KyuHae, Especial de Navidad: “Noche Buena”
Un chico alto y de pelo negro esperaba sentado a la orilla de una fuente en el centro de la ciudad de Seúl, justo frente a una gran tienda navideña, era mas o menos tarde, 10 de la noche aproximadamente, poca gente se encontraba fuera visitando tiendas que ya se encontraban cerradas por noche buena, pero a aquel chico poco le importaba, su regalo ya lo tenia entre sus manos esperando a la persona a quien pertenecía.
Veía a la gente correr de aquí y por allá, realmente desesperada sin siquiera percatarse de su presencia.
- oh… -KyuHyun dejo escapar un suspiro una vez que se fijo en la hora-, espero que llegue pronto…
Él estaba allí esperando a alguien muy importante, canceló su cita con su familia para poder asistir a su encuentro, DongHae lo había pedido con tantas ganas que no pudo negarse, y menos viniendo de él. La persona que más amaba, valía la pena, ya que no pasaban mucho tiempo juntos y la semana libre que le habían otorgado a toda la ‘SM’ les ayudo mucho.
Minutos después apareció DongHae haciendo señas, KyuHyun se levanto con su gran sonrisa característica formada en sus labios. Una vez que su acompañante estaba frente a él, le abrazo fuertemente. La gente ya se había dispersado y en aquel lugar entre la fuente y la tienda solo se encontraban ellos dos, a unas dos horas de navidad.
- Pensé que ya te habías arrepentido –susurró KyuHyun cuando se separo del mayor.
- Nunca me arrepentiría de juntarme contigo –sonrío-. Ah! te traje esto… -extendió sus brazos entregándole un presente, KyuHyun lo tomo entre una de sus manos.
- Gracias, yo también te traje algo –le paso su paquetito.
Ambos se miraron y sonrieron sosteniendo sus regalos con cariño.
-No lo abras hasta navidad –dijeron al unísono causando risas entre ambos.
Él más alto le tomo de la mano al mayor decidido a caminar.
-Quiero mostrarte algo –dijo mientras caminaban, Hae se mostraba curioso pero KyuHyun no le diría su sorpresa, el mayor tendría que esperar.
No caminaron mucho. Llegaron hasta un pequeño puente, se detuvieron a la mitad de este. La luz de la luna rebotaba exquisitamente en el agua bajo el puente, dando un ambiente romántico a aquella situación. DongHae no despegaba la vista de su pareja, hasta que este hizo una seña con el mentón para que mirara el frente.
-woah… KyuHyun… -los ojos de Hae brillaban por lo que veía, frente a ellos y donde el lago doblaba hacia otra dirección, se encontraban unos árboles grandes y frondosos envueltos en pequeños copos de nieve en lo mas alto de cada árbol, decorados con luces color dorado que formaban una frase: “Lee DongHae, Te Amo”. La luz de la luna, el agua, aquellas estrellas y los delicados copos de nieven que caían bajo la noche hacían ver aquel gesto como de una película.
KyuHyun se posiciono atrás del pelicastaño abrazándolo, posando su rostro en el hombro del mayor mientras éste colocaba una mano en su mejilla y giraba el rostro para toparse con sus labios. KyuHyun ladeo el rostro para poder besarle mejor, un beso suave y tierno, una escena perfecta bajo la luna, su único testigo.
DongHae se giro cortando el tacto de sus labios para abrazarlo por el cuello, volviéndolo a besar de una forma desenfrenada, mientras el menor correspondía aquel beso de la misma manera dando paso a su lengua creando una guerra en la boca de ambos, sin despegarse, haciendo escaso el oxígeno, pero poco importaba si se tenían. Sus labios comenzaban a arder, al igual que la ropa que llevaba puesta, aquel intimo beso despertó todos sus sentidos.
-Hae~ -dijo entre su beso el pelinegro tratando de separarse y recuperar el aliento.
-ah… –dejo escapar un gemido entre un suspiro una vez que aquel beso acabó- dime…
Pero el menor no respondió, solo se dedico a sonreír y tomarlo de nuevo de la mano para caminar a paso rápido hasta su departamento de soltero, ya que el edificio de la ‘SM’ se encontraba muy lejos, y aquel espacio mas personal era mucho más cómodo y confortable para cualquier situación, y Hae adoraba pasar las noches libres allí con Kyu.
