Caminaba hacia su departamento pensando en él otra vez. En el tormento que vivía cada día al tenerlo cerca pero a la vez tan lejos, el admirar su increíble y largo cuerpo recostado en el sofá mientras veía la televisión, contemplar su lengua cada vez que recorrían sus gruesos y perfectos labios, escuchar su profunda voz llamándolo, pero sobretodo escucharle decir “hyung te quiero” sabiendo que esas palabras eran solo amistosas. Definitivamente vivir con él sin poder tocarlo y decirle cuando lo amaba y deseaba era una tortura.
Dejando soltar un pesado y largo suspiro, introdujo la llave sin estar preparado para lo que vio en cuanto abrió la puerta
¡Santo Dios!, su cuerpo entero se paralizó, ahí estaba él, recostado en la alfombra haciendo abdominales. Tragó saliva al ver como ese abdomen gloriosamente marcado se contraía con cada levantamiento mientras gotas de sudor resbalaban por su bronceada piel. Se tensó al escuchar sus quejidos por el esfuerzo que ponía al ejercicio y sin poder controlarlo su entrepierna se endureció. ¡Carajo!, a veces odiaba ser tan joven y saludable. Cerró la puerta de un intenso golpe y corrió directo al baño
Minho, quien lo había visto desde el momento en el que entró, se contuvo para voltear a verlo y seguir con lo que hacía, con la máxima intensión de excitar al mayor porque oh si, sabía perfectamente que el dueño de esa mirada felina lo deseaba tanto como él, pero no se atrevía a dar el primer paso. Quería llevar al extremo de la desesperación a su hyung y al verlo correr dentro del departamento se dio cuenta de que no estaba muy lejos de su meta.
Se paró de donde estaba y se encaminó al baño, intentó abrir pero evidentemente estaba ocupado. Sonrió
- ¿Hyung?
- ¿Qué pasa Minho?
- ¿Tardarás mucho?
- N… no sé… ¿Por… por qué? – su voz salió como un tormento y la sonrisa del otro se ensanchó. Sabía muy bien lo que la diva estaba haciendo y el placer de saber que él lo había causado era inexplicable
- Me quiero dar un baño, tengo que salir
- Dame un minuto y el baño será todo tuyo – se mordió el labio para tragarse lo que moría por decir
“Quiero que tú seas mío”
- Está bien – se alejó mientas sentía el corazón palpitándole salvaje. Lo que en realidad quería hacer era derrumbar esa puerta, enredarlo entre sus brazos y entrar en él de una, disfrutarlo mientras jadeaba y gritaba su nombre. ¡Dios!, cuanto deseaba estar con él
Fue hasta su habitación en busca de sus mejores ropas, nunca había sido tan minucioso a la hora de escoger su atuendo pero cuando empezó a sentir la necesidad de llamar la atención de la diva eso cambió
“Negro” KiBum siempre le había dicho que el negro era un color sexy. Volvió a sonreír
- El baño está libre Minho – anunció el otro mientras se dirigía a su habitación, las manos le temblaban, se sentía desganado y el más pervertido de todos. Se llevó las manos a la cara, ¿Cómo era posible que se hubiera masturbado pensando en Minho haciendo abdominales? ¿En esa bronceada piel en donde ansiaba pasar la lengua y dejar mordidas para marcarlo como suyo?. Refunfuñó.
Si esto seguía así terminaría por perder el control.
Escuchó la puerta del baño cerrarse y segundos después el agua cayendo de la regadera. Y eso significaba una sola cosa.
“Minho desnudo”
Su cuerpo se endureció con tan solo imaginarlo. ¡Joder!. Se dejó caer sobre su cama, si no hacía algo con este sentimiento que lo ahogaba iba a terminar volviéndose loco
- ¡Hyung! – se sobresaltó al escuchar su voz
- ¿Qué?
- Olvidé meter la toalla ¿Me pasas una por favor? – tragó saliva.
Minho desnudo
Minho desnudo
Minho desnudo
Fue lo único que su mente procesaba en ese momento
- ¿Hyung? – sacudió su cabeza. Esos pensamientos estaban mal
- ¡Voy! – Fue hacia un estante y sacó una de sus toallas. Caminó tratando de no derrumbarse, cada paso que daba era un suplicio para su corazón. Abrió la puerta lo suficiente para dejar que su mano pasara – Toma
Minho soltó un bufido, no había planeado todo esto para que KiBum se hiciera el santo y correcto con él.
- Hyung, no la alcanzo
Era la quinta vez en un minuto que KiBum maldecía en silencio. No podía moverse, le dolía la entrepierna, sabía que si entraba a ese pequeño cuarto, no iba a poder contenerse y se arrojaría a los brazos de Minho
- ¿Hyung? – Cerró los puños y los ojos abriendo la puerta de golpe
- Toma y la próxima vez que la olvides no estaré dispuesto a hacerte el favor – lanzó la toalla hacía el frente y sin importarle si Minho la había agarrado o no, salió como alma que lleva el diablo de ahí.
