y cruel. — Hemos encontrado al cerdo de este año.

El coro de risas, no se hizo esperar mientras que lo fueron arrastrando fuera del salón, Matthew inútilmente intentó luchar. Siguió caminando por los pasillos y de repente terminó en una cancha de la escuela. El frío le penetró hasta los huesos y comenzando a tiritar, uno de los chicos le botó las gafas a la cara.

— Cerdo. — El que parecía ser el líder dijo. — De ahora en adelante estarás en el club de fútbol americano ¿Entendido?

MAtthew encanó una ceja mientras que se ponía las gafas y pudiendo enfocar en el tipo que le dirigía esas palabras, se envalentonó.

— ¿Ah sí? ¿Por qué debería?

—  Porque si no lo haces, te romperemos hasta la medula.

—  No es como si no me hubiesen pegado antes.

Matthew mirando seriamente al chico más grande, este sin pensarlo le pegó un puño en su estomago, que lo dejó sin aire.

— Seremos amiguitos. — Las risas no se hicieron esperar. — Y tú jugaras con nosotros ¿Entendido?

 Matthew le escupió en el zapato, mientras se rió o mejor dicho, hizo la mímica de hacerlo.

El chico de centro no hizo esperar su golpe y cada vez que Matthew le rechazaba, de nuevo lo golpeaba. Incluso Matthew sabía que debía haber un límite para eso, así que estando lo suficientemente golpeado como para querer recibir otro trauma, no le quedó otra que aceptar.

— ¡Listo capitán ya puse mi cuota para el equipo!

Un tipo muy acuerpado se fue acercando hacía él y Matthew temblaba pensando que le volverían a golpear.

— ¡Pero si esto no es más que una bola de grasa!

— Capitán. — Rió el otro estudiante. ¾ Usted dijo que tenía que traer a alguien, más no dijo que tenía que ser un atleta precisamente.

El Capitán se estremeció de la ira y le pegó una palmada en la cabeza.

— En el próximo partido serás el Quarterback y dejaré que te hagan un blitz y te rompan hasta el apellido.

El estudiante paró de reír y se luego se puso en tono conciliador, esperando así que por lo menos no “sobornara” a los hombres de línea y no dejarán que le hicieran blitz.

Matthew aún estaba recuperándose de los golpes cuando el Capitán lo miró con cierto desprecio y cogiéndolo del brazo lo levantó del suelo.

— Cerdo inmundo, ¿Cómo te llamas?

MAtthew se quedó callado y le miró con despreció, este no dudo en botarlo al suelo de nuevo.

— Pedazo de cabrón, cuando el Capitán te habla, respondes.

Matthew ocultó su rostro entre sus brazos y se quedó mirando y piso, entonces sin esperárselo, recibió una patada en su espalda.

El dolor le dejó en blanco la cabeza y solo dijo lo primero que se le vino a la mente.

— ¡MATTHEW!

El capitán sonrió y con satisfacción hizo que le mirara.

— Yo soy Collin, así que de ahora en adelante llámame  Capital Collin ¿Entendido?

 Matthew resopló y sencillamente asintió.

— Bien la mierdita ha aprendido modales, así que ahora tendrá que darlo todo o le romperemos a ostias su grasiento cuerpo.

“Bienvenido a Canadá” No le pareció más estúpida esa frase, cuando tuvo que pasar la ceremonia de apertura en la enfermería porque los golpes no lo dejaban ni mover. No es como si no fuera consciente que tendía que hacer algo con su grasiento cuerpo, pero nunca pensó que fuese a ser golpeado y humillado solo por eso.

La idea de jugar fútbol americano le parecía totalmente ridícula. Tendría que ver la oportunidad que tuviese para escaparse. Hablar con algún profesor quizás fuese una opción. Intentó dormir, pero el dolor en sus costillas se lo impedía.

Cuando intentó levantarse, una lágrima se derramó sin que pudiera darse cuenta y así una detrás se convirtieron en un torrente de frustración.

 

Ya por la tarde, pudiendo caminar más o menos normal, se encontró con Collin a la salida y este dándole una palmada en la espalda, le habló amigablemente.

— Querido compañero, recuerda que mañana es el entrenamiento a las seis de la mañana.

Matthew con los ojos apagados y ocultos tras sus gafas, solo asintió y pasando de largo, no quiso saber nada más de él. Collin le miró de reojo, pero luego se encogió de hombros y siguió su camino.

El día siguiente, era más que obvio, incluso Collin lo pensaba, que Matthew no iba a asistir a la práctica, por eso estaba esperándolo al comienzo de clases en el salón que le correspondía. Extrañamente esa mañana, no apareció.

