Día Lunes 7 de marzo del 2011 primer día de clases en una escuela de clase media en una cuidad cualquiera.
En las aulas alumnos estaban reencontrándose, jugando, bromeando, contando sus vacaciones y todas esas cosas que hacen los niños al regreso de clases, hasta que de pronto la puerta del primero medio A se abre lentamente para dejar pasar a un hombre de unos 25 años, medianamente alto, labios gruesos y con una cara chistosa para los alumnos, se podía escuchar a la alumnas cuchichear por lo bajo entre sí con comentarios como “que buena está el profe”, “que clase nos hará este weon rico?” ,“no será muy joven?” y un sin fin de cosas más a las que el profesor decidió no prestarle importancia. Caminó hacia su escritorio dejo su bolso y se paró frente al curso.
-Buenos días, mi nombre es Andrés, soy profesor de química y biología y también seré profesor jefe de ustedes- dijo con un tono serio pero en sus ojos se podía ver esperanza de educar a ese grupo de monstruos que se encontraba frente a el, haría su mejor trabajo, después de todo ese sería su primer curso a su mando.
-Buenos día profesor- respondieron los alumnos al unísono, un poco desconcertados, les sorprendía la idea de tener un profesor tan joven.
-Bueno, como ustedes ya están grandes no haremos dibujos ni cuentos sobre sus vacaciones, así que haremos un repaso, saquen su cuaderno y copien de la pizarra- seguía estando serio, a sus alumnos no les gustó mucho la idea por lo que empezaron a reclamar, se puso nervioso, pero decidió seguir con su trabajo.
En otra aula de un curso un poco más grande, segundo medio A para ser más exactos, se encontraba un hombre de aspecto rudo barbudo y muy bien parecido, era el profesor de matemáticas, apenas llegó entregó una guía de ejercicios a los alumnos, estos protestaron pero el profesor no emitió ningún comentario, por lo que se rindieron y trabajaron igual.
Ahí estaba Marcos un hombre tranquilo, de pocas palabras, y atractivo, solía andar en moto lo cual ante las alumnas lo hacía ser demasiado sexy.
Sonó el timbre y se retiró del aula rápidamente, tenía un asunto demasiado importante que atender.
En el primero medio Andrés ya terminada su clase en la cual no recibió participación de nadie, agradeció que el timbre hubiera sonado porque realmente no sabía qué hacer, salía frustrado del aula para dirigirse a su oficina.
Ya dentro de esa pequeña sala se sentó en su escritorio y comenzó a pensar que era lo que podía hacer para ganarse el respeto de sus alumnos, pero un ruido lo interrumpió haciendo que mirara hacia la puerta que era de dónde provenía del sonido, ahí estaba parado Marcos, con una sonrisa en el rostro, marcos se volteó cerrando la puerta con seguro mientras Andrés lo miraba fijamente.
-te extrañe- dijo Marcos – un mes sin verte, es realmente triste- fingió dolor en sus palabras
-yo no, he estado muy ocupado, organizando, cosas para mi nuevo curso, como ves yo si me PREOCUPO de mi trabajo y no me paseo por la sala sin hacer nada- dijo con un tono molesto
-no crees que el destino hizo que en nuestro primer año de trabajo hallamos quedado en el mismo colegio?, debemos estar juntos y lo sabes-
-es solo coincidencia y además, yo contigo?, há no, porque lo haría no tiene nada bueno, mira tu barba, ese cuello…- mientras decía eso se mordía el labio, sabía que el hombre ante él era lo más irresistible que había visto pero no quería aceptarlo, era orgulloso, no se dejaría rendir tan fácilmente
-sabes que te gusto, tan solo mira tu cara cuando me ves- mientras decía eso camino hasta donde estaba sentado Andrés y comenzó a besar su cuello- Andrés ahogó un gemido, dios! Lo estaba volviendo loco pero no se rendiría.
-no hagas eso, idiota!- decía Andrés haciéndose a un lado, un poco más y caería, aunque estaba dudando, desde que lo conocía en la universidad había querido hacer algo con el, pero su orgullo le ganaba, marcos era alguien tan arrogante, indiferente a los demás, el sabía que terminaría enganchado de ese hombre desgraciado así que decidió intentar olvidarlo pero el destino le jugó una mala pasada, tendrían que trabajar bajo el mismo techo.
Marcos lo ignoró comenzó a besar y morder su cuello, subiendo hasta llegar a su boca, besándolo apasionadamente Andrés no pudo evitar soltar un gemido y marcos aprovecho de profundizar el beso, hasta que Andrés se rindió y se dejó hacer.
El mayor comenzó a quitar la chaqueta que tenía Andrés, soltando seguido su corbata, hasta que Andrés lo detuvo, se puso de pies mirándolo sensualmente.
-me quieres tomar? –Marcos asentía- Enserio?, pero… no lo sé- comenzó a desabrochar su camisa lentamente botón por botón, marcos estaba vuelto loco.
-carajo quítatela ya- se lanzó sobre y quitando su camisa de un solo tirón, dejando expuesto todo el torso del menor, besando cada centímetro de su piel, bajando hasta llegar a su pantalón.