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Prohíbido amar... por Tsukuyomi

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Notas del capitulo:

Holaaa XDDD si, aqui de nuevo esta vaga e irresponsable autora, desde hace siglos tenía esta historia en mi lap, y por fin me atreví a subirla aqui n.n.

El fic comenzará con Usagi-san y Misaki,pero tal vez mas adelante ponga a las otras parejas, la verdad no se xDD lo que se me le ocurra a mi loca cabezita o si ustedes quieren hacerme alguna petición en especial también, bien espero que lo disfruten

En un hermoso reino, situado entre montañas majestuosas y una hermosa pradera, la paz y la tranquilidad prosperaban. El reino Usami era uno de los más poderosos reinos.Y como todo reino, este tenía un rey. Su majestad, Usami Fuyuhiko quien era bien sabido gozaba de grandes dotes de gobernante. Su esposa, la reina Camelia había muerto hace unos 2 años, dejando atrás a sus dos hijos Haruhiko y Akihiko. Aunque ellos dos eran hermanos, su relación siempre fue mala.

 

El hijo mayor era muy serio, siempre cumpliendo con los deseos de su padre y en sí, el pueblo lo respetaba pero él sabía que solo lo hacían por complacencia.

 

Hubo rumores que circulaban entre el reino, alrededor del hijo mayor. Muchos comentaban que él era el hijo ilegítimo del rey pero al momento que su majestad escucho esto, mando a callar estos rumores inmediatamente.

 

 

Mientras que el hijo menor, Akihiko, era muy respetado y querido por todos en el reino. Aunque que no lo pareciera a primera vista, el príncipe menor era muy amable con sus súbditos. Pero en sí, al príncipe Akihiko no le agradaba socializar, era un hecho que eso era raro. El era un príncipe solitario.

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En la gran plaza, que estaba situada en los límites del pueblo el rey y sus hijos estaban presentes en un acto del que tenían que ser testigos, incluyendo a los súbditos. Centrándose un poco más, había una hoguera con la paja ya dispuesta, para quemar.

 

 

En unos postes de madera, todos golpeados, débiles y con sus ropas desgarradas estaban dos hombres atados mientras el pueblo los veía con repugnancia, insultando a esos anormales.

 

El rey y sus hijos presenciaban todo, montados en sus caballos vistiendo ropas elegantes, hechas de la tela mas fina y cara. El rey empezó a hablar y todo el pueblo se calló inmediatamente.

 

 

__bien, antes que nada quiero que todos consideren esto como un ejemplo__dijo despectivamente mientras sus ojos violetas se posaban en aquellos hombres__ Mauricio de la Garza y Alberto Slave, han sido encontrados culpables por cometer la peor de las abominaciones

 

Ante las palabras del rey, la gente protestó con más furia contra los hombres que solamente se dedicaron a ver al pueblo y luego a mirarse entre ellos, dibujando en sus rostros una sonrisa de tristeza. Sabían que era tabú lo que habían hecho, pero no se arrepentían de nada. Al final estarían juntos...

 

 

Una campana sonó en toda la plaza, había llegado la hora.

 

 

__es la hora__anunció su majestad tronando sus dedos llegaron unos cuantos de sus soldados y estos lanzaron a la hoguera antorchas encendidas que rápidamente rodearon a Mauricio y ha Alberto que no gritaron y ni se desesperaron, solamente se dedicaron a mirarse el uno al otro mientras sentían que el fuego los consumía...

 

 

En el momento en el que pasaba eso, los hijos del rey observaban en silencio la ejecución. Al príncipe mayor por una parte le inquietaba y por otra no le interesaba. El menor de los Usami, sentía mucha pena por ellos porque, en su opinión, no habían hecho nada malo. No había nada de malo en amarse.

 

 

Pero en este reino, el amor entre dos hombres, era el peor sacrilegio en contra de Dios. El príncipe Akihiko presencio mucho este tipo de ejecuciones, a la corta edad de 18 años.

 

 

En ese mismo lugar, un joven de cabello azulado de 18 años y su hermanito de 8 años miraban con tristeza la ejecución. Takahiro hubiese preferido el que Misaki no viera todo eso pero una orden del rey era una orden; así que solo se limito a abrazar protectoramente al pequeño en sus brazos mientras este soltaba sus tristes lágrimas en el pecho de su hermano.

 

 

__n-niichan...__susurraba bajito el castaño con lágrimas en su lindo rostro__¿e-esos señores, hicieron algo malo?

__Misaki todo está bien__le dijo el mayor, abrazando mas fuerte al menor para calmarlo__esto...aun no lo puedes comprender pero solo te digo que no volverás a presenciar esto

__h-hai__contestó Misaki un poco más calmado, llorando en silencio

 

 

10 años después...

