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Realidad por natalia clow

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Notas del capitulo:

Buenas y santas y muchas tantas!!

 

Quería comentarles que este capitulo es mouy especial!!! ¿Saben por qué? Porque este capitulo es hecho exclusivamente en regalo por el cumpleaños de esta historia!! 

 

Carajo yo creo que ni ustedes ni yo hemos sentido que llevamos 1 año con esta historia, pero así es. 

 

Nuestros queridos Matthew, Joshua y Maurice (y los demás XD) llevan torturandonos la vida 1 año

 

Espero que lo que reste de la historia, pueda seguir contando con ustedes. Estoy muy agradecida por el apoyo.  

 

Yo a estas alturas me pregunto que cómo la gente puede gustarle mi historia si realmente no es la gran cosa, pero independientemente de lo que sea, me alegra ver mucho los comentarios de personas que afirman haber llorado con mi historia, de ver todo esos deseos de su continuación, de ver el apoyo constante.

 

Si esto lleva 1 año vivo es por ustedes!! por su apoyo y porque siempre estimulan mi imaginación.

 

Muchas gracias lectoras y lectores (que le hecho de que haya hombres leyendo mi historia me hace supremamente feliz) :D

 

Bueno sin nada más que decir. 

 

BUENA LECTURA!!

 

 

Yo soy el malo parte 3

No era bueno con las palabras y ahora no iba a sacar un discurso explicando que lo había seguido por los físicos celos y la frustración; también pensaba que no se necesitaba ser un genio para no darse cuenta que ahora la vida de él se veía dependiente de lo que Matthew hiciera o dejara de hacer. Él tenía que entenderlo ahora.

No pudo contenerse, era algo que ya era más fuerte que él. Acunó el rostro de Matthew en una de sus manos y sin preludio alguno, se acercó y lo besó. A penas los labios hicieron contacto, algo dentro de sí pareció encenderse, ese beso tenía que transmitir todo lo que él estaba sintiendo en ese momento.

Matthew estaba sorprendido y miró extrañado el rostro de Collin que se había deformado en una singular mueca que parecía mostrar dolor. Espero a que él se separara y sin mostrar ninguna expresión particular, se quedo mirándolo.

¿Qué es lo que quieres? — la voz bajó de tono haciéndola notar más seria.

Collin quedó estupefacto mientras sentía que había hecho una estupidez.

—  Yo te odio, no solo por la violación, sino también por el constante acoso. No creas que con venirme a besar vas a despertar sentimientos en mí y vamos a enamorarnos. No seas estúpido.

Sintió esas palabras como puñaladas frías, mórbidas y mortales. Tenía razón todo lo que le decía, no había forma alguna que alguien que le violó fuese a transformarse milagrosamente en la persona que fueses a amar; pero inocentemente lo había pensado.

No quería sencillamente darse la vuelta e irse, su orgullo lo mantenía pegado al suelo. Pero No podía mirarlo a la cara, la culpa no lo dejaba.

Lo siento. Susurró con sincero sentir.

Matthew lo miró con una risa entre burlona y vengativa. La verdad es que en ese momento tenía toda la noble voluntad que pegarle un puño. Ese tipo de cosas no son algo que se solucione con un lo siento. Si esa palabra hubiese solucionado algo en esta vida, no existirían policías.

Quiero que entiendas una cosa; Sí yo no te he denunciado, no ha sido por falta de pruebas o ganas, sencillamente quería evitarme problemas contigo.  Así que si también quieres evitarte problemas, te agradecería que me dejaras de buscar y te largaras.

Collin le regaló una mirada agria mientras que solo podía apretar los puños contra sus piernas. ¿Qué podía decir en su defensa? La única palabra que se le venía a la mente, ya la había dicho y no sirvió para nada.

Matthew estaba dispuesto, así fuese a los golpes, a hacerle entender que ya no quería tener nada que ver con él. Ciertamente se había reconocido que le gustaban los hombres, pero a él no le perdonaba nada de lo que le había hecho.

Si ya no tienes nada que decir, yo me largo. 

Collin levantó el rostro y le vio alejarse. Una parte de sí le decía que lo detuviese y la otra que lo dejase ir. Decidió hacerle caso a la parte de dejarlo ir. Realmente no era un buen momento para hablar. Quizás tendría otra oportunidad en el momento que él ya se hubiese calmado.

Le hizo seguimiento con los ojos mientras le veía de nuevo hundirse en el mar de gente. No había nada más que hacer, por lo que sencillamente tomó el rumbo para su casa.

