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La flor que siempre quise. por Ehvias

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Notas del fanfic:

Yuyu Hakusho no me pertenece, pertenece a Yoshihiro Togashi, a quien admiro muchísimo :)

Notas del capitulo:

Es un one-shot, espero que les guste ^^

La flor que siempre quise.

Hiei se encontraba ahora en uno de los profundos bosques de Makai, cumpliendo con las misiones que su superiora, Mukuro, le asignaba. Ya había acabado la misión, pero no tenía ganas de volver a la fortaleza, así que se tumbo en la rama de uno de los árboles que había por allí. Desde hace un tiempo, Hiei había empezado a sentir algo muy profundo por su mejor amigo y no sabía que era lo que podía ser. Hasta que un día, en una de sus visitas al Ningenkai, le vio paseando por la calle, aburrido al estar rodeado de miles de humanas y entonces se dio cuenta; su amigo tenía unos ojos verdes muy hermosos con los que a todos dedicaba miradas monótonas y apáticas, pero que cuando le miraban a él siempre mostraban alegría; su pelo era tan largo como el de algunas de las humanas que estaban con él y todas le preguntaban a qué peluquería iba y cosas por el estilo, pero ninguna había pensado que esa melena era así de larga porque Kurama era un demonio, ni tampoco se percataron de que su pelo era del color de la sangre; ese mismo día comenzó a fijarse más en sus rasgos, había cambiado bastante desde la primera vez que le conoció.
Unos meses después de ese suceso, el kitsune le invitó a quedarse en su casa, puesto que él tenía vacaciones y las clases de Kurama habían acabado. Entonces se fijó en la forma de ser de Kurama, no mostraba la frialdad que le había visto mostrar a las humanas, no era tan calculador como en los combates y se le notaba que se sentía muy alegre. A veces, cuando estaban en una misión con Yusuke y Kuwabara, Kurama se mostraba así, pero eran pocas esas veces, normalmente intentaba no dejarse llevar por las tonterías que Yusuke decía; por eso a Hiei le pareció extraño verle así.
Sin darse cuenta Hiei se iba enamorando poco a poco de Kurama y sin darse cuenta, hasta que un día se le ocurrió escribirle un poema puesto que sabía que le gustaban, pero no sabía de qué podía tratar dicho poema, así que después de muchos intentos fallidos, decidió dejar su mente en blanco y comenzar a escribir lo que sentía. Una vez terminó vio que Kurama entró en la habitación y escondió el poema para que no le viese el kitsune.
-¿Qué hacías Hiei?-Preguntó Kurama curioso.
-Nada. ¿Ya está hecha la comida kitsune?
-Sí, hoy mi mamá comerá con nosotros. Espero que no te moleste.
-Me conformo con comer tranquilo.-Tras eso se levanta de la silla, se acomoda su capa negra y coge su katana.
Kurama ya asustado decidió agarrarle de la cintura y atraerle hacia atrás. A Hiei ese acto le asustó al principio, pero al ver que Kurama lo único que quería era quitarle su katana se tranquilizó.
-Hiei, mi mamá no es un demonio. La katana no te hará falta.
-Lo que tú digas kitsune.
-¿Acaso piensas que mi madre te va a atacar?-Preguntó Kurama extrañado.
-No descarto la posibilidad.
-Hiei, estás loco. -Dijo divertido. -Vamos a comer.
-Hn.
Después de una tranquila comida con la madre del kitsune, Hiei y Kurama subieron de nuevo a la habitación del segundo para no causar molestias y también para que la madre de Kurama no acribillara a Hiei con miles de preguntas.
Llevaban dos semanas viviendo juntos y aún no habían salido de la casa, puesto que a Hiei no le gustaba estar rodeado de humanos y a Kurama le molestarían todas las ningens del colegio; Por suerte ninguna sabía donde vivía, él siempre se aseguró de eso.
Kurama estaba enamorado de Hiei desde hace mucho tiempo, pero no se lo quería decir porque pensaba que él no sentiría lo mismo.
La razón por la que le había invitado a su casa era para poder declararse en los dos meses que iban a estar viviendo juntos, pero aún no había tenido el valor de decírselo. Había escrito muchos poemas declarando sus sentimientos, pero no le había dado ninguno por miedo al rechazo y a perderle.
-Hiei.-Le llamó el kitsune mientras se depertaba.-Hiei.-Le llamó por segunda vez.