Le preguntó a unos cuantos chicos del curso de Matthew, si había ido, pero al parecer realmente faltó.

Ahora pensaba que quizás le habían dado muchos golpes y eso había hecho que sus papás se alertarán, eso le traería problemas. Efectivamente estos no se hicieron esperan, aquella tarde fue citado por uno de los profesores y este le pidió una clara explicación por el maltrato al chico, que tuvo que ir al hospital por la golpiza.

Su sangre hervía y estaba consciente que en ese momento no es como si pudiera romperle la cara por hablar de más. Aquel día fue suspendido dos días y sus padres, se debe recalcar, no estaban muy felices que digamos.

Cuando Collin regresó se llevó una gran sorpresa. Aquella mañana en el entrenamiento, encontró al cerdo entrenando. Sonrió al pensar que ya le evitaban el irle a buscar. Había quedado claro que no podría golpear al chico otra vez, o bueno, que pareciera algo personal. En el fútbol americano era tan común los moretones, las partidas de extremidades y las contusiones que si el chico sufría, todo se debía al deporte. No se hizo esperar para hacer su presencia en el campo de juego y todos los jugadores se reunieron alrededor de él.

— Bien, me imagino que no harán estado rascándose las bolas mientras yo no estuve ¡¿Oh Sí?!

¾ ¡No! ¾ Respondieron al unisonó.

Collin organizó dos equipos que iban a enfrentarse, pero claramente donde colocó a MAtthew era en el equipo más débil e incluso, su posición como hombre de línea no era más como para comenzar a humillarlo y ultrajarlo.

El partido tal cual se había predicho, fue aplastante para el otro equipo y Matthew fue el más seriamente golpeado.

Así comenzó la relación de Matthew y Collin. Este no veía a MAtthew como algo más que una masa de grasa y Matthew no veía a Collin como algo más que un montón de músculos sin cerebro.

Matthew había decidido empezar a jugar Fútbol americano, porque se dio cuenta de que tan débil era. Le dio tanta impotencia ser débil que decidió por primera vez en su vida, enfrentar su debilidad de forma más agresiva, incluso si eso le representaba una pierna rota o un brazo roto, eso ya no le importaba.

 En ese partido sintió todo lo que quería destruir y aún así, se dio cuenta que eso lo seguía siendo más fuerte que él.

Los siguientes meses no dejaron de ser menos tortuosos. Cada vez eran más agresivos contra él. Lo único cierto era que Matthew a pesar de todos los golpes, heridas, hematomas y traumas, no dejaba de asistir a los entrenamientos. Poco a poco se fue dando cuenta que había empezado a crecer y también a adelgazar.

De alguna manera eso le  hacía entender que se estaba volviendo fuerte. Todos comenzaban a ser conscientes de que Matthew cambiaba en frente de sus narices y comenzaron a integrarlo.

Para el séptimo mes de ingreso de Matthew, este estaba totalmente formado y delgado. En los partidos ya hacía parte activa del equipo y ya podía resistir los placajes de sus compañeros. Debía reconocer que estaba muy contento con sus progresos. Aunque todo era felicidad, ahí fue cuando comenzaron los verdaderos problemas para Matthew.

En ese instante Matthew ya se había hecho entrañable amigo de un compañero de clase que también estaba en el equipo de fútbol americano, él se llamaba Jostein. Algunas veces Jostein le comentaba que en los vestuarios, había ciertos chicos que lo miraban extraño, pero Matthew hacía oídos sordos a eso.

Ciertamente la belleza de Matthew comenzaba a recalcar sobre los miembros femeninos, como masculinos. Las chicas ya comenzaban a invitarlo a fiestas y otro tipo de actividades sociales y a él no parecía disgustarle.

La popularidad era inevitable y el odio también lo era. Una de las novias de un compañero de MAtthew , le terminó porque quería intentar conquistar a Matthew, pero ese no era el único caso. Los chicos comenzaron a despreciar sin duda alguna la belleza y el encanto que él producía, pero eso no evitaba que todos estuvieran pendientes de él.

Jostein solo podía ser testigo de cómo Matthew se convertía en un mini idol en el mismo colegio. Imaginaba que los chicos le guardarían rencor, pero nunca se imaginó que llegará a ese extremo.

Aquella tarde después del entrenamiento, Collin se quedó en los vestidores con dos compañeros y Matthew había sido el encargado de recoger todos los implementos del juego. Nadie podía ayudarlo, porque él que lo hiciera tendría que un castigo monumental. Todos le tenían miedo a Collin y sus castigos, así que todos se quedaban mirando a Matthew y luego de corto rato, se iban yendo.