Una vez que ambos llegaron DongHae dejo su presente bajo el vacío árbol de navidad, tomando también el regalo de su pareja y dejándolo junto al suyo. Después se volteo para mirar al pelinegro quien se estaba quitando su abrigo, le miro de una forma lasciva y le imitó para luego colgársele a su cuello infantilmente. KyuHyun en cambio le afirmo de la cintura y depósito un beso tierno en los labios de su pareja, haciéndolo caminar hasta llegar a su propia habitación, una vez allí, se separo de él para hacer caer al mayor sobre la cama, ya daban las 11 de la noche pero poco importaba que era víspera de navidad.
KyuHyun se colocó encima de Hae, sujetando su cuerpo con las piernas y brazos a los costados del cuerpo del pelicastaño, volviéndolo a besar mientras el mayor le desordenaba los cabellos y se desesperaba por sentir la piel de su pareja. KyuHyun sentía la misma urgencia, pero le gustaba llevar todo al extremo, para disfrutar cada segundo. Devoró aquellos labios, metiendo de lleno su lengua en la boca del mayor, haciendo que éste gimiera algunas veces, mientras sus labios ya hinchados por aquel fuerte roce decidieron separarse. El pelicastaño metió sus frías manos bajo la camisa del menor haciéndolo estremecer, causando que KyuHyun le sacara la bruscamente la polera tirándola por ahí, evitando el tacto de las manos del mayor en su torso.
El pelinegro al ver el torso desnudo de su pareja, se dedico a besarlo por toda su extensión, mordiendo de vez en cuando dejando pequeñas marcas rojizas en esa exquisita piel que tanto deseaba, sintiendo ese ardor y calor como respuesta a sus besos, Hae enterró los dedos en la espalda de su pareja, haciendo que el menor metiera su lengua en el ombligo de el, haciéndolo soltar un gemido estrepitoso sintiendo escalofríos en todo su cuerpo. KyuHyun se dio cuenta de esto y coloco sus manos en el pantalón de Hae, desabrochándolo y deshaciéndose de él, dejándolo solo con los boxer, mostrando un bulto bajo la tela, para luego despojarse de sus propias ropas y quedar en la misma condición que su pareja, dejando ver un extenso bulto acausa de la excitación que poseía, al igual que Hae.
DongHae tomo entre sus manos el rostro de KyuHyun exigiéndole un beso, que el menor satisfacerla con gusto, posesionándose sobre él, creando un roce de cuerpos peligroso.
-a-ah~~ Kyu… -DongHae sintió su miembro rosar con el del pelinegro, lo sentía tan caliente incluso por sobre la tela del boxer.
El menor le beso de forma feroz ahogando más sus gemidos, moviéndose sobre el mayor para crear más tensión de sus cuerpos, placer, desesperación y necesidad.
-Te Amo Hae…. –susurró KyuHyun levemente mordiéndole los labios mientras detenía aquel roce, ya no podía contenerse más. Le Quito el boxer de forma seductora y lenta, liberando el miembro de su pareja, luego se acomodo sobre sus rodillas en la cama, y el mismo DongHae le bajo el boxer, inclinándose para besar la punta del miembro de su pareja haciéndolo suspirar de forma detenida. El mayor completamente desnudo se recostó nuevamente sobre la cama y KyuHyun se termino de sacar su boxer que estaba entre sus piernas. Se colocó entre las piernas de Hae, creando mas espacio con las propias, mientras Hae le ayudaba abriéndolas más, dejando ver su rosada cavidad. El menor se inclino y coloco dos de sus dedos sobre los labios del pelicastaño, quien los lamió mirando a los ojos a su pareja quien se excitaba más y más por la forma en que el mayor lamia sus dedos, luego los retiro dejando un hilo de saliva entre sus dedos y la comisura de los labios del pelicastaño. Con cuidado KyuHyun besó a DongHae e introdujo uno de sus dedos en su cavidad al mismo tiempo, tratando de desestrechar aquel lugar, explorando.
-ahh~ -los gemidos de DongHae se hacían mas fuerte sobre los labios de KyuHyun.
El menor introdujo el segundo dedo lubricado haciendo círculos en su cavidad.
-aaah~ aah~ Kyu… Kyu… -esta vez los gritos y gemidos de DongHae retumbaban en la habitación ya que el menor había encontrado un punto muy sensible que proporcionaba demasiado placer al pelicastaño.
KyuHyun retiro sus dedos lentamente y se alejo de los labios de DongHae, tomando su erecto miembro con una de sus manos y colocándolo en la cavidad del mayor, que aunque ya había sido preparada aun permanecía estrecha.
