Just look at me ( YooSu)
Mire hacia mi lado, y allí te encontrabas, tan encantador y risueño como solo tu podías serlo, con tu mirada perdida en esa ventana que se encontraba a tu derecha, vaya a saber en qué pensabas; y en la otra punta del salón estaba yo, el rebelde salvaje al que los profesores temen, si tan solo supieras que soy así para llamar tu atención, pero aun así me ignoras, tal vez ni siquiera sabes que existo, es que… porque un ser tan perfecto se fijaría en alguien tan repulsivo como lo soy yo? Si, a pesar de que las chicas me siguen como si se tratase de un rey no me interesa, solo deseo que tú me mires, que lo hagas como yo lo hago, a caso es mucho pedir?
Un golpe me saca de mis pensamientos y volteo al frente –señor Yoochun en que tanto piensa? Es la 7 vez que lo nombro y aun así no me presta atención – me reta la profesora bastante enojada, juraría que desde donde yo me encuentro veo la vena de su cuello hinchada – en que tanto piensa? O mejor dicho en quien? – volteo a verte, y por una centésima de segundo tus ojos hacen contacto con los míos antes de volver a posarse nuevamente en la ventana.
-Perdón profesora – respondo agachando un poco la cabeza, es que no quiero que nadie vea el color que tomaron mis mejillas a causa tuya. Me pierdo nuevamente en mis pensamientos un tantos cochinos de lo que haría si me correspondieras, si tal vez parezca un pervertido, pero eres tú el causante de este mal. El timbre del final del día suena, camino por aquel pasillo, ni el murmullo de mis amigos me molesta, los hoyo lejos a pesar de que me rodean, como si se tratase de un zumbido.
-Adelántense – les digo mientras entro al vestuario de hombres – más tarde los alcanzo en el bar.
– termino la frase mientras tomo con mi mano la puerta empujándola hacia dentro.
Me dirijo hacia mi casillero en busca de la ropa sucia del día, y siento un ruido proveniente del sector de las duchas, dejo las cosas ahí, me asusto un poco, sigilosamente me acerco al origen de semejante ruido y escucho el sonido del agua caer, y me rio de mi situación, a veces suelo ser asustadizo. Vuelvo hacia mi casillero y junto las cosas que tire en el suelo, siento unos pasos detrás de mí y volteo, y mis ojos te encuentran, tu cuerpo todo desnudo, mientras las gotas que salen de tu cabello golpean en tu pecho y terminan en la toalla que tapa lo último que queda por ver. Sonríes –disculpa si te asuste, no sabía que había alguien más – dices un tanto sonrojado por la escena. Pareciese que lo haces a propósito, pasearte así frente a mí, es que no te das cuenta que me convierto en una fiera? -porque me miras tanto? – dice tu voz tan relajada como siempre mientras comienzas a caminar en dirección mía, paso a paso mi corazón comienza a latir más rápido, te frenas a escasos centímetros míos, sonríes y me empujas, haciendo que el golpe de mi cuerpo contra los casilleros retumbe en aquel lugar dejándome encerrado entre tus brazos, los cuales se posicionan uno a cada lado, acercas tu boca a mi oreja, haciendo leves roces y respirando en ellos, siento como la sangre comienza a subir en mi, mientras mi temperatura corporal va en aumento – se que te gusto Yoochun – pronuncias casi con un hilo de voz, ahora es tu nariz la que juega con mi oído – muéstrame cuanto te éxito – dices ahora si dejando tu saliva sobre mi lóbulo para luego terminar mordiéndolo, un leve gemido sale de mi boca, eso parece gustarte y tus manos comienzan a jugar con los botones de mi camisa, para luego terminarlos rompiendo y dejar mi pecho al descubierto, mientras algunos botones siguen rodando por el suelo, tus manos comienzan a recorrer mi pecho bajando por mi abdomen, y deteniéndote al llegar al borde de mi pantalón, ríes dirijo mi vista a donde se encuentra la tuya y me sonrojo al ver lo despierto que estoy – tranquilo – me dices mientras con la yemas de tu dedo índice contorneas lo que tanto molesta, y tu dedo baja, rozando la tela que el pantalón, haciendo que mi miembro despierte cada vez más, para luego terminar bajando cierre y despojándome de ellos, solo mi bóxer blanco es lo único que cubre mi cuerpo – déjate llevar Micky – me dices seductoramente y bajas con tu cuerpo completo, mientras la única tela que queda sobre mi va bajando, dirijo mi vista al techo, mas avergonzado no puedo estar, cuando siento como tu húmeda boca aloja mi miembro, haciéndome gemir más fuerte que la primera vez, te veo, y diviso una risa juguetona en ti. – algo anda mal – pronuncias, mientras mi vista se dirige a tu masculinidad, la cual noto que también esta despierta- sabes – te acercas a mis tetillas dándoles pequeños mordiscos – no me gusta jugar solo- me dices incitándome a descubrir con mis manos tu cuerpo.
