Min- MinHo – intentó hablar pero se le hacía imposible. Como casi todas las noches, luego de que Taemin estuviera dormido y que Onew con JongHyun se despidieran, MinHo lo agarraba en cualquier lugar de la casa. No sabía muy bien porqué lo hacía pero tampoco quería averiguarlo. A Kim Kibum le gustaba esa mezcla de emociones que su amigo lograba generar en él, atracción y luego de los besos un cosquilleo caluroso en el pecho, un temblor en las piernas y su miembro pidiendo a gritos ser atendido por el menor.
De vez en vez, cuando la escena comenzaba en la sala de estar o en el baño, se sentía toda una puta pero en ocasiones, se auto recompensaba negándose al sexo con el chico más alto, sólo para poder subir un poco su moral.
Respecto a MinHo las cosas eran un poco distintas. Una noche mientras Key bailaba con Taemin en la sala, JongHyun lo retó a “encamarse” con su amigo. El dinero de la apuesta era alto pero cuando logró su cometido algo creció en su interior. Amor, o por lo menos algo parecido a eso. MinHo había descubierto que quería a Kibum no sólo por las noches, que su vida sería perfecta si amaneciera contemplando su rostro por las mañanas, si tan sólo pudiera tomar su mano y entrelazar sus dedos en cualquier lugar, si tan sólo fuera de él toda la vida.
Sin embargo, el chico del cuerpo torneado tenía miedo. Pensaba que como Key no se negó la primera vez, quizás le era fácil terminar sudando y echando fuera sus más íntimos deseos y no sólo con él, sino que con cualquiera otro… u otra o__o !
- Min – jadeaba pegándose al cuello del menor- MinHo hazlo pronto
- Mmhh, Kiiih- las manos de Key lo tomaban por debajo de los brazos dando la vuelta para agarrarse de sus hombros - No puedo- dijo en seco.
El mayor creyó oír mal y se separó un poco del modelo para dar con los enormes ojos de su acompañante. Estaba sorprendido y hasta un poco enojado.
- ¿Ahora no puedes?- le inquirió con los ojos llenos de furia- ¿Acaso ya no puedes levantar eso?, ¿Tanto te cuesta?- sonrió de medio lado mirando fijamente el bulto bajo los pantaloncillos de MinHo, no estaba precisamente dormido.
- No es eso Kibum… - se heló cuando sintió la presión de los labios que tanto amaba posarse sobre su ropa interior- ¡Key! – habló fuerte para que se detuviera. Tomó con dificultad el rostro fino de su rival y mirándolo a los ojos soltó lo que no le permitía seguir- Kibum a mi me gustas y no sólo porque hacemos esto casa vez que podemos, me gustas tú, yo… yo te quiero
- ¿Qué?- un balde de agua fría, una mera excusa para dejar de hacerlo suyo de vez en vez.
- Ya no puedo seguir con esto porque tengo sentimientos involucrados- MinHo habló con cariño mientras abotonaba la camisa que momentos antes le había quitado al más menudo.
- Sentimientos… ¿el mismo que tuviste cuando sin tapujos me lo metiste por dinero?- se levantó rápido del mueble y dándole una cachetada a MinHo se marchó.
Kibum sabía que JongHyun, su querido y amado JongHyun, había puesto dinero para que MinHo lo sedujera. Al comienzo se sintió profundamente decepcionado de su mejor amigo pero luego se dio cuenta de que el más traicionero había sido el joven MinHo. Así se prometió que le daría a MinHo de su propia medicina y mientras más lo buscaba, más delicados hacía sus movimientos en la intimidad, más lujuria ponía en los besos que le daba.
El chico de pómulos altos entendió que MinHo ya había caído en su trampa cuando después de sus encuentros, lo dejaba abrazado a su cuerpo hasta el amanecer. Cuando en cualquiera que fuera el lugar, el modelo aprovechaba y le robaba un beso.
Kibum le dio una cachetada a MinHo y salió de la sala de lavados dando un enorme portazo. Caminó con una extraña sensación en su pecho y lo único que pudo procesar fue salir del departamento a tomar aire. Era cierto, al fin había logrado enamorar a MinHo pero algo le faltaba para sentirse pleno. Estaba inseguro, quizás las palabras de MinHo eran sólo para mantenerlo a su lado, quizás los besos que se daban eran las hormonas, las primeras que MinHo soltaba por alguien y no exactamente amor.
Suspiró botando todo el aire que pudo y se sentó en la banca que había junto a la piscina, en el jardín del departamento. El sonido del agua le traía calma a su confusión, de a poco olvidó todo lo que había hecho, los miedos que le daba MinHo, ese cosquilleo que le producía saberse algo más que el resto de sus compañeros para el modelo.
MinHo inconcientemente puso una de sus manos contra su mejilla recién golpeada. Detener a Kibum, eso hubiera querido, pero acababa de decirle que le gustaba y el bailarín había huido reprochándole el inicio de su ‘relación’. Entonces apoyado en uno de los muebles comenzó a pensar cómo se suponía que debía recuperarlo y como un tonto aturdido llegó a la ventana de la habitación. Creyó estar alucinando cuando vio la silueta del hombre que amaba justo al lado de la piscina, caminó casi hipnotizado hasta el ascensor y salió por portería para dar con la piscina.
- Lo siento Kibum- susurró inclinándose a la altura de su rostro aparentemente dormido.