***

Los siguientes días eran un claro reflejo de cambio. Collin ignoraba a Matthew y este de igual forma parecía huirle como si tuviese la peste.  La gente ya ni quería molestarse en saber que era lo que pasaba a ese par.

Collin había estado tratando de contenerse, estaba tratando de darle su espacio; quería que supiera que él entendía que había hecho mal y que podía respetar lo que él quisiese. Pero la intención no era no volverle a hablar. Quería solucionar las cosas, eso era algo que tenía bastante claro. Había veces que se reía dado a que por primera vez en su vida se arrepentía de haber herido a alguien.

Uno de los propósitos que se puso  en proyecto de remediar lo que estaba haciendo, era terminar con su novia. Tanto para ella como para él, había sido lo mejor, realmente ya no compartían nada. Comenzaba a darse cuenta que se le acababan las ideas a la hora de comenzar a cambiar. Quizás tenía cosas demasiado arraigadas, algo que no podía quitar tan fácilmente.

Se comenzó a fijar que su personalidad había empezado a cambiar sutilmente. Ya no era el mismo jefe que imponía las cosas, trataba de llegar a consensos, a la hora de formar los equipos, además de los entrenamientos. Se estaba volviendo más dócil.

Poco a poco se fue dejando de ir a las fiestas de su círculo de amigos. Y aquel que todo el mundo conocía como el tirano, irresponsable y vago, se convirtió en su antítesis.

Por alguna extraña razón quiso comenzarse a enfocar en la universidad, después de todo era su último año en el colegio y reconociendo que también era una excusa para no pensar en Matthew, estaba matando dos pájaros de un solo tiro.

Collin ya se había acostumbrado a su renovada vida, pero a lo que no podía acostumbrarse era a escuchar los constantes rumores de que Matthew se acostaba con  el primero que se le pasara por el frente. Si él estaba intentando cambiar, era precisamente por Matthew, pero este parecía concentrado en sus conquistas de una noche y no pensaba en siquiera tomarle en consideración. Tampoco era que esperara que solo porque él estaba cambiando, ya Matthew se consagrara a él y pudiesen tener una maldita relación normal, pero tampoco esperaba que empezara a restregarse a cualquier palo que se le apareciera.

Dado a lo constante y fastidioso de esos rumores, no pudo aguantar más y decidió una de esas tardes irse a la zona de bares gays. Iba a arriesgarse esta vez.

Aquel viernes inesperadamente el bar “The Stardust” estaba cerrado, así que Collin ya no sabía en donde buscar. Se quedó caminando entre el mar de personas, esperando que alguna señal llegara a él y le ayudara a ubicarse.

Pareciera que todo estuviese fríamente calculado. El mar de gente comenzó a arrastrarlo hacia el final de la zona de bares ya que al parecer había un gran evento. Cuando entró la tarima al final de la calle, se sorprendió ante la cantidad de personas que ya estaban ahí. Daba la casualidad que  el dueño del bar The Stardust,  estaba celebrando el aniversario de su bar, así que decidió  hacer una fiesta gratis para todo aquel que quisiera celebrar con él.

Obviamente era el más famoso bar de toda la zona, la gente estaba desesperada por estar en algún lugar más cerca de la tarima. El de forma inexplicable terminó justo al frente y totalmente incomodo no hallaba la forma de irse.

La fiesta comenzó y él envuelto se dijo que sería conveniente divertirse un poco. La música estrambótica inició y todos los cuerpos se aglutinaban para mostrar sus movimientos a la persona más cercana. Collin al comienzo algo cohibido, se dejó llevar por el ritmo y las personas a su alrededor y terminó bailando con un adorable chico que no parecía tener más de 16 años. Su pequeño y maniobrable cuerpo de alguna forma le recordó a una mujer y le pareció apetecible de tomar.

Sin mucha vergüenza, le tomó la cintura al chico y lo acercó. El pequeño chico se asustó y luego viendo la cara de Collin sonrió pícaramente y se soltó. Las manos de Collin recorrían sus caderas y luego pasaba a su abdomen. Analizaba las formas que chico le dejaba degustar. Incluso él pensó que no estaba mal si disfrutaba con ese chico una noche, pensó que sería divertido.

No parecía ser un novato, en parte eso le facilitaba las cosas. El chico comenzaba a acercarse incitándolo a que lo besara, pero a él no le interesaban esas muestras interacción. Con que se tocaran un poco, era todo lo que buscaba.

