Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Desde cuando lo sabías? por BedChan

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen son de Akira Amano, por cierto esta pareja no es de mis OTP's así que no se si les guste la historia, creo que aveces pienso tanto las cosas que las complico y terminan no entendiendo la trama, lo siento x eso.

 

Notas del capitulo:

Trate de hacer la historia comica espero sea de su agrado.

-Decimo!!!- grito un ojiverde abriendo las puertas de aquella oficina de un solo golpe –escuche que ese estúpido Hibari ni siquiera se molesto en llevarte a la enfermería-

-Gokudera-kun- suspiro el peli naranja –me encuentro bien, además Hibari se encargo de todos ellos yo ni siquiera moví un dedo-

-Ese Hibari tan desconsiderado, sigo pensando que debemos correrlo de la familia-

-no!!!- golpeo el escritorio con sus pequeñas manos

-decimo?- el ojiverde se quedo un poco perplejo frente aquella reacción –ya veo- suspiro –así que por fin te diste cuenta de tus sentimientos-

-eh?- el peli naranja sintió su cara arder –que estas- pero no pudo terminar su frase porque justo frente a sus ojos la persona que menos quería ver apareció. –HIBARI-SAN?-

-el bebe me dijo que viniera para acá-

-esto- el ojiverde se apresuro a decir –nos vemos después decimo-

-Gokudera-kun!!!- corrió detrás de él –no puedes- trato de jalarlo pero su intento de que no lo dejara solo con el pelinegro fue en vano.

 

Sus piernas estaban un poco débiles, así que solo decidió quedarse a un lado de la puerta, agacho un poco la cabeza tratando de que Hibari no se diera cuenta lo rojo que estaba.

 

-Hibari-san están bien tus heridas- empezó a caminar hacia su escritorio.

-heridas?- se mofo el pelinegro –esto no es nada comparado con tus golpes en la espalda y en el pecho- el peli naranja forzó una sonrisa.

-Lamento que no sea tan eficiente como tu- dijo un poco molesto y se sentó en su silla- suspiro y trato de no cruzar la mirada con su subordinado –bueno si estás aquí es porque debes querer otra misión, pienso que deberías descansar unos días, pero dado que mi existencia no es para ti nada más que un inútil herbívoro, te daré diez misiones, puedes hacer lo que quieras, puesto que aunque diga que no hagas esto y aquello lo harás así que toma- le entrego 10 sobres amarillos tamaño carta –todos ellos traen los datos de lo que debes hacer y adonde ir-

-gracias- sonrió el pelinegro –pero dime… porque razón estas tan molesto, digo, si te gusta una persona debes tratar de ser lo más tierno posible- sonrió burlonamente.

 

El peli naranja se levanto de su silla y camino hacia la ventana –desde cuando lo sabes-

-desde antes que tu- seguía sonriendo.

-por supuesto, pues bien ya sabes tú misión puedes irte - dijo el peli naranja tapando su rostro con las manos tratando de esconder lo roja que estaba su cara.

-me corres ahora que esto se ha puesto interesante- el peli naranja se sintió morir al sentir el aliento frio de él pelinegro en su oído izquierdo.

-Hibari-san- jadeo un poco el peli naranja.

-pues bien antes de irme- se fue alejando poco a poco del peli naranja –creo que merezco un poco de…-

-hic… hic…- el peli naranja cayó de rodillas y se hizo bolita en el suelo –“estúpido Hibari jugando conmigo” sniff…-

-mi recompensa- dijo el pelinegro y cargo a su pequeño jefe hasta el gran escritorio, tumbo todas las cosas que se encontraban allí, desanudo su corbata y comenzó a besar intensamente a Tsuna.

 

Suaves labios, suaves cabellos, firme y pálida piel, lo deseo, lo deseo…

 

-Hibari-san- trato de hablar –no, espera- y empujarlo pero sus intentos fueron inútiles.

-ahora escucha con atención- el pelinegro lo miro fríamente –eres tu el que se ofrece a mí, así que no esperes nada-

 

Tan pronto como pudo el pelinegro dejo completamente desnudo a su jefe, uso un poco de vaselina para lubricar la entrada del peli naranja, no hizo ningún gesto de cariño y se encarno en él una y otra vez.

 

-Ahh… haaa… mph… Hi…ri…- el pequeño jadeaba entre cada embestida, le dolían las rodillas, sus caderas y su trasero, pero aunque quería decir que no, no podía rechazarlo porque Hibari tenía toda la razón era él, el que le gustaba y no al revés.

-que pasa- dijo el pelinegro a su oído mientras lo lambia y lo mordisqueaba –ya te cansaste, je-

 

El peli naranja gateo como pudo hasta levantarse y empujo lejos al pelinegro limpio sus lágrimas y lambio sus labios ensangrentados.

-Eres un estúpido- dijo –no tenias que ser tan rudo conmigo, con decir que no te gusto era más que suficiente para mí- recogió su ropa con un poco de dificultad y se cayó a medio proceso de eso.

 

-wow!- dijo con una sonrisa sumisa en su rostro –claro que me gustas- dijo –después de todo. Ningún herbívoro es mas adorable y estúpido que tu-

-que!!!- dijo el peli naranja –ahora si estoy sumamente molesto- volvió a hacerse bolita en el suelo dejando su trasero al aire.

-bien, habiéndonos puesto de acuerdo- jalo las caderas del pequeño y empujo su pene dentro de su ano.

-ahhhhhhhh- gimio fuerte e intensamente el peli naranja.

-con que provocándome no?- el pelinegro lo embistió con más fuerza, lo empujo por completo al piso y le dio media vuelta, se empujo muy dentro  y empezó a besuquearlo, los labios, el cuello, sus tetillas.

-Hibari… ahhh.. haaa… ya… ahhh…mph- el peli naranja estaba perdido entra tantas sensaciones, se corrió varias veces y su cuerpo se volvió mas y mas sensible.

-listo- le susurro Hibari al oído.

-“listo para que?”- pensó el peli naranja, pero no le costó mucho trabajo darse cuenta de que se trataba- su cuerpo entero vibro de la cabeza a los pies al sentir el semen de su subordinado derramarse por toda su entrada y su entrepierna.

 

Sus ojos se abrieron rápidamente, su cuerpo estaba agitado y a su mente venían imágenes de aquel extraño suceso, Hibari encima de el proporcionándole el placer más exquisito que había conocido en su vida.

 

-solo fue un sueño- se dijo así mismo y camino con dificultad al baño, dejo que el agua fría bajara la temperatura de su cuerpo, después se enredo una toalla a la cintura y salió de ahí, comenzó a cepillarse los dientes cuando se dio cuenta del tremendo chupetón que tenía en la parte derecha del cuello. –Dios bendito- grito y corrió rápidamente al espejo que estaba de su tamaño se quito la toalla de la cintura y no solo su cuello si no que su pecho, sus muslos estaban lleno de chupetones, sin contar que sus tetillas estaban de un rojo vivo, tanto que al rozar una de ellas le ardió. Comenzó a tararear una estúpida canción mientras bailaba por toda la habitación.

 

-Vaya hoy si que estas de humor- dijo un pelinegro por detrás.

-quien dice eso- trato de disimular su alegría mientras caminaba con un poco de dificultad a su oficina.

-acaso no estabas cantando con mucha devoción esta mañana- se mofo el pelinegro.

-desde cuando lo sabías- El peli naranja llevo sus manos a su rostro enrojecido.

-wow, si que eres el herbívoro mas adorablemente estúpido-

 

 

 

Notas finales:

5comentarios...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).