Con un poco de dificultad logro entrar en el mayor, haciéndolo gritar y apretar las sábanas que yacían bajo él. El pelinegro comenzó a embestir sin detenerse, buscando el punto que había encontrado con sus dedos, tomando a su pareja de las caderas, levantándolo un poco para poder llegar más allá. Las paredes de Hae se hacían menos estrechas a medida que las embestidas aumentaban. El mayor que solo gemía y gritaba de dolor mas que placer, comenzó a hacerlo de puro placer, dejando de lado el dolor, entrecerrando los ojos, para ver entre sus pestañas la hermosa imagen de KyuHyun mientras entraba y salía de él de forma rápida. El pelinegro se inclino sobre Hae y le beso sin detener aquel movimiento, sintiendo en su estómago una humedad del miembro de Hae, que ardía, tan solo por tocar el estómago del pelinegro. KyuHyun que se había preocupado de embestir al mayor se había olvidado de ayudarlo. Le soltó una cadera y con su mano libre se apodero del miembro de Hae, sintiendo aquel fuego entre sus dedos, moviendo aquella piel que cubría su extensión de arriba hacia abajo al mismo ritmo que las embestidas.
-aaah… KyuHyun -el nombre del menor retumbo en la habitación, puesto que el citado ya había encontrado aquel punto de placer y combinado con sus exquisitas masturbaciones DongHae se sentía en el séptimo cielo, el placer y excitación se veía a flor de piel de ambos, ahora los dos gemían repetidas veces. Aquella habitación estaba llena de suspiros, gemidos, gritos, rechinidos de la cama dar contra el piso, una atmósfera de otro planeta, realmente caliente, ambos sudaban, y aun así no se detenían. Las embestidas de KyuHyun se hacían cada vez más fuertes y placenteras, las masturbaciones que recibía el mayor le hacían temblar, sus piernas temblaban, sentía un revoltijo de sensaciones en su estómago, su vista se nublaba pero no se permitía despegar la vista de su pareja, que tan sensual se veía en esa situación. El pelicastaño alzo los brazos y abrazó a KyuHyun y le dio un beso largo en los labios, volviendo a crear una guerra de lenguas, haciendo el beso más húmedo y apasionado.
-Te Amo… Te amo... –susurro el pelicastaño entre besos, haciendo a KyuHyun sonreírle de una manera especial, que solo Hae conocía. Amaba escuchar esas palabras salir por los labios de su pareja.
-ah… Hae… también te amo… -sostuvo su sonrisa un instante y luego apretó los labios y cerró los ojos- ya... ya me vengo…
-mmh~ yo… aah~ -el mayor no acabó de hablar puesto que ya se había corrido sobre el abdomen de ambos. Aquel líquido blanquecino se esparció sin ningún problema sobre sus cuerpos, bajo la tenue luz que entraba por la ventana aquella escena era avasalladora y excitante. KyuHyun daba las últimas embestidas, deteniendo el movimiento de su mano sintiendo aquella piel, mientras el reloj daba las 12 de la noche y el se corría dentro del cuerpo de DongHae, haciéndolo sentir sobre una nube, puesto que la semilla de su amado recorría su estómago. El menor se separo de él con cuidado, realmente exhausto mientras calmaba su agitada respiración. De la cavidad de Hae salía restos de aquel líquido.
Las respiraciones de ambos se calmaron lentamente mientras cruzaban miradas de ves en cuando y sonreían.
-yo…. –trato de hablar Hae, pero el pelinegro le tapo los labios en un beso corto y le abrazó-. A sido un regalo estupendo –dijo después del beso mientras utilizaba la sábana ya húmeda para limpiar su abdomen y el de su pareja totalmente ruborizado, para luego tirarla al piso. Este gesto causo un poco de gracia a KyuHyun.
-Siempre tan considerado… -dijo el menor abrazándolo nuevamente a DongHae disfrutando del tacto de sus cuerpos después de aquel íntimo acto. DongHae le abrazo igual besando la frente de él.
-deberíamos dormir… -la voz de Hae demostraba su cansancio.
-Todos abriendo sus regalos y quieres dormir?
-ne~ yo ya recibí un regalo estupendo, el otro puedo abrirlo mañana –soltó un bostezo-. Si quieres ve a abrir el tuyo… -cerro los ojos sin soltar a su pareja.
-dormiré contigo… -susurró el menor para tomar la otra sábana y tapar sus cuerpos, dejándose ir por el cansancio y sueño que ambos tenían.
Aquella noche de navidad, ambos durmieron placidamente uno al lado del otro, disfrutando su mutua compañía en aquel tierno abrazo que mantenía su calor corporal.
Fin