POV’s Kwangmin
El día transcurrió sin anomalías, después de desayunar nos dirigimos a una entrevista y por la tarde estuvimos ensayando.
Llegamos a casa y, medio zombi, conseguí llegar hasta mi habitación y me tiré sobre la cama sin ningún miramiento. El día había sido agotador.
Por el umbral de la puerta pude distinguir a mi hermano subido a caballito sobre Hyungseong, jugando y riendo. Una extraña sensación recorrió mi cuerpo, eso eran… ¿celos? Lo fueran o no, me molestó la cercanía y el cariño que se mostraban y deseé que Hyungseong se separara de mi hermano.
Cerré los ojos para evitar ver la escena y segundos más tarde noté un cosquilleo en mi cara y un dedo que me golpeaba intermitentemente.
– ¿Estás cansado? – Abrí los ojos y casi me da un ataque al ver tan cercanos los labios de mi hermano de los míos, él estaba de rodillas en el suelo y con los brazos y la cabeza encima de mi cama.
– Sí, hyung. Hoy hemos ensayado mucho, ¿no crees?
– Sí, pero se me hace raro verte tan quietecito–, sonrió inocentemente y algo en esa sonrisa hizo que me sonrojara notoriamente
– Ya sabes, yo soy joven pero mi cuerpo es viejo–. Ambos estallamos en carcajadas.
– ¡Chicos, ya está la cena!
Nos dirigimos hasta la cocina aún entre risas y conversaciones triviales sin ningún sentido y nos sentamos en nuestros sitios pertinentes: Yo entre Youngmin y Minwoo y Youngmin al lado de Jeongmin y mío.
Donghyung se divertía haciendo chinchar a Minwoo removiéndole el pelo, éste ponía morritos e intentaba ignorar al líder. Jeongmin desviaba constantemente la mirada de su plato hacia el horno, donde se veía reflejado y él aprovechaba para acicalarse el pelo. Por otro lado Hyungseong estaba demasiado concentrado devorando todo que encontraba a su paso.
Acabamos de cenar y quitamos la mesa, hoy le tocaba a mi hermano fregar los platos, cosa que él odia, por lo que decidí ayudarle y así pasar un rato más a solas con él, ya que desde que empezamos con el grupo, pocas veces sucedía.
Se encontraba colocando un vaso en los estantes superiores cuando algo un vaso de ese mismo estante se cayó. Mis reflejos actuaron rápidos y pude cazar el vaso al vuelo y dejarlo en la encimera. Inmediatamente sentí unos brazos rodeándome y me percaté de que había arrinconado a mi hermano contra la encimera, yo tenía ambos manos encima del mármol, por lo que le tenía completamente rodeado.
Mi mente desconectó de mi cuerpo y éste actuó por sí mismo. Acerqué mi rostro al suyo lentamente con la boca entreabierta, él me miraba paralizado, también con la boca también entreabierta. No pude soportarlo más y me pegué a sus labios hambriento. Cuando nuestras bocas se rozaron una corriente eléctrica recorrió toda mi columna haciéndome estremecer.
Entones él tomó el control de la situación y cambió nuestras posiciones dejándome a mí entre su cuerpo y la encimera.
POV’s Youngmin
Actué por impulsos, no por razonamientos, mi cuerpo encarceló al suyo deseoso de rozarlo. Sabía que esto no estaba bien, que éramos gemelos y era imposible algo más entre nosotros que un simple amor fraternal pero no podía parar de besarle, había algo que me impedía separarme de él, a estas alturas mi yo racional ya había muerto.
Sentí el deseo de retener uno de sus labios entre mis dientes y antes de poder ser consciente de mis actos, noté un sabor de hierro y sal en mi lengua, habíaa mordido a mi igual y le había hecho sangre. Kwangmin gimió y se pegó más a mí.
Al ir a abrazarle con más fuerza, golpeé el vaso que había colocado mi hermano en la encimera y éste se calló al suelo rompiéndose en pedazos y armando un gran escándalo.
El sonido nos alejó de nuestro sueño y nos separamos asustados.
– Vo… ¡Voy a por una escoba! Tú no te muevas, que aún estás descalzo–, en cuanto mi hermano se alejó completamente de mí bajé la vista y vi que, en efecto, aún no me había calzado y mis pies desnudos estaban peligrosamente cerca del estropicio.
