Joker dormía placidamente (o al menos eso intentaba) en aquella asquerosa cama. No soportaba el encierro. El era un alma libre, para hacer lo que le venía en gana. Hacer bromas, explotar edificios y robar un poco de dinero al banco que le sobraba demasiado pero era muy tacaño que unos cuantos billetes perdidos le hacían volverse loco y llamaba a la policía (que nunca lo podían detener por ser gordos e inútiles) o a Batman (el aparecía sin ser llamado, ya tenía el instinto de aparecer cuando el hacía de las suyas). Sin embargo, esa noche, era calurosa, pero el lugar de pronto pareció congelarse. Trató de cubrirse un poco más pero esas sábanas parecían de papel. ¡Demonios! Se moría de frío. Esos malditos que eran tan tacaños que no podían ni siquiera pagar por un ambientador, el lugar era un horno en verano y un congelador en invierno. Toda esa maldita fachada era solo eso, una fachada. ¡Malditos tacaños de mierda! Lo primero en su lista de quehaceres al salir de esta casa de “locos” sería volar el lugar con todos adentro sin importar quien estuviera. Sería un buen escarmiento por el trato tan indigno que le daban a el, un personaje tan carismático y tan ilustre como el.
Odiaba el trato de ese lugar. Lo trataban como basura. Apenas si tenía comida decente y además servían una mierda que no llenaba el estómago, sabía a mierda y los medicamentos que le daban eran solo malditos sedantes que le suministraban cuando se ponía un poco “alterado”. pero como no estarlo cuando se esta en un “maravilloso hotel de lujo” como este. Le daría cinco estrellas por lo asqueroso del lugar. Lo deficiente de sus “médicos” que más parecían aficionados con doctorados “patito”.
El frío aumento. - Carajo. En definitiva, este maldito lugar será lo primero que destruya una vez este en libertad. Mencionó más dormido que nada. pronto, el sueño comenzó a invadirlo. Era raro cuando lograba conciliar el sueño sin necesidad de esos sedantes de mierda o como cariñosamente las llamaba, “sedante-mierda”. se acurrucó hasta quedar como un gatito enroscado para darse calor. Todo a su alrededor era silencioso, y sería realmente relajante si no fuera por el puto frío. Estaba ya entrando en sueño profundo cuando creyó sentir una mano que recorría su espina dorsal, una caricia que no era para nada agradable. Sentía su espacio personal invadido.
Se quejó. Esa molesta mano. Ahora parecía colarse entre la tela de papel que envolvía su pobre cuerpo escuálido y desnutrido. Sentía con mayor intensidad esas caricias. Lo extraño, es que no podía moverse ni abrir sus ojos. Se preguntaba si no era más bien algún sueño. De esos en los que solo ves negro pero te parece escuchar y hasta sentir cosas que en realidad no están ahí. Pronto dejó de sentir aquello pues su mente se hundió en el mundo de Morfeo.
Al día siguiente, todo pasó normal como siempre. Ni siquiera recordaba lo ocurrido anoche, salvó el inmenso y puto frío que le congelaba el trasero. Trató de quejarse. - ¡Hey! Se que me escuchan. Arreglen la calefacción, anoche me estaba congelando mi puto trasero. ¿Qué acaso quieren convertirme en una paleta humana? Fue ignorado monumentalmente. ¡Oh, si! Iban a pagarlo muy caro una vez que regresará a su amada libertad y entonces sí, lamentarían el no haberlo tratado bien.
Pasó sin mayor detalle. Desayunaba mierda que apenas cubría un plato decente, se aburría como una maldita ostra (de hecho pensaba que hasta las ostras se divertían más que el en esos momentos) comían un poco de esa mierda que sabía a mierda y se veía como mierda (hasta olía a mierda). Lo sedaban con esas malditas disque “medicinas” si claro, ni su puta abuela les creería. Dormía un par de horas y se volvía a aburrir y ni siquiera probaba bocado antes de “dormir” (cofsedarlocof).
Joker tuvo un sueño bastante rarísimo mientras estaba sedado. Al parecer una sombra tocaba su cuerpo de manera un tanto… indecente. Esa sombra claramente era una silueta masculina y por eso era indecente, pues si hubiera sido de una mujer ni se quejaría, pero era masculina y lo tocaba incluso en lugares MUY privados que ni siquiera una mujer hubiera tocado (de hecho las pocas mujeres en su vida “amorosa” apenas conocían su cuerpo a profundidad) era como si esa sombra tratara de… ¡putos sedante-mierda! Seguro que tanto de esa porquería afectaba a su pobre cerebro y lo hacían alucinar con cosas realmente que le ponían la carne de gallina y le daban horror.
Esos sueños se sentían tan reales, incluso las reacciones que tenía a los estímulos que le provocaban esas manos que parecían tan expertas y que detallaban su cuerpo de una manera extraña que le incomodaba. Parecían esculpir sus contornos, memorizar sus líneas y detallar las pequeñas imperfecciones en su piel de porcelana, cabe la modestia.
Al despertar, se sintió muy avergonzado, estaba caliente y por dios, al menos no tuvo una erección de lo contrario se habría odiado a sí mismo. Se llevó una mano a la frente para limpiar el sudor. Eso no le gustaba de nada. los días pasaron pero cada noche el sueño se repetía y era aterrador, por que cada vez podía sentir que se hacía más real. Las sensaciones, los aromas, inclusos los sonidos. Todo, absolutamente todo parecía cobrar vida y se hacía parte de la realidad. Lo peor de todo, es que su habitación de loco como le llamaba, era la única que se congelaba, ya que al parecer todos se quejaban pero por el insoportable horno en el que tenían que recluirse. No lo iba a admitir ni bajo tortura, pero eso comenzaba a ponerlo nervioso y a asustarlo un poco… pero solo un poquito, por que el era el Joker y no le temía a nada… o eso creía… hasta hace poco.