Desgraciadamente, después de ese cruel acontecimiento Takahiro no pudo evitar que su hermano menor presenciará más este tipo de ejecuciones. El no presentarse algún plebeyo durante dicho evento, lo tacharía de traidor a la nación y por lo tanto lo mandaría a la horca.

 

El rey Usami consideraba las ejecuciones como un ejemplo que sus súditos debían seguir: cumplir con las normas del reino, no crear abominación en contra de las leyes de la naturaleza y de Dios. Si, todos hacían lo que el rey quería.

 

 

La mañana comenzaba agradable, todos, tanto como en el castillo como en el pueblo comenzaban con sus actividades. En el castillo los sirvientes comenzaban con sus tareas de limpiar, preparar el desayuno, arreglar el jardín, entre otras cosas.

 

 

Mientras tanto en una de las habitaciones reales, el príncipe Akihiko despertaba con pesadez de su sueño. Levántandose con el pijama puesto fue directo al baño. Después de que se había aseado correactamente salió del baño para cambiarse. Su cuarto estaba tapizado por una alfombra de terciopelo violeta, la gran cama con sabanas blancas con su base de madera de roble que le daba un toque majestuoso. Los muebles, de buena calidad situados de forma ordenada.

 

 

Pero lo que más llamaba la atención era que en la cama y en los muebles había un montón de osos de felpa, figuras de porcelana de oso, y otras cosas.

 

Esa era una de las cosas que distinguían a los Usami: a todos les encataban los osos, hasta sus majestada Fuyuhiko tenía una colección particular de osos tallados en madera. (N/A: menos a Haruhiko-san xDDD)

 

 

El príncipe Akihiko se vestió con un elegante chaleco de mangas largas color celeste que resaltaba su hermosa piel blanca, debajo de este una camisa blanca, unos pantalones de color gris y los zapatos bien lustrados. No quería despertarse tan temprano pero su padre le había encargado unos asuntos reales que él no podía atender. Salió de su habitación y se encontró con una sirvienta que lo esperaba.

__buenos días príncipe__dijo haciendo una reverencia para luego verlo a los ojos__¿quiere desayunar?

__no gracias, solo indique que preparen el carruaje__dijo fríamente mientras pasaba de lado a la sirvienta, la cual hizo otra reverencia y se fue.

 

 

Mientras el príncipe menor camino hasta el despacho de su padre. Antes tocó la puerta y escuchó un "adelante" por parte de su padre. Cuando entró, se fijo que el rey estaba hasta el tope de papeles que estaban amontonados en el escritorio. El rey levanto la vista de los papeles que estaba checando para mirar a su hijo.

__bien, bien veo que despertaste temprano__le dijo cordialmente, invitándolo a tomar asiento. Una vez sentado el príncipe, el rey habló.

__como te había dicho ayer, quiero que cheques y me des un informe sobre los negocios del pueblo que han estado al corriente con los impuestos__sacó una pequeña tabla con una lista en ella y se la entregó__sabes lo que tienes que hacer después, bien eso es todo puedes retírarte

 

Akihiko asintió con la cabeza, hizo una reverencia y salió de la oficina de su padre. Que molesto era el que él tuviera que encargarse de los negocios de su padre, a veces deseaba el haber nacido en una familia de clase media, así tendría una vida más sencilla y podría dedicarse a la escritura que tanto le apasionaba. Una vez que hubiese terminado con el molesto encargo de su padre, iría a ese "lugar".

 

 

Cuando salió del castillo el carruaje ya estaba listo. Y ahí se encontraba su consejera real, Aikawa que estaba vestida con un hermoso vestido rojo.

__oh, príncipe que bueno que ya está listo__los dos se subieron en el carruaje, situándose uno enfrente del otro y el chofer avanzó. Mientras pasaban por entre los árboles, Aikawa habló__bien príncipe, después de que terminemos con lo de los impuestos, iremos a tomar té con el conde Sumi

__no podrías cancelar ese compromiso__dijo el príncipe con gesto molesto mientra miraba a través de la ventana del carruaje

__príncipe no puede quedar mal con el conde__le dijo la peliroja __además, recuerde que tiene una reputación que mantener

__mm__murmuró en un tono bajo que parecía a "al diablo con mi padre y su reputación". Ya no hablaron más durante el resto del camino. El príncipe Akihiko esperaba que algo pasará, algo que cambiará su vida.