Mis manos suben lentamente y casi como si se tratara de un roce tu espalda, la cual se pone rígida ante el contacto, llegando hasta tu cuello donde comienzo a dibujar círculos hasta agarrarte completamente y acerco en un solo movimiento tu rostro al mío – quien es el nervioso ahora Junsu – te digo y beso mientras tu lengua y la mía comienzan un juego que parece ninguno quiere terminar. Uno de mis dedos baja por tu abdomen, siento como esto te agita, busco lo que sostiene lo único que logra cubrirte y te despojo de ello, quedando ambos en igual condiciones. Mi boca va cambiando de lugar, voy desparramando besos por todo tu cuello hasta llegar a uno de tus hombros, dejas escapar un pequeño gemido – parece que encontré el punto débil de alguien – digo riendo entre besos. Lentamente comienzo a hacerte el amor. Quiero que recuerdes este día, así como yo lo hare. Cambio de posición y te empujo contra los casilleros. Tomo tu cola y voy bajando mi mano hasta tu pierna mientras la otra sostiene tu cintura, sabes lo que se viene, por lo que tu pierna me apresa pegando más mi cuerpo al tuyo. Me posiciono y sin pedirte si quiera permiso comienzo a entrar en tu cuerpo, lenta y delicadamente mis movimientos pélvicos comienzan, trato de no lastimarte, mientras una pequeña lágrima de dolor se escabulle entre tus ojos, te beso, quiero calmar un poco tu sufrimiento mientras te acostumbras a la intromisión.
Poco a poco comienzo a aumentar el ritmo, es que tenerte allí frente a mí siendo completamente mío en cuerpo y alma hace que me sienta completo. Disfruto de cada movimiento tuyo y mío, de tu respiración entrecortada y tu voz un tanto fogosa –Mas – me pides y yo con gusto trato de complacerte. Estar en tu interior me hace sentir que puedo hacer hasta lo imposible, me siento en el cielo.
-Chunnie – me dices, me gusta que me llames así, seré tu chunnie de ahora en adelante – ya estoy llegando – me avisas, yo también estoy llegando y deseo hacerlo juntos, una de mis manos comienza a jugar con tu miembro, yo te beso y tú me correspondes. Siento como tu líquido se esparce por mi mano y abdomen. Yo dejo el mío en tu interior. Me separo de tu boca y sonrió un tanto ruborizado “y ahora qué pasa?” me pregunto sin saber qué hacer, parece que leyeras mi pensamiento – bañémonos – respondes y rio – pero en duchas separadas – terminas diciendo conociendo lo que realmente pienso.
Disfruto del agua cayendo por mi cuerpo mientras los momentos recién vividos reviven en mi mente, me encuentro sonriendo y no puedo dejar de hacerlo.
Salgo y no te encuentro, por ningún lado… a caso todo fue un sueño? – Junsu? – lo llamo pero nadie responde, espero a que aparezcas diciendo que estabas haciéndome una broma, pero no es así. Decido irme a casa un tanto triste al saber que solo había sido mi mente que me juega una mala pasada – Idiota- me digo en voz alta mientras cierro la puerta con fuerza. Como pude haber llegado a pensar que él se fijaría en mí… alguien que no tiene nada de lindo.
Me voy a dormir aun enojado por todo lo sucedido… solo fue un sueño, solo eso, otro más… me doy vuelta y caigo dormido.
El timbre de entrada suena, como siempre llego tarde, paso por el lado de tu banco, tú te encuentras hablando con tus amigos. Me convenzo de que todo fue mentira, giras tu cabeza y sonríes. Porque lo haces me digo mientras veo como me guiñas uno de tus ojos.
Me siento en mi lugar “trabajo de a dos” dice la profesora, veo como te acercas hacia mi –Chunnie estas solo – dices… Chunnie así me decías en mi seño.
-Como me llamaste? – te pregunto sin entender.
-Chunnie.. Porque te molesta? – me preguntas inocentemente… si tan solo supieras que así me llamaste en mis sueños - Ayer no lo hizo – sonríes, confirmando lo sucedido…
Fin….