Mientras en su desenfreno por culpa del baile terminaron en contra una de las vallas que estaban a los costados de la tarima. Collin ya iba a sacar sus garras sobre su presa, pero al voltear en un acto de reflejo para ver que nadie los mirara, se encontró con la figura que estaba buscando. Ahí estaba, Matthew se contorsionaba bastante natural sobre un tipo. Un impulso quiso decirle que fuera a detenerlo, pero otro le decía que él también tenía derecho a disfrutar de la fiesta, así que  ora por el orgullo, ora por la abstinencia, decidió quedarse con el pequeño.

Comenzó a tocarle el pequeño pecho y trataba con rudeza sus pezones. El chico se molestó con el trato violento y lo alejó haciéndole una mueca desaprobatoria. Collin trató de contenerse al tratar al chico pero, siempre terminaba tocándolo de forma brusca.

El chico terminó por irse y él se quedó contra la valla. Un suspiro que fue ahogado entre los ruidos del ambiente, le puso un peso en su pecho. Al levantar la vista encontró todavía a Matthew bailando, pero esta vez con otra persona. Eso solo le hizo un hueco más profundo en su estomago.

Recordó el motivo por el cual había ido hasta ahí. Se envalentonó y empezó a cruzar el mar de gente. Mientras se iba acercando, cierto evento le pareció interesante. Mientras Matthew bailaba con el chico, otra llegó, los interrumpió y se “robó” a Matthew para que bailara también con él.

Quedando cerca de Matthew, esperó pacientemente a que la pareja se descuidara y apenas vio la oportunidad se acercó.

— Le disculpa si bailo con usted un rato. — Sonrió pícaramente mientras se interponía en la mitad de Matthew y su pareja.

La pareja de Matthew se alejó y Collin entró posesivamente a cogerle las caderas a Matthew. La situación de por sí era algo extraña, pero para Matthew ya estaba rayando la locura. No podía que creer que se fuese a encontrar a Collin en una fiesta gay.

E…Espera —  El confundido Matthew intentó alejarse de Collin. — ¿Qué rayos haces aquí?

Collin no respondió, solo sonrió. Ese acto congeló a Matthew.

Por cuestiones del ambiente,  Empezaron a bailar naturalmente, eso a Collin le tranquilizó.  Puso su boca en el cuello de Matthew y comenzó a darle fugases besos. Matthew confundido se separó de Collin y le miró fijamente, después le dio  en un gesto lleno de ira y  lo llevo fuera de la multitud enardecida.

Antes de que Matthew fuera a abrir la boca para quejarse sobre lo que acaba de hacer, Collin lo calló con un beso. Todas las quejas se quedaron dentro de la garganta de Matthew y su boca se vio totalmente derrotada ante los labios de Collin.  

Ese momento era por el que estaba esperando Collin, un momento en donde él pudiese hacer las cosas bien y de alguna manera demostrarle que ahora quería que lo mirara de otra forma.

Matthew entrecerró sus ojos porque su visión se estaba nublando. Ese beso de Collin le estaba llegando más profundo de lo que él mismo se esperaba. Algo dentro de sí comenzaba a ser succionado a un vacío que  no había sentido en mucho tiempo.

Se aferró a los hombros de Collin porque sentía que las piernas le estaban fallando y peor aún, él se estaba fallando a sí mismo. No sabía por qué cuando lo tocaba Collin su cuerpo se comportaba de manera especial. No era el primer beso que alguien experto le daba y aún así estaba completamente sodomizado como si fuese una virgen. Quizás era el miedo que le tenía o el odio, no lo sabía, pero lo que si tenía muy claro era que él no era él mismo cuando estaba con Collin.

Cuando ya Collin le terminó de besar y se quedó mirándole a los ojos, quedó gratamente sorprendido al ver como había logrado arrancarle un sonrojo a Matthew. Abrazó a Matthew mientras le mordía el cuello y bajaba hacia la clavícula.

— Detente. —  Matthew empujó a Collin mientras trataba de poner espacio entre los dos. —  Carajo, no sé qué intentas, pero por favor no lo vuelvas a hacer.

Por alguna extraña razón Collin no sintió que fuese un rechazo, esta vez parecía ser mucho más dócil que las anteriores.

¿Hacer qué? —  Preguntó entre inocencia y sarcasmo. — ¿Esto?Se acercó y mordió la clavícula de Matthew mientras dejaba un camino de besos a su alrededor.

Matthew lo empujó más en serio esta vez.