--/-/-/-/-/-/

 

 

En el pueblo, más específicamente en una panadería llamada Nube de crema, se encontraba el jóven Takahiro trabajando arduamente el negocio que le habían dejado a él y a su hermano sus padres cuando habían fallecido. Se encontraba amasando la masa y harina para hacer sus famosos Kuma shou de crema que eran tan populares en el pueblo.

 

 

__Misaki__llamó el jovén de 28 años a su hermano que estaba preparando otros panes en el horno de piedra. Takashi Misaki de 18 años, tenía cabello castaño oscuro, unos hermosos ojos esmeralda y su complexión era esbelta. Tenía puesto un mandil blanco y una pañoleta en la cabeza.

__dime niichan__fue donde su hermano, dejando que los panes se cocinarán

__hoy va a venir el rey para cobrar los impuestos de la panadería__decía poniendo los panes en forma de oso en una bandeja__pero no voy a poder atenderlo porque tengo que ir con Manami al doctor por lo de su embarazo

__entonces...¿quieres que yo lo reciba?__preguntó dudoso el castaño a su hermano. Jamás había tenido contacto directo con el rey, de sólo pensarlo se ponía nervioso

__tranquilo Misaki__lo animó Takahiro sonriendo mientras le acariciaba sus cabellos__solamente vendrá por lo de los impuestos y se irá, bueno__se quitó el mandil y se lavó las manos en el fregadero. Fue al perchero donde estaba su abrigo. Misaki aun se sentía nervioso, no sabía cómo comportarse delante del rey, esperaba no hacer alguna tontería. Salió de sus pensamientos al sentir nuevamente la mano de su hermano sobre su cabeza y vio como este le sonreía__descuida, lo harás bien

Se despidió de Misaki y salió de la panadería. Misaki no perdió más tiempo y continuo trabajando. Por más que trataba de tranquilizarse, muy en el fondo presentía que algo estaba a punto de pasar.

 

--/-/-/-/-/-/-/-/-/

 

 

El carruaje real había llegado a la panadería. El príncipe y su consejera bajaron. Akihiko miro la panadería detenidamente, era sencilla,construida con ladrillos y un techo de tejas doradas y una pequeña chimenea de donde salía un olor delicioso.

__verdad que parece una gran panadería__comentó Aikawa situándose al lado del príncipe que no le prestaba mucha atención__siempre vengo aquí a comer kuma shou, son mis favoritos

__solamente terminemos con esto, ya quiero irme a casa __le dijo fríamente mientras tocaba la puerta

--/-/-/-/-/-/-/-/-/

 

Misaki estaba sacando del horno los kuma shou recién horneados con un guante de cocina. Puso la bandeja sobre la mesa y entonces escucho que tocaban la puerta. Se puso nervioso al instante, debía ser el rey. Rápidamente se lavo las manos en el fregadero, tomo la bolsa con el dinero de la panadería y fue directo a abrir la puerta.

 

 

__buenas tardes su majestad__dijo al momento de abrir la puerta pero se sorprendió al no ver al rey sino a un hombre de cabellos plateados y ojos violetas, vestido elegantemente, ninguno dijo nada, perdiéndose en la mirada del otro por unos instantes hasta que una mujer peliroja interrumpió.

__ah, hola buenas tardes__lo saludo cordialmente al castaño que seguía sin decir una palabra__disculpa hoy el rey no pudo venir así que el príncipe y yo__señalo al peliplata con gesto cordial__hemos venido en su nombre

__ah, disculpenme__hizo una reverencia totalmente avergonzado y un tanto tímido le entregó la bolsa con dinero a la mujer__mi hermano mayor no está pero me encargó que le entregará esto

__muchas gracias__dijo sonriendo mientras anotaba algo en una pequeña tabla que traía__sabes te ves muy lindo así con tu atuendo de panadero

__eh...no creo que yo...__Misaki no término la frase cuando escucho la voz enojada del príncipe

__Aikawa no digas tonterías__le dijo fulminantemete mientras se daba la vuelta hacia el carruaje__ya vámonos

__¡oiga, espere príncipe!!__pero muy tarde el peliplata ya había subido al carruaje. La mujer apenada se volteo a ver a Misaki que estaba conmocionado__disculpalo por favor, el príncipe no suele ser así

__ah,no,no...descuide__dijo Misaki tratando de bajar la tensión con una tímida sonrisa__creo que simplemente no le agrade

Aikawa se volvió a disculpar en nombre del príncipe y se fue dejando al castaño un tanto confundido que, un poco entristecido entró en la panadería. Pusó el pan horneado en sus respectivas cestas, limpió la cocina y apagó el horno de piedra. Miró el cielo a través de la ventana y vio que ya estaba oscureciendo. Por más vueltas que le daba al asunto solamente se confundía más.