– ¿¡Estáis bien!? ¿Qué ha pasado? ¿Qué ha sido ese ruido? –. El resto del grupo había oído el escándalo y había venido a ver qué sucedía, estaba inquieto, no había caído en la cuenta de que podrían haber venido en cualquier momento y encontrarnos a mi hermano y a mí en esa íntima escena.
– Paso, por favor, cuidado… –, Kwangmin se abrió paso entre nuestros curiosos compañeros y me tendió un par de zapatillas–. Ten póntelas o te acabarás cortando.
Me calcé y dejé un sitio para que mi hermano barriera el estropicio. Me sentía mal, había sido YO quién tenía que fregar los platos y ÉL me había ayudado, había sido YO quién había tirado el vaso y ÉL lo había salvado, había sido YO el que le había incitado abrazándole y ÉL cumplió lo que yo más deseaba, un beso de sus labios, había sido YO el que le había hecho sangren en el labio y aún no le había curado, había sido YO el que había tirado el vaso por segunda vez y estaba siendo ÉL el que lo recogía.
Fui al lavabo, cogí el botiquín de primeros auxilios y lo llevé a nuestra habitación, antes de que mis compañeros notaran mi ausencia volví y salvé a Kwangmin de la cascada de preguntas que había caído sobre él.
– Me lo llevo un segundo antes de que os comáis hermano–, miré al resto del grupo con una mirada acusatoria, ellos eran muy cariñosos con nosotros, pero su curiosdidad a veces llegaba a niveles descabellados, si no sacaba aa mi igual de ahí acabaría confesando hasta la primera papilla.
POV’s Kwangmin
Youngmin me llevó a nuestra habitación y me sentó en su cama. Aún estaba desconcertado por lo que acababa de pasar, realmente deseaba aquél beso pero sabía que no estaba bien, al fin y al cabo éramos de la misma familia y encima gemelos, pero algo más fuerte que yo me impulsó a besarlo al sentir su proximidad.
Oí que rebuscaba algo en una caja, no vi nada porque tenía la vista fija en el suelo, después de lo ocurrido anteriormente no sabía cómo iba a reaccionar mi hermano ni cómo le había sentado mi brusco acto e intentaba esconderme, avergonzado.
Sentí un escozor en el labio y levanté la vista, Youngmin había mojado un algodón en agua oxigenada y estaba aplicándomelo en la herida del labio, su inesperado mordisco minutos atrás me había sorprendido gratamente, nunca me habría imaginado una salida así de mi hermano y no pude evitar sonreír al recordarlo.
– No hace falta, es un rasguño hyung –, frunció el ceño, él realmente se preocupaba mucho por mí.
– ¡Calla! Yo te he hecho ese rasguño y yo te lo debo curar, por algo soy tu hermano mayor–, no pude evitar estallar en carcajadas.
– Y tan mayor, ¡pero si nos llevamos seis minutos! – Sonrió.
– Pero ya son seis minutos además, bien que me llamas hyung, ¿no? Pues si soy tu hyung significa que soy mayor que tú y que por lo tanto debo velar por tu seguridad.
Me resigné y cerré los ojos esperando pacientemente, cuando a mi igual se le metía algo entre ceja y ceja era muy difícil lograr quitársela de ahí así que dejé que me curara sin protestar. Sentí que el algodón se separaba de mi boca y era remplazado por unos labios que me dieron un breve piquito.
– ¡Ya está! Te he desinfectado y besado la herida para que se te cure antes, ahora no te metas cosas sucias en la boca que podría infectarse.
¿Me acababa de dar un "besito curador"? ¿Qué había significado para mi hermano la escena de la cocina? ¿Sólo una muestra de afecto fraternal? Estaba inquieto, unos minutos atrás había llegado a pensar que mi igual correspondía mis extraños sentimientos, pero tras este “besito curador” todas mis expectativas habían caído al suelo y sido pisoteadas por una manada de elefantes, ¿podía ser posible que para él ese beso no hubiera significado nada? ¿Pero entonces por qué me había mordido el labio?
– ¿Te pasa algo? – Dijo él inocentemente.
– Tú y yo tenemos que hablar… sobre lo que sucedió en la cocina –. Le miré muy seriamente y me levanté caminando hacia él haciéndole retroceder y casi chocar contra mi cama.
Todo rastro de felicidad e inocencia que pudiera haber habido en la cara de Youngmin desapareció por completo y en su lugar apareció una expresión seria poco común en él.