Estaban acostumbrados a dormir en la misma cama, así que no se sentían incómodos, pero ese día al despertarse, Kurama se dio cuenta que tenía al youkai encima suyo abrazándole, sin dejarle moverse. En todos los días que habían dormido juntos, eso nunca le había pasado, nunca se despertó con Hiei cerca de él, siempre habían mantenido cierta distancia. Al ver que Hiei no despertaba a su llamado y que él no podía moverse, decidió quedarse tumbado en la cama, observando el rostro del youkai. Quería besarle, pero sabía que no debía hacerlo, así que tuvo que resistirse.
De pronto llamaron suavemente a la puerta de la habitación de Kurama.
-Suichi, hijo, ¿estás despierto?-dijo asomándose por la puerta.
-Sí mama, pasa. Pero no hagas ruido, Hiei aún está dormido.-decía susurrando.
Sihori se acercó a la cama de su hijo y la imagen le pareció preciosa. Por primera vez vio a Hiei con un semblante tranquilo y no serio, como solía verle.
Sihori sabía que a Kurama le gustaba Hiei, pero Kurama no sabía que su madre se había dado cuenta.
-¿Quieres que te saque una foto con Hiei así?-le preguntó su mamá.
-¿Qué?-dijo sonrojado.-Mamá...
-Me di cuenta de que te gusta Hiei, no tengas miedo hijo, no pasa nada porque te gusten los chicos, eso es normal.
-Gracias mamá.-dijo alegre, e inconscientemente se abrazó a Hiei que seguía dormido encima suyo.-¿Me sacas la foto?-dijo algo sonrojado.
-Claro. Ahora vengo.-Respondió feliz.
Tras unos segundos volvió con una cámara digital y le advirtió que se dispararía el flash debido a la poca luminosidad de la habitación.
-Ya está hijo. Me tengo que ir a trabajar, hoy llegaré bastante tarde. No me esperes despierto.
-Vale mamá.
-Tengo una pregunta hijo. ¿Por qué hay una katana en tu habitación?
-Oh. ¿Podemos hablar de ello mañana? Te prometo que te lo contaré.
-De acuerdo hijo, adiós.
-Adiós mamá.
Tras unos segundos después de que Sihori saliese por la puerta, Hiei, que en realidad estaba despierto desde que Kurama le había llamado, decidió hablar.
-¿Le vas a contar a tu madre la historia de Youko Kurama, kitsune?-dijo sin dejar de abrazarle y sin abrir los ojos.
-¿Hiei? ¿No estabas dormido?-preguntó asustado.
-No.
-¿Cuánto has escuchado?
-Depende.
-¿A qué te refieres?
-Llevo despierto desde que me llamaste antes.
-...o.O...-Kurama se había quedado sin palabras y con los ojos muy abiertos al escuchar eso.
-Toma kitsune. Es un poema que te hice. Había pensado dejarlo dentro de alguno de tus libros antes de irme, pero ya no importa.
Kurama lee el poema en voz alta:
"Sé que cuando leas esto te extrañarás,
de seguro ni quién soy sabrás.
Nos conocimos hace ya mucho tiempo,
tú te acercaste a mí sin miedo,
a pesar de mi katana y semblante serio,
avanzaste hasta encontrarte mi cuerpo.
Al principio pensé que eras un simple humano,
después la cosa fue cambiando.
Eras más que humano, eras más que youkai,
eras Youko Kurama, el ladrón más famoso de Makai.
Ahora por esta historia ya sabes quien soy,
y si te soy sincero yo ya no sé a donde voy.
Ya esté en Makai, en Reikai o en Ningenkai,
eres lo único que en mi mente hay.
Sabes que no me gusta hablar,
pero que me gusta escuchar,
en cambio cuando estoy junto a ti,
es como si algo me impulsara, sí.
Eres inteligente, siempre me haces reír,
aunque nunca te lo haya dicho, contigo soy feliz.
Recuerdo que un día, hace ya mucho te vi triste,
nunca te enamorarías de nuevo, me dijiste,
aquella vez te vi llorar, aunque no lo entendí,
desde aquel día, mi corazón quiso hacerte feliz
No sé si estoy en lo cierto,
pero tus miradas son como un libro abierto,
siempre que me miras veo amor,
por eso escribo esto con el corazón.
Ai Shiteru Kurama."
Termina de leerlo.
-Hiei, es precioso.
-Hn, gracias Kurama.-Hiei estaba sonrojado, pero decidió darle un beso en la mejilla.
-Te amo Hiei.-dijo Kurama abrazándole.
-Y yo a ti kitsune.
Después de aclarar sus sentimientos se besaron por primera vez, un beso suave, dulce y muy duradero. Hiei se recostó sobre Kurama tumbándole en la cama de nuevo y los dos se tumbaron juntos, abrazados, los dos con los ojos cerrados y una sonrisa en los labios.
Al fin habían declarado lo que sentían el uno por el otro.

Notas finales:

Espero que les haya gustado :D

Cualquier apunte, observación, crítica, lo que sea, me dicen y yo encantada les responderé :)


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