 

 

La tristeza desapareció rápidamente para ser sustituida por la frustración. Pensándolo bien, el no había hecho nada malo, sentándose en una silla y cruzado de brazos llegó a la conclusión de que el príncipe se había puesto celoso de él por qué aquella mujer lo había halagado. Pero aun así, eso no justificaba al príncipe por haberse comportado tan grosero.

 

Ya era tarde pero necesitaba salir. Escribió una nota a su hermano para avisarle, salió de la panadería y cerró con llave. Vestido con una gorra café, chaleco del mismo color y camisa blanca debajo de este y como toque final unos pantalones semicortos caminó sin rumbo fijo por el pueblo.

 

 

Mientras tanto un hombre de cabellos plateados miraba fijamente la luna en un pequeño kiosko, el cual estaba rodeado de plantas que trepaban a su alrededor con hermosas flores. Nadie sabía de este lugar mas que el príncipe, ya que este kiosko estaba oculto entre un pequeño bosque que conectaba al castillo y el pueblo. Tratando inúltimente, de escribir en su pequeño cuaderno que siempre llevaba para alejar de sus pensamientos cierto chico castaño.

__vamos Akihiko, concentrate__se rependía mentalmente sacudiendo su pluma contra las hojas del cuaderno, totalmente molesto al ver que no podía escribir dejó a un lado sus cosas. Llevándose una mano a los cabellos plateados totalmente frustrado por no sacarse de la cabeza a ese chico.

Flash back

P.A

Odio tanto ser príncipe. Si tanto quería checar los negocios del pueblo se lo debería encargar a Haruhiko, él siempre quiere quedar bien con nuestro padre. Por lo menos ya solo falta un negocio. El carruaje se movía con desesperante lentitud, ¡maldición! espero que esto no sea eterno. Al bajar mire la panaderia una milésima de segundo, debía admitir que parecía en cierto modo encantandor el lugar...

 

__verdad que parece una gran panadería__hmp, como sospeche a Aikawa le gustaban las cosas dulces__siempre vengo aquí a comer kuma shou, son mis favoritos

 

__solo terminemos con, ya quiero irme a casa__toqué la puerta, en la espera de que el dueño del lugar nos recibiera y acabar con esto tan tedioso. Pero jamás esperé que con quien me encontraría detrás de esa puerta me fuera a causar tal impacto...

 

 

Ese chico no era humano, ningun humano podía ser tan infinitamente hermoso como aquél chico. Sus grandes ojos verdes, su pelo castaño y por dios, su piel se veía tan suave. No tenía idea de porque, solamente sabía que quería tocarlo, quería abrazarlo, oler su aroma...

 

 

__ah, hola buenas tardes__Aikawa se le habia acercado y salí de mi shock, no entendía que pasaba__disculpa hoy el rey no pudo venir así que el príncipe y yo__decía con formalidad__hemos venido en su nombre

__ah, disculpenme__el chico se disculpó de una forma tan...linda y su voz era hermosa__mi hermano mayor no está pero me encargó que le entregará esto

__muchas gracias__enserio que veía lindo e iba a elogiarlo cuando mi fastidiosa consejera interumpió__sabes te ves muy lindo así con tu atuendo de panadero

__eh...no creo que yo...__¡cómo se atrevía a halagarlo enfrente de mi! él solamente es mío...así que sin pensarlo grité:

__Aikawa no digas tonterías__me fui de ahí, en serio que quería largarme ya, por qué sino ordenaría que condenarán a mi consejera a la horca__ya vámonos

__¡oiga, espere príncipe!!__Hicé oídos sordos a sus quejas, en primer lugar ella había tenido la culpa y los veía disimuladamente desde el carruaje__disculpálo por favor, el príncipe no suele ser así

__ah,no,no...descuide__creo que me pasé de la raya, el pudo haber malinterpretado las cosas__creo que simplemente no le agrade

 

 

El remordimiento me carcomía, definitivamente no había sido una buena impresión la que le dejé. En cuanto Aikawa había subido al carruaje, durante todo el camino me había reclamado por cómo me había comportado. La ignoré obviamente por que en mi mente solamente estaba él...

Fin flash back

__maldición_mumuro en voz baja el príncipe que estaba más que frustrado, estaba totalmente enojado. Si tan solo pudiera verlo una vez más

 

 

Solo con sus pensamientos y la quietud del lugar, lo acompañaban cuando escucho unos pasos que se acercaban. El príncipe rápidamente tomo sus cosas y se oculto entre unos arbustos altos que rodeaban el kiosko. En espera de ver quién o qué lo había interrumpido se llevó una enorme sorpresa cuando vio al mismo chico de la panadería.

