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Para ti por Mitzuuki

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Notas del fanfic:

Año nuevo, Fic nuevo (: Espero de  corazón que les guste ^^

Notas del capitulo:

El primer capitulo siempre nos dice si la historia será buena, ojalá les guste (:

UN NUEVO DESTINO








Acepto que en un comienzo nada de esta idea me parecía favorable, tenía toda mi vida en Sapporo, mis amigos, mis deportes, mi escuela, mi trabajo de medio tiempo –que por cierto me había costado mucho conseguir, solo tengo dieciséis años – Y que de la nada me hubieran dicho que nos cambiaríamos de ciudad… Bueno, es algo que a cualquier adolescente de mi edad le costaría asimilar, más siendo yo.


Y es que mi vida nunca había sido demasiado normal, no me parecía en nada a un japonés normal, mi cabello era rubio y mis ojos parecían dos esmeraldas, mi piel es blanca y suelen decirme que tengo un rostro muy lindo, y si complementamos eso con mi cuerpo de deportista, si, supongo que en eso yo soy el culpable, pero no me arrepiento, gracias a mi apariencia he podido tener todas las novias que he querido.


-¡Wolfy despierta! Ya casi llegamos


-Estoy despierto madre… - Miré a la dama que me hacía compañía sentada a mi lado del asiento del avión. Su cabello era tan dorado como el mío, caía en lindas ondas por su espalda, sus ojos pequeños y verdes cautivaban hasta al más frío hombre, que hablar de su cuerpo, era corpulento y tenía pronunciadas curvas, curvas que mi madre, Cicilie von Spitzberg, recalcaba con escotados vestidos.


Cuando por fin estuvimos bajo ese maldito y prisionero avión, aproveché el trayecto de guardias, controles y revisiones a mi persona para ver si lograba sentir mis piernas nuevamente, nunca había sido bueno estando quieto tanto tiempo, así que en momentos así mi cuerpo se paralizaba y me castigaba adormeciendo mis extremidades. Caminé junto a mi madre para ir en busca de nuestras maletas, llevándonos con eso los murmullos de la gente preguntándose si seríamos gente famosa a la que deberían alabar o fotografiar, o si éramos simples turistas a los que deberían mirar como si nada… Lamentablemente queridas personas de Tokyo, ninguna de sus alternativas es la correcta, somos solo dos personas japonesas de sangre pura que se han cambiado de ciudad… ¡¿Sería eso muy difícil de asimilar?!


-Sí lo es, no parecemos japoneses – Miré a mi madre con enfado, odiando que en verdad siempre pudiera leerme el pensamiento ¿Tendría poderes sobre naturales? Siempre me cuestionaba eso, aunque siendo sinceros era una verdadera pregunta digna de un enclenque.


Seguimos con nuestro camino incómodo y para nada favorable hacia el estacionamiento, las miradas no cesaban y el no encontrar el vehículo que nos correspondía comenzaba por estresarme.


-Siento la demora – La voz gruesa y fuerte se escuchó a nuestras espaldas – Bienvenidos


-¡Mi adorado Gwen! Sigues tan guapo como siempre, pero con esa arruguita en la frente que no desaparece… - Mi hermano frunció más su ceño, como si eso fuera posible


-Anihue…


-Wolfram ¿Cómo estuvo el viaje?


-Ya sabes… - Suspiré – Los viajes extensos no son lo mío


-Entonces vámonos para que puedan instalar sus cosas – Por supuesto no me negué ni medio segundo a la petición de Gwendal, lo único que quería y necesitaba era una buena cama en donde poder dormir un poco, y una ducha para después no estaría mal. Caminamos unos cuantos pasos a nuestra derecha hasta dar con el hermoso vehículo del que mi hermano era propietario, sí que le iba bien en su trabajo… Ya me gustaría ser como él, un gran empresario codiciado por todas las empresas mundiales.


El viaje fue bastante tranquilo, para mi suerte la casa en la que viviría desde ahora quedaba bastante cerca del aeropuerto - clase alta, supuse –todo aquí era gigante.


Una gran puerta de entrada fue abierta automáticamente, enseguida se dejó ver un suave y llamativo pasto verdoso que invitaba a reposar en él, había muchos árboles y arbustos con hermosas flores a los costados, en el centro un ancho camino de piedras para permitir el paso de los vehículos al recinto.


Cuando nos bajamos fue todo aún mejor. Una pequeña escala de cuatro peldaños de mármol blanco antecedía a lo que era la puerta principal de la casa tipo mansión, comenzaba a preguntarme si mi hermano tendría aficiones con este estilo de casas, cuando vivía en Sapporo insistió tanto por algo así que madre terminó cediendo a su petición de hijo mayor. La puerta era doble y de una madera elegante barnizada, los pilares a sus lados le daban un estilo único y llamativo.