Desde eso hasta respirar. Una mirada déspota le regaló.

Esta noche no lograba convencerlo de que realmente no quería estar con él, o quizá sesta noche estaba siendo más terco que de costumbre.

Collin desvió la mirada y sin pensarlo dos veces fue y lo abrazó, entonces susurrando suavemente dijo:

Déjame hacer ésta vez la cosas bien.

Matthew encanó una ceja.

— ¿Según tú qué es hacer las cosas bien?

— Ese tipo de cosas no se responden, se demuestran.

Matthew desvió la mirada y bufó burlándose de  eso.

Collin lo tomó de la mano y lo llevó al apartamento de su hermano. Él sabía que no estaría dado a que estaba de viaje en otra ciudad, así que podrían hacer lo que quisieran ahí.

El viaje directo al apartamento estuvo en silencio, pero él no soltaba la mano de Matthew, quería evitar que huyera. Al llegar lo empujó dentro del apartamento y se lazó sobre él.

Quiero que esta vez me mires y me reconozcas.

Matthew estaba confundido, ya no sabía a que iba toda esta historia. Quería pensar que era efecto de algún alucinógeno.

— ¿Para qué quieres mi aprobación de tu existencia? ¿Qué ganas con eso? — Matthew encaró a Collin.

— Sí para ti ha sido fácil seguir con tú vida, para mí se ha quedado congelada desde hace meses atrás.

Matthew suspiró y antes de darse cuenta se vio privado del aliento. Collin no podía esperar más. Tenía que hacerle suyo de una forma en la que marcara en cada célula de su piel que él ya tenía dueño. Que podía estar con cuantas personas quisiera, pero al final siempre tuviese que regresar a su lado.

Las ropas no tardaron quitarse. Matthew había sido contagiado por ese fuego que los ojos de Collin tenían. Sus piernas temblaban ante la intensidad del sentimiento. Estaba siendo sumergido en un océano demasiado peligroso.  

Collin se sentía pleno, como no se sentía desde hacía tiempo. Por primera vez lo estaba mirando, por primera vez estaba en su dominio. Masajeó bruscamente los pezones rosados que se mostraban provocativos ante el pecho que comenzaba a sonrojarse.

Matthew estaba siendo devorado de la forma más pasional posible. Él mismo reconocía que era difícil que alguien le hiciese sentir así  de frágil y de deseado. Generalmente siempre que tenía sexo, él tenía que acomodarse a lo que la otra persona esperaba de él.

Pero las veces que alcanzaba el mayor clímax era precisamente cuando la sesión se volvía una en donde era el descubrimiento de las zonas erógenas  por medios varios, su principal evento; Ya fuera la boca, las manos, la lengua, todo servía a la hora de hacer la exploración.

Le fascinaba esa sensación de que ya no había lugares que no hubiesen sido besados, mordidos, lamidos y acariciados. No le gustaba que fuese algo pasivo y romántico, sino precisamente en el fuego de la pasión la forma de volver loco al otro descubriendo cada parte que lo hace gemir.

 Debía reconocer que descubrió que eso era lo que más le gustaba en una sesión de sexo, gracias a la intensidad de las violaciones de Collin. Debía reconocer que ese era su maldito primer hombre.

Collin estaba dedicado a la tarea. Su lengua recorría desde sus hombros bajando por todo su pecho y abdomen, no sin dejar un camino de besos alrededor del camino  húmedo.

Matthew se estaba perdiendo en el delirio que esas atenciones que poco recibía lo estaba volviendo. Las caderas habían comenzado en un vaivén tratando de encontrar algo en lo cual frotarse.

Collin se veía complacido al ver que Matthew ya parecía muy despierto, para todo el odio que parecía profesarle siempre. Sus dedos no descuidaban sus descubrimientos, cada lugar sensible que encontraba, lo mantenía en constante estimulación.

Dejó las atenciones del pecho y abdomen y retrocedió un poco.  En eso se escuchó un leve gemido de queja, por parte de Matthew.

Collin sonrió y abriéndole de piernas, le hizo alzar las caderas. Un hilo transparente se resbaló de las nalgas de Matthew y se unió con el suelo. El pene de Matthew estaba goteando abundantemente y ya había mojado sus nalgas.

Collin se vio tentado a llegar al miembro y comenzó besando el interior de la pierna y fue subiendo. Esa era la primera vez que a Matthew alguien la hacía eso y dado a eso no sabía que era tan sensible en aquella parte. Antes de que la boca de Collin hubiese llegado al miembro, este se contrajo y acompañado de un bufido ahogado, afrontó el orgasmo de la forma más silenciosa y discreta que pudo.