 

Si había creído que con su atuendo de panadero se veía lindo, con la ropa que llevaba puesta rompía las barreras de sus expectativas. Tenía unos deseos enormes de abrazarlo intesamente y nunca soltarlo jamás pero se contuvo, ya no quería dejarle más malas impresiones.

Desde los arbustos observaba atentamente al castaño que se acercaba al kiosko y se sentó en el mismo lugar donde habia estado el príncipe.

__wuaa, que lugar tan hermoso__dijo el castaño con tono infantil mientras sus ojos esmeralda brillaban de alegría__je,je que bueno que sólo yo conozco este lugar

 

Al escuchar este comentario el princípe se quedo estático en su lugar, ¿aquel chico ya había estado ahí? ¿desde cuándo? mil preguntas se seguían formando en su cabeza pero aun así no podía dejar de mirar a aquel chico, era tan lindo, tan hermoso. Ya no podía seguir alejado de él. Entonces ideó un plan brillante...

__buenas noches__dijo el peliplata con un poco de miedo en su voz

__AHHHHH__gritó Misaki asustado levantándose de donde estaba y buscando entre la oscuridad del lugar a aquel hombre que le había hablado__¿q-quién es?

__no te asustes, por favor__pidió el príncipe en forma suplicante para que el chico no se fuera__yo sólo...quiero conocerte

__¿c-conocerme?...__dijo el castaño aun asustado y a la defensiva__y-yo no quiero conocerlo, n-ni siquiera lo conozco, ¿quién no dice que es usted un asesino o a-algo así?

__jaja, tienes razón__río de forma serena el peliplata y Misaki al escuchar esa risa, se calmó un poco__pero descuida no te haré daño, de verdad quiero conocerte, ¿cuál es tu nombre?

__T-Takashi Misaki__contestó el castaño con dificultad, haciéndolo ver más lindo a la vista del príncipe

__mucho gusto Misaki__al momento de decir su nombre, una alegría lo invadía__mi nombre es...Natsuhiko__mejor no le decía su nombre, si supiera que él era el príncipe que lo había tratado mal de seguro no querría hablarle jamás

_¿Natsuhiko? etto...yo debo irme__dijo el castaño que estaba iendose y se ponía más nervioso a cada momento que transcurría, el princípe al verlo alejarse se desesperó y con voz suplicante lo detuvo

__por favor, no te alejés de mi...por favor__esto último que dijo el peliplata conmovió a Misaki, no conocía a ese hombre, ni siquiera sabía si era inofensivo o no pero, la voz que le suplicaba, que le rogaba que no le dejará, lo hacía sentir necesitado, con cautela se acercó y se sentó de nuevo donde había estado y Akihiko oculto en los arbustos, sonreía sin par, de verdad había logrado que ese angelito se quedará a su lado

__c-creo que puedo quedarme un poco más, Natsu-san__dijo con una voz nerviosa que hacía sentir feliz al príncipe.

 

 

Y lo que había sido un rato, fue más que un lapso pequeño, entre la platica que habían tenido, sobre cosas triviales, cosas graciosas, cosas insignificantes, habían creado una relación amena. El castaño al notar la hora se levantó y le dijo a Natsu-san que tenía que irse, ya que su hermano estaría preocupado, el príncipe resignado, dejó que se fuera pero le dijo a Misaki, que mañana volvieran a encontrarse, el castaño aceptó, ya que el peliplata se había ganado su confianza. Akihiko vio como el castaño se alejaba y cuando vio que ya no estaba, salió de su escondite y se dirigió al castillo, con un solo pensamiento:Misaki.

 

 

Él que había rogado porque su vida cambiará y el destino que fue tan repentino le pusó a ese chico en su camino. En un sólo día se había enamorado y aunque sabía lo dichoso, y por que no decir, lo glorioso que se sentía, sabía que no sería fácil el decirle a Misaki sobre su amor. Sobretodo en el reino Usami, donde estaba prohíbido amar de esa forma.

Notas finales:

n.n bueno espero que les haya gustado, la verdad es la primera vez que escribo sobre junjou romantica (usagiXmisaki) y bueno ya saben, acepto reviews, pastelazos (tomatazos ya no XD) , criticas, y amenzas de muerte.

P.D: si siguen todavia pendientes de mi otro fic, esperenme un poco mas onegai u.u y les prometo que no los decepcionare, ja ne


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