Tres asesoras nos recibieron en la entrada.


-Ellas son Doria, Sangría y Lasagna, nuestras asesoras


-Bienvenidos – Nos dijeron al unísono acompañado de una leve reverencia


-Como creo que deben estar cansados – Asentí desganado – los acompañarán hasta sus habitaciones, sería bueno que nos reuniéramos más tarde para la cena


-Yo quiero dar un paseo por este hermoso lugar – mi madre estaba fascinada con el ambiente, las flores sencillamente eran su debilidad


-Yo creo que dormiré un poco, me hace falta – Gwendal me asintió con la cabeza y le pidió a una de las sirvientas – Sangría si mal no recuerdo – Que me acompañara a mi habitación


Subimos unas largas y empinadas escaleras hasta llegar a un largo pasillo adornado con cuadros prestigiosos en sus murallas, a medida avanzábamos, la mujer a mi lado me iba indicando de qué se trataban todas las puertas que veía por todos lados, básicamente, librería, despacho de Gwendal, y habitaciones, vale decir que los baños eran privados en cada una de ellas.


-Buena elección – Dije en voz alta en cuanto la puerta frente de mí fue abierta


-Si necesita algo no dude en llamarme Wolfram-san


-Claro, gracias por todo – Cerré la puerta a mi espalda una vez que me encontré solo en esta ¡Amplia y espectacular habitación! En el centro de ella despampanaba una cama enorme tamaño King con la ropa de color marrón aterciopelado, a cada lado un velador pequeño pero espacioso y a los pies un pequeño sofá color negro que luego descubrí era un baúl, un mueble gigante que ocupaba una pared completa, lo único que había en él era un plasma mil veces más grande que el que había en mi antiguo hogar. Las ventanas eran adornadas con cortinas largas y pesadas del mismo color de la cama y el piso estaba cubierto con una alfombra color beige.


-Eres un genio hermano – Jamás me habían gustado las cosas demasiado coloridas, y esta habitación cumplía al máximo mis expectativas – El baño… El baño… - Me dirigí hacia la única puerta dentro de la habitación, al abrirla me saludaba una tina estilo jacuzzi dispuesta a ser utilizada, a un costado el lava manos de vidrio bajo un enorme espejo que permitía verme casi por completo, el inodoro estaba junto a éste – Creo que… Podré acostumbrarme a Tokio – sonreí mientras volvía a mi habitación, me recosté sobre la cama solo para comprobar mi hipótesis, era endemoniadamente cómoda.






Desperté con un suave golpeteo a mi puerta.


-Adelante – Articulé lo más claro que mi voz pastosa me permitió


-Señor, lo esperan para cenar


-Bajo enseguida – La muchacha se retiró con un leve rubor en sus mejillas


Me puse de pie de inmediato o de lo contrario caería en sueño otra vez, ordené mi cabello y refregué mis ojos un par de veces, y tratando de recordar el camino correcto, llegué al gran comedor.


-Buenas noches – Saludé a todos los presentes - ¡Gunter! Que agradable sorpresa… - Sonreí divertido, sabía de sobra que no era del total agrado del de cabello lila, es por eso que tendría una grata diversión en mis tiempos en la casa


-Eso debería de decirlo yo, ésta es mi casa


-Y de mi hermano también, no lo olvides – tomé asiento junto a mi madre, frente a Gunter – Además soy tu cuñado, deberías dejar tu mal humor de lado


Un solo quejido de molestia se escuchó. Una sonrisa de satisfacción se plantó en mi rostro.


-Pues me temo que tú también deberías dejar tu mal humor de lado, Wolfram – Me dijo Gwendal – Gunter estará a cargo de ti por si necesitas algo en tu nuevo colegio


-¡¿Qué?! – Gritamos al mismo tiempo


Miré al peli lila molesto – Puedo manejarme bastante bien solo


-No me habías comentado nada sobre esto, Gwendal


-Eres el más indicado para hacerlo, además no dispongo de demasiado tiempo


-Hermano, eres el director de la escuela…


-Sí, pero también tengo asuntos empresariales que atender, es por eso que he otorgado mi cargo a Gunter, es el más apto para tomarlo – Y no pudimos objetar sobre esto, primero, porque Gwendal siempre tenía la razón, segundo, porque Gunter era profesor de historia –y ahora director – de la escuela en la que tendría que comenzar a asistir, y tercero, porque de todas formas no quería ser una molestia para mi hermano


Terminamos de cenar tranquilamente, me retiré de inmediato a mi habitación para preparar las cosas que tendría que ocupar al día siguiente. Sospechaba que sería un largo y duro día.
Notas finales:

PROXIMO CAPITULO: "COMENCEMOS"

Claro, si les gusta dx


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