Collin fue recibido con el miembro goteando el semen recién producido.  Posó su mano sobre el miembro y acariciándolo fuertemente, sintió los últimos espasmos del Matthew.

— No… me toques más. No puedo con… ello. — Matthew no podía articular una frase completa, todavía quedaban oleadas de placer por su cuerpo.

Collin sonrió mientras se acercó su boca y engulló el miembro. Matthew produjo un sonido sordo mientras cerrando sus piernas encarceló la cabeza de Collin en su entrepierna.

— ¡Uhm! ¡Ah!... ah… No… me lo succiones con tanta fuerza… ¡Ah! Se… siente… demasiado bien. — La voz ya tenía un tono lujurioso y tentador.

Collin estaba más que complacido de escucharlo. Su lengua envolvía el glande y sus labios lo chupaban con fuerza. Con sus manos abrió con fuerza las piernas de Matthew que le habían aprisionado.

Cuando levantó la vista, vio la piel blanca siendo manchada con diversos puntos rojos y Matthew mordiendo una de sus manos, mientras todo el pecho le temblaba. Esa imagen le mandó un corrientazo directo a la entrepierna. No sabía porque esa maldita persona le despertaba sus instintos perversos.

Matthew se estaba volviendo loco. Collin estaba logrando que el no creía posible, le estaba alargando el orgasmo. Los ojos ya los tenía completamente nublados y su respiración se había entrecortado, lo único que le quedaba para contrarrestar el placer en su estado puro, era el dolor de morderse la mano. 

Collin dejó de succionar el miembro y al soltarlo este dejó algo de su firmeza. Matthew suspiró de cansancio y se soltó completamente. Si quería ser sincero, ese era el mejor orgasmo que había tenido desde que había empezado a acostarse con todo el mundo. Los ojos de Matthew aún estaban nublados y le costaban enfocar; ese orgasmo lo había dejado completamente fuera de sí.  

Collin puso su mano sobre su miembro y lo notó tan duro que dolía. Comenzó a masturbarse para darse un poco de placer, mientras Matthew se recuperaba, porque él tenía que inferir que eso no iba a acabar ahí.

Matthew recuperando el aliento, enfocó a Collin que se posaba al frente de sus piernas abiertas. Luego mirando más detalladamente, por primera vez enfocó el pene de Collin. A pesar de que eso ya había estado dentro de él, nunca lo había mirado.  Se erguía como la vara castigadora.

Matthew se alejó de Collin y se sentó. Collin dejó de masturbarse y se levantó.  Después tomó de la mano a Matthew y le hizo que lo acompañara al sofá de  la sala, tenían que hacer eso en otro lado que no fuera la entrada del apartamento.

Matthew era como una marioneta, se dejó llevar a donde  le indicaron y se sentó en el sofá. Collin se sentó en la pequeña mesa que era el centro de la sala y se abrió de piernas.

— Hazlo. — Trato de no hacerlo sonar como una orden.

Matthew se recuperó levemente de su enajenación y se negó a hacerlo. Collin no lo pensó dos veces. Se levantó y se acercó al sofá. Tomando a Matthew por los hombros lo volteó dejándolo boca abajo. Subió sus caderas hasta que sus nalgas quedaron bien expuestas en el aire.

— No… lo vayas… a hacer. Rogaba entre gemidos.

Collin acopló con su cuerpo la posición que tenía Matthew, logrando así llegar a sus hombros. Comenzó  a morder los omoplatos. La respuesta de Matthew no era más que gemido más de sorpresa que de placer. Collin prosiguió su caminó con su lengua bajo la guía del camino que mostraba la columna. Llenaba de mordiscos y de besos en su recorrido todo el lugar. Cuando llegó al Coxis su lengua se internó en las níveas nalgas y Matthew se contrajo. Collin se abrió camino hacía el esfínter quitando las dos masas de carne con su mano.

Su lengua serpenteó mientras lamía los alrededores del anillo de carne.  Matthew de nuevo no podía combatir con la estimulación. De nuevo estaba preso de las atenciones que le estaba dando. Su pene de nuevo comenzó a coger firmeza. La lengua comenzó a penetrarlo y no podía describir la debilidad que le producía en sus caderas. Abrazando uno de los cojines del sofá, Matthew apoyó su frente en él y comenzó a gemir suave pero sonoramente.

