Me sentía como un niño en su primer día de clases en la primaría; no era muy distinto que digamos entrar a la secundaría sin nada ni nadie que pudiera hacerte compañía; me senté en una de las bajadas que tenía el establecimiento mirando a todos los nuevos algo miedosos pero sonreían pues más de uno tenía a su amigo de la primaria consigo. Otros estaban con sus padres a la espera de que entraran a los salones, en cambio yo, yo estaba solo; no porque mis padres no quisieran ir es solo que no quería verlos ahí conmigo.
Tomé aire y escuché el timbre lo cual nos indicaba que debíamos ordenarlos por los diferentes cursos para así el instituto nos daba la bienvenida. Miraba a todos quizás con una mirada algo recelosa, por dentro quería hacer amigos pero por fuera no lo iba a demostrar y realmente tenía bastante sueño como para comenzar a hablar con alguien.
Los primeros días pasaron realmente rápidos, era todo una rutina algo fastidiosa a ser honesto; de 8:00 de la mañana hasta las 16:00 hrs queriendo solamente salir para regresar a casa, almorzar o comer lo que fuese y meterme al pc. Sí realmente mi vida era algo… Uhm ¿cómo poder referirme a ella? ¿Aburrida? Sí, probablemente esa es la palabra.
La primera semana pasó y fue al comienzo de la 2da semana que recién pude hablarle a alguien; n recuerdo como fue realmente solo me vi conversando con alguien de 2do grado. Era realmente guapo y con una personalidad algo única, su sonrisa cautivaba por demás de todo, su simpatía era algo no muy predecible, de seguro si lo veía en la calle era una de las personas a la cual no saludaría ni siquiera le dirigiría la mirada – Yoochun, mi nombre es Yoochun – dijo a la vez que estiró su mano - Shim Changmin – respondí a la vez que tomaba su mano correspondiendo el saludo y mirándolo a los ojos –
Estoy con un amigo ¿Te gustaría conocerlo? – me dijo a la vez que me llevaba a la hora del descanso entre clase y clase, a su grupo de “amigos” y realmente me extrañé cuando vi a solo uno, le sonreí por cortesía y me sentí algo extraño, era demasiado infantil para ser mayor incluso que Yoochun, le faltaba apenas un año para terminar sus estudios, pero se veía realmente más joven incluso que yo. – él es Kim JeJoong, no te asustes él es así de… Hiperactivo – me decía Micky ( Así me le decían, lo entendí después de unos días)
Shim changmin – dije algo bajo y fue cuando sentí la mirada de Jae profundamente en mí, me ruborice un poco y sólo me límite a reír. Quizás por los nervios, no lo sé ni siquiera en el día de hoy.-
Wuah! Un gusto – me dijo el mayor (Jaejoong) – Oye! Agregame a MSN – decía ya y la conversación/presentación se acabo al momento de escuchar el timbrado para volver a las clases. – Uhm… Nos vemos a la salida? – me preguntó entusiasmado el de la piel blanca como nieve. Yoochun me tomó de la mano sin siquiera dejar despedirme – llegarás tarde y te toca matemáticas. La profesora es para NADA agradable así que te recomiendo siempre llegar temprano a sus clases – me dijo al mismo minuto que me empujo a mi salón y corrió para ir al segundo piso –
La clase era bastante aburrida. Mi colegio anterior era bastante malo para ser sincero por ende estaba más atrasado de lo que debería, dentro de lo posible hice que la profesora, la cual, era realmente fea, le faltaba nada más la verruga para que pareciera bruja. Al lado mío era bastante baja, creo que no medía más allá de 1.50 y a pesar de su edad se mantenía un tanto bien. Su humor era peor que el de una suegra enfadada con su yerno y lo comprobé cuando sentí su regaño lo cual me llevó a una observación en el libro de clases, nada más por haber hablado. PREGUNTANDO SOBRE UN EJERCICIO; no me viera colocarme los audífonos y fue ahí, justo en ese momento cuando sentí una palmada a mi espalda, me di vuelta con cuidado para que no me regañaran otra vez y mire quizás con algo de frialdad.
Sí? – pregunté cuando reconocí a uno de mis compañeros; era un tanto “lindo”, su sonrisa era perfecta y lo más dudoso era que siempre la tenía puesta sobre sus labios. -
Noté hace unos días que te gusta la animación japonesa. – lo miré y notaba su entusiasmo que sobresalía de si mismo. Tomó mi cuaderno de matemáticas sin siquiera preguntar y me volvió sonreír - ¡Me encanta este anime! Es uno de mis favoritos – dijo, la tapa era de Lovely complex, un anime que vi durante las vacaciones de verano con uno de mis primos – Uhm… Sí es divertida – le conteste, e intentaba darme vuelta, realmente no quería otro regaño y más si ésta vez no era ni siquiera porque lo quería. –
¿Has notado a los dos chicos de allá? – me dijo apuntándolos con disimulo, a lo que le respondí que sí al mirarlos de reojo – Él mide 1.71 y el otro 1.60 apenas, cuando los miré el primer día de clases no pude evitar reír y recordar partes de la serie ¿no te pasó lo mismo? -
En ese minuto fue cuando recordé que el segundo o tercer día nuestro profesor de gimnasia nos midió uno por uno para controlar peso y demás. Y sí, efectivamente cuando escuché el porte de esos dos se me vino una vaga idea de la serie y al mismo minuto sonreí. -
¿Cómo te llamas? – le pregunté de la nada –
Kim Junsu, pero me puedes decir Susu si gustas – me respondió - ¿Tú eres Shim Changmin, verdad? – me sorprendió su jodido entusiasmo, sí que hablaba. – Sí. – le respondí ya dándome vuelta para anotar las últimas cosas que estaban en el pizarrón - Tienes más cara de Max. – me dijo como si nada, y ahí entendí que ese sobrenombre lo iba a llevar toda mi vida. –
Matemáticas era la última clase del día, cuando tomé mis cosas y las guardé en el bolso sentía como Junsu se me apegaba como cual Lapa a la piedra, el sonreí por cortesía o más bien, ese entusiasmo que tenia lo contagiaba.
Cuando salimos del salón vimos como estaba Yoochun y JaeJoong esperándonos afuera al parecer ya conocían a junsu y lo noté más por como se saludaban.
Hola – le sonreí e íbamos saliendo del instituto, por alguna extraña razón sentía como mi corazón latía de… ¿Felicidad?, JaeJoong empezó a gritar unos “Fighting” fuera del colegio, mientras reía - ¡hey! – escuche de parte de éste – Me tengo que ir o me regañaran .- bufó al hablar y vi como Yoochun y Junsu ya no se extrañaban de éstas reacciones, Boo (Así le gustaba que le llamaran) me entregó un pedazo de hoja de cuaderno con su correo anotado – Conéctate babeh, para que hablemos – no pude evitar sonreír por su forma particular al hablar; se fue prácticamente corriendo después de ver la hora y vi como los otros dos caminaban hacia la dirección que estaba mí casa.
¿Dónde vives Max? –me preguntó Junsu, a la vez que se detenían en un paradero de bus – Pues, un poco más allá – apunté hacia la dirección a la que estábamos y no me tocó más que despedirme cuando ya debían irse.
Caminando hacia la casa me puse los audífonos otra vez e iba pensando en las cosas que hoy habían pasado, solté una suave sonrisa al tener dentro una sensación extraña. Una sensación que me hizo pensar en tantas cosas realmente