Prologo
Cuenta una vieja leyenda que
cuarenta días antes de nacer,
a cada niño se le elige su pareja en el cielo.
Dos almas se crean en el firmamento
y entonces un Ángel exclama firmemente:..
" Este niñ@ será para este otr@ ".
A partir de ese día no existirá nada
que impida su encuentro,
ni adversidad que vulnere su amor infinito.
De acuerdo con la leyenda,
hay una buena razón para que los ángeles
le elijan un niño a cada niña.
Es la misma razón por la que Dios
le da al hombre dos ojos,
dos oídos, dos piernas y dos manos:
para que se complementen y actúen
juntos, como si fueran uno solo...
Todos y cada uno de nosotros,
tenemos un alma gemela,
exactamente a nuestra medida y
nosotros a la de esa persona.
A muchos les cuesta más trabajo
que a otros encontrarla, pero Dios
sabe cuándo es el mejor tiempo para
cada uno de nosotros...
Las Almas gemelas existen,
tu complemento perfecto espera por ti...
comienza a ver con el corazón y
cuando llegue a tu vida con solo mirar sus ojos,
sabrás que esa persona vino a este mundo
por ti y para ti....
Dos Almas que en realidad son una....
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Se dice que el amor, es tanto tu fuerza como tu vulnerabilidad. Si tu alma gemela es quien te brindara la mayor cantidad de felicidad y amor, y con ello te trae la fuerza para seguir luchando….significa ¿que esta también brindara a otros la posibilidad de destruirte? Si es así, ¿de verdad vale la pena rendirse ante los encantos del amor?
Si la vulnerabilidad es el precio del amor y la soledad el precio del poder…
¿Cuál eliges?
¿Amor o Poder?
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Corría. Corría tan rápido como sus piernas le permitían, sus alas estaba exhaustas y no lo aguantaría por mucho tiempo volando. Pero no se podía quedar aquí. No si quería vivir.
-“¡Corran! ¡Atrápenlo! ¡No lo dejen escapar, no después de lo que hiso!”- Gritaban a su espalda.
‘No, no por favor que no me atrapen.’ Rogaba. No había deseado que nada de eso ocurriera. No era su culpa. Alguien lo había incriminado. Pero ahora nadie le creía. Solo podía correr y escapar, si lo atrapaban estaría muerto.
-“¡No merece su titulo!”- Seguían los gritos.
-“No hice nada, no hice nada lo juro…”- Murmuraba en voz baja.
‘Por favor mi señor ayúdeme, usted sabe que yo no lo hice.’ Rogaba pidiendo ayuda nuevamente mentiras seguir corriendo y lagrimas caían libremente por sobre su rostro debido al miedo, la angustia y al cansancio.
-“Escóndete en la tierra. Allí les será más difícil encontrarte. Escóndete allí lo mejor que puedas porque si te atrapan ya nadie podrá ayudarte. Busca en la tierra alguien que te proteja.”- Escucho.
-“¿En la tierra? De acuerdo, así lo hare.”- Dijo el chico y rápidamente se dirigió a los portales rápidamente alejándose de sus perseguidores. Daba gracias a la capacidad de sus poderes. Cuando llego a ellos, dudo.
La tierra era un lugar desconocido para la mayoría de los ángeles del cielo. Claro con los ángeles terrestres era otra historia, pero no sabía como se comportaban esos ángeles…si permanecían con la esencia de ángeles o si habían sido corrompidos por la esencia humana. Y en su situación no le convenía exponerse. Debía al pensar al contrario de cómo lo haría un ángel y debía esconderse en el lugar mas impredecible.
Dicen que en la tierra hay una especie de ciudades que no son de humanos. Al parecer allí es donde se concentran viviendas y comercios para otro tipo de criaturas fuera del mundo humano, así pueden vivir tranquilamente ya que no se tiene que preocupar de la indeseable presencia de los humanos ya que su entrada esta prohibida.
Popularmente la gente denomina estos lugares en conjunto como ‘El Mundo de Halloween’ y cada una de las ciudades poseía nombre propio. Tal vez debía ir a alguna de esas ciudades, estar entre humanos podía ser peligroso si lo descubrían. Mientras que en el otro podría encontrar tal ves la ayuda de algún caído o algo por el estilo.
La ciudad a la cual podría llegar más rápido-en otras palabras su mejor opción- tenía el nombre de Ragnarok. Tan solo el nombre le dio escalofríos pero no tenía más opción. Su tiempo se acababa y en tan solo unos minutos lo alcanzarían. Y eso no lo podía permitir.
-“¡Rápido a el! ¡Antes de que cruce!”- Gritaron sus perseguidores cuando lo volvieron a divisar en la distancia. El miedo volvió y rápidamente sin pensar se introdujo en el portal rumbo a la Tierra.
Y fue entonces cuando por primera vez el joven Arcángel Araziel abandono el cielo y comenzó a caer por aquel oscuro abismo, con un futuro completamente incierto.