Sus caderas ya se movían en contra de la boca de Collin deseando que la lengua se internara más en él. Collin no tardó en responder a la esa señal e inmediatamente dejó de lamer. Humedeció su dedo corazón y comenzó a dilatar el anillo de carne. Matthew comenzó a mover las caderas guiando al dedo hacía su próstata.

Ya había experimentado ese tipo de tratamiento y reconocía que era adicto a ese tipo de estimulación. Pronto el dedo chocó con el pequeño punto productor de placer. Collin no tardó en darse cuenta del suceso e introdujo el segundo dedo aumentando así el diámetro del anillo.

El movimiento reiterativo de las caderas de Matthew ya había ayudado a la dilatación de su esfínter.  Collin estaba consciente de que pronto sería el turno de poder disfrutar el goloso agujerito, aunque también sabía que iba a doler sino lo lubricaba con algo.

A tiempos desesperados, medidas desesperadas. Se levantó rápidamente y corriendo fue a la cocina a buscar aceite. Le pediría disculpa a su hermano por utilizarlo de aquella manera, pero ahora era necesario.

Al volver, se embadurnó las manos y comenzó a masturbarse con una mano y con la otra a lubricar el ano de Matthew. Ya después del tratamiento previo, comenzó la tarea de penetrarlo.

Tomó su pene y lo guío hacia el esfínter. La presión y el aceite le hicieron resbalar, lo cual le colmaba la paciencia.  Después de varios intentos, logró calar la parte superior de su miembro y la sensación de claro más abrasante comenzó. Se agarraba a esas caderas como si no hubiese un mañana y poco a poco se fue internando en Matthew.

Matthew no pudo evitar llorar un poco ante la intromisión del miembro. Realmente le estaba doliendo más de lo que estaba acostumbrado, pero con decirlo las cosas no iban a cambiar así que se limitó a morder el cojín.

Poco a poco el miembro se fue perdiendo y Collin no podía más que gemir ante la sensación tan potente del que se estaba viendo preso. Incluso el vaivén era bastante forzado, así que Collin no se movió mucho dado que a él también le dolía.

Matthew después de morder y respirar más profundamente, pudo relajarse y dio luz verde para que Collin comenzara con los vaivenes. La acción no demoró en su ejecución. Las caderas de Collin se movían de forma normal, mientras tomaba el pene de Matthew y lo masturbara.

Matthew quería cambiar la posición  porque las caderas le dolían así que pidió que parara un poco y le dejara acomodarse mejor. La única posición posible en ese sofá era que él quedara boca arriba, así que lo hizo.

Collin abrió las piernas de Matthew y las colocó sobre sus hombros, mientras de nuevo guiaba a su miembro hacia el esfínter, esta vez no hubo tanta resistencia y de nuevo se encontró dentro. Las embestidas se hacían a una velocidad normal, pero cada vez era más profundas.

Matthew generalmente experimentaba las estocadas rápidas pero que no llegaban a tal profundidad, por lo que se vio preso de esa sensación de ser llenado aún más abruptamente. Era incomodo, era como si una parte de ti estuviera siendo forzada a mostrarse.  Collin quería llegar tan profundo como su longitud se lo permitiera.  

Le entró ese extraño arrebato de querer besarlo mientras lo hacía y no se contuvo. Se tomó el tiempo de saborear los ahora lastimados labios de Matthew. La debilidad en las piernas y un ardor en su cadera le anunciaban que estaba próximo a terminar. Cuando se halló en el limité, sacó su miembro del interior de Matthew y se masturbó un poco hasta que las oleadas de placer lo dejaron en tal debilidad que se acostó sobre Matthew.

Percatándose de todo lo que había acabado de hacer, a la única conclusión a la que llegaba era que no quería dejar a ese ser irse de su lado, entonces abrazándolo le susurró.

—  Quédate conmigo esta noche.

Matthew no respondió, solo apoyo su frente en el hombro de Collin.

Inevitablemente por el cansancio, se quedaron dormidos en el sofá.

Notas finales:

Bueno espero que les haya gustado!!! este capitulo al fin tiene el tan deseado lemon concretado. (que no sea violación y aunque no con Maurice pero lemon es lemon XD)

Aquí les tengo un dibujo que hice recreando la primera parte del capitulo :D 

espero les guste 

http://misdaadstraf.blogspot.com/2012/05/spoiler-capitulo-9-realidad-collin-x.html

Bueno ya saben 

SIN COMENTARIOS NO HAY CAPITULO!!!!

HASTA LA PRÓXIMA

 


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