- MinHo- habló en un hilo de voz y volvió a cerrar los ojos.
Esa imagen le parecía sacada de un cuento. Kibum recostado a lo largo de la banca, la noche estrellada y las luces entre el pasto iluminando su perfecto rostro. Se acercó para disculparse y Kibum sonrió angelical para volver a cerrar los ojos. Se quitó el delgado polerón que llevaba puesto y lo puso sobre los hombros, sonrió, Kibum de verdad era lo más perfecto que había visto en su vida.
- Vamos adentro Kibummie- le advirtió antes de moverlo un poco y cargarlo entre sus brazos.
Puso todo su esfuerzo para cargarlo sin flaquear y antes de llegar al ascensor, los delgados brazos de Kibum se enredaron alrededor de su cuello. Cuando llegó al departamento se lo llevó a su habitación y con cuidado lo recostó en su cama. JongHyun dormía en la cama de al lado pero con la luz despertó.
- ¿Qué le hiciste Min?- preguntó con los ojos chiquititos de sueño.
- Le dije que realmente me gusta y se durmió- sonrió sonrojado
- Me voy a dormir con el maknae- bostezó- no le hagas daño a mi princesa- advirtió antes de salir
Cambió la luz de la habitación por una más tenue, la de su lámpara de noche. Abrigó a Kibum y acercando la cama de JongHyun a la suya, se durmió observando su rostro calmo descansar.
Cuando Kibum despertó al día siguiente se halló en una habitación que no era la suya. Se refregó los ojos y desorientado se puso de pie buscando el pasillo. Al parecer nadie se había levantado pero razonó sobre sí mismo y se dio cuenta de que quien durmió en la misma habitación que él ya había despertado pues, la cama estaba vacía. Al ritmo que caminaba hasta el otro extremo del pasillo en busca de su habitación se dio cuenta de que se había dormido con la ropa puesta y en un bostezo decidió que lo mejor era cepillarse los dientes.
- Khh- intentó hablar el más alto pero con un cepillo entre los dientes y un montón de espuma, modular algún nombre era todo un desafío. Eso sumándole la sorpresa que le producía que Kibum irrumpiera en el baño de pronto.
- Así que eras tú- pasó a su lado chocando suavemente con sus hombros- yo quería dormir al lado de la piscina- hizo un dulce puchero indicando que estaba ‘enojado’.
- Pero tu rostro hubiera amanecido lleno de sarpullidos y créeme, hubieras arruinado tu belleza- dijo limpiándose la boca
- Ummm- suspiró y comenzó a cepillar sus dientes lentamente.
MinHo se quedó observándolo divertido de las caras que con sus ojos Kibum podía cambiar. Se miraban a través del espejo como lo hace cualquier pareja en la intimidad. Cuando el más menudo escupió por última vez, el moreno se atrevió a acercarse y con delicadeza lo abrazó para darle un beso en la frente.
- Te quiero… de verdad y sé que fui tonto por hacerle caso a JongHyun- pero el menor de los Kim no respondió más que acomodar su cabeza entre el cuello de su acompañante- aunque… si no hubiera aceptado nunca me hubiera dado cuenta de lo maravilloso que eres, de cuan feliz soy a tu lado, de lo mucho que me gustas
- Eso no es cierto- susurró- yo soy igual que todo el mundo y tú eres el espectacular Flaming Charisma, ¿cómo te podría gustar yo?- siguió hablando bajito dejando notar claramente un poco de tristeza.
- ¿Me has visto perseguir a alguien tan insistentemente que no seas tú?- le tomó el mentón para ver los ojos acuosos de Kibum y mirarlo por un instante de la manera más sincera que pudo.
- No lo sé- desvió la mirada a los pies.
- Sabes que no lo he hecho Kibum- volvió a enredarlo en sus brazos- a mi me gustas, te quiero y me gustaría estar contigo para siempre pero, ¿te gusto yo?
- Tú que crees- susurró
- Eh? No te oí
- Que sí! Estúpido!- vaya, ahí estaba el Key que lo insultaba sin razón
¿Besarlo?, ¿Terminar con la tarea inconclusa del día anterior? No, tomarlo de la mano y descansar nuevamente uno junto al otro, sobre la cama tal vez. MinHo tomó la mano de Kibum y caminó lentamente hasta la habitación que acababan de compartir la noche anterior. Se tumbó en su cama y Key lo siguió para acomodar su cabeza sobre el pecho desnudo del menor.
- No más encuentros furtivos, ¿está bien?
- Todo lo que quieras mi vida- respondió cuando su corazón ya casi salía por su boca y rápidamente buscó los labios delgados del otro para impedirlo. Un beso lento, casi interminable, lleno de amor- me vas a tildar de tonto pero eso no me importa- advirtió
- Eh?- Subió un poco su cabeza para mirar a MinHo a los ojos y acomodó su cuerpo un poco más arriba para verlo mejor, seguro diría algo que arruinaría ese perfecto amanecer
- Te amo Kibum- dijo frunciendo la cara, como esperando un golpe pero oyó una risa suave de su compañero y abrió los ojos.
- Yo también te amo MinHo- le susurró sobre la oreja y le dio un beso en la mejilla para voltearse y encajar su cuerpo justo delante del que ahora se sonrojaba como nunca.
Ahora solo restaba contarle a sus compañeros de grupo que finalmente ambos habían aceptado lo que sentían por el otro, que iban a estar juntos el resto de sus vidas.