Minho suspiró derrotado ¿Por qué era tan difícil hacerlo caer?. Envolvió la toalla a su cintura y caminó hasta su habitación, se vistió y cuando salió para avisarle a KiBum que llegaría tarde se topó con la sorpresa de que no se encontraba en el departamento. Normalmente no le hubiera tomado importancia pero una idea le surcó el pensamiento
Él no me desea
Impotente y enojado abandonó el lugar. Necesitaba desahogarse ante esa idea que hacia doler su corazón
Eran las tres de la mañana cuando regresó del bar al que había ido y se había ahogado en alcohol. Después de un esfuerzo enorme por abrir la puerta, entró y fue directamente a la habitación de KiBum. Necesitaba verlo pero sobretodo necesitaba sentirlo
Cuidando de no hacer mucho ruido entró y lo divisó de espaldas. Tratando de no tropezar con sus pies, se recostó a su lado y lo abrazó uniendo sus cuerpos deliciosamente
- mmm – gimió al sentir el trasero de KiBum rosando su hombría, pasó un brazo por la estrecha cintura y lo pegó más a él. Aspiró ese dulce aroma a rosas que emanaba su cabello. ¡Demonios!, amaba todo de él, pero antes de poder hacer algo, el sueño terminó venciéndolo.
KiBum se despertó sintiendo un bulto entre sus nalgas. ¿Pero qué demonios?, trató de moverse pero un apretón en su cintura se lo impidió. Abrió los ojos de golpe cuando supo quién estaba detrás de él y trató de zafarse cuando descifró que lo que tenía entre sus glúteos era el miembro erecto de Minho.
Y mientras se debatía entre luchar o no por salir de ese cálido cuerpo, se estremeció al sentir la respiración del alto topando de lleno en su oreja
- Maldición – susurró al distinguir que ahora se encontraba en el mismo estado que Minho
- Hyung~ - Su corazón se aceleró. ¡Minho estaba despierto! – Ya me cansé de esperarte
Hubiera interpretado de mala forma esas palabras si no fuera porque fue volteado bruscamente y segundos después tenía el ardiente cuerpo de Minho sobre él. Sus profundos ojos mirándolo le hicieron delirar, ya no podía contenerse más. Con duda enredó sus brazos en el cuello ajeno
- Ah~ - gimió cuando Minho se apretó más a él, bajando para besarlo de una manera salvaje. Había esperado demasiado por esto que creyó acariciar el cielo cuando sintió su lengua mezclarse con la suya. Esas enormes manos recorriendo cada rincón de su cuerpo le robaron otro gemido.
Minho se apoyo en sus rodillas para deshacerse de su estorbosa camisa y la de Key, dejando expuesto esos rozados pezones que no tardo en lamer y morder
- Mmm~
- ¿Te gusta hyung? – preguntó mientras deslizaba y colaba una de sus manos por la pijama del mayor
- S… si. Ah~ - arqueó su espalda cuando Minho tomó su pene y comenzó a masturbarlo. Le robó un último beso antes de quitarle por completo el pantalón y bajar hasta su entrepierna para tomarlo con la boca
- Mmm~ - llevó una de sus manos a sus labios para contener los gemidos
- No – dijo Minho – no te contengas… gime para mi – con la vergüenza subiendo por su rostro asintió mientras el otro devoraba por segunda vez su miembro. Esta vez no se contuvo y gritó al sentir como la lengua de Minho recorría y succionaba cada milímetro de carne. Enredó sus manos en ese sedoso cabello y se mordió el labio sintiendo como un largo dedo invadía su entrada. El dolor que sintió cuando Minho introdujo un segundo dedo desapareció al momento en que sus otros dedos acariciaron sus testículos
- ¡Ah~ Minho! – gritó viniéndose en su boca
- Sabes delicioso – murmuró el alto al separarse para deshacerse de su pantalón dejando a la vista su hombría dura y necesitada. Se abrió camino por las largas y exquisitas piernas de KiBum, dándose el tiempo para admirarlo, era completamente hermoso y ahora lo tenía como siempre lo había querido
- Hazme tuyo Minho
- No planeo hacer otra cosa – perfiló su miembro a su entrada y lo penetró de golpe
- ¡Ah~! – KiBum siseó de placer al sentir como lo llenaba. Enroscó sus piernas a la cintura del alto obligándolo a llegar más profundo
- Mmmm tan estrecho – Gruñó al dar la primera embestida. Era mejor de lo que había pensado, bajó para reclamar los labios de KiBum por tercera vez
- ¡DIOS! – se retorció cuando Minho rosó su punto sensible – más Minho – suplicó sintiendo como el otro aceleraba y lo tomaba feroz.
Minho lamía y mordía sus labios, estar dentro de él era la gloria. Tomó su hombría para darle placer una vez más, haciéndolo delirar.
Key se aferró a la musculosa espalda mientras sentía las embestidas, era maravilloso como sus sudorosos cuerpos estaban en sintonía
- Ah~ ah~ yo… - y antes de poder decir otra palabra se corrió entre sus vientres. El alto acelero mucho más para segundos después venirse dentro de él. Cayó rendido al lado del agitado cuerpo de KiBum
Entre sonrisas y besos fugaces Minho abandonó su cuerpo.
- Creí que nunca caerías hyung
- Cállate – dijo mientras lo reprendía con un golpe
- Te amo
- Yo también te amo…
- ¿Qué haces? – cuestionó al sentir como Minho planeaba penetrarlo nuevamente
- Oh, es que aun no termino
- ¿Qué? – preguntó mientras concluía que esa sería una larga mañana…