I. Caminaba por la ciudad...
Caminaba por la ciudad, era un día nublado, y la llovizna caía sobre la ciudad, la gente apurada… y yo seguía caminando lento por la ciudad bajo esa pequeña capa de lluvia que caía, el clima era perfecto para deprimirse y yo claro lo estaba, ¿Por qué otra razón caminaría con tanta calma, con mis pesados libros cargados, y bajo la lluvia que ahora empezaba a caer más rápidamente?
Mire el suelo, y mientras seguía andando analizaba con la cabeza gacha mis pesares… mis pesares eran precisamente… lo que pensaba, porque no los tenía definidamente planteados, estaba furiosa, deprimida, y sin ganas ¿Por qué? ¿Por qué? Me repetía y la razón llego de pronto cuando la lluvia empezó ahora a caer como una regadera sobre mí…
LOS CELOS… si los celos, sabía que este día llegaría que te alejarías de mí que te conseguirías una relación “normal”, pero aun así dolía, dolía y mucho; dolía más aun no poder decirte nada, el no poder mostrar mi desagrado por esto, el no poder llorar con libertad tu perdida, tenía ira contenida, no podía reclamarte nada a ti por ser feliz, ni a él por ganar tu corazón.
Así con esos pesares seguí caminando… pero de pronto el suelo que contemplaba se vio opacado por una chica, una adolescente de más o menos mi edad, hincada en el suelo, ¿pero que le pasaba? Todas sus cosas estaban en el suelo, incluso su sombrilla, y lloraba. Inmediatamente tome su paraguas y la cubrí.
- Disculpa, ¿estás bien?
Obvio no lo estaba ¿Por qué mas estaría así? Solo se lo decía por cortesía, pero no me respondió.
- No sé si lo has notado pero está lloviendo- intente ser sarcástica
Pero nada, estaba como ida
- Se nota que te gusta la lluvia, pero me estorbas el paso- se lo dije medio molesta para ver si reaccionaba
- ¡ah! – exclamo muy bajo y se intentó parar
La examine era unos 10 centímetros más alta que yo, tez blanca, supuse, porque ahora se veía como azul por el frio, cabello negro ondulado y unos enormes ojos casi negros con unas largas pestañas, su rostro era ovalado, y tenía unos lindas mejillas que le daban un aire infantil, pero no mostraba felicidad alguna, solo… nada… estaba ida definitivamente.
La mire de nuevo de arriba abajo, note que tenía un uniforme de una escuela cercana a mi casa, y una de sus uñas con sangre al igual que su rodilla.
Se quedó estática parada mirando a la lejanía. Aproveche eso y tome su mochila, lo que parecía una caja de regalo (por la lluvia había perdido su colorido), su suéter, nos cubrí con la sombrilla, y la aleje de ahí, acababa de notar a los que parecían sus compañeros que la miraban como con desprecio y miedo, o tal vez yo estaba paranoica.
Nos metí a la primera tienda que vi con mesas, resulto una cafetería y la senté. Mire su rodilla y saque mi “súper bolsita” la denominaba yo, que no era más que una pequeña bolsa de mano, donde cargaba curitas (con figuritas de dinosaurios amo los dinosaurios), paracetamol *, alcohol, pañuelos, lapiceros, dulces, unas notitas, etc. Era mi bolso mágico decían mis conocidos.
- Te voy a poner alcohol, ¿sí?
Nada
- Te va a arder- le advertí al ponérselo, de nuevo nada, le limpie con un pañuelo y le coloque el curita en la rodilla.
- ¿No se ve mejor con un curita divertido?- le sonreí, sin duda sería una muy amable pediatra. No me contesto y me levante, me senté del otro lado de la mesa, justo cuando la mesera se no acercaba
- Si, ¿que desean?
La contemple al parecer no reaccionaba.
- Dos tazas de café, uno de olla, el otro capuchino, y una rebanada de pastel de chocolate.
- Enseguida
Se alejó, tome la mano de mi muda compañía, y le examine, al parecer tenía una uña rota, se la quite por completo y ahora si grito bajito.
- Duele bastante ¿no?- le sonreí y por fin me miro a los ojos y asintió.
- Me llamo Julia, y te pondré un poco más de alcohol, para que te desinfecte un poquito, no es muy sano estar bajo la lluvia, más si es la lluvia de la ciudad- volvió a asentir desviando la mirada de su mano, al parecer le temía a la sangre y heridas
- Ya está- exclame terminando de ponerle el curita
Se miró su dedo un segundo y le sonrió
- ¿Tienes hermanos pequeños? – soltó
Me descoloco la pregunta
- No, solo me gusta que algo que a veces te trauma se vea lindo, además adoro los dinosaurios
- Aquí tienen- coloco las tazas, el pastel y se fue
- ¿Cuál quieres? – la mire atenta, estaba desanimada, se veía como rota por dentro- Capuchino- sentencie
- ¿Qué?- al parecer sí que estaba deprimida, pues su tono era como lejano, sin ganas
- Tómalo te hará bien una taza de algo delicioso, te animara, luces… ida
- Yo
- No el vecino, por cierto ¿Cómo te llamas?
Vi la expresión de que hiba a repetir ¿yo? Pero se dio cuenta antes de soltarlo; arrugo su entre cejo y por fin soltó
- Jazmín
- Muy bien gusto en conocerte Jazmín- le dije con una falsa sonrisa, no estaba de mucho humor tampoco - Yo soy…
- Julia- completo
- Ah!! Creí que no me habías puesto atención
- No estoy para platicar, pero claro que escuche tu nombre…-miro a su café pensativa – Gracias… por ayudarme- soltó dejando caer unas lagrimas
Me asuste, estaba peor que cuando la había encontrado, me levante de la silla, y la cubrí con mis brazos por detrás de la silla
- Tranquila- le susurre- no ha sido el mejor día para todos
Ahora lloraba con más fuerza, y sin querer mis ojos dejaron caer también algunas lágrimas
- T…tu… también lloras- balbuceo
- Tks, mis lágrimas escandalosas y yo- maldije soltándola
- Perdón- dijo secándose las lagrimas
- No, no es tu culpa, yo y mi estúpidas emociones- solté dándole una sonrisa fingida
- Creo que debemos irnos de aquí, la gente nos mira raro- me susurro
- ¡ah!, cierto
Ni siquiera probamos nada de lo que ordene y pague.
- ¿Vas a estar bien?
- Claro, yo solo, recordé cosas ahí…
- ¿No quieres ir a mi casa? Tengo ropa seca y no está a más de una cuadra de aquí- le sugerí, esta chica me preocupaba, además sentía que si llegaba sola a mi solitaria casa, me rompería en dos
- No sé, no quiero molestar más de lo que ya hice
- No es molestia, tal vez ahí si puedas beber algo caliente… y me puedes decir que es lo que te tiene así
Tal vez ver a una chica que tenía el cabello igual que la chica que rompió mi corazón sin querer me llamaba a querer consolarla o simplemente quería escuchar lo que le pasaba para distraer así mi dolor sea lo que fuese pero me lleno de una gran alegría cuando me miro a los ojos y con una media sonrisa me decía gracias mientras caminábamos rumbo a mi casa…
* El paracetamol es un farmaco que ayuda a inhibir el dolor, y tambien ayuda a disminuir la temperatura