Después de dos horas, cuando ya todo estaba desolando, MAtthew se fue a los vestidores y al entrar, fue inmediatamente apresado por los dos compañeros que estaban con Collin. Este estaba totalmente enfurecido, porque su novia le había terminado ya que le gustaba Matthew más que él. Collin se acercó y le tomó el mentón. Los ojos de Matthew, con una expresión llena de tranquilidad combinada de esa confianza extrema, le hizo sacar el quicio.

— Me pregunto que verán las mujeres en este tipo que parece más una de ellas que un hombre.

Matthew rió y contesto.

— No es mi culpa que los músculos sin cerebro ya no estén de moda.

Antes de poder mantener su cara de poker, recibió un golpe en el estomago. Ya estaba acostumbrado a los impactos, pero definitivamente un puño era un puño.

— ¿Me tienes tanto miedo que necesitas dos esbirros que me sostengan? — El inigualable sarcasmo siempre a la vista.

Collin explotando en ira, hizo que los dos chicos soltaran a Matthew y les hizo que se fueran. Después de que los dos terminaron solos, MAtthew solo se burló de lo fácil que era manejar a tipos como él y se empezó a desvestir.

— Si quieres recuperar a tu novia, es tan sencillo como que te metas algo de información útil a esa masa gris.

Collin no podía aguantar más la ira y le pegó una patada en el estomago a Matthew que le hizo rebotar contra la pared. Cuando Collin se le sentó encima de las caderas y lo aprisionó con las piernas, le tomó del cuello y fue cuando ahí, todo se salió de control

— Pero miren que tenemos acá. — Le tocaba el torso. — Matthew es tan delicadito como una niñita.

— Y usted Capitán Collin es tan bruto como lo demuestra.

Por alguna extraña razón, Collin no le golpeo por eso, más bien le pareció que debería haber un castigo más doloroso que unos cuantos golpes. Se acercó al cuello de Matthew y delineándolo con la nariz, se dirigió a su hombro y lo mordió con furia.

— ¡¿Qué coños haces?! — Matthew estaba seriamente afectado y comenzó a luchar.

 A Collin se le escapó una sonrisa maliciosa, entendiendo que solo así podría ganar contra la sobrades de MAtthew.

En ese momento Collin no se explicó que hacía que su corazón hubiese comenzado a latir con tanta fuerza, pero lo ignoró por completo y siguió con su camino.

— Haré que entiendas que solo eres una niñita y por eso no mismo no podrás estar con una mujer.

— Pues seré lesbiana entonces.

Collin entrecerró los ojos ante esa respuesta y se fue a su clavícula y le mordió de nuevo. Las manos que la mayoría del tiempo se la pasaban atacando, ahora parecían querer con cuidado tomar a la criatura entre ellas y asfixiara entre la tortura más elaborada.

Sus ojos miraban la cara de terror de Matthew, pero ahora lo ignoraba. Precisamente quería que sufriera y si los golpes no servían, tendría que ser con otro método. Sus ojos parecían engañarlo, cuando mientras delineaba el torso de Matthew, lo encontraba encantador; la piel que se marcaba en sus músculos, sus pequeños pezones rosados, las cicatrices de viejas heridas, los hematomas de nuevos golpes, la elasticidad de su cuerpo y la belleza de su rostro. Quería ignorar de que estaba siendo arrastrado a ese tipo singular de encanto, porque él no era que le gustaran los hombres, solo quería darle un castigo a ese tipo en especial.

Con agresividad le tocaba el pecho y delineaba los pezones. Matthew cerraba los ojos por el físico miedo y resolviendo esperar el momento adecuado para atacar, esperaba el afloje en el agarre de Collin.

Los latidos se convertían en salvajes envestidas a sus nervios y no podía controlarse a esa altura. Collin comenzaba a entender que a ese paso se vería envenenado por Matthew a un punto de no retorno, pero no quiso escuchar la advertencia bajo ninguna circunstancia.

Era imposible que Collin supiera que Matthew había sido abusado en el pasado, pero Matthew pensaba que debía darse cuenta de que él no solo estaba haciendo una pataleta para evitar ser violado, sino que era algo mucho más profundo.   

No hubo la oportunidad de que Collin se fijara si Matthew por lo menos se defendía o le gritaba groserías por lo menos. En ese momento no era más que una muñeca para él.

Una descripción no era necesaria para hacer entender que el acto se había consumado violentamente. Collin había empezado a recorrer un camino que no tenía vuelta atrás. 

Notas finales:

Ya saben 

SIN COMENTARIOS NO HAY CAPITULO!!

BYE BYE


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